Nos vemos después; (Lee Jeno)

By Infernos00

789 82 341

"No puedo creer que te hayas desaparecido sin decir nada." "Sabes que no me iría de tu lado." Mis ojos se enc... More

No más mensajes
Punto de partida
¿Soleado o nublado?
¡Nublado!
Riesgos
Recuerdos
Colores Rosas
Compañía
Compañía II
Compañia III
Avanza
Quizás...(1)
¿Quizás...? (2)
Un poco de ti
Halloween I
Halloween II
Confusiones

Luces y sombras

63 5 13
By Infernos00


Como Mark acordó que nos juntaramos a las diez y media fuera de mi edificio, después de mi siesta reparadora aproveché de ayudar a Yang Mi a preparar algunas cosas para los mellizos.

Como era habitual en este tipo de situaciones donde seguro bebía hasta el punto de quedar inservible para el día siguiente, adelanté trabajos de la semana. Pensando en la Cassandra del futuro al darle las responsabilidades a la Cassandra del presente.

Mente de tiburón me dicen algunos.

Siendo pasadas las nueve, decido tomar una ducha y después alistarme, maquillándome con lo básico al no ser tan experta en el arte. Me visto con unos pantalones de cuero y un crop manga larga blanco, tomando una chaquetilla de mezclilla por si llegaba a ser un poco de frío.

Como habíamos acordado, estoy parada fuera de mi edificio a la hora, viendo a mi amigo ahora rubio y con cabello más corto, aparecer con una sonrisa.

—En qué momento. —Digo apenas está a unos pasos, tomándome de su mano para empezar a caminar. —Contexto, please.

Lo inspecciono con mi mirada, tomando su cabeza para moverla de un lado a otro y verlo mejor.

—Después de clases. —Responde con naturalidad, dándole un golpecito a mi mano para que suelte su cara. —Es noche de conquista, hay que verse bien.

Levanto la mano para indicar que no quería saber más de ese tema en específico, haciendo una mueca para mi misma.

—Como sea, te queda el rubio, me agrada. —Finalizo con honestidad. Que no quisera saber las intenciones debajo de ese makeover, no significa que no reconociera que mi amigo se veía bien.

Seguimos caminando con tranquilidad, ya viéndose varios estudiantes ir en la misma dirección. Algunos llevando más cosas para beber, otros que parecían ya haber bebido antes de ir.

Al estar cerca se escucha la música, notando algunas personas ya subidas en el alcohol fuera de la fraternidad.

—No llegan a ser las once, ¿cuál es el sentido? —Reclamo empujando a un chico que venía trastabillando en nuestra dirección.

—Dos razones. Si trabajas temprano, haces todo temprano. Te emborrachas antes, te mueres antes, te despiertas antes. —Explica Mark haciéndose paso entre la gente al entrar al lugar.

—¿Y la segunda? —Inquiero siguiendo sus pasos pegada a su espalda.

—Eres de primero y no sabes beber. —Termina indicando con su cabeza a un grupo de que chicos que se veían cuestionablemente jóvenes.

—Yo no era así en primero. —Recuerdo con claridad jamás haber apagado mundo en alguna fiesta.

—Es porque en primero tenías resistencia de señor que empezó a beber a los doce. —Replica el rubio con gracia. —Ahora estás un poco menos tolerante.

Hago un gesto con mi mano quitándole importancia, siendo jalada de un momento a otro por una tercera persona.

—¡Bienvenidos! ¿Ya bebieron? Acá está su shot de la suerte. —Habla con rapidez un chico de cabellos rojos, entregandonos a Mark y mi unos vasitos con bebidas de colores.

Sin pensarlo mucho bebemos nuestros regalos, haciéndome arrugar la nariz ante la primera sensación quemadora de la noche.

—Expresiones que me gustan. —Dice Yuta feliz al vernos acabar todo.

—¿Qué era? —Le pregunto al japonés tomando otro. Sí, pudo haber sido fuerte pero está rico.

