Perfidia || FW || +18

By litaahhtatte

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CONTINUACIÓN DE "A escondidas" ; Después del desengaño de Fred, Ylenia decae. Tendrá que llevar su vida adela... More

Perfidia
1: Una pesadilla
2: Cambio
3: La orden
4: Scamander
5: Regalos
6: Horóscopo
7: El armario
8: Página 93
9: Privet Drive
10: Confesiones y explicaciones
11: Acompañante
12: Lo mejor para ella
13: Flores marchitas
14: Neal's Yard
15: Cumpleaños en el banco
16: El juego de mesa
17: Fiesta de trabajo
18: Luna de Loto
19: Indecisa
20: Sociología
21: El amor...
22: Niffler
23: Familia Graham
24: Un sabio consejo
25: Saludos a Remus
26: La pesadilla de Fred
27: Comida de trabajo
28: Rara
29: Riñas familiares
30: Fuegos Artificiales
31: El despacho de papá
32: Discoteca muggle
33: Estás enamorado
34: Soy una tonta
35: Tranquilidad
36: Contigo o sin ti
37: No somos novios
38: Apetito sexual
39: Hablar a solas
40: Formando nombres
41: No cuentes conmigo
42: Tú y yo contra todo
43: El ascenso
44: Arreglos y equivocaciones
45: Los rubios franceses
46: La familia Weasley-Lupin
47: La verdad
48: Oportunidad de confianza
49: Sacrificios
50: Licor de Sandía
51: La noticia
52: Vivir juntos
53: Celos enfermizos
54: Altibajos
55: La casa
56: Proposición a George
57: El postre
58: Traslado al piso
59: Mal presentimiento
60: San Mungo
61: Pérdida
63: Dolor persistente
64: Cuidadoso
65: Helado de carmelo.
66: Es la hora
67: Después
68: Elección
69: Decisión
70: Padrino
71: Ser padres
72: Tiempo para nosotros
73: New York
74: Ocho hijos
75: Proposición
76: No es amor de verdad
77: Vergüenza
78: Día normal
79: Reencuentros
80: La charla
81: Amor platónico
82: Investigando
83: Apuesta
84: Trampa
85: Perdedora
86: Mal humor
87: Sortilegios Weasley
88: Morbo
89: Calidad de maldad
90: Entrevista de trabajo
91: Domingo
92: Día libre
93: Primer cumpleaños
94: Santa Claus
95: La broma
96: Lupin-Weasley
97: Luna de Miel
98: Vacaciones
99: Lilyan Dora
Perfidia
Capítulo especial.
Capítulo especial.2
Capítulo especial.3

62: Siete meses

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By litaahhtatte




-¿Entonces está bien?- pregunta Ylenia.

Su hermano asiente, dejando que un suspiro desatore su garganta.
-Está.. bueno, bien no está, pero, físicamente y todo eso, sí.

-¿Dónde está?- vuelve a hablar la menor mientras recibe caricias en el brazo de parte de su novio.

-Me ha pedido que no se lo diga a nadie.. ni a papá ni a ti.

-Pero...

-Lo siento, hermana- se encoge de hombros mirándola con súplica -. Ella está bien, de hecho, iré a quedarme con ella, tú te quedas con papá, ¿no?

-Sí, yo me quedo con papá, descuida.

-Está bien- asiente -. Bueno, voy a coger algunas cosas y me voy- se acerca a la Lupin y deja un beso en su cabello -. Nos vemos hermanita, cuñado...- se despide con la cabeza y se dirige hacia las escaleras.

La chica suspira, dejando caer sus hombros con pesadez.

-Por lo menos sabes que está bien- Fred camina para ponerse delante suya -. Ya sabes, y si Ed está con él es menos preocupación.

-Sí, por esa parte estoy más tranquila- intenta sonreír y alza las cejas -. Pero, no sé.. ¿crees que se van a arreglar?

-¿Tus padres?- se asegura y ella asiente. Fred suelta un suspiro -. No sé, nena, es todo muy... delicado y complicado. Todo depende de tu madre, a decir verdad. Así sois las mujeres Lupin-Tonks- intenta bromear para hacerla sentir mejor, dándole un pequeño empujón en el hombro.

La castaña suelta una pequeña risa.

-Voy a hacer algo de cenar- se levanta de la silla y se aleja de Fred para ponerse al otro lado de la encimera -, no sé que hacer...

Mientras ella saca una cacerola del cajón, Fred se acerca.

-Pasta- afirma la chica.

-¿Pasta?- el pelirrojo le arrebata la cacerola de las manos y ella lo mira -. Se nos va a poner cara de Italianos, cielo- bromea riendo -. Déjame que haga yo algo.

