No había absolutamente nada. No había mesas ni muebles, la habitación estaba completamente vacía, lo único que había era una simple mesa y en ella, un solo mensaje.
“Quién sea que vino buscando la cura, lamento decepcionarlos, la cura no existe”.
No podia creerlo, no había cura, no existía. Carter a mi lado suspiró pesadamente y pasó una mano por su cabello, llevándolo hacia atrás. Estaba estresado y yo también. Él me miró, como buscando algo que pudiera decirle, pero no había nada que pudiera a aceptar hacer. Me sentí derrotada y me pegue a la pared para cerrar mis ojos y pensar un poco la situación. Si no existía la cura, ¿para que nos envió a este lugar? No tenía sentido.
—Hay algo aquí, lo siento —Carter daba vueltas por la habitación, con una mano sobre su barbilla, pensando en que estaba mal.
—Carter, buscamos y llegamos aquí, no hay nada. Ya viste la nota, no hay cura.
—Pero debe de haber, no puede terminar así...
—Pues lo lamento, no hay nada que podamos hacer.
—¡Si que lo hay! —gritó desesperado. Algo no andaba bien con él.
—¿Carter, qué...?
—¡Necesitamos encontrar la cura! ¡Debemos hacerlo!
—Carter, por todos los dioses, cálmate.
—¡Es que no lo entiendes!
¿Qué rayos..?
—¡¿Entender qué?!
—¡Se lo prometí! ¡Prometí que buscaría la cura para salvarlo!
—¿Carter de que....?
—¡De Percy! ¡Cuando supe lo de su herida, prometí que le iba a salvar!
—Pero Carter... Entiende, él ya no está con nosotros, él....
—¡No! ¡No lo digas! ¡Yo se que aún está con vida! ¡Lo sé!
—Carter...
—Lo sé, él... Él está vivo, lo presiento....
Pronto dejó de hablar y se dejó caer al suelo, cayó de rodillas y comenzó a sollozar, estaba sufriendo tanto como todos. Él simplemente terminó por explotar, no aguanto más. No pude verlo así, se me rompió el corazón. Me acerqué con cuidado a él y lo abracé, Carter se aferró a mí con fuerza y descargó todo lo que tenía guardado. Y yo no me quedé atrás, también lo saqué todo. Pasamos horas ahí, no se cuanto tiempo, tampoco sabíamos que ya había pasado la noche. Nos separamos y ambos nos limpiamos las lágrimas que quedaron allí. Nos levantamos y a punto de retirarnos de la habitación, Carter se detuvo y cuando iba a preguntar por qué, él se volvió a mi y sonrió de oreja a oreja.
—Creo que ya se por qué estamos aquí.
Fue lo único que dijo, antes de salir corriendo hacia donde los demás chicos, al llegar, algunos ya estaban levantados y otros dormidos, cuando vieron a Carter llegar corriendo, temieron lo peor, pero su preocupación se fue al ver que iba hacia la computadora, lo seguí a paso rápido, sabiendo que todas las miradas estaban puestas en nosotros.
—Carter, ¿qué buscas?
—¿Recuerdas que decía exactamente la nota que dejó Tomas para quien sea que encontrará esto? —preguntó, a lo que asenti—. Bien, esto puede ser una pista hacia algo mayor, su gran secreto, la cura...
—¿Eso que tiene que ver? ¿No que no había cura?
—La hay, y se como descubrir donde está.
Pronto los demás se acercaron a nosotros para saber que estaba pasando. Rápidamente les expliqué como pude lo que estaba sucediendo, estos estaban realmente confusos. Carter se frustraba cada vez que algo le salía mal, nosotros le dábamos aliento y este comenzaba a sudar de lo mal que estaba pasando. Al final, pasaron horas y horas y después de tanto, por fin dió resultado.
—¡Lo tengo! —exclamó de pronto Carter, todos nos asustamos. Prácticamente estábamos dormidos y eso nos mató del susto.
Carter se movió y nos miró a todos con una gran sonrisa. Pero estaba esperando a que reaccionaramos. Una vez que estuvimos todos despiertos, comenzó hablar.
—Ya se por qué Tomas nos envió aquí, pero lo siguiente que diré, es que no tiene sentido.
—Apúrate Carter —Nico se miraba ansioso. Carter sólo asintió.
—La nota que dejó Tomas, sobre que no existía la cura... Es mentira. Si existe, pero...
—¿Pero qué...?
—No dice donde, solo hay una frase escrita.
—¿Y qué dice? —preguntó Leo, Carter le miró y habló.
—“La cura siempre ha estado frente a ustedes, si no lo pueden ver, deben buscar más allá, en un lugar donde está más protegido que nunca, un lugar en el cual nadie sospecharia, siempre está contigo y nunca se va.”
—¿Eso...? ¿Tiene algún sentido? —dijo Frank—, por que yo no le veo ninguno.
—Es algo que siempre está frente nuestro, ¿pero qué?
—No lo sé —dije, todos me miraron—, pero con la información que tenemos podemos volver y hablar con Tomas y Evan, además, antes de irnos de aquí, necesitamos..