—No sé, me dijeron que los diera. -Responde encogiéndose de hombros. —Cassie, escuché que estás soltera.

Frunzo mi ceño y lo miro mientras bebo mi segundo shotsito, dejando el vaso sobre la bandeja que tenía el chico.

—Te llegó tarde la noticia. —Digo sin muchos ánimos.

—Si quieres te ayudo a buscar a Taeyong... —Sugiere con una sonrisa burlona al alzar sus cejas.

—Gracias, pero no. No estoy interesada. —Doy suaves palmaditas en su brazo.

—Que triste, perdió a su admiradora eterna. —Fingue tristeza en un puchero dramático.

—Jamás me gustó. —Ya me quiere romper la paciencia y no Señor.

—Dices eso porque te rechazó. —Me saca la lengua teñida de morado, imitando su acción como la persona madura que soy. —De todos modos, no era para ti. Aunque...Nakamoto Yuta está disponible.

Guiña sin dificultad, mostrándome esa sonrisa que, sino fuera porque lo he visto en situaciones poco sanitarias, caería en su hechizo.

—Gracias y no. —Termino lanzando un beso en su dirección para darme media vuelta y alejarme de él.

Claramente jamás aceptaría que me llegó a gustar Taeyong. Su rechazo, por más educado que fue, quitó cualquier esperanza de que él me pusiera atención. Así que juré llevar mi secreto a la tumba.

Por el camino tomo otro shotsito de alguna bandeja, sintiéndome ligeramente frustrada al tener como primera interacción una burla del japonés.

Recorro el lugar buscando algo que hacer, dándome cuenta que había perdido mi toque social.

Tenía la opción de volver con Mark y su grupo de amigos, pero la idea de tener a Yuta pegado a mi con sus bromas y a Taeyong incómodo al intentar no incomodarme por estar con otra chica, era lo que último que tenía en mi lista de diversión.

Me voy a la cocina para ver que me podía servir, buscando algún vaso limpio y qué botella se veía llamativa.

—¿Te sirvo algo? —Pregunta una voz detrás mío.

Al girarme me encuentro con un chico mucho más alto que yo, piel ligeramente más bronceada y unos labios de muerte.

¿Por qué mis compañeros de clase no eran así?

—Que mis ojos te vean. —Acepto con una ceja alzada. Tengo mis protocolos.

Él ríe asintiendo. Mostrándome con exageración cuando abría algo y lo echaba en mi vaso.

—Soy Lucas. —Dice una vez acabó, entregandome la bebida y esperando que la probara.

—Cassandra. —Respondo tomándole el aroma y bebiendo un poco.

Al hablar un poco y saber algo de su vida, me hace una invitación a bailar difícil de negar. Había ido a divertirme y lo haría de todos modos.


˗ˏˋ . ˚ ⚡ ˚. ´ˎ˗


Mientras la música envolvía mis oídos, mi cuerpo se movía al ritmo, acoplándose al del más alto sin mucha dificultad. Su mano se posa en mi cintura sin ir hacia otro lugar, acercándome más a su pecho con una amplia sonrisa.

Olía a perfume y ron, una mezcla equilibrada que en esos momentos me parecía más que perfecta.

No sé desde cuándo el Rap coreano se había vuelto bueno para las fiestas y mucho menos cuándo me había aprendido las canciones que estaba cantando muy cerca del rostro del más alto.

Pasan los minutos volando mientras bailo como no lo había hecho hace tiempo, ya habiendo dejado mi vaso en algún lugar.

Lucas me gira para pegar mi espalda a su torso, tomando ahora con sus dos manos mi cintura, apretando esta a media que sus caderas seguían la música.

Mis ojos recorren el lugar por mera curiosidad, pasando por el grupo de mi amigo y el mismo Mark susurrando algo en el oído de una pelirroja.

