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TU CUERPO CAYÓ INERTE EN LOS BRAZOS DE MUZAN, ALERTANDO A MUZAN SI TU ESTADO ACTUAL...
-Supongo que fue estúpido por mi parte morder la parte herida de su cuerpo.-Muzan murmuró, sus orbes rojos tristes por haberte herido.
Muzan te acarició suavemente el pelo, sin importarle que estuvieras en tan mal estado. Sólo se alegraba de poder abrazarte así.
Su adorable novia era por fin toda suya, y el apodo de querida se le quedó, así que Muzan decidió llamarte así.
Muzan sabía que tendría que irse pronto, porque de alguna manera los cazadores de demonios habían conseguido una pista sobre tu ubicación actual.
Muzan simplemente no podía permitir que algo así sucediera, no podía permitir que esas asquerosas alimañas te robaran.
Eras suya y de nadie más.
Con un último abrazo a tu figura desmayada para la buena suerte, Muzan había salido de la habitación.
Y se olvidó de cerrar la puerta.
Al despertar de tu estado de mareo, te diste cuenta de que Muzan se había ido.
-Tengo que salir de aquí. ¡Está loco! Toda esta situación es una locura.-te dijiste a ti misma mientras te arrastrabas hacia la puerta.
Te daba igual cuántas veces tuvieras que patear o golpear la puerta, necesitabas salir. Necesitabas escapar y salir de este agujero infernal.
Intentaste abrirla con regularidad, teniendo una pequeña esperanza de que, de alguna manera, se abriera.
Levantando temblorosamente tu pálida mano, agarraste la puerta corredera y reuniste toda la fuerza que pudiste.
Tu visión era ligeramente borrosa, pero podías ver la apertura de la puerta.
"¡Estaba abierta! ¡Se olvidó de cerrarla! ¡Soy libre! Puedo escapar".
Te empujaste para levantarte, tropezando un poco mientras salías de la habitación en un sprint, tropezando un par de veces con tus pies debido a tu cuerpo debilitado mientras intentabas buscar una salida.
Los pasillos parecían interminables, y todo parecía igual, pero no podías retroceder y rendirte ahora, estabas tan cerca del dulce sabor de la libertad.
Apoyada en la pared y recuperando un poco el aliento, presionaste con cautela tu mano sobre la herida que aún sangraba, siseando por el leve pinchazo de dolor que sentiste al aplicar presión.
Decidiste que sería más inteligente guardar tu energía para correr más tarde. Gastarla toda corriendo por pasillos interminables sólo resultaría inútil si por casualidad te topabas con un demonio y no podías huir debido a tu agotada resistencia.
Empezaste a cojear ligeramente, con la sensación de no sentir el funcionamiento de los huesos de tu cuerpo, pero tenías que seguir adelante. Tenías que escapar de este lugar como fuera.
Sintió que su visión se desvanecía una vez más, y se sintió cansada y agotada, pero continuó avanzando.
Rezaste para que no te atraparan, para que no te encontraran.
No tenías una espada con la que protegerte, y si un demonio te atrapara sabes que morirías.
Es decir, si es que puedes escapar sin morir antes por la pérdida de sangre.
Justo cuando pensabas que habías encontrado una salida, una forma de escapar de este lugar, sentiste una mano de largos dedos apoyada en tu hombro.
Miras con temor al demonio que te atrapó, las lágrimas se formaron en tus ojos por el miedo cuando miraste su expresión sin emoción.
Su pelo negro se curvó hacia su cuello y parte de él estaba recogido en una coleta,y debido a tu ligera hiperventilación, los seis ojos rojos de los demonios parecían decepcionados contigo.
Como si te juzgaran por haber pensado que podías intentar escapar.
-Veo que has escapado de esa habitación. Es una pena que a punto de salir al mundo humano, casi hayas conseguido escapar.
"PERO, AHORA NO IMPORTA. TE ATRAPÉ. TU DÉBIL INTENTO DE ESCAPAR FRACASÓ".