INSUPERABLES [•1]

By HollyGeistt

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Libro 1 de la Bilogía INCONTROLABLES [BORRADOR SIN CORREGIR] Ex's Que aún no se superan. Aunque creían que s... More

Prólogo
Dedicatoria
Capítulo 1: El Ex
Capítulo 2: El nuevo Novio
Capítulo 3: La fiesta de cumpleaños
Capítulo 4: No beses con los ojos
Capítulo 5: Sin arrepentimientos
Capítulo 6: Hagamos esto más seguido.
Capítulo 7: llama a emergencias si tienes una urgencia.
Capítulo 8: Sin reglas inútiles
Capítulo 9: Críticas absurdas.
Capítulo 10: Tío Favorito
Capítulo 11: Esposa, amor de su vida
Capítulo 12: Noche de disculpas
Capítulo 13: Demuéstrale que eres digna
Capítulo 14: ¿Celoso, Potter?
Capítulo 15: Cena familiar con familia aleja.
Capítulo 16: Protectores de casa
Capítulo 17: Más amargada de lo habitual
Capítulo 18: Confundido
Capítulo 19: Hipócrita
Capítulo 21: Te extraño
Capítulo 22: Tema delicado
Capítulo 23: Perdidamente enamorada
Capítulo 24: Bomberos
Capítulo 25: Obra de teatro
Capítulo 26: Lo arruiné
Capítulo 27: Incendio
Capítulo 28: Confesiones y aceptaciones
Capítulo 29: Enfrenta al padre exigente
Capítulo 30: Cerrando ciclos
Capítulo 31: Torturador.
Capítulo 32: Acuario
Capítulo 33: Día favorito
Capítulo 34: La familia de Aubrey
Capítulo 35: Delfines
Capítulo 36: Papá libre
Capítulo 37: Por ellos. FINAL
Epílogo

Capítulo 20: Un tiempo

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By HollyGeistt

AUBREY

Las manos de Dominic están en mi cintura guiándome y haciendo que suba y baje por su miembro penetrándome de forma ruda, fuerte y eficiente.

Nuestro desayuno quedó interrumpido cuando mágicamente me dieron ganas de follarlo. Simplemente, me levanté de mi silla, me senté en su regazo y lo hicimos.

Hundo mi cara en su cuello cuando exploto llegando a mi punto extremo de éxtasis. Y me gusta que me encendiera cuando Dominic gime mi nombre mientras se derrama en mi interior.

Me quedo en su regazo recuperando fuerzas mientras él sigue desayunando como si nada. Y me estoy quedando dormida con la cabeza apoyada en su hombro cuando me acaricia la espalda para despertarme.

—Tu teléfono está sonando...por décimo octava vez — agrega — o atiendes o lo parto a la mitad.

— Que poca paciencia — me separo y mi sonrisa es notoria. Acaricia mi mejilla y acomoda un mechón detrás de mí oreja para luego sostenerme el cuello.

— He tenido suficiente paciencia, mucho más sabiendo que es tu ex quien está llamando incansablemente. Así que atiende o lo haré yo y lo sabrá todo.

— No serías capaz— entrecierro los ojos. La verdad, si no tuviera novia si sería capaz de atender y mandarlo a la mierda, pero como si tiene no creo que se arriesgue a perderla.

— No me desafíes.

Voy por mi teléfono recibiendo una nalgada apenas me levanto. Tiene razón, es Erick. Resoplo y contesto, si no lo hago enloquecerá y no tengo ganas de soportarlo más.

— ¿Qué mierda quieres?— espeto y cierro la camisa que Dominic me abrió para besar mis tetas. Es suya y me llega hasta los muslos, logra cubrir mi trasero pero si me agacho se me vería todo.

Oh, dios, cariño, he estado tan preocupado, creí que algo te había pasado — rodeo los ojos por su palabrería —. Quiero que hablemos, Brey, necesito explicarte. Fue algo de momen...

— Yo no quiero tus explicaciones, Erick. Meter tu pito en una vagina que no era la de tu novia no fue por accidente, así que no me vengas con tus excusas.

No sabes cómo fueron las cosas— comienza a molestarse.