La sonrisa que se forma en mis labios desaparece al encontrarme con unos ojos conocidos. Viendo como una chica besaba a Wooyoung, mientras este correspondía mirándome casi sin pestañear.

Una sensación de malestar se forma en la boca de mi estómago, girándome para volver a Lucas.

—Me siento un poco mal, ¿me perdonas? —Hablo un poco más alto cerca de su oído por sobre la música.

—¿Estás bien? ¿Necesitas algo? —Pregunta de la misma manera, frunciendo el ceño.

Asiento repetidas veces, diciendo que después hablábamos y así excusarme para ir directo en busca del baño.

Camino entre las personas con algo de dificultad, tomando de alguna bandeja otro shotsito sin pensarlo mucho.

Sentía las mejillas calientes y un malestar en mi cuerpo, no sabiendo si era por el alcohol o la escena que había presenciado.

Al encontrar el baño me meto casi de bruces, cerrando la puerta con fuerza al afirmarme de la manilla. Suelto un suspiro, dando el agua para remojar un poco mis manos y pasar estas por mis mejillas.

Observo mi reflejo en el espejo, pestañeando al notar que todo se movía ligeramente a mi alrededor.

—No puedes llorar, tu maquillaje es muy bonito para llorar. —Murmuro para mi misma, posando la yema de mi dedo índice en el lagrimal y así evitar que se mojen mis ojos.

Celos es lo que menos sentía en esos instantes. Yo decidí no volver con Wooyoung y me mantendría firme a mi decisión. Pero la manera en que sus ojos me observaban, crearon un agujero en mi pecho, casi como si sintiera una especie de maldad en su mirada.

Ya estas muy bebida, amiga.

Después de unos minutos donde creo estar menos mareada, salgo del baño, tomando la decisión de ir directo a la salida y volver a mi departamento.

—¿Qué hacías con ese chico? —Pregunta de sopetón una voz, agarrándome de la muñeca para girarme hacia él.

Jalo mi brazo para intentar soltarme, frunciendo el ceño al toparme con el rostro de Wooyoung.

—¿Pues qué crees? Bailando. Es una fiesta, se baila. —Espeto con sarcasmo, intentando seguir mi camino.

—Se nota que me superas rápido. —Habla de nuevo el más alto, tomando mi muñeca por segunda vez.

—Lo dice quien se estaba besando con una chica. —Tomo su agarre con mi mano libre. —Déjame ir, anda a besarte por ahí.

—¿Celosa? Supongo que ya te dieron deseos de que volvamos. —Se acerca unos pasos más, apretando sus dedos alrededor de mi brazo. —Sabes que soy la única opción bebé, no hay nadie más para ti.

¿La única opción?

No creo estar lo suficientemente borracha para entender tan mal, ¿o sí?

—Déjame tranquila, Wooyoung. Que parecieras tener una obsesión. —Finalizo completamente irritada, empujando su pecho lo suficiente para ser soltada.

Me giro y sigo mi camino como puedo, tomando profundas exhalaciones para evitar llorar.

Y es que me había prometido no seguir llorando por él. Pero sus intenciones detrás de sus comentarios me dolían.

¿Realmente parezco alguien que no tiene posibilidades de estar con más personas?

¿Realmente sólo será él quién me llegue a amar?

Salgo de la casa con la vista borrosa y no por causa de los shots, llegando hasta la acera para sentarme.

Una nube de pensamientos intrusivos llegan a mi cabeza, enumerando todos mis defectos y dándole la razón a mi ex.

Quizá no tenga los suficientes atributos para ser amada por alguien. Quizá no soy interesante y es fácil que se aburran de mi. ¿Por qué alguien se fijaría en mi?

Limpio mis mejillas con enojo, al dejar que este tipo de cosas me afecten tan fuerte.

Pensé que ya estaba mejor, pero se nota que aún faltaba bastante para estar completamente bien.

Me quedo abrazada a mis piernas, teniendo de fondo la música de la fiesta y algunos gritos animados. Sintiéndome sola a pesar de haber casi cien personas a unos metros de mi.

