Amistad, descubrimiento y rom...

By giu099

1.3M 145K 46.2K

¿Podría ser posible que el destino y una aplicación de citas se pusieran de acuerdo para que así Nani descubr... More

Introducción
Capítulo 1: Mali vuelve para arreglarlo todo
Capítulo 2: Jai, Nani y Mali
Advertencias, personajes y notita♡
Capítulo 3: El chico en línea
Capítulo 4: La idea para decirle la verdad a Jai
Capítulo 5: "Jaini"
Capítulo 6: Lo siento, es culpa del alcohol
Capítulo 7: Límites a mis sentimientos
Capítulo 8: Una confesión [parte 1]
Capítulo 8: Una confesión [parte 2]
Capítulo 10: Viajes y nuevos amigos
Capítulo 11: Mis deseos no importan
Capítulo 12: El hijo perfecto
Capítulo 13: Lo que en verdad quiero es...
Capítulo 14: El comienzo de todo
Capitulo 15: ¿Jai y Kiento en una misma habitación?
Capítulo 16: Empezar desde cero
Capítulo 17: Recuerdos, monstruos y... ¿Celos?
Capítulo 18: ¿Netflix and chill? No es mi tipo.
Capítulo 19: Entre ilustraciones y películas de terror.
Capítulo 20: Confusión
Capítulo 21: Me gusta tu atención [Parte 1]
Capítulo 21: Me gusta tu atención [Parte 2]
Capítulo 22: ¿Serán celos?
Capítulo 23: Si me besas...
Capítulo 24: Sentimientos, cuerpo y mente
Capítulo 25: "Me fascinas"
Capítulo 26: Tu mirada en mí
Capítulo 27: Una piscina puede guardar secretos
Capítulo 28: Pequeños pasos
Capítulo 29: Mi confidente
Capítulo 30: Comida coreana y el río
Capítulo 31: Confía en mí
Capítulo 32: Harry Styles y la cita oficial
Capítulos 33: La picadura del mosquito
Capítulo 34: Tiene que ser una maldita broma
Capítulo 35: Un sentimiento estúpido
Capitulo 36: Las ilustraciones
Capítulo 37: Una llamada de madrugada
Capítulo 38: Sentimientos verdaderos
Capítulo 39: La persona correcta
Capítulo 40: Sostén mi mano
Capítulo 41: El plan malvado
Capítulo 42: Seré bueno contigo
Capítulo 43, final: El fenómeno más hermoso
EPÍLOGO

Capítulo 9: Asimilación

29.5K 3.5K 1K
By giu099

•Canción para este capítulo: Fairytale-Stray Kids  (Creo que debería ser el himno oficial de este libro, me recuerda a los sentimientos de Nani por Jai.🥺)

Ahora sí, a leer...


××××

—Creo que ahora deberíamos de hablar del beso, ¿no crees? —cuestionó Jai.

Lo había olvidado por completo, el tema principal de nuestra conversación.

Él suspiró, para luego apoyarse derecho sobre su escritorio y me miró, listo para decir lo que en realidad había querido decir todo este tiempo. Y yo, pese a que estaba más tranquilo que en un inicio, no estaba listo para escuchar lo que iba a decir.

La habitación se sentía tan pequeña en este momento.

Hablar del beso...

Estaba nervioso, demasiado nervioso. Tanto era así que mis manos habían comenzado a sudar, ¿y si me toma la mano? ¿Y si sale corriendo porque mis manos sudan?

Al menos no huelen.

No huelen, ¿no es cierto? Sería un horror averiguar que sí lo hacen en esta situación.

La verdad es que nunca había sudado tanto al momento de hablar sobre un beso, con nadie, nunca, jamás, jamás de los jamases. Entonces, ¿por qué ocurría ahora?

A menos que ver su rostro, apreciar su sonrisa, la cual solo era dedicada para transmitir tranquilidad, estuviera logrando que me ponga sumamente nervioso...

Suspiré y me dispuse a acomodarme en la silla que en este momento se sentía incómoda, y la cual provocaba que me sienta pequeño por la intimidación que está conversación me daba.

—Primero —habló por fin, luego de unos minutos de silencio los cuales me sirvieron para paniquear, y para hacerme mil y un escenarios fallidos en los que la arruinaba o salía corriendo por miedoso.

—Fui un idiota por escapar del beso, y para ser honesto me puse muy nervioso. No debería de haberme ido así de la nada, supongo que te confundió más a ti que te haya seguido el beso y luego huido, que a mí el hecho de que me hayas besado —dijo, negando con su cabeza a gachas.

