Una vez que Yuri cerró la puerta, la chica subió a su habitación a cambiarse a su pijama sin decir una palabra.
Yuri hizo lo mismo, y al rato, fue hacia la habitación de Rin.
- Rina, enana... - Yuri tocó una puerta de la habitación de la chica.
- ¿Hm? - dijo ella desde el otro lado.
- ¿Puedo... pasar? - dijo Yuri sin saber si se había cambiado ya o no.
- Sí, adelante - le abrió la puerta antes de volver a la cama para coger su camiseta de pijama y ponérsela.
Que conste que llevaba un top deportivo debajo. Y que ya había confianza como para cambiarse uno delante del otro.
Yuri se sentó a los pies de la cama de la chica para prestarle atención.
- ¿Qué me querías decir antes, cielo? - le dijo tranquilamente.
- Yuri... si estuviese haciendo algo mal, ¿me lo dirías? - se sentó a su lado, abrazando el peluche del gato que le había dado Yuri años atrás y que siempre llevaba en sus viajes.
- ¿Qué? ¿A qué te refieres? - le dijo él confuso.
- A sí hubiera algo mal conmigo, o sí hubiese cambiado algo en mí... - explicó ella.
- Pues... en ese caso te lo diría, ya lo sabes, pequeña. Siempre te lo digo todo, Rina. Pero creo que, al menos ahora mismo todo está igual que siempre... - la tomó por las manos para que ella le mirase - Lo único que está mal es no poder verte sonreír todos los días y que no te puedo abrazar, pero... conociendo la situación, me conformo con verte los fines de semana - le acarició la mejilla con la mano.
- Gracias... - dijo ella empezando a llorar. Ocultó su rostro entre sus piernas.
- Pequeña... no, por favor - el rubio se acercó a ella más y la abrazó. - ¿A qué venía todo eso, enana?
- Es que... bueno... Como la tarde de hoy ha empezado tan mal, pues... ha sido mi culpa. - dijo ella mirándole. -Y lo siento mucho. Soy un desastre.
- No digas eso. No ha sido tu culpa. Al menos, no del todo. - dijo él limpiándole las lágrimas con su pulgar - Yo tampoco he empezado muy bien, pero... luego nos ha salido genial. Recuerda que es una rutina en pareja, lo que significa que... tanto la culpa de lo malo es de ambos, y el mérito de que algo salga bien también es de los dos.
- Ya, pero... - empezó ella.
- ¿Qué ha pasado en el baño? - le preguntó de repente. - Vi a la chica esa siguiéndote... ¿Te dijo algo? ¿Quieres que hable con ella?
Rin le miró aterrada... eso significaba que debía contárselo...
- Esto... ¿por dónde empiezo? - dijo ella.
- Tranquila, Rina. Tómate el tiempo que necesites. Si quieres podemos hablar de ello mañana, o cuando estés lista. Pero creo que merezco saberlo... para poder adaptarme a la situación y ayudarte, enana. - la abrazó.
- ¿Crees que peso mucho? ¿Te cuesta cogerme en los levantamientos? - dijo ella soltándolo todo de repente.
- ¿Qué? ¿Ella te dijo eso? - Yuri apretó sus puños enfadado.
- Contéstame por favor... - le pidió ella.
- No pesas mucho. Tu peso es el ideal. Lo que ocurre es que no tengo la técnica del todo aprendida. Y no quiero tocarte en ningún sitio que te pueda incomodar, o me pongo nervioso... Y, como ya te he dicho alguna vez, cuando te pones nerviosa, saltas muy rápido, y me cuesta más colocarme en el momento. - explicó Yuri con calma.
La chica le escuchaba atentamente, mientras reía levemente. El rubio tenía toda la razón, le había dicho varias veces que iba rápido, o le había preguntado si al cogerla había la había tocado de mala manera, y aunque nunca la había tocado en un lugar inadecuado, él seguía preguntando por si acaso. Y ella por supuesto lo agradecía.
- De hecho... si esa chica te ha dicho algo sobre tu cuerpo... bueno... lo cierto es que a mí, en lo personal me encanta tu cuerpo. No te lo tomes a mal, por favor... no quiero que te lo tomes como que te veo de una forma sexualizada ni mucho menos. Simplemente... me parece que te esfuerzas mucho para entrenar y por ello tienes el cuerpo ideal. Tus formas son las mejores para el patinaje. Eres fuerte y eres muy ágil. Tienes una gran resistencia, y eres muy rápida. Y por supuesto... tienes el cuerpo ideal para darte abrazos y para hacerte cosquillas - dijo él haciéndole cosquillas a la chica.
Necesitaba verla reír. Necesitaba hacerla sonreír. No quería verla triste, y menos por algo que había dicho otra chica para hacerla sentir mal.
- Pero... ella es más delgada... y... - empezó Rin.
- ¿Y eso qué tiene que ver? Mi compañera eres tú, no ella. Y aunque ella sea más delgada, tú eres más fuerte que ella. Fíjate - dijo haciéndola levantarse. - ¿Puedes... bueno... ya sabes? - dijo tomando el borde de su camiseta de pijama.