—.... La sangre de un zombie, por que si dicen que la cura existe, tal vez se refiera alguna de esas criaturas —comentó Piper.
—Hay algo aquí que no está bien, algo más sucede, lo presiento.
—Carter sabemos que algo no tiene sentido, pero debemos seguir adelante y conseguir lo que necesitamos, ¿está bien?
—Si, quedó claro. Ahora descansemos, necesitamos fuerzas para mañana.
—Carter tiene razón, vamos chicos.
Nadie dijo nada y asintieron silenciosamente, cada uno fue a un lugar para poder descansar mejor y estar preparados para mañana, sin saber que desde ese día, todo cambiaría, para bien. Nuevos aliados y reencuentros inesperados.
***
Al día siguiente nos levantamos al amanecer. Arreglamos todo y salimos del lugar, dejando todo atrás, todos tenían caras serias, después de haber sabido parte de la verdad, los chicos no estaban a su cien por ciento. Pero aún así, todos se mantenían en forma y atentos a cualquier cosa. Caminamos por horas en el exterior, tratando de buscar un lugar para descansar. Pronto el sueño comenzó a ganarnos y antes de darnos cuenta, ya nos encontrábamos corriendo de unos zombies al tratar de quitarles una muestra de sangre. Corrimos por las calles de Nueva York, escapando de cada criatura, un par de veces tuvimos que parar para poder tomar aire y trazar un plan.
Al final llegamos a un lugar sin salida, metidos en las alcantarillas. Pues al final no sabíamos a donde nos llevaría, eso estaría en manos del destino, cuyo objetivo era reencontrarnos con algunas personas inesperadas. Nadie sabía que iba a suceder esa noche y lo que llegará a pasar, se quedaría en secreto con todos, hasta que llegue el día que la verdad salga a la luz. Entonces un sonido desde el otro lado nos hizo saltar del susto, pero antes de salir corriendo para escapar, unos zombies que estuvieron todo el tiempo escondidos, nos rodearon y comenzaron a tratar de agarrarnos, nosotros nos los tratamos de quitar encima, pero eran muy molestos. Carter con ayuda de su magia egipcia, detuvo a cinco de ellos, me miró y me pidió permiso para extraer la sangre que se necesitaba, asenti y él prosiguió.
Tuvo varios intentos hasta que por fin lo logró, lleno de sangre y rasguños, pero lo logró. Nosotros por otro lado nos defendimos bien, Jason con su espada de oro imperial pasó cortando cabezas todo el tiempo, gracias a Hazel y sus piedras, pudimos contener algunos zombies mientras Frank, Nico y Piper pasaban a matarlos también. Leo con su fuego mantenía una línea entre los Zombies y nosotros, así le daba tiempo a Carter de extraer la suficiente sangre, mientras también nos ayudaba a nosotros. Cuando todos los Zombies estaban muertos, pudimos respirar profundo y tratamos de descansar, eso si nos había matado. Pero entonces escuchamos más ruidos detrás de nosotros, no queríamos saber de qué trataba, pero ya teníamos unas ideas de que era. Y nuestras sospechas fueron acertadas al ver cómo Leo se fijaba apenas y este volvía con nosotros pálido.
—No quiero preguntar, de verdad, pero... ¿Leo que fue lo que viste? —me miré y este asintió despacio.
—¿Qué pasa si les digo que hay literalmente una manada de zombies corriendo hacia nosotros muertos de hambre? ¿Me creerían?
—Valdez, vivimos en un mundo plagado de ellos —le respondió Nico, mientras llevaba su mano a su frente, exhalando el aire, tratando de mantener la calma y no matarlo.
—Bueno, nos van a comer así que...
—Corran.
Y no hubo más, todos tomaron sus cosas de nuevo y empezamos a correr de ellos, estos al escuchar el ruido que hacíamos con los pies en el suelo, no dudaron y también corrieron, pero esta vez detrás de nosotros para darnos caza. Nosotros nos alejábamos siempre, pero ellos llegaban a nosotros en un parpadeo, debo admitir que estos zombies si que son rápidos, pero lo que no entiendo es, ¿si son rápidos, son los mismos zombies de siempre o no? No pude responder por que cuando escuchamos ruidos más adelante de nosotros ya era tarde, terminé estrellándome con uno de ellos y ambos caímos al suelo. Pero lo que no me esperaba era que a continuación, esos zombies hablaran.
—¡¿Rachel estás bien?! —me preguntó Carter detrás mío, iba a contestar, pero el zombie debajo mío lo hizo.
—¿Rachel...?
Esa voz... La conocía desde hace mucho, jamás podría olvidarla. Apenas dijo eso, detrás suyo aparecieron otras dos personas e iluminaron el lugar, dejándonos ver quienes eran. Él me ayudó a levantarme y una vez de pie, las lágrimas salieron de mis ojos, avancé hacia él y le toqué la mejilla, él al sentir mi mano, cerró los ojos disfrutando la caricia, fue entonces cuando baje mi mano y lo abracé fuertemente, luego me separé.
—¿Percy..?