-Está bien- acepta, apoyándose en la encimera.

-Empanada, ¿te apetece?- pregunta, volviendo a guardar la cacerola.

-Vale- sonríe, acercándose para apoyarse en su pecho -, haz para ti también y te quedas a cenar, ¿quieres?

-¿Remus estará bien?

-Remus estará bien- asiente alzando el rostro para verlo -. Ven aquí- tira de la camisa del Weasley, obligándolo a inclinarse para tener su rostro más cerca -. A mi papá no le va a importar- se alza un pelín para poder llegar a besar esos labios suaves con sabor a caramelo que tanto le gustaban.

-Cómo digas- asiente, volviendo a besarla mientras nota la pequeña sonrisa de la chica en mitad de aquel segundo beso.

Después de que Fred terminase de hacer la empanada, Remus llega a la cocina, tambaleándose, consigue sentarse en una de las sillas.

Su hija lo inspecciona. Su camisa estaba medio desabrochada, tu cabello despeinado y su templante ido.

-Papá- lo llama, y el castaño sube la cabeza con lentitud para mirarla con ojos lacios -, ¿qué has tomado?

-Sólo.. un poquito... de.. Whisky.

Ylenia suspira, negando con la cabeza. Cuando decide hablar para regañarlo, Fred agarra su brazo.

-Déjalo- murmura -, lo está pasando mal, no lo regañes por intentar sentirse bien..- la chica suspira -. Suegro- dice, acercándole un plato a Remus -, tome, coma algo.

-Que bueno, ¿quien hizo esto?- pregunta, llevándose la empanada a la boca.

-Yo- dice Fred -. Siéntate- tira del brazo de la embarazada para que consiga sentarse, y él lo hace a su lado.

Sirve comida para cada uno y comienzan a comer, aunque, ella, sólo hacía mirar a su padre, que estaba borracho comiéndose la empanada con ganas.

-Tú me caes muy bien- dice el hombre lobo -, aunque intente aparentar que no... sé que .. eres el único.. que.. hace feliz.. a mi niña- Fred asiente, oyendo a su suegro desvariar -. Ya sabes, ella te ama mucho...

-Y yo a ella, suegro.

-Lo sé, se nota.. sabes...- dice, siendo interrumpido por hipo -. Quiero ir a la cama.

La chica se levanta, siendo imitada por el Weasley, que agarra a su suegro cuando se levanta.

A rastras, el pelirrojo tiene que llevar al hombre lobo hasta su habitación, ya que le había dicho a Ylenia que lo haría el sólo.

Tras dejarlo allí durmiendo la mona y volver a la cocina para terminar de cenar, la chica suspira.

-Nena- con su varita, Fred vuelve a calentar la empanada -, no lo culpes...

-Lo sé- trata de comer, mirando al pelirrojo que tenía enfrente.

-Estás muy lejos.

Ella sonríe, levantándose para agarrar su silla y colocarse justo a su lado, pegada a él.

-Así mejor- murmura el pelirrojo.

La Lupin sonríe débilmente.
-Quédate conmigo esta noche...

-¿Quieres?

-Sí... quédate conmigo.

Fred asiente, acercándose para dejar un beso en su frente.
-Claro, ángel.


Después de asegurarse de que Remus no hubiera vomitado y de recoger un poco la cocina, la pareja llega a la habitación de la menor.

-¿George estará bien solo?- habla ella, cerrando la puerta.

-Sí- el pecoso asiente, agarrando sus caderas para acercarla a él, aunque no del todo por la gran barriga de la embarazada.

-Gracias por estar conmigo- Ylenia se alza sobre sus pies, llegando a sus labios para dejar un suave beso -, te quiero, mi Fred.

-Yo a ti más- murmura en sus labios, causándole cosquillas en la piel -, Lizzie...

-Estoy tan cansada- dice, apoyando la cabeza en su pecho -, ayer no dormí casi nada, estuve pendiente de mi papá y..- suspira, oyendo el latido del corazón de su chico -... me encuentro exhausta.

-Pues duérmete, cielo.

-Es que estoy demasiado nerviosa como para dormirme...

-Ven- el pelirrojo tira de su mano y la sienta en la cama.

Va hacia el armario y agarra un pijama de la chica, lo pone al lado suyo y comienza a quitarle el vestido.

-¿Qué?- pregunta ella cuando la deja sólo con las bragas -, ¿quieres follar ahora?

-No- ríe, hincando la rodilla para ponerlo los pantalones con lentitud -, hombre, tú sabes que yo siempre estoy dispuesto.