— ¿Qué? ¿Qué me vas a decir? ¿Que fueron tus necesidades de hombre? ¿Que ella te provocó? ¿Que yo no te doy suficiente atención?— mi mirada está clavada en la vista de la ciudad, no quiero voltear y ver la cara de Dominic incómodo por mi conversación con mi ex.

Lo...lo siento, cariño...

— ¡Deja de llamarme así! ¡Ya no tienes derecho a decirme cariño! Nunca lo tuviste— elevó la voz y termino rascándome la frente, detesto que Dominic esté escuchando esto.

Déjame arreglarlo, no podemos terminar así, no vamos a terminar así. Sabes que no puedes dejarme, Aubrey — su voz se torna más seria, me tenso —. Hay muchas cosas en juego aquí, ¿No quieres que nuestra relación termine, verdad?

Me quedo en silencio, captando perfectamente su amenaza. Tengo que empezar a usar mis encantos de novia herida para que él desista, necesito que se sienta culpable. No puedo dejar que esto afecte todo.

— ¿Qué quieres?

Que vengas a casa. Estoy frente a tu puerta, no has pasado la noche aquí. ¿Dónde estás?

— No estoy en casa — digo lo primero que se me sale. Me volteo y veo a Dominic mirándome fijamente, pero desvía la mirada a su desayuno de inmediato.

Eso ya lo sé. ¿Dónde estás, Aubrey? Espero que no en casa de algún amigo tuyo.

Me hierve la sangre con las ganas de decirle que sí, que estoy en casa de un amigo mío y que no sólo eso, también es mi amante, que le puse los cuernos más grandes que él a mí. Pero me contengo, muerdo mi labio y cierro los ojos buscando una buena respuesta.

— Estoy en casa de una amiga.

La única amiga que tienes es Alisa y con ella no estás, no me mientas.

— Es una compañera de trabajo, no la conoces — se queda en silencio con mi improvisación, necesito que se lo crea.

Está bien, pero vuelve ya.

— Ahora voy — no lo miro pero sé que Dominic giró su cabeza hacia mí.

Bien, nos vemos cariño, conduce con cuidado.

— Adiós — cuelgo y tiro el teléfono a la mesa para taparme el rostro con las manos. Siento que el cabello comenzará a caerse del estrés —. Tengo que irme.

No responde, no dice nada ni siquiera una sola mueca. Decido dejarlo en la cocina mientras voy a la habitación por mi ropa, tengo suerte que hay ropa mía en el departamento. Me pongo unos jeans y una blusa, con los mismos zapatos de ayer. Guardo mi vestido en el armario y dejo mis joyas en la mesa de noche. Me había bañado apenas me levanté y debería hacerlo otra vez debido al orgasmo que tuve pero saber que hablaré con Erick sucia del esperma de otro me dará satisfacción aunque él no lo sepa.

Mi teléfono no tiene mucha batería así que decido apagarlo y cuando vuelvo a la cocina me detengo viendo a Dominic con su pantalón de dormir puesto, está recostado en la silla, cruzado de brazos y con una terrible cara de culo mirando hacia la ventana donde minutos atrás yo estaba conversando con mi ex.

— Ya me voy — aviso. No dice nada, solo hace un corto asentimiento de cabeza. Lentamente voy a la puerta con cortos pasos esperando que me hable, que me diga un adiós o que venga a darme un beso de despedida. Pero no hace nada y me desespera. Detengo mi mano en la puerta y me giro —. ¿Qué pasa?

No responde, su cabeza gira a mi dirección y me sostiene la mirada. Me molesta no poder interpretar lo que le sucede. Dominic es un enigma para mí y odio eso, porque me gusta saber que es lo que pasa a mi alrededor, que es lo que piensan las personas que me rodean. Es una necesidad de control extremo que hay en mí, y Dominic siempre me lo impide.

— Dominic — dejo mi sudadera en el respaldo del sillón y me acerco — ¿Y ahora qué diablos te pasa? Tengo que irme y si es por el sexo, ya te lo recompensaré otro día. Además tú tienes que irte a trabajar, ni siquiera sé porqué estás aquí aún, ya es tarde.

