Dos días después de todo lo sucedido, todos volvieron a sus casas, excepto Ylenia y Fred, que acompañaron a la familia de la chica a la casa Lupin.
El ambiente estaba demasiado tenso, pues ninguno de los presente se atrevía a hablar.
Tonks, que no había dicho ni una palabra desde que salieron de San Mungo, estaba con una expresión totalmente seria y ida.
-Recogeré mis cosas y me iré.
Aquellas, fueron las primeras palabras de la mujer al llegar a la casa.
Los hermanos Lupin se miraron entre ellos, confusos por lo que acababa de decir su madre.
-No es necesario, Dora- dice el hombre lobo.
-Claro que lo es- lo mira molesta y se va de la cocina, dejándolos solos.
Remus, que suspira, va tras ella. Ambos suben las escaleras, despareciendo en el pasillo de arriba.
-Yo iré a darme una ducha- dice el mayor, despareciendo al igual que sus padres.
-Tú deberías hacer lo mismo, cielo- habla el pelirrojo.
-¿Eh?- dice distraída.
-Que tú también deberías ir al piso y ducharte..
-Sí, lo sé- asiente, sentándose en una de las sillas de la cocina -. Pero antes quiero hablar con mi padre.
-Claro- Fred se sienta a su lado.
-Tiene que estar destrozados- dice, negando con la cabeza mientras lleva una de sus manos hasta su gran barriga -. Yo no podría seguir viva si me pasase eso... es horrible.
El mayor lleva su mano a la de su chica, también acariciando su barriga de embarazada.
-Sí que lo es, cielo.. no imagino lo que se siente...
Ella asiente.
-Si me duele a mi, imagínate a ellos...
Él sonríe tristemente, acercándose para dejar un beso casto en sus labios.
-Lo siento tanto, mi amor...
-Lo sé, pelirrojo- sonríe vagamente y suelta un suspiro pesado -. Gracias por estar con nosotros..
-Sois mi familia también.
-Te quiero demasiado, mi Fred.
-Yo muchísimo más, Lizzie...
Ambos giran al escuchar unos pasos en la escalera. Ven a los padres de la embarazada bajar, Remus le hablaba, pero ella seguía caminando sin hacerle casi hasta llegar a la cocina.
Tonks se mete en la chimenea y desaparece tras rayos y humo verde.
El hombre lobo lleva las manos a su cabeza, tirando de su cabello algo frustrado, se estira y sale rápidamente a la terraza.
La pareja se levanta.
-Fred- dice ella -, mejor que te vayas al piso y comas algo, descansa, no hemos dormido nada estos días. Yo me quedaré hablando con mi padre, no sé que ha pasado para que mi madre se vaya de casa.. pero estoy muy preocupada.
-¿Estarás bien, nena?
-Estaré bien- asiente -, iré más tarde al piso, ¿vale? Tú ve.
-Está bien, preciosa- se acerca para darle un dulce beso y sonríe levemente -. Te quiero, te esperaré despierto.
-Yo a ti más- asiente -. Anda, ve.
Después de que el pelirrojo se fuese, la chica sale al jardín, encontradose a su padre de cuclillas en el suelo, con las manos tapando su rostro.
-Papá.
Remus la mira, sus ojos llenos de lágrimas y dolor mientras su hija lo miraba con compasión.
-Voy a hacer té, entra a casa. Conmigo.
-Sí, mi vida- el mayor se limpia las lágrimas y camina hasta su hija para rodearle los hombros y caminar hacia la cocina, dónde se sienta en una de las sillas.
-¿Qué ha pasado?- pregunta ella, hirviendo el agua con su varita -. Entre mamá y tú..
-Creo que la he fastidiado, Elizabeth..- acepta la taza de té con miel y le da un sorbo -. Tú madre está terriblemente molesta conmigo.
-¿Por qué?- se sienta a su lado y suspira.
El hombre lobo traga saliva con dificultad, mirando su taza de té.
-Está bien si no me lo quieres contar- la chica le manda una leve sonrisa mientras agarra su mano -. Entiendo que esto tiene que ser muy difícil para los dos, pero sobre todo para ella, papá... Estoy segura de que a mamá se le pasará el enojo, pero, déjala que afronte su dolor como pueda...