Ella ríe.
-Si no estuviera tan cansada, te daría un buen meneo, pelirrojo- dice cuando Fred le pone la caliente camiseta de pijama.

-Anda, túmbate.

El pelirrojo se quita los pantalones mientras ella destapa el edredón de la cama y se mete bajo las sábanas.

Se mete con ella en la cama, notando el calor que le brinda el cuerpo de su novia.

La castaña apoya la cabeza sobre el pecho del Weasley y suelta un suspiro pesado.

Estar con él le daba tanta paz. Tumbarse entre sus brazos y oír cono le latía de rápido el corazón, le daba demasiada tranquilidad.

Eso era lo que Ylenia notaba, lo tranquila que estaba a su lado, lo feliz que la hacía.

Incluso estando en su peor momento, él siempre lograba hacerla sonreír en cualquier momento.

Y aunque quería enfadarse con él por no haberla dejado ir cuando su abuelo estaba en peligro, no podía.

Aparte de que entendía las razones del mayor, no podía pensar en molestarse con él, verle la cara ya le iba a hacer que el enojo se le fuera en menos de un chasquido de dedos, y no iba a perder el tiempo en una tonta pelea que terminaría en sexo, pudiendo tener sexo porque sí.

[...]

Los cuatro días siguientes fueron del todo raros para la chica.

Su madre aún no había aparecido por casa, y su hermano no quería decir su paradero, aunque no podía culparlo. La incertidumbre de no saber cómo se encontraba Tonks la estaba haciéndose sentir fatal, pero según Edward ella estaba anímicamente bien.

Remus había estado bebiendo entre días, desahogándose con Fred mientras Ylenia los tenía que dejar solos mientras hacía sus cosas.

Ella no había tenido si quiera un momento para hablar con una persona que no fuese su novio o su padre, ni siquiera con George, al que no había visto desde el día del hospital.

Ahora, la pareja había llegado a la casa Lupin, llegaban de la ecografía de la semana veinticinco, casi siete meses.

Su barriga no le dejaba hacer gran cosa, así que Fred era el que hacía la mayoría de las tareas. Antes no era tan diferente, se ayudaban entre los dos pero él acababa haciendo más ya que no le gustaba que ella hiciese mucho. Era un sin sentido, pero ella lo aceptaba.

-Siete meses- Fred deja las cosas sobre la mesa del salón-, y parece que te va a estallar esa barriga.

-Es que me va a estallar- se queja, sentándose en el sofá -. Oh, Merlín... me están matando los pies- se quita los zapatos y suspira aliviada.

-Ya te he dicho que no te pongas más tacones- dice él, sentándose a su lado -, pero no me haces caso. Que no estás para ponerte tacones, Lizzie...

-¿Me estás llamando gorda?

-No, no.

Ella hace una mueca.
-Me estás llamando gorda- afirma esta vez.

-A ver que no, que no te estoy llamando gorda, sólo que tienes a dos personas dentro de la panza, no es tan..- cuando va a terminar la frase, Ylenia lleva una de las manos del pelirrojo hacia su gran barriga -. ¿Qué..- sonríe al notar aquello.

Algo se movía, y eran los bebés.

Se arrodilla ante ella y coloca la otra mano en la barriga, poniendo ambas a cada lado para notar mejor los movimientos, quizás patadas, de los bebés.

La castaña sonríe al ver la tierna reacción de su chico, que tenía una entusiasta sonrisa dibujada en el rostro.

Lleva una mano hacia el cabello de Fred y lo acaricia mientras él sigue sintiendo aquellas patadas.

-Fred- lo llama cuando lo ve agachando la cabeza -. Freddie... ¿estás llorando?- ahueca el rostro entre sus manos y lo hace mirarla -. Amor... - sonríe tristemente al ver pequeñas lágrimas derramadas sobre sus mejillas.

-Es que- suspira -... me ha entrado una pelusa en el ojo, eso es todo.

-Ya...- suelta una risa débil y observa a su chico.

-Estoy tan feliz...- murmura - Aunque estemos en un mal momento, tú me haces feliz, Lizzie, ustedes me hacen feliz- dice, acariciando la barriga de la embarazada -. No sabes cuanto... y no sabes las ganas que tengo de verle las caras a esos renacuajos, ojalá tengan tus preciosos ojos.. nena.

-A mi me gustan los tuyos.

-¿Sí?- ella asiente, y Fred se acerca para dejar un beso duradero en sus finos labios -, a mi me gustas tú.

-Eso ya lo sabía.

-¿No me digas?- haciéndose el sorprendido, sonríe -. Creída.

-Ay, sí..- voltea los ojos y ríe -. Fred.

-¿Hm?