—Realmente me sorprendió mucho que me hayas seguido el beso, no que te hayas ido. Malí creyó que me golpearías, así que no estuvo tan mal que simplemente te hayas escapado.

Él sonrió.

—Nunca te golpearía.

—Lo sé, Jai. No soy idiota.

—Yo sí, porque no supe cómo reaccionar, tampoco sé por qué reaccioné así, hice lo primero que se me ocurrió —aclaró, acomodando su cabello negro hacia atrás con la mano.

—¿Correr? —Acompañé la pregunta retórica con una sonrisa de boca cerrada.

—Literalmente corrí. No estoy orgulloso de eso, por favor no me lo recuerdes, ni se lo digas a Mali—admitió y pidió, dejando escapar una risa, mientras se cruzaba de brazos y bajaba la cabeza.

—Mali ya lo sabe.

—Que raro que no me mandó algún meme riéndose de mí.

—Le pedí que no lo hiciera.

Luego del beso me había quedado a dormir a su casa, allí le pedí que no lo molestara, no porque Jai se podría enojar, sino porque esto era algo entre él y yo, no quería involucrarla demasiado, podía salir lastimada por mi culpa. Mientras menos sepa del tema, más protegida estará, y menos tendrá que elegir a uno de nosotros.

—Jai —lo llamé—. Solo me queda una pregunta, y no quiero que te sientas incómodo, solo... —hablé y me detuve unos segundos mientras me sonaba los dedos de las manos y lo miraba desde abajo.

—Pregunta, Nani.

—¿Por qué me seguiste el beso?

Él asintió analizando la pregunta, tratando de pensar en lo que le acababa de decir, y probablemente cuestionándose varias cosas en su mente que lo preocupaban, pero sabía que no me diría nada, no en esta situación de confusión que teníamos ambos. Algo pasaba dentro de su cabeza que quería ocultarme.

—Yo...

—Me refiero a que, por como reaccionaste luego del beso ni tú creías que me lo habías seguido, y por sobre todo, tampoco podías creer que te había gustado.

—¿Sabes que —comenzó a decir, evitando la pregunta, y enseguida noté como el tono de su voz cambió a uno más mesurado y no tan relajado —...no podemos hacer eso de nuevo, no?

Sonreí, asintiendo. Era tan obvio que se venía un rechazo. Y aunque me mentalicé para esto, seguía doliendo. Quizá todo sería más fácil de esta manera.

—¿Te disgustó?—pregunté sin pensar dos veces.

Mala decisión, Nani. No quieres terminar con el corazón tan roto si la respuesta es sí.

—¿De qué hablas?—cuestionó él, con su entrecejo hundido.

—¿No te agradó el beso?

—Nani, ¿qué di—

—¡¿Paraste el beso porque yo te disgusto?! —me quejé y sin darme cuenta elevé la voz por las preguntas insistentes de Jai, levantándome de mi asiento.

Jai se paró recto de golpe, sorprendido y me tapó la boca con una de sus manos, podía sentir a la otra descansar a un costado de mi cuello, rosándolo y sujetándolo con cuidado.

Tragué con dificultad, sin poder quitar mi mirada de la de él con preocupación.

—Dios, Nani. Está bien, seré honesto. Pero deja de gritar —pidió sin quitar la mano de mi boca, observando hacia la puerta cerrada, para luego volver a posar su mirada en mí.

Parecía nervioso, ambos lo estábamos. Y no nos culpaba, todo esto se sentía tan... Fuera de lugar.

—Me gustó, ¿sí? Me gustó tu beso, demasiado. Llevo los últimos días sin poder dejar de pensar en eso, sin poder dejar de pensar en ti. Mi mente es un desastre, ¿está bien? Mi respiración, todo mi cuerpo se alteró por ese beso. Estaba mental y físicamente afectado, y de una buena manera —se sinceró. Podía sentir como su pecho bajaba y subía por aquella confesión, en especial por la última parte que ni yo esperaba y aparentemente a él le costó admitir.

Soltando el agarre de sus manos en mi rostro, comenzó a deslizarlas hasta las mías para así poder tomarlas, mientras miraba a las mismas. Era capaz de sentir como su pulgar rozaba la piel de mis manos, queriendo sentirlas completamente en su tacto.

Mi corazón latía con rapidez ante la confesión de Jai.

