Mateo.
Cielo se quedó todo el día en casa, como dijimos sólo fue a su casa a bañarse y volvió para cenar, se lleva muy bien con mi familia así que estuvimos todos juntos mientras mi mamá cocinaba y Cielo se ofreció a ayudarla, era lindo verla tan cómoda y se podía ver ese avance del que me hablaba.
― Mateo ― Me llama Cielo y con mi mamá ríen ― Te estamos llamando ― Dice riendo.
― Perdón, me colgué ― Dije acercándome a donde estaban ellas, la cena era simple, pizza.
― Proba la salsa ― Me dice Cielo ― Para mi esta media fuerte.
Puse una mano en su cintura mientras mojaba un pedazo de pan en la salsa y la probé, estaba muy rico eso, negué ― No, te quedó buenísima ― Le di un beso en la mejilla y sin querer la manché con la salsa.
Mientras se limpiaba preguntó ― ¿Y como sabes que la hice yo?
― Porque a mamá no le sale casera, compra la preparada ― Dije divertido y la mencionada me tiró un repasador ― Dah, es verdad.
― Tampoco para que me hagas quedar mal pendejo ― Me reclama.
― No pasa nada, mi mamá tampoco sabe hacerla ― Menciona la morocha.
― ¿Cómo anda tu mamá? Sé que se fue de viaje ― Preguntó otra vez y Cielo hizo una mueca, así que acaricié su cintura a modo de apoyo.
― Supongo que bien, yo no hablo mucho con ella por algunas cosas pero mi tía si y bueno, están bien.
― Ah bueno, ¿Irene? ― Preguntó y Cielo se puso incómoda.
¿Quién es Irene?
― Eh, con su mamá ― Asintió para si misma ― Sólo sé eso, no nos dejan verla o hablar con ella, mucho menos a mi ― Yo no entendía la conversación pero al ver la incomodidad que se generó, intervine.
― ¿Les digo a papá y a Emi que pongan la mesa? ― Las dos me miraron.
― Si si, deciles hijo, gracias ― Me agradece mi mamá y llamo a los dos que faltan para que pongan la mesa.
― ¿Y vos? ― Dice mi hermano al verme hablando con Cielo en vez de estar poniendo la mesa con ellos.
― Yo probé la salsa ― Le sacó la lengua y rueda los ojos.
― Uh ma, tengo que hacer un cuento de algún animal para mañana ― Dice Emi delicamente a mi mamá y este lo mira con reproche.
― Emilio, me tenes que decir antes ― Suspiró ― Lo haces después de comer, solo, yo no te pienso ayudar.
― Yo lo puedo ayudar ― Comenta Cielo y a Emi se le iluminaron los ojos ― Supongo que no es muy difícil, me resultan fáciles esas cosas, no me molesta.
― ¡Si ma, dale porfa! ― Le ruega Emilio y mi mamá intenta tener paciencia suspirando.
― Bueno, pero no que lo haga todo Cielo, te va a ayudar nada más ― Lo señaló y este asintió.
― Si obvio ― Dice Cielo y se miraron cómplices, es obvio que lo va a hacer ella, si Emilio es un queso para lengua igual que yo.
Después, en la cena, hablamos de varias cosas entre todos pero un tema destacado, que clase de relación tenemos con Cielo.
― Y si son novios ellos dos, obvio ― Dice Emilio cuando mi papá pregunta si Cielo se quedaba a dormir.
Cielo se atragantó con la gaseosa y yo por reírme de ella, con un pedazo de pizza. El karma más rápido que presencié.
― ¡Emilio! ― Le reproché ― No somos novios, osea, no todavía ― Miré a Cielo que no decía nada y le guiñé el ojo ― Bueno, cambiemos de tema, ¿A vos te gusta alguna compañerita Emi? ― Le pregunto y me mira indignado.
― Estábamos hablando de ustedes, a mi me gusta la soltería, no como a vos ― Me señala y le hago la burla.
― Dentro de dos meses va andar atrás de alguna nena, acordate ― Dice Cielo y todos reímos, Emilio la miró con los ojos entrecerrados.
― Me caías bien cuñada.
― Acordate que Cielo te iba a ayudar con lo de lengua ― Le recuerda mi mamá.