-Es mi culpa- dice, antes de que ella pueda decir una palabra más.
-Claro que no, papi- ella niega, moviendo la cabeza -. No es culpa de nadie, ¿está bien? Las cosas no siempre son..
-Que es mi culpa, hija- vuelve a interrumpirla, mirándola esta vez -. Yo elegí que el bebé muriera.
-¿Qué?
-Mira, Elizabeth...- suspira y comienza a relatar; -. Los médicos dijeron que era o tu madre, o el bebé, ¿qué se suponía que debía de hacer? Yo no.. yo no podía dejar morir a tu madre- el llanto quiebra su voz, dejando a su hija con el corazón roto -. Sé que.. sé que no hice bien.. pero hija, ¿qué debía hacer? No puedo ver a tu madre morir... podemos.. podemos tener más hijos, pero yo no puedo tener a otra Dora en mi vida... ¿Qué hubieras hecho tú en mi caso, ¿eh? ¿Qué hubieras hecho tú si te pasase con Fred?
La castaña, que tenía las cejas alzadas al oír aquella explicación, relame sus labios.
-Dime, hija, ¿qué hubieras hecho tú?
-No.. joder, no lo sé, papá- se atreve a hablar, frunciendo el ceño -. No lo sé... pero... no era sólo decisión tuya, papá. Estuviste mal, y mamá tiene todo el derecho del mundo de molestarse contigo...
-Lo sé, pero..
-Sólo dale tiempo, ¿quieres?- lo interrumpe, acariciando sus nudillos -. Papá, sólo tiempo. Dale su espacio, y por nada del mundo la vayas a presionar.
La Lupin llega al piso de los Weasley, encontrándose a Fred dormido en el sofá, con el mando de la televisión muggle en la mano, la cabeza ladeada echada sobre el sofá y los pies cruzados sobre la mesa.
Se acerca, con una pequeña sonrisa. Le quita el mando de las manos y apaga la pequeña televisión.
Suspira, mirándolo mientras duerme. Acerca su mano para acariciar uno de sus brazos y la sube hasta llegar a su cabello.
-Estoy tan molesta contigo, cabronazo- susurra -. Pero no puedo enojarme- suspira, observando cada detalle del precioso rostro del pelirrojo -. Es que eres lo mejor que tengo, mi pelirrojo... eres lo mejor- lo sigue mirando, sus ojos llenándose de pequeñas lágrimas -. Nunca te alejes de mi, Fred...
Se inclina sobre su pecho y deja un beso a través de aquella camiseta deportiva de pijama, una vez ahí, apoya su cabeza sobre el lugar besado.
-Nunca lo haré, ángel- nota la voz del pelirrojo vibrar, y sonríe levemente -. ¿Por qué me dices esas cosas cuando duermo y no cuando estoy despierto?
La chica suelta una risa débil y se incorpora para verlo.
-Es más divertido.
-Idiota- observa su rostro, dándose cuenta de aquel brillo en sus ojos -, cielo- alarga la mano hasta su cara y limpia una lágrima rodada por su mejilla -... ¿qué tal te ha ido con tu padre?
-Pues...
Después de explicarle lo que había pasado entre sus padres, Fred se veía sorprendido. Le brindaba calor a su chica ya que la había puesto sobre su regazo y dejaba cariñosos besos en su hombro mientras acariciaba el otro brazo.
-Joder nena- exhala, después de oír toda la historia -. Yo entiendo a tu padre, la verdad. Yo habría hecho lo mismo..
-¿Cómo?- pregunta ella, con incredulidad, apartándose un poco de él.
-Que yo habría hecho lo mismo- repite -. Yo no podría estar sin ti, joder, Lizzie.
-No me gusta esto- dice entre dientes -, y si tenemos esa opción, Merlín no me escuche, la decisión será mía porque por algo es mi vida.
-Lo sé- asiente -, pero si tengo alguna oportunidad de evitarlo lo haré, Ylenia, créeme.
La menor se levanta, nótese su molestia.
-No me gusta que digas eso.