—Realmente —susurró, relamiendo su labio inferior, con su rostro a tan solo centímetros del mío—... Me gustó. Lo admito. Nunca nadie me había besado de la manera en la que tú lo hiciste.

Lo observé sin poder decir una sola palabra, sus manos se sentían tibias en las mías temblorosas por su confesión y por sus ojos café que no se animaban a encontrarse con los míos, y solo se limitaban a observar a mis labios.

—Pero no debería, por eso me alejé, no es lo correcto y no soy lo correcto para ti.

¡Oh, vamos! Jai, que cliché eres.

—Sé que en este momento estarás pensando que sueno como una frase de película cliché de los '90 —adivinó mis pensamientos y lo observé con curiosidad. Él sonrió y tomó mi expresión como una respuesta—. No te sorprendas, conozco tus comentarios, como también conozco lo que te gustaría en una relación. No soy suficiente para ser algo más que tu mejor amigo. Así que, por favor, deja de pensar tan mal de ti, porque no eres el problema.

"Debería ser yo quien decida eso." Pensé, pero no lo dije.

Quizá Jai tenía algo de razón, él conoce a la perfección la clase de relación que espero. Pero, ¿por qué aun así me dolía? ¿Por qué se sentía incorrecto no decirlo aunque sabía que me moría por intentarlo?

Luego de decir aquello su mirada se encontró con la mía, lucia tan serio que no me parecía estar hablando con mi mejor amigo, con la persona que había conocido toda la vida. La conversación se sentía tan sincera que sabía que su forma de ser en este momento era causada por los sentimientos confundidos en su interior; de alguna manera tenía que lidiar con todo esto.

Jai relamió sus labios, posando sus manos en mis mejillas, sin quitar su mirada de la mía, para luego negar con la cabeza y alejarse, volviendo a apoyarse sobre el escritorio en el que había estado apoyado al principio de la conversación. Yo simplemente me quedé allí, parado, observándolo con confusión en mi rostro, pero con mi corazón acelerado el cual prometía salirse si no empezaba a calmarme y a respirar con normalidad.

Le gustó, pero instantáneamente me rechazó.

Dolía, pero lo comprendía tanto.

Lo observé por unos segundos, no sabía qué decir. A esta altura lo único que se escuchaba era la música, su respiración agitada, y el latir de mi corazón.

—¿Entonces? ¿Qué hacemos? —pregunté, sin saber qué más decir. Sin saber hacia dónde dirigir la conversación. Sin saber hacia dónde partir luego de esto.

Pero cuando él estaba por comenzar a hablar el timbre de la casa sonó, provocando que ambos nos sobresaltemos en nuestros lugares y salgamos del trance en el que nuestras miradas se encontraban.

—Solo esperemos y ya veremos. Necesito algo de tiempo, ¿eso está bien para ti? —cuestionó y pude sentir algo de preocupación en su mirada.

Tiempo.

—Sí —aseguré, si eso era lo que necesitaba pues eso le daría.

Dicen que el tiempo lo soluciona todo, esperemos que este sí sea nuestro caso.

—Bien —respondió, dejando salir el aire que parecía haber estado guardando, ahora más relajado.

Sonreí para mí mismo, mientras lo veía salir de su habitación.

—Y Nani—volvió a los segundos—, no pienses tanto, sé cómo eres. Los dos nos besamos, no solo tú a mí. Si algo pasa a partir de esto los dos somos responsables —finalizó y sin esperar una respuesta volvió a salir.

Sonreí, sintiendo como mi labio inferior temblaba ante aquel comentario.

—Jai, si sigues hablando así lo único que lograrás es que me gustes más —susurré en voz alta para mí mismo.

Estaba completamente bien, yo tenía que aguantar, supongo que todo tiene su tiempo de enmendarse. El besar a tu amigo no es algo rápido para asimilar, de ninguna de las dos partes, ni para quien da el primer paso ni para quien lo recibe.

Supongo que eso es lo que arreglaría todo, el tiempo. Pasarlo con otras personas, pensar bien qué es lo que siento. Sí, podría ayudar.

Bajé las escaleras detrás de él, aunque sentía que en cualquier momento se me quebraría la voz por como mi pecho se encogía cada vez que escuchaba sus palabras en mi mente "pero no podemos".

Al menos agradecía que no haya preguntado si le gustaba, porque esa sería una pregunta que no podría responder, esa solo sería una pregunta que me gustaría demostrar y como pude verlo, Jai definitivamente no quería ninguna demostración de amor en este momento.