—¿Percy..? —repitió Jason detrás mío, al girarme pude verlo con lágrimas en los ojos—, ¿Bro...?
Pero no se movía de lugar, luego Nico a mi lado habló.
—¿Luke...?
—¿Nico...?
—¿Silena...? ¡Silena!
—¿Piper...? ¡PIPER!
Lo siguiente no me lo esperaba y pronto Piper y Silena ya se encontraban abrazándose y dándose besos, luego de separse ambas comenzaron hablar.
—¿Cómo es qué...?
—Es bueno volver a verte, hermana.
—Igualmente.
—¿Percy cómo es qué estás aquí? —me atreví a preguntar, él al frente mío me miró con una sonrisa triste, pero cuando iba hablar, él ruido de pisadas lo hizo ver detrás mío.
—¿Quienes...? —trató de preguntar, pero antes de hacerlo, lo hice yo.
—Una manada de zombies y están enojados.
—Si, de eso me doy cuenta. Hay que irnos, ahora.
—Pero, ¿a dónde? —le preguntó Luke. Percy sonrió, esa sonrisa sólo significaba una cosa; locura.
—Percy Jackson —dije, él me miró con esa sonrisa y una ceja alzada—, ¿qué locura vas hacer ahora?
—Esa Rachel, es una excelente pregunta, pero para contestarla, necesitamos irnos así que... Detrás de nosotros hay una represa hedroeléctrica, necesito, necesito que salten, yo haré el resto.
—¿Y tú...? —preguntó Frank detrás mío, Percy le miró y suspiró.
—Me quedaré unos segundos para detenerlos, mientras ustedes saltan.
—No pensamos dejarte otra vez —habló firme Piper, yo también quería decirle lo contrario, pero sabía que tenía razón.
—Eso no está a decisión, es una orden y punto —le respondió Percy, mirándola, luego sonrió de nuevo—, y no intentes tu magia conmigo, Piper. No va a funcionar.
Ella al ver que fue descubierta, chasqueo la lengua y negó con la cabeza, todos nos preparamos y lo seguimos cuando él se movió, al llegar al final, pudimos ver y escuchar el agua que había debajo nuestro. Teníamos que saltar todo eso y era extremadamente peligroso.
—¿Sabes que esta altura puede matarnos, no? ¿Eres consciente de eso?
—Sip, pero agradezcan que soy hijo de Poseidon. No les va a suceder algo, a menos claro, que algo me pase a mí.
—Percy eso no es gracioso.
—Vale, lo siento. A la cuenta de tres saltan, ¿de acuerdo?
Todos asentimos y nos preparamos, nosotros solo esperamos sus instrucciones, él por otro lado estaba aún en las alcantarillas, esperando a los zombies. El tiempo pasaba lento y cuando menos lo esperamos, Percy comenzó el conteo, me preparé y respiré profundamente, a mi lado los chicos estaban igual de nerviosos.
—¡Uno! —me acerqué un poco más a la orilla, mirando el agua, trague saliva—, ¡dos! —solo faltaba muy poco, solo una más—, ¡y.... Tres! ¡Ahora, salten!
Exclamó Percy con todas sus fuerzas, nadie espero nada y saltamos todos a la vez, la altura era demasiada y cuando quisimos mirar hacia abajo, ya habíamos llegado y el golpe no se hizo esperar, apenas lo sentimos y entonces, alrededor nuestro, una gran burbuja se formó para cada uno, y cuando estuvimos dentro, respiramos aire. No nos podíamos ahogar, estábamos seguros. Al rato de esperar, escuchamos cómo algo cayó al agua, inmediatamente nos dimos la vuelta para darnos cuenta de que era Percy, con una gran sonrisa. Comenzó a nadar hacia nosotros y nos hizo señas, al final lo seguimos y salimos de la superficie. Las burbujas explotaron y ahora estábamos a salvo. Respirábamos intranquilamente, tratando de tomar todo el aire posible, nos habíamos llevado un gran susto.
Luego de habernos calmado, respiramos profundamente y nos levantamos del suelo lleno de tierra y miramos a Percy admirar el amanecer, este parecía feliz, pero triste a la vez y fui yo la que me atreví a preguntar.
—¿Percy cómo es qué estás vivo? ¿Cómo lo están los tres...? ¿Qué... Qué fue lo que sucedió...?
Él sin apartar la vista del amanecer, habló con calma y suspirando.
—Esas son muchas preguntas, Daré. Pero respondiendo... Ni yo mismo se cómo es que estoy vivo, solo lo estoy.
—Esa no es una respuesta creíble, sabemos que estás aquí pero, ¿cómo? —Leo parecía a punto de explotar por saber que sucedió.
Percy chasqueo la lengua y se giró a nosotros, nos miró a todos y volvió hablar.
—Es una larga historia....
—Tenemos todo el tiempo del mundo, Jackson —Nico parecía impaciente, pero sabía que estaba con demasiadas emociones y necesitaba respuestas, igual que todos. Pronto nos sentamos en el suelo y algunos en rocas u objetos que hallaban. Entonces Percy nos miró y volvió a suspirar.
—Vale, todo sucedió....