Ella asintió y se quitó la camiseta. El chico tomó la mano de la chica con mucha suavidad y se acercó hacia un espejo que había en la pared.
- ¿Has visto? Todos tus músculos están correctamente desarrollados. Tu espalda - acarició la espalda de la chica sobre el top. - Tus hombros - apoyó sus manos en los hombros de la chica y las deslizó por sus brazos - tus brazos y por supuesto, tu abdomen también. - la abrazó con cariño - Si tu cuerpo no fuera así, no podrías hacer tan bien todos los pasos de las rutinas. No podrías girar tan bien, ni hacer saltos tan impresionantes.
La chica observaba al chico através del espejo, y de vez en cuando se fijaba en su propio cuerpo. Era verdad. Todo lo que decía el chico era verdad.
- Toma, pónte esto, anda... que te vas a resfriar - le pasó la camiseta de nuevo.
Ella se la puso e inmediatamente, le abrazó.
- Rin... por favor... no escuches ese tipo de comentarios que intentan hacerte daño - le dio un beso en la frente. - Escucha a la gente que te quiere, y que te apoya. Porque solo ellos te dirán la verdad. Mila y Sara por ejemplo... son tus adversarias, pero ellas sí te dirían tus errores y te ayudarían a mejorar. - se quedaron en silencio un instante hasta que Yuri se atrevió a preguntar - ¿Puedo hacerte una pregunta?
Ella asintió.
- ¿Por eso has cenado tan poco? - le acariciaba la espalda con traquilidad.
Ella tardó un poco en contestar, pero finalmente asintió.
- Enana... - dijo él sujetándola más fuerte, queriendo protegerla de sí misma.
Rin escondió su rostro en el pecho del chico
- Tengo una última pregunta... - susurró desde ahí.
- Dime, Rina. - respondió el rubio sin dejar de abrazarla.
- ¿Por qué acabas tan cansado cuando entrenas conmigo?
- Porque doy todo lo mejor de mí, porque no quiero fastidiarte a ti, ni quiero que pase nada malo. Y a ti te pasa lo mismo. Tenemos que estar más concentrados de lo normal para poder sincronizarnos, tenemos que atender al otro, y es una situación distinta a cuando estamos solos sobre el hielo.
- ¿Entonces no es por mí culpa? - le preguntó ella.
- Nunca, boba... hazme caso. Me esfuerzo porque te veo a ti esforzándote, y lo doy todo, porque tú también lo haces. Y me inspiras para hacerlo.
Rin apretó un poco más el abrazo. Las conversaciones con Yuri siempre lo arreglaban todo. Y ahora que el chico sabía lo que había ocurrido con Margot, Rin se sentía más confiada. En cierto modo, sentía que estaba más protegida.
- ¿Puedes quedarte aquí esta noche? No quiero soltarte... para que no me eches tanto de menos a lo largo de la semana - dijo ella burlándose con cariño del rubio.
Lo cierto era que ella tampoco quería soltarle, ni echarle de menos.
- Oh, creo que haberte visto durante tanto tiempo ya ha sido suficiente - dijo Yuri mirándola haciéndose el difícil.
- ¿Y si te pido que te quedes porque lo necesito? - dijo Rin poniendo una carita tierna.
- Te cogería en brazos, te pondría en la cama. Te taparía con la manta. Luego me iría abajo a por una cosa que necesito, volvería, y me tumbaría junto a ti, y te abrazaría hasta que te quedases dormida. Luego te daría un besito en la frente y te seguiría abrazando. - dijo él mientras la miraba a la cara.
- Pues... necesito que te quedes, Yuri... - se aferró al pijama del chico.
- Pues vamos allá... ¡pero no te libras de unas cosquillas! - dijo empezando a hacerle cosquillas, haciéndola reír. - Que no soporto verte con esa cara tan triste, boba. Necesito ver a mi preciosa Rin sonriendo.
Rin reía sin parar intentando librarse de las cosquillas.
En un momento, Yuri paró y empezó a llevar a cabo su plan.
La cogió en brazos como a una princesa, mientras ella rodeaba su cuello con sus brazos para mantener el equilibrio. Y la dejó en la cama, la tapó y le dio un beso en la cabeza antes de decírle:
- Ahora mismo vuelvo.
Salió casi corriendo de la habitación y bajó las escaleras hasta la cocina. Allí sacó las galletas favoritas de Rin y preparó dos chocolates calientes y volvió a subir con las cosas en una bandeja.
- ¿Qué llevas ahí, Yuri? - preguntó ella curiosa.
- Una deliciosa cena rápida y muy dulce para ti - dejó la bandeja sobre las piernas de la chica, que se había incorporado y esta le sonrió al ver lo que había traído.
- Gracias, Yura - susurró ella tomando una galleta del paquete y empezando a mordisquearla.
Yuri simplemente sonrió y tomó su taza de chocolate.