Sequé una lágrima que estaba a segundos de rodar por mi mejilla y bajé las escaleras.

Ve el lado positivo, Nani.

Aunque... No sé cuál es el lado positivo en este momento, ¿hay uno? Su sinceridad.

Al llegar al primer piso pude ver a mi padre, mirando a Jai de una forma despectiva, mientras que Jai solo lo observaba sin decir ni una palabra. Para sumarle más problemáticas a todo estos dos se llevaban peor que yo con mi vida amorosa.

En realidad cualquier persona se llevaba mal con mi padre, el gran Cass solía tener actitudes asquerosas para con el resto. Creo que por la única razón por la cual me trata bien a mí es porque llevo su sangre en mis venas.

—¿Qué necesita? —preguntó Jai, siempre con respeto aunque le cayera pésimo.

—Vine a ver a tu madre, quería saber cómo estaba.

—Ella está bien, solo necesita descansar —respondió Jai, sosteniendo la puerta con su mano y recargando su cuerpo sobre esta, mientras mi padre ponía un pie para ingresar, sin esperar a ser invitado.

Mi padre asintió y dirigió su mirada hacia mí y luego hacia las escaleras, en ellas pude ver a la madre de Jai bajando las mismas con dificultad y moretones en sus piernas, pero por suerte, no se veía que algo se haya roto. Su cabello café ondulado iba atado en una coleta mal hecha y con algunos cabellos que apuntaban hacia distintas direcciones, indicándonos que recién se despertaba.

—¡Mamá! El doctor dijo que deberías descansar —comentó Jai corriendo hacia ella, para servirle de soporte.

—¡Ay! ¿Eres tú la madre o lo soy yo?—se quejó de las exigencias de su hijo para luego pasar a observarme, ignorando a mi padre.

—¡Miren, mi segundo hijo ha venido a verme! Yo creí que ya no me querías—fingió tristeza, acercándose a mí para abrazarme, le devolví el mismo recibiendo un beso en la frente, pero lo único que mi cerebro era capaz de procesar era que a la vez estaba abrazando a Jai, quien no la soltaba por miedo a que caiga.

Entonces me alejé rápidamente.

—Nunca dejaría de quererte —prometí lo que ella moría por escuchar. Si bien la madre de Mali era un amor, la madre de Jai parecía salida de un cuento de princesas, no había cosa en este mundo que no amara, bueno, quizás a mi padre.

—Cass —saludó ella a mi padre, regalándole una sonrisa forzada—. Vengan al sofá —pidió, comenzando a caminar hacia la derecha, donde un sofá con colchón blanco y mueblería de madera nos recibió—, no puedo mantenerme parada mucho tiempo.

Pude escuchar los pasos secos y seguros de mi padre detrás de mí. Él nos siguió el paso sin decir ni una palabra, hasta que Diara, la madre de Jai, habló.

—Siéntense, por favor. Jai, prepara algo de té.

—No es necesario. Ya nos vamos, Nani tiene clases mañana, ¿no es así? —habló mi padre.

—Puedo faltar un día.

Mi padre alzó las cejas, como si lo que acababa de decir fuese lo más estúpido que pudo escuchar en su vida.

—¿Crees que la Universidad es un chiste? ¿Faltar porque sí? No dije nada cuando tu madre me contó que vendrías, pero ya deberías irte. No m—

—¡Cass! —elevó la voz Diara, quien observó a mi padre con sorpresa, interrumpiéndolo con aquel gesto.

Aquel grito me sobresaltó y sorprendió.

—¿Quién te crees para hacer una escena en mi casa? Él ha venido a visitarme. A mí. ¿Está bien? Puede irse con Jai hoy en la noche y tú deberías irte ahora.

Mi padre sonrió de costado, asintiendo, como si lo que acabara de escuchar fuese una idea estúpida que alguien de su empresa haya propuesto. Y poniendo las manos en los bolsillos de su traje se dio la media vuelta y se fue de la casa. Si hubiese sido cualquier otra persona mi padre ya la estaría demandando, pero nunca lo haría, era como la hermana que mi madre nunca tuvo, él no la lastimaría a mi madre de esa forma.

—Lo siento —me limité a decir.

—¿Por qué lo harías? Tu padre a veces puede ser un idiota y no es tu culpa —admitió, atrayéndome hacia ella, para luego abrazarme de nuevo.