Hace media hora que debía irse para llegar a su turno, pero como me surgieron ganas, él se quedó un poco más con la excusa de que el subcomandante puede llegar a la hora que quiera, cosa que sé que no es cierta. Pero él aún así se quedó para complacerme, la cosa aquí es que ya debería irse, incluso antes que yo.

— ¿Puedes hablarme?— me impaciento ante su silencio. No sé si está pensando en una respuesta o simplemente está conteniendo los gritos que quiere darme — ¿Sabes qué? Luego hablaremos, no tengo tiempo ahora...

— ¿Por qué por él?— pregunta repente deteniendo que agarre mis cosas del sillón.

— ¿Qué?

— Tú nunca te dejas controlar, no dejas que nadie te eleve la voz, tú no te dejas hacer menos por nadie... excepto por él — dice aún cruzado de brazos y esta vez mirando a la nada —. Nadie te controla, nadie te grita, nadie te toca si tú no quieres. Pero cuando él te llama respondes al instante, cuando él te grita te callas — la sonrisa tensa de sus labios me tensa a mí —. Hasta cuando él te engaña vas corriendo a que tengan una conversación.

Me tenso aún más cuando se pone de pie y me mira. Su musculatura y su intimidación me estremecen.

— Ayer llegaste aquí odiándolo, histérica por lo que había hecho, y con escucharlo una vez logró convencerte para que corras a sus pies. ¿Qué diablos pasa contigo? Tú no corres a los pies de nadie — frunce el ceño —. ¿Tan enamorada estás de él para que te humille con un engaño?

Qué Erick me humillara como mujer engañándome, se suponía que sería una salida, un respiro para mí.

— No lo entiendes.

— Explícame.

Niego con la cabeza.

— No hoy— agarro mis cosas y voy a la salida, más bien: huyo —. No te metas, esto no es de tu incumbencia.

Salgo del edificio molesta conmigo misma, porque sé que Dominic tiene razón, doy todo mi orgullo y dignidad por quién no lo merece. Porque Erick no es ni una pizca de persona significante en mi vida. Pero es mi método más eficaz para que las cosas no se vayan a la mierda. Así que si, corro a él para que hablemos, porque puedo evadirlo y que ya no estemos juntos, pero tengo que mantenerlo cerca.

///

Me detengo en la recepción de mi edificio y pido el teléfono que el recepcionista me presta amablemente. Marco el número de Jacob.

— ¿Hola?

— Hola, Jab, soy Brey. Necesito que me hagas un favor — es lo primero que digo.

Corazón. Claro, dime que necesitas.

— Necesito que llames a mi secretario, Cole, ¿Lo recuerdas?

Mhmm, creo que sí.

— Llámalo y dile que le diga a Marilyn que por cualquier cosa yo pasé la noche con ella.

¿De acuerdo? ¿Pero por qué no lo haces tú? ¿Y por qué me llamas de un número desconocido? ¿Estás bien?

— Si, descuida, mi teléfono murió y el único teléfono que recuerdo es el tuyo. Una vez llamé a Cole de tu teléfono así que lo debes tener agendado.

Bien, ya lo llamo, pero luego debes contarme qué diablos pasa.

— Te lo contaré. ¿Nos vemos en tu casa esta tarde?

Si. Bueno, adiós, corazón, cuídate y llámame si me necesitas.

— Adiós, Jab— cuelgo y espero unos diez minutos con el recepcionista midiendo el tiempo en el que Jacob debió llamar a Cole y Cole a Marilyn de recursos humanos en la oficina.

Subo a mi departamento donde me encuentro a Erick apoyado en mi puerta. Abre los brazos apenas me ve.

—Ahí estás, te has atrasado, ¿Tan lejos vive tu amiga?

— Un poco — evado su beso y abrazo y abro la puerta. No lo dejo pasar.

— Oh, vamos.

— Estoy enojada contigo, Erick, no quiero que entres a mi casa.

— Tenemos que hablar y desde aquí afuera no voy a poder.

— Si puedes, habla — dejo mis cosas en el sillón y me cruzo de brazos frente a la puerta.