Una vez que terminaron su "cena", se pusieron a dormir.
- Buenas noches, princesa. - la sonrió.
- Buenas noches, Yura. - dijo ella acomodándose - Te quiero mucho... - susurró.
- Y yo a ti, pequeña.
Y así, pasaron la noche juntos, como cuando eran pequeños.
Ese era uno de los lugares de comfort de ambos, por lo que les encantaba estar así, en los brazos del otro.
Rin se sentía protegida, y muy valorada, mientras que Yuri sentía que ella era todo para él, y que como la perdiese, iba a sufrir más que nunca.
A la mañana siguiente, ambos se levantaron listos para un nuevo día y para dar lo mejor de sí mismos.
- Yuri, ¿Cómo vas? - preguntó Rin llamando a la puerta de la habitación del chico.
- Estoy guardando las cosas en la bolsa - dijo desde dentro - Entra si quieres.
La chica abrió la puerta.
- ¿Estás mejor? - le preguntó Yuri con una voz suave.
- La verdad es que sí. Estoy mucho mejor
- dijo ella aún desde la puerta, admirando la habitación del chico.
Todo estaba ordenado, y había muchas cosas con estampado de felinos... guepardos, tigres, panteras... y en la pared de siempre, sus medallas colgadas en un tablón de corcho, con ese horrible hueco, junto a fotos con ella. Tal y como el tablón que tenía ella en su casa de Tokyo. En otras partes de la pared había otras fotos de ellos dos, y del equipo, con Viktor, o incluso simplemente fotos tontas de Yuri con Potya.
Rin no pudo evitar sonreír al verlo. Y ahí estaba su foto favorita. Aquella foto de cuando Rin cumplió 12 años, y habían hecho una fiesta sorpresa enorme para ella. En la foto estaba ella abrazando a Yuri, llevando la bufanda que el chico le dio la primera vez que se vieron.
No era una foto fuera de lo común, pero era su favorita.
Junto a una de las fotos de la pared había un sobre en el que ponía: "Para cuando Rin y yo ganemos el Grand Prix".
Rin lo observó, pero hizo como si no lo hubiese visto, para no estropearle la sorpresa o lo que fuera aquello que tenía en mente el rubio.
- ¿Cotilleando, o qué, enana? - se apoyó Yuri en su hombro.
- ¿Sigues teniendo las marcas de la pared? Creo que va siendo hora de añadir una nueva - dijo ella.
Yuri rió y tomó un rotulador. Luego fueron a una parte de la habitación donde esta la ventana, y junto a esta, una cortina que tapaba unas marcas a distintas alturas en la pared.
- Venga, ponte recta - dijo el chico sonriendo. La chica obedeció y el chico hizo una pequeña marca a la altura de la chica. - Ya puedes apartarte.
En cuanto la chica se apartó, Yuri escribió junto a la marca el nombre de la chica y la fecha correspondiente.
- Te toca a ti. - le dijo ella, cogiendo el rotulador.
Repitieron el proceso y después, una vez hechas las dos marcas...
- ¿Ves? Eres una enana. Sigues siendo una enana - empezó a reír Yuri a carcajadas.
- Oh, discúlpame... rascacielos humano - rió ella.
- No es mi culpa que seas como un pitufo - seguía riéndose el chico.
Lo cierto era que Yuri era un poco más alto que la chica, pero tampoco había tanta diferencia.
A continuación, por fin salieron de la casa de camino hacia la pista de hielo.
- Recuerda que si vuelve a pasar algo con ella... estamos todos aquí, Rina. Por favor, no esperes a llegar a casa para decírmelo... no quiero que vuelvas a estar mal durante tanto tiempo - le dijo Yuri antes de entrar al edificio, apretando la mano de Rin.
Ella asintió sintiéndose algo más confiada y le sonrió.
- Está bien - susurró.
Y finalmente entraron, listos para patinar.
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¡Hola! Bueno, amig@s, me creo la autora de Naruto...
Tremendo capítulo de relleno (lo siento).
Con este capítulo quería que se viera un poco más la relación que tienen Yuri y Rin, para esos fanáticos de YuRin a los que tanto quiero. Y también enseñar el Agape tan fundamental en esta historia. Ese amor tan sincero, inocente y puro...
Queda poco del arco del entrenamiento conjunto de patinaje y por fin volveremos con un arco de volleyball, con nuestros alocados gatos. ¿Hay algún personaje de Haikyuu al que queráis ver en los próximos capítulos?
También diré que queda poco para que empiece el Grand Prix (en la historia), lo que significa, que queda poco para el cumpleaños de Rin, y con esto voy a que... tocará más drama con nuestra amiga patinadora.
Como digo siempre, las sugerencias y preguntas son bien recibidas, y estoy encantada de contestaros siempre, así que, no tengáis vergüenza para decir lo que queráis.
¡También quiero dar la bienvenida a las nuevas personitas que se han estado uniendo a la familia en este último mes!
¡Me despido con un fuerte abrazo!
⚡Rin⚡