― Uh, no dije nada entonces.
Que pendejo.
Me gustaba que se lleven bien, a ella se la veía muy tranquila. Después de comer mientras Cielo ayudaba a Emilio con su tarea de último momento en el comedor, me senté a la par de ella para abrazarla mientras ella le dictaba a Emilio.
― ¿Cómo van? ― Pregunto y agarro el vaso de Cielo que tenia ahí para tomar un poco, me mira con reproche.
― Re piola, literal Cielo me va dictando el cuento de un cocodrilo y yo voy copiando, le sale de la nada ― Dice entusiasmado y Cielo rió.
― No le des mucha confianza que te va a tener de esclava ― Le digo a ello y se ríe.
― No pasa nada, me gusta ayudar, además ya casi terminamos.
Ellos terminan el cuento y ahora creo que Emi tenía que hacer un dibujo que seguro Cielo ya lo ayudó.
― Nah nah, no seas ventajero Emi, hacelo vos al dibujo ― Le digo y hace puchero.
― Fa loco ― Se queja.
― Fa nada, nosotros nos vamos a dormir, buenas noches, junta todo después ― Le digo y asiente ― No te duermas tarde ― Le digo y Cielo lleva su vaso a la cocina y vamos a mi cuarto.
― Tengo un re sueño ― Dice y se tira en la cama boca abajo, yo me acuesto a su lado y la abrazo.
― ¿Trajiste las pastillas o ni ahí? ― Le pregunto y putea por lo bajo.
― No, me las olvidé, que pajera que soy ― Dice y se sentó en la cama ― Ahí vengo ― Cuando estaba por irse de una escapada hasta su casa, se reflejó un relámpago desde mi ventana y se dió vuelta ― ¿Me acompañas? ― Murmuró y asentí sonriendo.
― Obvio, vamos.
Nos cruzamos a mi viejo en las escaleras, Emi ya había terminado así que se fue a dormir.
― ¿A donde van? Está lloviendo.
― A buscar algunas cosas de Cielo, importante ― Le digo y asiente.
― Bueno, si se quedan allá o algo avísame, buenas noches ― Dice para subir y nosotros salimos.
Rápidamente abrimos ya que llovía muy fuerte, y Cielo tenía miedo, nunca la vi abrir la puerta tan rápido.
― Vení, que de pasada llevo ropa o algo ― Al ver la casa pude ver que estaba más ordenada de lo normal, Cielo era bastante ordenada pero me acuerdo que por ejemplo, las cortinas siempre está cerradas, y no había tantas cosas como cuadros y eso, ahora parecía tener más vida.
Fuimos hasta su cuarto donde guardó un poco de ropa y las pastillas, también cargador y una campera.
― Se nota el cambio ― Hablé desde el marco de la puerta y me miró ― En vos, en la casa, en todo ― Terminé y sonrió ― Y me enorgullece muchísimo, posta no sabes lo feliz que me hace que estés mejor.
Dejó las cosas a un lado y vino a abrazarme, se lo devolví rápidamente.
― Gracias, es muy importante para mi que vos me digas eso ― Susurró y me alejé un poco para mirarla por unos segundos y después junté mis labios con los suyos en un beso delicado.
De a poco se fue intensificando y con mis manos en su cintura la acerqué más a mi, ella dirigió sus manos a mi pelo desordenandolo sutilmente.
Avancé lentamente hasta que ella quedó sentada en la cama y me saqué la campera dejándola por ahí. Ella fue acostándose y quedé sobre ella con mis manos al lado de su cabeza, ella se sacó el buzo y lo dejó cerca de donde yo había tirado mi campera, sonreí antes de volverla a besar, con mi lengua haciéndose presente en la situación.
Mis besos descendieron por su mandíbula y cuello lentamente, intentó sacarme la remera pero paró.
― Mateo ― Susurró y la miré, podía ver que estaba nerviosa, me acerqué y dejé un beso en su cabeza ― No quiero, no ahora, no puedo ― Murmuró y me acosté a su lado para abrazarla ― Perdón.
― Sh, no me pidas perdón tonta ― Reí apenas y dejé un beso en su mejilla ― No pasa nada ― Se escuchó un trueno y cerró los ojos con fuerza ― ¿Dormimos acá o en mi casa?