—¿Se me hará costumbre encontrarte así? —Una figura se sienta a mi lado, colocándose en la misma posición de abrazar sus piernas.

Sorbo mi nariz, limpiando algún rastro de lagrimas que hayan quedado bajo mis ojos.

Mi cabeza se gira hacia la persona, encontrándome con un azabache de mirada amable.

—¿Qué dices? Nos conocimos hace unas horas. —Susurro encogiendome en mi lugar al sentir una brisa fresca.

Observo al chico negar un par de veces, sacando de su bolsillo un paquetito de pañuelos con diseño, tendiendo estos hacia mi.

Tomo estos y los examino, alumbrándose mi bombilla al reconocer el tipo de pañuelos.

—Juré que habías sido producto de mi imaginación. —Admito en una risa débil, sacando uno de estos para limpiar mi nariz y otro por debajo de mis ojos.

No sé si me los había entregado como prueba o realmente me los estaba dando. Pero ya eran míos y tenían mis lágrimas.

—Venía de ver a mis padres y te vi llorar en el parque. —Comienza a explicar con tranquilidad. —Jamás he sido de meterme en la vida de los demás, de hecho me considero algo apático. Pero mi instinto me dijo que me acercara a ti. Te veías como una muñeca que estaba a un toque de romperse, como ahora. No decías nada y eso me hizo entender que necesitabas estar con tus sentimientos. Aún así, hice lo posible para darte aunque sea un poco de ánimo.

Me quedo en silencio escuchando sus palabras, apretando el paquetito contra mi pecho, al igual que la última vez. De cierto modo sentía que debía aferrarme a eso.

—¿Hay algo que pueda hacer ahora para que te sientas mejor? —Pregunta con la misma calma, mirando todo mi rostro con una amabilidad reconfortante.

—Te diría que un abrazo. Pero no sé si estás de acuerdo. —Susurro apretando mis labios. —Además, me acostumbro rápido al contacto físico y seguramente no me querré despegar de ti.

—Por mi está bien si no te quieres despegar. —Responde sin dudar, acercándose a mi con precaución.

Se coloca frente a mi de cuclillas, abriendo sus brazos hacia mi con esas sonrisas que solía darte tu madre para tranquilizar tu llanto.

Con algo de vergüenza me acerco a él, dejándome ser envuelta por sus brazos, escondiendo mi rostro en su pecho.

Se sentía cálido, casi como estar en casa después de un día agotador. Su aroma era de perfume de hombre, con algunas notas de algún licor que haya llegado a beber.

Estaba cómoda y de cierta manera segura. Era extraño llegar a sentir algo así de alguien que no había visto más de tres veces. Pero aquí estaba, aferrada a su torso y lo más impresionante, las ganas de llorar se habían esfumado, siendo reemplazadas por una sensación mucho más serena.

Con algo de pesar me separo después de unos minutos, ya con la respiración mucho más calma y las ideas mejor puestas en mi cabeza.

—Muchas gracias. Te suelto antes de convertirme en lapa. —Digo con un poquito más de humor.

—Por mi está perfecto si eres lapa. —Responde con un tono de diversión y sinceridad.

El ruido de su celular nos corta el momento, haciéndole rodar los ojos.

Yah! ¡Jeno Lee! ¿Dónde diablos estás? ¡Llevo media hora buscándote! —Vocifera una voz conocida al otro lado de la línea.

Con que Jeno, finalmente conocía su nombre.

—Estoy ocupado, Jaemin. ¿Qué pasa? —Responde el azabache sin rasgos de alterarse por sus gritos.

¡La chica que te dije no deja de seguirme! Estoy encerrado en el baño y no sé cómo escapar. —Responde Na con un tono de desesperación.

—Amigo, te dije que no le coquetearas. Te metiste sólo en eso. —Me echa un vistazo con rapidez, volviendo a sonreírme.