Resopla y mira a los dos lados del pasillo antes de poner sus ojos en mí. Peina su cabello pelirrojo antes de comenzar a hablar.

— Fue un impulso que tuve, estaba deprimido porque creía que tú ya no querías tener sexo conmigo y me busqué a otra que me lo diera. Tranquila, cariño, que no fue ni la mitad de buena que tú — me enoja que hable así de esa chica —. No quiero que termines conmigo, esto ha sido solo un fallo que tuve, ¿podemos ignorarlo y volver a lo nuestro?

— No, ya he ignorado demasiado — me niego de inmediato —. Hace tiempo que vienes dejándome de lado, apenas me hablas y cuando lo haces casi no me prestas atención — activo mi modo víctima —. Ya no eres el novio de hace un año, ya no me consientes, ya no me mimas, ya no me quieres. Yo creo que lo mejor sea que...

— ¡No! No me terminarás, tengo una fiesta de gala en unos días, no puedo ir sin ti, me vería fatal. No podemos terminar, yo te quiero, cariño — entra al departamento y no puedo detenerlo —. Es cierto, he estado disperso, pero seré el mismo de siempre, lo prometo.

— No terminaremos pero...podemos tomarnos un tiempo — uso mi estrategia —. Te quiero, Erick, no quiero perderte, pero necesitamos un tiempo como personas maduras.

Debería ser actriz. Mi conciencia me aplaude de pie.

Asiente y baja la cabeza dolido.

— Pero no terminaremos, dices.

— No.

Me sonríe y toma mis mejillas entre sus manos.

— De acuerdo. Recuerda que te amo, cariño — me besa rápidamente —. Esperaré.

— Gracias.

Después de varios intentos logro que se vaya de mi casa y respiro hondo. Me tiro al sillón y hundo mi cabeza en la almohada. A los pocos minutos me obligo a levantarme y enchufar mi teléfono en el cargador. Tengo varios mensajes. Jacob me avisa que ya habló con Cole, y Cole me cuenta que Marilyn aceptó mentir a cambio de un trabajo mío, le digo que le dé uno de los que tenía pendientes. Y voy al último mensaje. Dominic.

LOKI: ¿Llegaste bien?

¿Por qué es así? ¿Por qué tiene que preocuparse tanto por mí? ¿Por qué lo hace tan difícil?

AUBREY: Llegué bien.

Respondo y a pesar de mostrarme que está en línea me deja en visto y se desconecta un segundo después. Bufo, que hombre difícil.

Me pongo mi ropa deportiva y salgo a correr con los auriculares puestos.

///

— Es un hijo de perra — masculla Jacob.

Me encojo de hombros y le doy un sorbo a la lata de cerveza. Dejo mis pies sobre la mesa pequeña de enfrente y cambio el canal de televisión. Fui a su casa como planeamos y le conté todo lo que pasó, hasta lo de Dominic, pero le pedí específicamente que de eso no opinara porque yo ya estoy lo suficientemente confundida.

— Y dime...¿Que hizo Dominic?

— Te pedí que no lo mencionaras.

— Se supone que el innombrable es el ex malo no el amante ardiente que te tiene loca — se burla y mete la pajita de su cerveza entre sus labios para absorber ruidosamente. Si, toma cerveza con pajita.

— Dominic también es ex.

— Pero no malo, es de los que gusta recordar, de los inolvidables.

Lo ignoro y miro la televisión. Él ríe y se acomoda a mi lado pasando su brazo por encima de mis hombros.

— ¿Qué se supone que deba hacer Dominic?— pregunto después de unos largos minutos sin poder contenerme. Jacob suelta una carcajada.

— Sabía que no te podías quedar con la duda. Digo que qué hizo Dominic cuando te fuiste con Erick.

— Me enfrentó, sabe que algo pasa y le dije que no se metiera y que no era problema suyo.

— Ay, serás idiota — palmea mi cabeza y niega con la suya. Me deja un beso —. Está claro que está interesado en ti, solo se preocupa por ti.

— No quiero que nadie se preocupe por mí.