― Dónde quieras ― Dice y se aferra más a mi, sonreí.
― ¿Hay ropa mía acá? ― Asintió en silencio ― Bueno ― Me separé para cargarla en mi hombro mientras ella reía para acomodar las sábanas y la bajé para acostarme y arroparnos, la abracé por la cintura poniendo mi cabeza en su hombro ― Nos quedamos tonce' ― Concluí y rió ― Buenas noches amor.
Cielo agarró la botella de agua que tenía en la mesita de luz y una de sus pastillas para dormir, se la tomó sin problemas y me sonrió, se acomodó otra vez y respiró hondo ― Buenas noches, te amo ― Murmuró y sonreí inconscientemente con los ojos cerrados.
― Yo más hermosa, mucho más ― Dije y me dormí, así era lindo dormir
Cielo.
Al otro día me levanté temprano y tomé la pastilla, Mateo seguía durmiendo. Después me di una ducha y al salir mientras me peinaba, me senté en la cama para despertarlo pero sonreí mirándolo y le empecé a acariciar el pelo, él me abrazó por la cintura entre dormido.
Poder estar así con él me hacía bien, era un escape para mi en cierto punto.
Jamás pensé que sintiera todo eso que sentía por mi y la verdad casi me largo a llorar con todo lo que me dijo.
También cuando vinimos a casa y bueno..., eso, me puse muy nerviosa y hasta me dió algo de miedo, nunca por Mateo sabía que nunca haría nada que yo no quiera, sino por mi.
No era virgen, estuve con una sola persona, una sola vez y listo, fue hace mucho, asi que soy casi inexperta ya que tampoco fue la cosa más increíble del mundo, no era tan importante para mi así que no fue "especial" ni nada de eso.
― ¿En que piensa la chica más linda del universo? ― Dice sentándose en la cama y dándome un beso que me hizo sonreír.
¿Cómo le explico que pensaba en la vez que perdí la virginidad?
Reí apenas y me miró confundido ― En nada, ¿Desayunamos? ― Asintió.
― Pero antes, vení ― tira de mi mano para besarme y me acomodo ahorcajadas arriba suyo sin querer di un saltito y él se aferró más a mi cintura ― Bueno, bueno, decime buen día antes ― Rió y me puse roja escondiéndome en su cuello.
― Perdón, fue sin querer ― Dije y siguió riendo.
― Si, si, sin querer, vamos ― Me agarró bien para que no me caiga se paró para salir de mi cuarto e ir a ka cocina, me dejó en la mesada y se me quedó mirando ― No es por nada pero, ¿Sabes hace cuanto imagino estar así con vos? Para serte sincero.
― ¿Desde cuando? ― Murmuré tímida.
― Desde que te conocí, más o menos ― Rió y me puse colorada ― Te amo Eva.
Sonreí ― Yo más Palacios.
Pasamos el domingo tranquilos, la verdad no fue muy interesante pero si muy lindo, ya que lo pasé con Mateo, nos habíamos extrañado en serio.
Mi tía cuando llegó no entendía nada y sólo le expliqué que nos reconciliamos, lo demás creo que quedó claro cuando Mateo me hizo sentar en sus piernas y me besó, sin darnos cuenta que mi tía estaba a dos metros. La verdad la ñuso muy contenta, que tenga a alguien que me quiera y esté dispuesto a pasarlas todas por mi, y yo por él.
Ese domingo en la noche él ya se volvió a su casa y bueno, yo me quedé en la mía obvio, Silvina me felicitó por no haber perdido la cabeza mientras ella no estaba y me sentí bien al escuchar eso.
El lunes fuí al gimnasio, acompañada de Mateo esta vez para terminar algunas cosas del mural, si todo salía bien lo terminaba esta semana, con ayuda de Leyla y Tiziano que iban a venir a ayudarme.
Mateo se fue a su trabajo y yo al mio, estaba bastante concentrada.
― Que lindo ― Dice un chico a mis espaldas y miro, era alto y castaño. ― Dibujas zarpado.
Hice una mueca ― Gracias, todavía no lo terminé de dibujar bien pero va tomando forma, si todo sale bien ya arranco a pintar.