Sonreí mientras recibía el mismo, siempre se había sentido cálido estar cerca de ella.

Para cuando alcé mi mirada pude ver a Jai quien nos observaba con una sonrisa en su rostro, pero este la quitó cuando nuestras miradas se cruzaron.

—Entonces, ¿cómo estás? —preguntó Diara.

—Yo debería preguntar eso, ¿qué se te dio por rodar por las escaleras?—pregunté tratando de hacerme el gracioso y ella sonrió, dándome una palmada en la pierna, fingiendo estar ofendida.

—Estaba lustrando la madera y me resbalé.

Jai negó con la cabeza, mientras una risa se le escapaba por sus labios.

—No sé de qué te ríes, podría haber salido en top 10 muertes más estúpidas—se quejó Diara, mirando a su hijo.

—¡Mamá!

Ambos empezamos a reírnos por su comentario random, la verdad es que a Diara le encantaban los vídeos "informativos" que se podían encontrar por YouTube.

—¿Por qué lustrabas el suelo por la noche? —pregunté con una curiosidad genuina.

—No podía dormir —argumentó ella, hundiéndose de hombros mientras sonreía.

—Lo importante es que ahora estás bien, mamá. Ten cuidado la próxima —habló Jai.

—¡Bien golpeada! Y con un hijo que se ríe de mis desgracias —negó con la cabeza.

Él rio, mientras yo sonreía, al menos Diara había logrado que el extraño ambiente que había entre nosotros haya cesado, pero igual volvía a aparecer cuando nuestras miradas se cruzaban.

—¿Entre ustedes está todo bien?—preguntó mirándonos a ambos, a lo cual asentimos sin pensarlo.

Diara entrecerró los ojos, dudando. Pero luego asintió.

Ya saben, las madres son perceptivas.

—Bien, se irán juntos hoy por la noche. Y no quiero peros, lo que sea que pase lo arreglarán.

—Pero—quiso hablar Jai.

—No quiero peros —exigió— ¿Saben lo que hacíamos con la madre de Mali y con Nare cuando nos peleábamos?—preguntó mirándonos a ambos, y refiriéndose con Nare a mi madre.

Ambos negamos, observándonos con la misma expresión de confusión.

—Nos encerrábamos en una habitación y no salíamos hasta hablar, o gritarnos en su defecto, todo lo que nos molestaba.

No creo que eso sea una buena idea, teniendo en cuenta nuestra situación y teniendo en cuenta que la última vez que nos encerramos en una habitación terminamos besándonos.

Observé a Jai, y pude notar algo extraño en él, probablemente estaba pensando en lo mismo que yo, porque se había quedado mirando a la nada, con las mejillas algo rojizas.

Él me confundía tanto.

—Bien —dijo dándonos unas palmadas a ambos en las piernas, la cual sacó de aquel trance a Jai—. Ahora tómense de las manos y digan que todo se solucionará, como lo hacían cuando eran pequeños.

Jai miró a Diara sorprendido, luego a mí y luego a las manos de su madre las cuales habían tomado a las nuestras para unirlas.

Oh, perfecto. Esto no podía ponerse más incómodo.

××××

N/A: Holis, chiquites😭 siento que este capítulo me duele, pero a la vez me sana, porque al fin Jai pudo decir y admitir cómo se siente. Él tiene mucho dentro de su mente, espero que puedan quedarse y conocerlo más.♡

Por otro lado, soy él cada vez que escribo una escena linda sobre Jai y Nani:


¿Cómo están? ¿Comieron? ¿Tomaron agua?

¿QUÉ LES ESTÁ PARECIENDO EL LIBRO? Cuentenme, los veo muy callados en los comentarios, ¿tengo que matar a algún personaje para que me digan? Ah, no se crean, eso solo pasa en mis otros libros.

¿Cómo hicieron para subir casi mil lecturas en una semana? Me sorprenden, chiquillos.

Nos leemos el lunes próximo, besitos. Se los aprecia por darle tanto amor al libro y a estos indecisos.💐

Continue Reading

You'll Also Like

77K 3.9K 17
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...
7K 234 5
Tres años han pasado desde la separación de Fifth Harmony; una entrevistadora se le ocurre reunir de nuevo al grupo para realizar una entrevista que...
441K 28.5K 29
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
14.7K 4.5K 21
¿Qué tal si mezclamos a un adolescente con ansiedad social que es un desastre, con un chico que es, en esencia, la personificación de la perfección? ...