— Mi pequeña traumada — me aprieta más contra él —. Qué alguien se preocupe por ti no es malo. Por lo que me contaste, ese chico tiene más interés en ti que en su propia novia. Ya casi toda su familia te conoce, te llevas bien con ellos. Es obvio que va a meterse en lo que te pase, más aún si conociéndote como eres cambias tú actitud cuando se trata de Erick. Él no lo entiende y quiere entenderlo, pero tú eres tan fría y cerrada que prefieres alejar a los que quieren ayudarte en vez de pedir que te echen una mano.

— Te conté todo a ti — trato de buscar algo para defenderme.

— Casi te obligué a que lo hagas.

— Tampoco necesito ayuda, lo he hecho bien sola.

— Porque eres una maldita terca — acaricia mi cabello y lo miro —. Qué hayas estado sola la mayor parte de tu vida no quiere decir que estés sola para siempre, corazón. Yo estoy contigo y Liam, aúnque sea un idiota. También tienes a Alisa y ahora Dominic parece bastante dispuesto.

— Alisa va a odiarme.

— Puede ser, de tantos hombres en el mundo te metiste con su novio.

— Sí y de tantos hombres se fue a encamar con mi ex — rodeo los ojos.

— Lo que quiero decir en que confiar en Dominic no te debilitará — vuelve a lo de antes —, contarle no va a echar al cesto tus planes.

— Los planes nunca salen bien cuando muchas personas saben de ellos. Me gusta trabajar sola.

Niega con cabeza, resignado. Me acomodo en su pecho y cierro los ojos.

— Solo no te encierres en ti misma porque en el mundo exterior hay personas que te quieren y se preocupan por ti — me susurra y se acomoda en mí —. No dejes que el pasado te aleje del presente que podrías tener.

— ¿De qué hablas?

— Te conozco bien y se cuando te gusta alguien, Dominic te gusta y lo alejas de ti por estar más concentrada en tus problemas. Y niegate a ti misma si quieres, pero no a mí.

Me quedo callada omitiendo mi queja, porque es justo lo que iba a hacer, él no me gusta, Dominic no me gusta. Es decir, me atrae, tenemos una grandiosa química sexual. Pero no me gusta, todavía es sexo solamente.

Mierda, ¿Quedaré como payasa, verdad?

///

Mi teléfono suena y lo llevo a mi oreja distraída.

— ¿Hola?

Hola, Brey, soy Olivia— responde la voz suave de esta agradable mujer.

— Oh, hola. ¿Qué tal todo?

Bien — suena contenta — ¿Y tú?

Pues tengo un gran apetito sexual por su cuñado con quién casualmente no hablo desde hace cinco días. Mi ex me mantiene en un cansancio constante. La reunión que tendré con Thompson y su abogado en una semana me estresa de antemano. Y para colmo en mi nevera no hay alcohol, lo que me frustra.

— Estoy bien — respondo en vez de todo mi drama.

Genial. Uhmm, oye...voy a salir con mis amigas y les comenté de ti, una cosa nos llevó a la otra y...¿Quieres salir con nosotras? Iremos a beber, bailar y divertirnos, sin parejas y sin hijos.

— No tengo pareja ni hijos.

Perfecto, ¿Te vienes?

— De acuerdo — hace mucho no salgo y nunca me niego a una buena noche de alcohol.

¡Genial! Pasaremos por ti en tres horas. Pásame tu dirección.

Me despido y cuelgo. Le paso mi dirección por mensaje y voy directo a la ducha. Por lo menos tengo la certeza de que Dios no se olvidó completamente de mí y al ver que no tengo alcohol en mi casa me manda a unas amigas para que me lleven a alcoholizarme.

Me baño y busco mi mejor ropa. Me estoy poniendo un top blanco con escote y tira de encaje cuando mi timbre suena. En bragas voy a la puerta donde miro por el visor viendo a una chica del otro lado. Abro un poco solo asomando mi cabeza.

— ¿Si?

— Oh, hola — dice tímida — soy...bueno, me llamo Shelly, yo...— tartamudea y ese tiempo me toma recordarla, es la chica con la que Erick me engañó.

— Espera, te conozco. Estuviste con mi novio...bueno ex.

Se rasca la nuca y se sonroja, asiente.