― Esta re piola wacha, ¿Cómo es el nombre de semejante artista? ― Se sienta cerca de donde yo estaba.
Le di una pequeña sonrisa ― Cielo.
― Que lindo nombre Cielo, tanto como vos ― Sonríe y me guiña el ojo, esa simple acción finalizó suficiente como para ponerme un poco incomoda.
― Gracias, no sé que decirte ― Reí apenas y seguí con lo mío.
― Me podrías decir si te copa ir conmigo a tomar un helado por acá cerca en la plaza y si te caigo bien me pasas tu ig, se ve que sos una wacha tan interesante como linda, encima de afuera, como yo ― Dijo ya que tenía un marcado acento, pero no era de Córdoba.
Recién caigo, ¿Me estaba chamuyando?
― Emm, mira ― Empecé pero alguien me abrazó por la cintura y su perfume se me hizo familiar.
―Vola pa' allá Oky, ¿Cual te pinta con mi novia? ― Me sorprendí por lo que dijo, y me dió un beso en la mejilla.
― No sabía hermano, disculpa ― Dice y se para ― Nos vemos Cielo.
― Chau ― Dije algo perdida y miré a Mateo que seguía a al chico con la mirada, ― ¿Qué?
― ¿Qué quería el salame ese? ― Dice y mira el mural ― Te esta quedando lindo che.
― Gracias, nada, creo que me quiso chamuyar, va no sé, que sé yo ― Le resta importancia y Mateo me miró con el ceño fruncido.
― ¿Por? Es medio pelotudo a veces.
Me encogí de hombros ― Nada, me dijo linda dos veces y me invitó a tomar un helado, y que le pase mi Instagram también ― Reí quitandole importancia.
― ¿Y lo ibas a aceptar o...? ― La dejó en el aire y lo miré divertida.
― ¿Mateo Palacios estás celoso? ― Pregunté divertida y reí, no dijo nada ― ¿En serio? Ay dios ― Seguí riendo.
― Preguntaba porque te iba a invitar a cenar hoy pero por ahí tenías ganas de irte con el tucumano culo roto ese, digo nomás, seguro la quiso llevar por ese lado, lo conozco ― Dijo serio, yo todavía no lo podía creer.
Asentí ― Si, dijo que era linda e interesante encima de afuera, como él ― Le dije y rodó los ojos.
― Linda e interesante va a hacer la cagada a bifes que le voy a meter para hacerlo bolsa de boxeo para los pibes, aunque me echen.
― ¿Por qué te irían a echar? ― Pregunté.
― Oky es sobrino de Guille, es el caprichoso de la familia, un vago inservible que está acá al pedo porque ve una pala y sale corriendo.
Me acosté en sus piernas mirándolo ― ¿Lo decis por qué estás celoso o por qué posta te cae mal? ― Dije sonriendo y ladeó la cabeza ― Porque me dijiste que no me ibas a pedir ser tu novia así nomás.
― Por las dos, ya lo voy a agarrar al bobo ese, y ya estoy en esa, tengo todo planeado wacha ― Se acercó y dejó un beso en mis labios ― Guille dijo que ya nos podíamos ir, mañana te ayudamos con los pibes así haces más rápido.
― ¿Si? Vamos entonces, tengo hambre ― Dije parándome y me siguió.
― Yo tengo hambre pero de vos ― Dice y se acerca para besarme, unos segundos después su lengua quiso abrirse paso por mi boca y lo dejé gustosa.
Reí cuando me separé ― Estamos en el gimnasio Mateo ― Dije y empezó a darme besos en el cuello ― Dale Palacios.
― Bueno, vamos ― Me di vuelta y pude ver a Oky que nos miraba serio, y se fue adentro del lugar, miré al morocho que sonreía gustoso ― Lo hiciste apropósito.
― Más vale mi reina ― Aceptó orgulloso y rodé los ojos.
Celoso me salió.
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HOLAAA dea que le pasaba.
Eu alto capítulo, dos mil seiscientas palabras, laburé una banda dea
Perdón yo al Oky lo re quiero y lo re banco pero bueno, justo se separó Tuloky y cobró pobrecito dea, mentira lo quiero
voten por un Mateo celoso en sus vidas dea