-Pues es la verdad.
Ella niega.
-No te lo perdonaría nunca, Fred, lo sabes, ¿verdad? Si hicieses eso nunca te perdonaría.
-Pero al menos seguirías viva, eso es suficiente para mi..
Ylenia suelta un quejido.
-Eres tan idiota- comienza a caminar hacia la habitación y nota como él la sigue -. Merlín, tú y mi padre son iguales.
-Pues, ¿qué quieres que haga?, ¿qué te deje morir?- dice él, cerrando la puerta a su paso -. Estás loca si piensas eso, mujer.
-¿Sabes qué? No quiero seguir hablando más de esto- dice, abriendo su mesita de noche.
-¿Qué haces?- pregunta al ver como coge un par de bragas.
-Me llevo ropa interior, hoy me quedo en casa de mis padres.
-¿Por qué? ¿por la discusión que hemos tenido?
-No- niega, levantándose de la cama -, no es por eso, Fred- se acerca y observa su pecosa cara -. Mi padre está mal, tengo que estar con él- dice, y él asiente.
-¿Voy mañana por la mañana?
-Sí, por favor.
-Está bien, llevaré algo de desayunar para que no tengáis que preparar nada.
-Gracias, amor- se acerca, dejando un largo beso en sus suaves labios -, te quiero.
-Yo más- sonríe levemente y acaricia su espalda -, ¿no quieres que vaya a dormir contigo? Mira y si te pasa algo esta noche.. dolores o..
-Tranquilo- lo interrumpe, relajándolo con una suave sonrisa -. Probablemente duerma con mi padre- suspira -, está muy mal, Fred.
-Normal, cielo, tiene que ser muy duro.
[...]
La mañana siguiente, la chica nota como alguien toca su brazo y la mueve sutilmente.
Abre los ojos con pesadez y ve a su pelirrojo frente a ella, dedicándole una pequeña sonrisa.
-Ven a desayunar- dice Fred, separándose para volver a la cocina.
La chica mira a su padre, que estaba justo a su lado, ella lo abrazaba por la espalda y él estaba acurrucado. Ayer ambos se quedaron dormidos en el sofá.
Se levanta con cuidado de no despertar a su padre y lo tapa con una manta cálida. Se coloca bien el pijama y camina hacia la cocina.
-Buenos días- ella habla, acercándose al chico para darle un abrazo algo duradero.
-Hola- él se lo devuelve, dejando un beso en su coronilla -, ¿qué tal la noche?
-Te extrañé- sonríe levemente, separándose para sentarse -, ¿y George?
-Yo también a ti- pone una taza de té enfrente suyo y ella sonríe en forma de agradecimiento -. George está en la Madriguera- ella asiente, agarrando un par de donuts de azúcar que Fred había traído -. ¿Vas a ir hoy a San Mungo?
-Quiero ir- asiente -, pero antes quiero encontrar a mi madre.
-¿Cómo lo vas a hacer?
-Creo que sé dónde está, pero, no sé, no me atrevo a ir yo.
-¿Por?- pregunta con curiosidad.
-Pues- se toca su propia barriga, sonriendo tristemente -, no quiero que me vea y lo único que piense sea en lo que pasó.. no quiero hacerla sentir mal..
-No es así, cielo- niega el pelirrojo, acercándose para tomar una de sus manos -. Es tu madre y no tiene porque sentirse así.. tú no tienes nada que ver, y el hecho de que estés embarazada tampoco.
-Lo sé, pero no quiero arriesgarme, Fred. Le diré a Ed que vaya él... puede que sea lo mejor, al final, él es su preferido.
-No digas eso- el Weasley suspira -, nena, no te menosprecies.
-Tranquilo, si es cierto- se levanta, dejando escapar un suspiro -. Voy a darme una ducha, despertaré primero a mi padre para que desayune. Gracias por ayudarme- se acerca a dejar un beso casto en sus labios que es correspondido al instante.
-Estaré aquí.
Ella asiente.
NOTA AUTORA
¡Hola! ¿Cómo están?
¿Qué tal les pareció el capítulo?
Sentimental, no sé.
Los leo siempre<3