— Si, yo quería...

— Espera, ya te abro, tengo que ponerme pantalones — cierro la puerta dejándola con la palabra en la boca y corro a mi habitación para ponerme mi short de pijama. Vuelvo y le abro invitándola a pasar —. Ahora sí, pasa.

— Será un segundo — dice y entra a mi departamento. Miro a los lados del pasillo buscando a Erick pero no está.

No cierro la puerta y me cruzo de brazos.

— ¿Necesitas algo?

— Solo quería disculparme, yo no sabía que él tenía novia. Solo estaba haciendo mi trabajo.

— ¿Como que trabajo?

— Soy bailarina... stripper.

Sacudo la cabeza, es un idiota.

— ¿Él te pagó?

— Si, me contrató por sexo. Estuvo yendo al bar donde trabajo unas semanas hasta que por fin me llevó a su casa y él...siento decirlo así, pero él nunca mencionó que tuviera pareja — parece apenada —. Mira...

— Aubrey, dime Brey.

— Brey. Las reglas de mi trabajo no dicen nada sobre no hacerlo con un hombre con pareja. Esto es una regla mía, cosa mía personal, yo no me meto entre las parejas y solo quería disculparme, si hubiera sabido de ti lo hubiera rechazado — acomoda su bolso en su hombro y se da una pausa —. No tienes porqué creerme, de hecho.

— Pero te creo — me mira sorprendida —, Erick es capaz de eso. Te creo.

— Lo siento...

— ¿Por qué pareces más afectada que yo, Shelly?— hasta me da gracia verla así de culpable y yo ni siquiera he derramado una lágrima por él.

— Cosa personal, de verdad me afectó esto.

— Adivino, uno de tus padres engañó al otro y te dejaron un trauma — ladeo mi cabeza. Ella me mira y después de unos segundos asiente.

— Mi padre a mi madre.

— Típico de padres que dejan traumas — me río y niego con la cabeza —. Escucha, no te culpes, yo sabía que esto estaba pasando y tenía todo calculado para ir a su casa ese día y encontrarte allí. Aquí el único que tiene peso de culpa es él, ni tú ni yo.

— ¿No estás enojada?

— Si, pero no contigo. De hecho, me agradas, si me dejas opinar...— espero que me calle pero me hace una seña con la mano para que prosiga — pareces alguien que tiene muchos problemas y venir aquí a solucionar esto es como quitarte uno de los hombros. ¿Me equivoco?

Entrecierra sus ojos en mi dirección y se cruza de brazos. Luego ríe.

— ¿Qué eres? ¿Psíquica?

— No, pero una mujer con problemas reconoce a una mujer con más problemas.

— ¿Me dejas opinar a mí?— me pide.

— Adelante.

— Tú pareces alguien lo suficientemente inteligente para salir con alguien como Erick… o simplemente, una mujer empoderada que le vale mierda todo el mundo.

— Acertaste — reímos y deshago mis brazos cruzados.

— Creo que ya debo irme — camina a la salida y me hace un asentimiento de cabeza.

— Oye...— me asomo al pasillo llamándola. Se detiene frente al ascensor y me mira — sonará confianzudo, pero voy a salir con unas chicas que no conozco muy bien y como tampoco nos conocemos me parece buena idea que te vengas con nosotras. Parece que necesitas un trago y yo una botella. ¿Qué dices?

— ¿Siempre te vas de fiesta con personas que no conoces?

— Te diría que soy una mujer sensata pero lo he hecho varias veces, así que estaría mintiendo.

— No nos conocemos — recuerda y mira las puertas del ascensor abrirse.

— Mientras nos preparamos tendremos tiempo para eso.

— ¿Prepararnos?

— ¿Qué? ¿Piensas ir con esa chaqueta y esos pantalones? Lo siento, cielo, pero si salimos será con estilo no como pordioseras.

Ríe y asiente. Se acerca a mi puerta.

— Podría robarme tu ropa luego — sugiere ingresando a mi departamento.

— Y yo podría aplastarte tu carrera de bailarina si decides hacerlo.

— Buena amenaza. Me gusta.

Reímos y cierro la puerta de mi departamento.

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