-Tenemos un rato a solas...- el pelirrojo la mira alzando las cejas, en busca de una respuesta -. Hm- ella asiente -. Ya sabes, Remus no está, y quizás podamos pasar un buen rato a solas...

-Tenemos que ir a recoger a tu padre...

-Hm- la chica envuelve los hombros de Fred con sus piernas, haciendo que su falda se abra completamente y él ponga los ojos como platos -. Mi padre está bien acompañando en la Madriguera- despreocupa, sonriendo pícaramente -... podrá esperar un rato más, te prometo que no será mucho tiempo.

-No puedes decirme que no será mucho tiempo- el pecoso se relame los labios, acariciando sus piernas -, llevo una semana sin tocarte, no puedo ser rápido contigo en esas circunstancias, si lo hago, necesitaré disfrutarte.

-Yo quiero disfrutarte ahora, Freddie- murmura, sintiendo los besos de Fred en su entre pierna -, hm...- gimotea - Uno rápido, y luego te compensaré.

Pero, por el santísimo Merlín, ¿cómo iba a negarse ante esa propuesta? Para él era imposible.

Así que sigue besando su entrepierna, subiendo dejando un rastro de besos hasta su ingle, dónde deja una pequeña lamida con la lengua que hace que la chica se remueva en su sitio.

-¿Cómo puedo negarme ante ti?- murmura él, subiendo la mirada para admirar su suplicante rostro - No puedo, ángel...

La chica jadea cuando Fred deja un áspero beso en el centro de su ropa interior.

¿Por qué la ponía de esa manera?
¿Por qué era Fred el único que la podía hacer sentir así?

La volvía tan loca, Merlín.

Ylenia observa sus movimientos cuando él se dispone a deslizar las bragas por sus muslos y quitárselas totalmente.

-Quiero hacer un tiempo récord- dice él.

-Ah, ¿no me digas?- pregunta, alzando las cejas con diversión -, ¿y cómo?

Su respuesta fue un lametón en sus labios vaginales, repentina y acaloradamente, haciéndola jadear.

-Ah...- gimotea cuando Fred coloca los muslos sobre sus hombros y acerca su rostro a la feminidad de su chica -... Fred- deja caer su cabeza hacia atrás cuando comienza a succionar -... Santísimo Merlín.

El pecoso reemplaza la boca por sus dedos, dando en su débil botón.
-A ver cuánto tardo en hacerte venir sólo con la boca- sonríe maliciosamente, viendo el excitación en el rostro de la embarazada -, mi preciosa, quiero oírte gemir, no te calles, ¿está bien?- ella asiente -. Así me gusta, nena, obedeciendo todo lo que se te dice.

Fue lo último que dijo antes de volver a acercar el rostro a su feminidad.

Y lo hace como a ella le gusta.

Abre bien su parte íntima y usa su lengua para explorar su interior completamente.

Fred sabía perfectamente los movimientos que tenía que hacer con la lengua, mientras uno de sus dedos frotaba su clítoris.

Sonaba raro, pero aquel pelirrojo conocía a la perfección su intimidad, y sabía cómo hacerla venir.

No fueron necesarios más de tres minutos para que la chica terminase en la boca del chico, que se separa para mirarla mientras un angelical y fuerte gemido sale de sus preciosos labios.

La castaña lo mira, embriagada por el placer que acababa de sentir, viendo como él relamía los flujos que ella había dejado en su boca.

-Mi sonido favorito- dice con una ladeada sonrisa mientras observaba como ella se retorcía entre sí en el gran sofá -. Estás bien mojada- relame sus labios por última vez y se levanta, desabrochándose el pantalón para deshacerse de él -, ¿lista?

-Muy- traga grueso, observando como Fred de deshace también de sus bóxers y se acaricia a sí mismo mientras se acerca.

Ylenia hace un amago y se echa sobre el sofá, dejándole espacio a Fred para que apoyase las rodillas en el sofá.

El pelirrojo le abre las piernas, dejando de auto acariciarse para observarla antes de penetrarla cuidadosamente.

Una vez dentro, comienza con las embestidas, sin apoyarse sobre ella y quedándose de rodillas por la barriga del embarazo que había crecido bastante.

Ella, que sus ojos se encuentran en el submundo, gime, rodeando la cadera del mayor mientras la embestía con la mirada pegada a sus ojos.

La chica gime, sin poder controlar los que salen de su boca, y deja su mirada fija sobre él, haciendo un largo contacto visual mientras follaban.

-Eres una puta fantasía- dice Fred entre jadeos, entre abriendo la boca cuando nota la sensación de las paredes de la chica apretando su miembro.

La Lupin jadea en respuesta.

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