Nos vemos después; (Lee Jeno)

By Infernos00

789 82 341

"No puedo creer que te hayas desaparecido sin decir nada." "Sabes que no me iría de tu lado." Mis ojos se enc... More

Punto de partida
Luces y sombras
¿Soleado o nublado?
¡Nublado!
Riesgos
Recuerdos
Colores Rosas
Compañía
Compañía II
Compañia III
Avanza
Quizás...(1)
¿Quizás...? (2)
Un poco de ti
Halloween I
Halloween II
Confusiones

No más mensajes

118 9 6
By Infernos00

Suelto otro suspiro, mirando las letras en el mensaje que aún no he enviado. ¿Será correcto hacerlo? No creo que esté mal, es mi novio después de todo. Digo, no debería temerle al hecho de preguntar si está ocupado y si podemos hablar.

Aprieto y suelto mi puño izquierdo, intentado aminorar la extraña ansiedad que me ha llegado, clickeando por fin el botón de enviar.


Mi niño de estrellas

¡Hola! ¿Estás por ahí?


Lo veo en línea por unos minutos, se va y vuelve a los segundos. Quince minutos desde que envié el mensaje y ya me estoy arrepintiendo por molestarle.

⠀         

Hola. ¿Qué necesitas?

Quería saber si estabas con tiempo, para hablar un poco, ya sabes.

Te dije que estaba ocupado.

Oh, sí. Lo siento, pensé que tendrías un poquito de tiempo.

No hemos hablado mucho durante estas tres últimas semanas.

Te extraño.


¿Ya vas a empezar? Te he dicho que he estado ocupado.

No te puedo andar contestado cuando estoy con amigos.

Sabes, no quiero discutir, hablamos después.

Trago en seco ante lo último, sintiendo una presión en la garganta. Dejo el celular a un lado de mi cama, relamiendo mis labios mientras mis ojos picaban y pestañeando repetidas veces para no dejar caer alguna lágrima.

¿Desde cuándo la situación se había vuelto de esta manera? Cuando me pidió ser su novia, jamás creí que las cosas tomarían este rumbo, menos aún al ser los primeros meses tan bellos y tiernos.

Me quedo abrazada de mí misma, mirando algún punto de la habitación. En silencio paso por mi cabeza cada mes de nuestro noviazgo, intentando encontrar alguna respuesta de porqué las cosas estaban así. Sin embargo, lo único que consigo es comenzar a llorar en silencio, extrañando el pasado y el cómo era sentirse especial.

—Cassie, ¿sabes dónde quedó mi cajita de Trix? Te juro que... —La voz de Yang Mi se corta al oír un sollozo, apresurándose hasta la cama para tomar mi rostro. —¿Por qué estás llorando? ¿A quién debo matar?

—¿Tu qué crees? —Digo con una pequeña sonrisa ante la última pregunta, sorbiendo mi nariz algo fuerte.

Mi amiga suelta mis mejillas con cuidado, buscando por mi cama con su mirada. Al caer sus ojos en mi celular, extiende su mano con rapidez, desbloqueando la pantalla con su huella y así empezar a leer. Su ceño se va frunciendo a medida que ve los mensajes, lanzándome una mirada de "¿qué mierda?" al final de todo.

Mis hombros se encogen en respuesta, la verdad ni yo sabía lo que estaba pasando. Deja el móvil sobre el velador, acercándose a mi en un corto gateo para envolver mi cuerpo con sus brazos. Y ese, fue el punto donde las lágrimas y los sollozos se hicieron presentes, poco importándome la promesa que me había hecho de no ser tan sensible.

—No estás bien ahí, hermosa. Lo sabes, ¿cierto? —Inquiere con suavidad mientras peina mis cabellos.

—Pero lo amo... —Respondo de manera ahogada, ni siquiera sé si se llega a entender lo que digo.

—Sí, pero también debes pensar. ¿Lo vale sentirte así? —Se separa de mi para mirarme, usando los puños de su sweater rosa para limpiar mis mejillas. Y es que lo sé, ya lo habíamos hablado. Por más que mis sentimientos de amor sean así de fuertes, cada vez que algo por este estilo sucede, siento mi pecho comprimirse y ser estrujado como trapo para lavar.

—¿Qué crees que debo hacer? —A este punto mi nariz debe de estar completamente roja y mis labios resecos por haber estado respirando tan rápido. Un desastre total. Aunque eso es lo menos importante, ya que la persona que está frente a mi me ha bañado para sacarme la borrachera y así poder ir a estudiar horas después. No hay vergüenza a esta altura.

—Yo creo que sabes la respuesta. —Susurra con cuidado, acomodando algunos mechones de cabello detrás de mis orejas.

Por supuesto que lo sabía, se me había pasado por la cabeza más de una vez la opción de terminar. Pero siempre de alguna manera se "arreglaban" las cosas y desechaba la idea en su totalidad, por más corto que fuera el periodo de buena armonía entre nosotros.