No hagas eso, que me atacas y yo estoy borracha.

—Además, estoy ocupado. No te puedo ayudar. —Termina de hablar Jeno, recibiendo otro grito por el celular, cortando antes de escuchar las quejas del rubio.

Lo miro con diversión y alzando mis cejas, no creyendo que había simplemente dejado a su amigo y su problemita.

—¿No crees que necesita ayuda? —Inquiero en una fina sonrisa.

—Se las sabe arreglar, sólo no quiere pensar. —Sigo el cuerpo del azabache con mis ojos mientras se coloca erguido, viendo como ofrecía su mano hacia mi. —Ya es algo tarde, ¿te acompaño?

Miro la hora en mi reloj de pulsera, siendo las cuatro menos veinte de la mañana. Joder, que rápido pasó la hora.

Sin dudar mucho tomo su mano, siendo ayudada a pararme, notando como mi cabeza parecía ser sacudida por unos mili segundos.

—¿Bebiste mucho? —Pregunta el chico mientras empezamos a caminar en dirección a mi edificio.

—Nah, lo normal. —No sé, no me acuerdo.

La caminata es lenta y tranquila, siendo Jeno quien habla casi todo el trayecto. Más que nada porque le pedí contarme alguna historia y él con su amplia sonrisa, aceptó contarme algo que había estado escribiendo.

—¿Y qué pasó? ¿Se enamoraron? —Pregunto intrigada por el desenlace de los personajes que conocí hace unos minutos.

El chico ríe negando un par de veces, dejando de caminar cuando estamos en la puerta de mi edificio.

—Tendrás que esperar al siguiente libro. —Dice juguetón.

Miro hacia atrás, notando al conserje dormitando en su puesto, volviendo mi vista a él.

Todo lo malo se había borrado y aunque quizá los pensamientos intrusivos volvieran poco antes de dormirme, estaba completamente agradecida de la espontánea aparición de Jeno. Había llegado como un rayito de luz en el momento preciso.

—Muchas gracias, no sabría cómo agradecerte. —Susurro tomando la muñeca que había sido apretujada.

—No es necesario, me nació. —Dice el chico metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero. —Ve a descansar, tienes cara de muerta.

Gruño suavemente, dándole un fugaz golpe en su hombro, recibiendo una sonora risa como respuesta.

—Buenas noches, ojalá llegues bien. —Me despido con mi mano, entrando al edificio sin hacer mucho ruido y no despertar al hombre.

Toco un par de veces el botón del ascensor, viendo como mi salvador se iba justo en el momento las puertas de metal abren.


˗ˏˋ . ˚ 🌱 ˚. ´ˎ˗


¡Hola chucurrimines! Bueno, tercer capítulo y ligeramente más largo que los dos primeros, la inspiración pegó.

De verdad espero que les esté gustando, viene con mucho amor.

Cualquier error de cohesión u ortografía, son libres de avisarme, así la lectura se hace más bonita.

Pd: deseo un jeno.

Published: January 26, 2020.

Continue Reading

You'll Also Like

255K 30.6K 80
✮ « 🏁✺ °🏆 « . *🏎 ⊹ ⋆🚥 * ⭑ ° 🏎 𝙛1 𝙭 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙥𝙚𝙧𝙨𝙨𝙤𝙣 ✨ 𝙚𝙣𝙚𝙢𝙞𝙚𝙨 𝙩𝙤 𝙡𝙤𝙫𝙚𝙧𝙨 ¿Y si el mejor piloto de l...
151K 23.6K 47
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...
84K 8.3K 32
Tiempo después de la batalla contra Adam y los exorcistas, charlie y vaggie han estado actuando de manera... inusual. ⚠️ADVERTENCIA⚠️ Este fanfic fu...
119K 6.8K 74
Desearía que alguien se diera la oportunidad de conocerme. Qué me vea como un misterio. Qué me vea como un rompecabezas que se tiene que resolver y...