Soy consciente de que todos estáis odiando a Douma, pero estaba hablando de sus pantalones,digo uhmmm...no.
ADVERTENCIAS: Muzan siendo contundente.
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DESPUÉS DE TU INTERESANTE PRIMER ENCUENTRO CON TU "COMPAÑERO DE JUEGOS" DOUMA....
Douma se despidió infantilmente de ti, y tú no pudiste evitar devolverle el saludo de forma amistosa. A pesar de la personalidad más bien... coqueta y grosera de Douma, su comportamiento infantil era algo lindo a su manera.
Douma se fue tan rápido como había entrado, y una sensación de soledad te invadió al no tener nada que hacer.
-Sólo... ¿cuándo podré finalmente escapar de este lugar?-pensaste para ti mismo mientras te levantabas de tu posición sentada y te dejabas caer en la cama dentro de la habitación. Las sábanas de la cama olían bastante bien, como una mezcla entre pinos y menta.
Te encontraste abrazando la almohada de la cama en busca de comodidad, queriendo buscar alguna sensación de seguridad, y con un poco de tiempo pudiste finalmente relajarte y dormir un poco.
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Enmu resopló con frustración cuando resultó que Douma no estaba en ese momento con Muzan. Claro, Enmu se sintió aliviado de que lo que creía que estaba sucediendo no fuera así, pero estaba cabreado porque le habían tomado el pelo.
Enmu volvió a su puesto de guardia, refunfuñando para sí mismo mientras intentaba pensar en formas de vengarse de Douma, sin intentar asesinarlo brutalmente.
Sin duda, durante la distracción de Enmu, lo más probable es que Douma hubiera entrado a visitarte, lo que hizo temer a Enmu que lo mataran antes de lo que quería.
Aunque a Enmu no le importaba especialmente la idea de ser asesinado por las hábiles manos de Muzan, no quería morir sin saber más de ti primero.
Enmu necesitaba mantener este incidente en secreto, tanto de Muzan, como de Akaza. Sería un problema que Douma hablara accidentalmente del tiempo que pasó contigo, así que Enmu iba a tener una charla con Douma una vez que se liberara de su turno.
Douma soltó una risita feliz, con un aura brillante que se formó detrás de él al pensar en todas las cosas divertidas que podría hacer con su nuevo juguete. Volvió a saltar, pero se aseguró de alejarse de la habitación de Muzan para que no le pillaran.
Douma se preguntaba, ¿qué tipo de cosas te gustan? ¿Qué disfrutas? ¿Cuáles son tus tipos de juegos favoritos? ¿Cuál es tu tipo de hombre?
La última pregunta que se hizo Douma le sorprendió, sin entender por qué se preguntaba tal cosa.
Pero entonces, una sonrisa se formó en su rostro una vez más, ya que supuso que era sólo porque se divertiría burlándose de tu terrible gusto por los hombres.
La voz que habló hizo que Douma se congelara visiblemente, sus orbes de arco iris se ensancharon, mientras luchaba por mantener su cara sonriente sin mostrar ningún miedo.
-¡Sir Muzan! ¿Cómo está usted esta bonita tarde?-Douma se rió, haciendo lo posible por mantener su fachada de felicidad.
-Estoy bien, sólo pensé que ya que por fin estoy libre, iría a visitar a mi querida T/n.-Muzan sonrió, pero eso hizo que a Douma le recorrieran escalofríos.
Si Douma tuviera que decir qué forma de Muzan era la más intimidante, Douma diría que la Muzan femenina sin dudarlo.
La mujer de pelo oscuro que estaba frente a Douma estrechó sus ojos rojos hacia él.
-¿Qué te tiene de tan buen humor Douma? ¿Ha pasado algo bueno?
-B-bueno uhm, me había aburrido así que salí a buscar unas deliciosas mujeres para comer.-Douma sonrió con fuerza, mientras una pequeña gota de sudor resbalaba por su frente.
-Vaya, ¿no te estoy dando suficiente que hacer Douma?-cuestionó Muzan, ladeando la cabeza.
-¡N-no! S-sir Muzan todavía me das mucho que hacer, sólo quería ir a cazar de nuevo.
-Es comprensible. La próxima vez, infórmame si quieres hacer algo.
-¡S-Sí señor!-respondió Douma, saludando con una sonrisa crispada, suspirando de alivio ya que su mentira en realidad acaba de salvar su vida.
Muzan pensó que Douma estaba actuando de forma extraña, pero de nuevo nunca se puede saber realmente con Douma. Ese demonio siempre actúa de las formas más extrañas.
Muzan se dirigió a su habitación, hizo una pequeña reverencia a Enmu y le dijo que su turno había terminado.Luego, antes de entrar, volvió a cambiar su forma para convertirse en el demonio masculino que ya conocías.
Muzan abrió la cerradura y entró en la habitación, y sonrió de forma victoriosa cuando no te inmutaste lo más mínimo al verle.
Estabas a punto de preguntar por qué estaba Muzan aquí, sólo para sorprenderte cuando de repente estaba detrás de ti.
Seguías en su cama, pero no podías entender cómo había llegado desde la puerta hasta la cama tan rápidamente.
Muzan sonrió mientras te abrazaba por detrás, ambos en posición sentada, de modo que Muzan te estaba acurrucando.
Acarició su cara en el pliegue de tu cuello, con algunos trozos de su pelo negro de medianoche haciéndote cosquillas en el cuello.
-Te he echado de menos.-murmuró, haciendo que te congelaras mientras intentabas comprender qué demonios estaba haciendo.
De repente, un fuerte grito salió de tu boca cuando Muzan te mordió la piel, abriendo la herida que acababa de curar.
El líquido carmesí fluyó de la herida abierta, y Muzan lo lamió y lo bebió con avidez.
-Sí... te he echado mucho de menos... tanto a ti como a tu peligrosamente irresistible y adictiva sangre.-Muzan sonrió contra tu piel mientras besaba suavemente la herida que acababa de reabrir en tu cuerpo.
Querías gritar, apartarle de un puntapié, defenderte, pero la cantidad de sangre que perdías por un simple mordisco te mareaba y debilitaba. Te dejaba incapaz de hacer nada.
-EH, SABÍA QUE PELEAR POR TU VIDA ERA UNA BUENA IDEA. TU SANGRE ES TAN DELICIOSA, Y AHORA QUE SOY ADICTO, NADIE PODRÁ RESCATARTE~
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Solo diré que *aparta a la rayis de un empujón* me toca Muzan :D