Aún así, el pensarlo dolía y bastante. Wooyoung llegó justo cuando estaba en el final de una época difícil al perder una amistad importante, por lo que su cariño y atención me ayudaron a superar el sentimiento de angustia que había creado. Siempre fue cálido y juguetón, haciéndome reír al tener el mismo humor tonto y poco elaborado. Por lo que la relación entre nosotros y mi gusto hacia él se desarrolló de manera natural, deseando ser también una de sus razones de alegría.

—Supongo que no queda otra opción. —Murmuro finalmente viendo mis manos y la pulsera a juego con mi novio que descansaba en mi muñeca derecha.

Escucho un pequeño suspiro por parte de la chica a mi lado, alzando mi mirada hacia ella con lentitud.

Yang Mi se levanta de la cama en silencio, acercándome mi taza de Harry Potter para que bebiera un poco de agua. Se queda parada unos segundos pensativa, asintiendo un par veces a modo de respuesta.

—Es lo mejor, Cassie. —Habla cortando el momento de silencio. Camina hacia la salida de mi habitación, girándose un poco antes de irse por completo. —¿Sabes que tendré preparado estos botes de helado de dos litros? También podemos descargar películas. Noche de niñas lloronas que se tienen la una a la otra.

Suelto una risa ante la idea, sabiendo que el panorama iba a terminar en nosotras dos abrazadas y llorando con Orgullo y Prejuicio.


˗ˏˋ . ˚ ☁️ ˚. ´ˎ˗


Estiro con mis dedos los pliegues de mi falda una vez más, frunciendo el ceño cuando el viento lleva mi cabello hacia mi rostro, quitando estos con algo de molestia. Odio el viento y su intento de despeinar aún más mi poco esfuerzo con mis peinados.

Miro la hora en mi pequeño reloj de muñeca, siendo un cuarto para las seis de la tarde. Le dije a Wooyoung si podíamos juntarnos a las seis menos diez cerca del campus de mi universidad, pero con lo ansiosa que me tenía todo, estoy parada en un parque desde las cinco veinte, viendo pasar algunos universitarios y niños jugar los últimos minutos antes de irse a casa.

Suena mi celular avisando que llegó un mensaje, haciéndome sonreír al ver al emisor.

Media naranja

¡Hola princesa!, espero que te hayas abrigado.

Pase lo que pase, ten fuerza. Eres increíble en todo el sentido de la palabra.

Después de cuidar a los cachorros, me iré derechito al departamento a preparar nuestra noche de niñas.

¡Te quiero!

*besitos*

Mi sonrisa se agranda ante los mensajes de mi mejor amiga, dándome una fuerza que pensé haber perdido con el paso de las semanas.

Desafortunadamente, mis comisuras decaen al ver la hora, siendo ya las seis veinte minutos. ¿No vendrá? Quizá estaba ocupado y se le pasó la hora. Dios, no quiero ser una molestia para sus compromisos. Espero unos minutos más, parándome cuando son las seis cuarenta. Sin embargo, una figura logra captar mi atención, reconociendo esa chaquetilla de modelo americana.

Los nervios comienzan a subir por mi cuerpo, pero a la vez una sensación de añoranza se forma en mi pecho al ver esa sonrisa en su rostro, mientras yo alzo mi mano a modo de saludo hacia mi novio.

—Lamento la demora, me distraje con mis amigos. —Habla sentándose a mi lado en la banca, dándome una mirada amigable. —¿De qué querías hablar?

—Está bien, llegué hace poco. —Respondo con tranquilidad, mirando a sus ojos unos segundos antes de desviarlos al frente.

Y es que me era difícil comenzar a hablar del tema. ¿Cómo lo hacía? ¿Le digo de una sola vez "oye terminamos"? No, no puedo ser tan cortante, lo último que deseo es hacerle daño a esa sonrisa brillante.

—Últimamente... —Empiezo a hablar con algo de vacile. La fuerza que Yang Mi me había dado se ocultó en algún rincón de mi pecho y estaba haciendo una barricada para no salir de su escondite. —Bueno, no me he estado sintiendo bien en cómo van las cosas entre nosotros.

Sus cejas de fruncen ligeramente a medida que voy hablando, cambiando su semblante a uno más serio.

—Ya habíamos hablado esto, Cassandra. Sabes que me cansa hablar de lo mismo una y otra vez. —Un largo suspiro sale de sus labios, cambiando su postura para apoyarse en el respaldo de la banca. —Te he dicho que si me hablas muy seguido y me dices a cada momento que me extrañas, me asfixio. —Habla con un leve tono de exasperación, haciendo movimientos con sus manos.

—Ese es el asunto, en un principio me habías dicho que eso te gustaba. Tu mismo me dijiste que por eso te enamoraste de mí. —Mi voz suena ligeramente más aguda, atropellándose mis palabras al intentar hablar. —Además, estas últimas tres semanas no nos vimos y ni siquiera hablamos más de tres veces.

Mis manos comenzaban a temblar al igual que mi voz. ¿Era posible que lo mismo que te hizo amar a una persona, sea lo que después te molesta? Pues, en mi cabeza no cabía el hecho de que todas la virtudes que Wooyoung destacó en un principio, sean las mismas que ahora dice que le ahogan.

Asfixian, esa había sido la palabra. ¿Soy asfixiante al preguntarle cómo está? ¿Era asfixiante al querer pasar tiempo con mi novio? Puede ser que para algunas personas se sienta como estar ahogado al pasar mucho tiempo con su pareja y es válido cuando se habla desde un comienzo. Sin embargo, no es fácil afrontarlo de un momento a otro, cuando tu novio pasa de decir que pasen juntos las noches, que vayas a su departamento a ver a sus amigos, a no hablar más de dos palabras y cortarte el hilo cada vez que le dices si se pueden ver.

—Sabes, no tengo ánimos de discutir esto de nuevo. —Responde con un tono molesto. —¿Hay algo más que quieras hablar? Tengo ensayo a las ocho.

Mis ojos viajan hasta su rostro, ese suave y cálido que admiré tantas veces durante estos siete meses. Busco en su mirada algo que me diga que aún están sus sentimientos por mi presentes, como señal de que quedan posibilidades en nuestra relación. Pero sólo noto frialdad y poco interés por su parte.

Inhalo profundamente cerrando mis párpados unos momentos, dejando a relucir la fuerza que se había estado escondiendo, recordando las palabras de mi amiga.

—Deberíamos terminar. Esto no me está haciendo bien. —Digo con toda las ganas de no titubear. Tomando valentía para no desviar mi mirada.

—¿Eso es lo que quieres? —Inquiere con un tono casi robótico, creando un escalofrío por todo mi cuerpo.

Me la pienso unos segundos, sabiendo que no es lo que quiero, pero que es lo mejor para mi bienestar.

—Sí, siento que es lo mejor para ambos. O al menos para mi en estos momentos. —Murmuro jalando el puño de mi chaquetilla de mezclilla.

—Bueno, si eso es lo que deseas. —Sin decir más, el chico se levanta de la banca, subiendo el cierre de su chaqueta, para posteriormente meter las manos a sus bolsillos. —Que estés bien, cuídate.

No logro formar palabra y tampoco servía intentarlo, ya que se fue tan pronto como apareció, dándome una última vista de su cabello castaño oscuro y esas ondas que se empezaban a formar por el viento.

Me quedo sentada asimilando lo que había pasado en menos de media hora, intentando comprender que las cosas habían llegado a su fin.

No sé cuánto tiempo paso sentada en la misma posición, mirando hacia una de las flores que se movía al compás del viento, el mismo que genera una sensación helada al correr tan fuerte. Un sollozo involuntario escapa de mis labios, tapando mi boca a la velocidad de la luz, no quería ser escuchada.

Siento una figura sentarse a mi lado, alterando mis sentidos. ¿Volvió?

—Está por llover, aunque en tu rostro ya se formaron las primeras gotas. —Habla una voz grave y calmada a mi lado.

Toco con la punta de mis dedos mis mejillas, confirmado que había estado llorando sin siquiera notarlo.

—No me gusta ver a la gente llorar, aunque es algo que te hace humano, por lo cuál no está mal. —Habla de nuevo sin esperar a mis respuestas. —Ten, espero que te logres sentir mejor. —Dice extendiendo hacia mi un paquetito de pañuelos con diseño.

Mis ojos se mueven en busca de la persona, encontrándome con unos profundos ojos color marrón, que poco a poco se van haciendo dos finas líneas al sonreírme de una manera genuina.

Una sensación cálida aborda mi corazón, hipnotizada por él y su gesto hacia mi.

Recibo su obsequio con un pequeño gesto de agradecimiento, haciéndole sonreír aún más.

—Deberías volver a casa, no te veo con paraguas y está comenzando a garuar. —Dice levantándose de su asiento. Limpia sus ropas con desinterés, dándome una última sonrisa antes de dirigirse por el camino contrario que mi ahora ex novio había tomado.

Lo observo hasta que su figura desaparece, aferrándome al paquetito de pañuelos. ¿Fue real? ¿O fue producto de mi estado de ánimo? ¿Los ángeles existen?


˗ˏˋ . ˚ 🌱 ˚. ´ˎ˗


¡Hola! Bueno, como se puede ver en mi perfil, esta es mi primera obra. Hace un tiempo que escribo cositas, pero hace poco me dio la valentía de publicar. Por favor denle cariño:(

Por lo mismo, si hay algún error de cohesión u ortografía, apreciaría mucho me ayudaran.

La historia está basada en algunos momentos que he vivido, por lo cuál tiene mucho sentimiento puesto.

Espero de todo corazón que disfruten la historia bebés ♡♡♡


Published: January 21, 2022.

Continue Reading

You'll Also Like

142K 10.6K 15
ㅤ ㅤ ➥ 𝖫𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗅 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼 𝗌𝖾 𝗅𝗅𝖾𝗏𝗈́ 〔 🐾 〕 ── ; Cuando los cachorros se vieron frente a lo...
233K 38.4K 35
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
155K 16K 65
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...
66.9K 4K 18
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...