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·CONFÍA·

CUANDO FINALMENTE DESPERTASTE...

Estabas en una habitación que no reconocías, lo que enviaba malas señales en tu cerebro, y te preocupaba que te hubiera llevado alguien de nuevo.

- Oh, así que estás despierta.- una voz dijo, haciéndote girar la cabeza hacia el origen de la voz.

El hombre estaba sentado en una de las sillas de la habitación, leyendo un pequeño libro, su pelo rojo, naranja y amarillo representando los colores y la naturaleza del fuego, sus penetrantes ojos dorados mirándote fijamente, y una sonrisa pegada a su cara, que en cierto modo era ligeramente desconcertante.

 - No vas a hacerme daño, ¿verdad?- preguntaste con cautela, pero luego te fijaste en su uniforme de cazador de demonios y suspiraste aliviada.

- ¿Por qué tendría que hacerlo? No tengo necesidad de lastimarte, sólo te tenemos en esta habitación para que te calmes y trates de recuperarte- el hombre de pelo de fuego te sonrió.

- Siento que esté causando tantos problemas... parece que no importa dónde esté en el mundo, estoy constantemente en peligro.- murmuraste en voz baja, acurrucándote en las mantas de la cama en la que estabas.

- Es cierto, por eso te estamos dando un tiempo lejos de todos. Tus amigos no estaban muy contentos con eso, pero son un peligro para ti, así que estamos intentando que se calmen y ordenen sus pensamientos.- el hombre respondió, todavía sonriendo.


- Ya veo... si no te importa que te pregunte, ¿cómo te llamas?

- Llámame Rengoku, ya que acabamos de conocernos. Espero que mejores con el tiempo.- responde el hombre de pelo de llama, con la sonrisa aún dibujada en su rostro.

- Vale....- respondes, volviendo a tumbarte en la cama.

- Si necesitas la compañía, puedo quedarme aquí hasta que te duermas. ¿Te parece bien?

Lo piensas por un momento, tratando de decidir si debes confiar en Rengoku o no, y al final asientes lentamente con la cabeza.

- ¡Es bueno saber que tengo tu aprobación! Me limitaré a leer mi libro para pasar el tiempo hasta que te duermas, ¿de acuerdo?

Tarareaste en respuesta, pero no te sentías realmente cansada así que no estabas segura de si te dormirías o no.

Nunca llegaste a quedarte dormida, pero tal vez eso se debía a que Rengoku estaba sentado leyendo un libro y miraba hacia ti para comprobar si estabas dormida.

- ¿No puedes dormir?- pregunta Rengoku.


- No... con todo lo que ha pasado hoy, estoy... asustada... -respondes.

Rengoku sintió pena por ti, parecías tan frágil y rota. Toda tu confianza en tus amigos parecía desvanecerse, junto con tu confianza en el mundo.

Necesitabas ser salvada de esta horrible vida, necesitabas ser protegida y mantenida a salvo, casi como una princesa.

Rengoku pensó en la idea, y personalmente sintió que si se convertía en tu caballero de brillante armadura, como en uno de sus libros de cuentos, podrías volver a confiar en el mundo.

Eras una damisela en apuros, y él se iba a asegurar de cuidarte adecuadamente.

Sin embargo, Rengoku no podía permitirse acercarse demasiado a ti, porque parece que tenías un efecto sobre la gente del que no parecías ser consciente.

- La vida puede ser como una historia, tiene un principio, un medio y un final.- dice Rengoku al azar.

- Bueno, esa es una declaración un poco oscura.- respondes, confundida en cuanto a lo que quería decir.

Rengoku continúa a pesar de tu opinión.

- El principio es lento y lleva su tiempo, en el medio es donde empieza toda la acción y las elecciones de la vida, y dependiendo de tus elecciones, puedes tener un final bueno o malo.

- ¿Y cuál es el objetivo principal de esto?

- ¡Para llevarte a tu final feliz, por supuesto! Alguien como tú no debería merecer las cosas crueles que se te presentan. Ahora mismo la historia de tu vida está en la mitad, ¡pero al final estoy seguro de que todo saldrá bien!- Rengoku sonríe alegremente, con los ojos ardiendo de pasión.

- ¿Mi final feliz?- preguntas, aún ligeramente confundida, pero entendiendo un poco lo que Rengoku estaba diciendo.

-¡Sí! ¡Me aseguraré de protegerte y mantenerte a salvo de todo lo malo de este mundo!- responde Rengoku, poniéndose en pie y dirigiéndote una mirada decidida.

"¡ASÍ, TAL VEZ PUEDAS APRENDER A CONFIAR DE NUEVO EN EL MUNDO!"

𝐒𝐀𝐕𝐄 𝐌𝐄~𝗬𝗮𝗻𝗱𝗲𝗿𝗲 𝗞𝗶𝗺𝗲𝘁𝘀𝘂 𝗻𝗼 𝘆𝗮𝗶𝗯𝗮 *EN PAUSA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora