Heridas de guerra | Bucky Bar...

By LauReckett

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Cuando te pierdes diez años de tu propia vida, solo quieres salir y vivirla sin tapujos. Lamentablemente la... More

Playlist, aviso y advertencia de contenido.
Capítulo 1 ~ La abuela Peggy.
Capítulo 2 ~ 10 años perdidos en 10 segundos.
Capítulo 3 ~ Había una vez en un bunker.
Capítulo 4 ~ Si me llevas al cielo yo te arrastro al infierno.
Capítulo 5 ~ Fury no puede saber que visito a Romanoff.
Capítulo 6 ~ No te atrevas a confundirme con Peggy.
Capítulo 7 ~ Gracias por cuidarme Nick.
Capítulo 8 ~ Placer culpable por las Carter.
Capítulo 9 ~ Todos los que intentan cuidarme terminan muertos.
Capítulo 10 ~ Follame y ayúdame a olvidar todo lo que pasó🔞.
Capítulo 11 ~ Bienvenido al infierno capitán Rogers🔞.
Capítulo 12 ~ Los trágicos amantes de los 40.
Capítulo 13 ~ No me obligues a visitarla.
Capítulo 14 ~ Aunque estés consciente, sigues siendo una inconsciente.
Capítulo 15 ~ ¿Quién diablos es Bucky?.
Capítulo 16 ~ No quiero matarla.
Capítulo 17 ~ Shield no es lo que creíamos.
Capítulo 18 ~ Al menos puedo tener justicia.
Capítulo 19 ~ ¿Te casarías conmigo?.
Capítulo 20 ~ Señora Barnes.
Capítulo 21 ~ Unidos en cuerpo y alma🔞.
Capítulo 22 ~ Follar sin culpa🔞.
Capítulo 23 ~ Le jodiste la vida a mi amiga.
Capítulo 25 ~ Bienvenida al infierno Devushka🔞.
Capítulo 26 ~ Eres libre🔞.
ESPECIAL NAVIDAD ~ Un collar, un anillo, una promesa y una canción.
Capítulo 27 ~ El tiempo pasa, pero las cosas no cambian.
Capítulo 28 ~ ¿Creíste que eras la única que quería venganza?🔞.
Capítulo 29 ~ Ya no te necesito.
Capítulo 30 ~ Nunca te pedí un polvo de despedida.
Capítulo 31 ~ 3 años marcan la diferencia.
Capítulo 32 ~ Las damas de Madripoor.
Capítulo 33 ~ Los lazos son más fuertes.
Capítulo 34 ~ La fiesta de la discordia y de los nuevos amores.
Capítulo 35 ~ Solo lo hago por Emma.
Capítulo 36 ~ Volverte a tener🔞.
Capítulo 37 ~ El cuadro de la discordia.
Capítulo 38 ~ Team Renegados.
Capítulo 39 ~ Morgan Blake.
Capítulo 40 ~ Los juegos de la noche rusa.
Capítulo 41 ~ Mi pequeño rayito de sol.
Capítulo 42 ~ Pacto de paz.
Capítulo 43 ~ Secretos y mentiras.
Capítulo 44 ~ Cuatro caras y una moneda. [Parte 1]
Capítulo 45 ~ Cuatro caras y una moneda. [parte 2]
ESPECIAL EMMA BARNES ~ Cartas a papá.
Capítulo 46 ~ Vestiditos florales y llamadas especiales.
Capítulo 47 ~ En las filas del enemigo.
Capítulo 48 ~ Posdata: Te amo papá.
Capítulo 49 ~ Ave fénix.
Capítulo 50 ~ Cállate y bésame🔞.
Capítulo 51 ~ Bienvenida a Shield.
Capítulo 52 ~ El legado de las Carter.
Capítulo 53 ~ Larga vida al presidente.
Capítulo 54 ~ El farsante.
Capítulo 55 ~ La reina de las traiciones.
Aviso "Los 7 pecados de Alice"

Capítulo 24 ~ Despertando al soldado del invierno🔞.

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By LauReckett

Maggie

Pasaron 2 semanas desde que mi tío Tony dijo por televisión abierta que mi mamá fue producto de una follada entre Peggy y Howard, porque literalmente eso fue lo que dijo.


Si bien, me moría de vergüenza por sus dichos, los focos habían salido de mi búsqueda, ahora todos los medios de comunicación se preguntaban si en realidad ellos eran amantes.

Aunque mi tío dio otra entrevista esclareciendo que no fue más que un favor, yo y las personas que vieron las imágenes, sabíamos que ellos fueron los trágicos amantes de los 40, pero no iba a dejar que eso se supiera, por lo menos no ahora.

Estábamos en el laboratorio con James y Shuri, terminando algunos detalles para comenzar con nuestra primera prueba. James me había escrito las palabras que despertaban al soldado del invierno en un papel y para saber si eran certeras, debíamos despertarlo.

No podía negar que estábamos bastante preocupadas, pero la presencia de las dora milaje nos calmó un poco, las chicas estaban entrenadas para lo peor y no dudaba en que podían controlar al soldado del invierno.

Vi como dos de las chicas subían a James en una plataforma cubierta de vibranio, mientras amarraban sus extremidades con unas esposas hechas con el mismo metal, se veía asustado, así que decidí acercarme para darle algo de aliento.

— ¿Te sientes bien? – pregunté – deberías confiar en tu esposa, soy realmente buena en lo que hago. – bromeé.

Vi como su boca se tensaba en una pequeña sonrisa, pero su cabeza seguía baja, no quería mirarme.

— Hey... todo estará bien, no creo que seas tan fuerte para destruir todo ese vibranio.

— Solo... no quiero que me veas así. – sentí como le costaba forjar alguna frase. – sabes que estoy programado para...

— El soldado del invierno está programado para eso. – lo interrumpí. – mi esposo está programado para darme un poquito de amor y buen sexo. Lo segundo es sumamente importante.

Me acerqué a la plataforma y tomé su cara para dejar un pequeño beso en sus labios. – Ese soldadito no va a lastimarme...

— ¿Qué hice para merecerte? – dijo, hablando encima de mis labios.

— Técnicamente, tener una vida de mierda. – bromeé.

— Si fue así, entonces estoy un poquito feliz de haber tenido una vida mala. – vi como sonreía un poquito más.

— Okey tortolitos, tenemos que cerrar la puerta, así que Meggs te pido que salgas de ahí. – dijo Shuri, mientras ponía los ojos en blanco al ver nuestro beso.

— Ahí voy. – respondí y dejé otro beso en sus labios, mientras despeinaba un poco su cabello.

Retrocedí unos pasos para llegar al panel que controlaba los signos vitales de James, mientras veía como Shuri cerraba la puerta de vibranio. Solo podíamos ver desde su abdomen, hasta su cara.

Vi como Shuri tomaba la libreta donde James había escrito las palabras que despertaban al soldado, justo antes de empezar, sentí como T'Challa tomaba mi hombro para darme ánimo.

— Eres muy valiente, los dos lo son por atreverse a hacer esto. – dijo.

— Tenemos que estar seguras de que esas son las palabras que lo despiertan, podría haber algún error, no sabemos que metieron en su cabeza...

— Me quedaré aquí para darte apoyo... solo si quieres...

— Si. – dije, mientras solté un suspiro. – gracias...

— 10 segundos Meggs. – escuché que Shuri me hablaba por el pinganillo. – Ayo comenzará con las frases en ruso.

— Okey. – dije, con el corazón en la mano, no sabía que haría al ver al soldado en James.

— Comenzamos en 3....2....1. – Shuri dio las instrucciones y vi como James bajaba su mirada.

Anhelo – dijo Ayo, una de las dora milaje, en ruso.

Vi como James comenzaba a moverse producto de la frase, desvié mi mirada, la última vez que me encontré con el soldado frente a frente, yo terminé en el hospital.

— oxidado – soltó y volví a mirar al escuchar como James trataba de soltarse de las esposas de vibranio que cubrían sus muñecas, mientras gritaba con todas sus fuerzas.

— Diecisiete.... Amanecer.... Horno.... Nueve. – decía todas las palabras en ruso y cada una de ellas lo hacía golpear cada vez más fuerte las amarras, su vista estaba nublada y sentía como de mis ojos caían lagrimas involuntarias.

— Benigno.... Regreso a casa.... Uno....

— Espera. – grité, al ver que solo quedaba una frase para despertar al soldado del invierno. – ya lo tenemos, no hay necesidad de despertarlo completamente...

— Meggs... Tenemos que estar seguras de que todas las frases son correctas. – me respondió. – si no te sientes preparada para verlo así, puedes salir del control, no te juzgaremos.

— No. – dije, mientras trataba de controlar mis lágrimas. – sigan... estoy preparada.

Vi como T'Challa cerraba la puerta del control. – Es por seguridad Margaret, todos sabemos por quien vendrá si se escapa...

Y tenían razón, en la cabeza de ese soldado todavía era su misión, todavía tenía pendiente matarme.

— No debería escapar... todo está cubierto de vibranio.

— Es solo precaución Margaret. – se acercó y tomó mi hombro. – todo estará bien...

Cerré mis ojos, buscando hasta en el lugar más recóndito del cielo a algún santo para rezarle, aunque no rezara constantemente, ahora necesitaríamos de un milagro para estabilizarlo.

— Vagón de carga. – soltó Ayo en ruso.

La piel de gallina se desenfrenó por todo mi cuerpo, mientras veía como James rompía su brazo de metal intentando liberarse y gritaba con todas sus fuerzas, si bien estaba un poco más tranquila, puesto que teníamos las palabras, no podía evitar sentir el mismo dolor que sentía James.

Verlo intentando luchar para no dejar salir al soldado, me rompía el corazón.

Sentí como su mirada se cruzó con la mía, como sus ojos intentaban fulminarme, fue como si la misión de su cabeza hiciera un clic, deduciendo de que ahí estaba su presa, justo frente a él.

— ¡¡Meggs, ahora!! – gritó Shuri por el pinganillo, pero no le hice caso, no podía moverme, estaba completamente perdida en la mirada del soldado.

— ¡¡Meggs reacciona!! – volvió a gritar – necesito que lo duermas, no es tan difícil, solo debes apretar el botón.

Escuchaba la voz de Shuri cada vez más lejana, mientras sentía como T'Challa me zamarreaba ligeramente, para hacerme reaccionar.

Pero sus ojos todavía me fulminaban y yo para mis adentros pedía que me devolvieran a James, no quería a ese soldado, quería a mi James.

— ¡¡MEGGS!! – escuché que Shuri gritaba por el micrófono que conectaba con los parlantes de la sala. – aprieta el botón para dormir a James.

— Ese no es James. – susurré, tratando de apretar el botón, pero mis manos temblaban tan siquiera moverlas. – ese es el soldado del invierno...

— Okey, yo lo haré. – dijo T'Challa tomándome por los hombros. – Okoye, llévala de vuelta a su habitación por favor.

— No-no...no. – dije, mientras mis voz se cortaba. – no me iré de aquí hasta que James esté de vuelta.

— Está bien. – dijo T'Challa, mientras hacía que lo mirara a los ojos. – James volverá mañana, lo dormimos con algo muy fuerte, así que dormirá muchas horas, 7 aproximadamente.

— Puedo esperar...

— Sé que puedes esperar, pero debes descansar. – hizo que Okoye tomara mi brazo. – te prometo que mañana Okoye te buscará antes de que James despierte.

Me sentí un poco más confiada con eso, así que acepté, tomé del brazo de Okoye y partimos camino a mi habitación.

Antes de irme a dormir le pedí que me diera alguna pastilla para dormir, puesto que la crisis de pánico y el insomnio se estaban haciendo crecientes.

Me acosté en su lado de la cama, mientras abrazaba su almohada. Esa noche me sentí vacía y fue simplemente porque no lo tenía durmiendo a mi lado.

Desperté cuando sentí como Okoye me movía lentamente, avisándome de que James había despertado antes.

Tomé mi albornoz y corrí al baño para darme una ducha, cepillé mis dientes y me vestí con un vestido ligero que se ponía rápidamente, corrí a la salida, pero me devolví al sentir el frío que hacía, ya que eran las 7 de la mañana.

Fui al closet y lo primero que vi fue una de las sudaderas que mi tía Pepper le había mandado en las maletas, cuando recordé que había sido una de sus favoritas y que la había usado más de una vez, la tomé y me la puse, para correr camino al laboratorio.

Entré con precaución al control y abrí la puerta que me llevaba a la parte donde estaba la capsula, bajé las escaleras y cuando vi que todavía seguía encerrado, un nudo se formó en mi estómago.

— No me digas que todavía no reacciona. – dije, mientras sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas.

Todos estaban con la cabeza agacha, así que supuse lo peor, cuando lo escuché hablar, mi alma volvió al cuerpo.

— Devushka... ¿Me extrañaste? – dijo, con esa voz que tanto me gustaba.

Sentí como Shuri soltaba una pequeña risa, mientras T'Challa le golpeaba el hombro, para que se callara.

— Los dejamos solos. – dijo T'Challa, tomando a Shuri por el hombro, para sacarla de ahí, antes de que reclamase.

Cuando nos dejaron solos, me di vuelta para subir al control y abrir la capsula, pero me quedé quieta al ver que estaba semiabierta, al parecer habían encontrado gracioso bromear con esto.

— No pueden bromear con esto. – dije, mientras me quebraba frente a James y tapaba mi cara con mis manos, para así evitar que me viera llorar.

— Muñeca... – murmuró, mientras abría la puerta de la cápsula y me abrazaba con fuerza. – no te preocupes, ese soldado no volverá.

Saqué las manos de mi cara para abrazarlo con fuerza, ni en mis pesadillas más remotas había estado tan asustada, no quería volver a verlo así, no quería que el soldado ocupara el cuerpo de James, nunca más.

— Mírame. – susurró, mientras tomaba mi cara. – tú lograste todo esto, tú me salvaste... y ahora tú encontraste la forma de sanarme.

Tomé su cara y lo besé con fuerza, mientras rodeaba mis brazos en su cuello para pegarlo mucho más a mí, a mi cuerpo. El beso fue eufórico, pero tierno al mismo tiempo, nuestras lenguas se compenetraban y sus manos estaban en su cintura, mientras me abrazaba con fuerza.

Por un momento pensé que no volvería, que el dormirlo no funcionaria y no había dimensionado lo mucho que eso me asustaba.

Nos separamos por falta de aire y unimos nuestras frentes para respirar, mientras sentía como lágrimas involuntarias rodaban por mis mejillas.

— Al parecer si me extrañaste Devushka. – dijo, besando mi frente.

— Si vuelves a hacerme una broma de este tipo, te electrocutaré los testículos. – respondí, mientras soltaba una risa.

— Podrías matarme si quieres. – dijo, pegándome más a su cuerpo – podrías hacer lo que quieras conmigo y te daría las gracias.

— Dios, moriré por exceso de azúcar. – susurré, besándolo nuevamente. Tomé su mano para salir del control, pero me detuvo.

— Devushka, no respondiste mi pregunta. – me acercó a su cuerpo y susurró en mi oído. - ¿Me extrañaste?

Bajé mi mirada, pero él tomó mi cara para volver a mirarme.

— Si... si lo hice. – susurré.

— Eso quería escuchar. – respondió, mientras me tomaba por la cintura y me levantaba a horcajadas. – escuchar eso hace que todo el sufrimiento valiera la pena.

— No quiero volver a ver a ese soldado. – murmuré, mientras tomaba su cara.

— Si ese soldado lastima a mi chica, tenlo por seguro que no volverá a aparecer.

Escuchar la palabra "mi chica", salir de su boca, hizo que lo abrazara con más fuerza.

— Estaba muy asustada. – admití.

— Lo sé muñeca... Pero no debes tener miedo, no volverás a ver a ese soldado.

Lo besé con fuerza, mientras acariciaba su cabello, sentí como me acomodaba con sus dos manos, a la vez que mis piernas rodeaban su cintura. Cuando sentí que sus dos manos me tocaban, es cuando reaccioné, puesto que vi con mis propios ojos que el soldado había roto su brazo de metal.

— Espera... – dije, mientras bajaba mis manos por sus brazos – pensé que tu brazo estaba destrozado.

— Y lo estaba, pero cuando desperté ya tenía uno nuevo. – dijo, mientras levantaba sus hombros, en señal de que no sabía con exactitud que pasó. – al parecer Shuri me lo cambió mientras dormía.

— Este es mucho más cool. – dije, tocando mi nariz con la suya.

— ¿Este brazo te pone mucho más? – susurró en mi oreja.

— ¿Me pone mucho más? – solté, haciéndome la desentendida.

— Mucho más, tu sabes. – susurró en mi oreja. – más hambrienta.

— No... La verdad es que al verlo no me da hambre. – bromeé. – de hecho, me dan ganas de utilizarlo, pero de otra forma.

— Ah si... ¿Y cómo lo usaría señora Barnes? – respondió, levantando su brazo de metal, para mostrarlo. – ¿Dónde lo quieres usar?

— Aquí. – murmuré, mientras tomaba su brazo y lo ponía en mi cuello. – se ve muy lindo como un collar. – una sonrisa picara se tornó en mis labios.

— Okey señora Barnes, eso suena como una invitación para llevarla inmediatamente a nuestra habitación. – respondió entre risas, mientras subía las escaleras, conmigo a horcajadas.

Así me llevó todo el camino, mientras las personas que pasaban por nuestro lado nos miraban raro, nosotros solo sonreíamos, mientras les pedía perdón con una voz que casi ni se escuchaba y juntaba mis manos, en señal de disculpa.

James colocó la contraseña y la habitación se abrió, cerró la puerta de un golpe y se abrió camino a la cama, me bajó justo cuando estábamos en los pies de la misma.

— Dioss. – dijo, llevando sus manos a la cabeza, mientras tragaba saliva. – eres taaaan hermosa.... e inteligente; Hermosa e inteligente. – soltó, tomando mi cara, para dejarme pequeños besos.

— James – respondí riendo, puesto que nunca lo había visto tan eufórico.

— Es que nunca lo imaginé, nunca me imaginé que esa organización y ese soldado que llevo dentro me daría algo tan lindo. – vi como se acercaba y me abrazaba con fuerza, lo que me hizo soltar carcajadas.

— Estás exagerando. – dije, mientras lo tomaba de los hombros, intentando calmarlo, pero no dejaba de moverse y abrazarme. - ¡James!

— Lo siento cariño, pero es que es un conjunto de todo. – dijo, tomando mi cara. – te das cuenta de que acabas de descubrir la forma de sacarme esto, de hacerme un poquito más normal.

Solo bajé mi mirada, estaba avergonzada, porque la verdad no estaba nada acostumbrada a que la gente me alabara, ni siquiera a que me agradeciera.

— Además, te veías absolutamente hermosa haciéndolo y – levantó mi mirada. – al ver tu carita de preocupación, junto con ese hermoso vestido y mi sudadera encima. – dijo, separándose, para mirarme de arriba a abajo. – me di cuenta de que todo el sufrimiento había valido la pena.

— James... Shuri hizo la mayor parte, no puedo llevarme el crédito.

— No. – respondió, llevando un dedo a mi labio, para hacerme callar. – Tú me trajiste contigo, tú decidiste salvarme y tú pediste la ayuda de Shuri. – me miró y me dio un beso corto en los labios. – Margaret, tú vales la pena y quiero que te lo metas en la cabeza, porque acabas de demostrarme que nadie te merece.

— Basta. – dije, llevando mis manos a mi cara.

— Devushka... Sé que no estás muy acostumbrada a que te digan que vales la pena, pero te prometo que te lo diré todos los días, hasta que te lo creas. – murmuró, mientras tomaba de mi cintura y me apretaba a su cuerpo. – ahora, solo quiero...

— ¿Solo quiero? – interrumpí.

— Solo quiero hacerle el amor a mi esposa. – susurró en mi oído, mientras dejaba una pequeña mordida.

Levantó mis brazos y me sacó su sudadera, mientras dejaba suaves besos por mis hombros, me volteó lentamente y bajó el cierre de mi vestido, dejándome en ropa interior.

Me volteé y saqué su camiseta, mientras me deleitaba con su mirada, con esa mirada que me dejaba completamente perdida, ya sea para bien, como para mal.

Lo ayudé a desabrochar su pantalón, mientras sentía como pasaba las manos por mi espalda y desabrochaba mi brasier, luego se agachó lentamente, mientras acariciaba mis piernas y bajaba mis bragas.

— Eres tan hermosa. – murmuró y solo me quedé en silencio.

Se levantó y me tomó entre sus brazos para llevarme a la cama, me recostó y se subió encima de mí, mientras con mis manos le ayudaba a bajar sus pantalones.

De un segundo a otro, los dos estábamos desnudos, uno encima del otro. Nuestras miradas se cruzaban y la cercanía de nuestras bocas, nos hacia respirar el mismo aire.

Me tomó por la cara y dejó un beso suave en mi frente, para después apoderarse de mis labios con un beso apasionado.

Bajó por mi cuello, hasta mis pechos y comenzó a lamerlos, con una suavidad que me hizo inclinar mis caderas y hundir mi cabeza en la almohada.

— Tan hermosa... – jadeó, mientras seguía apoderándose de mis pezones.

Bajó sus manos hasta mi entrepierna y comenzó a frotar mi clítoris, mientras con su otra mano libre, agarró mi cara para que lo mirara.

Se posicionó entre mis piernas y comenzó a lamerla, como él sabía hacerlo. Su lengua pasaba por mis pliegues con una suavidad que hacía que mil piel se pusiera de gallina. Siguió chupando, mientras que, con sus dos manos masajeaba mis pechos. La inclinación de mis caderas era un indicio para avisarle que quería mucho más.

Ya no había necesidad de decirlo con palabras o poner mis manos sobre su cabeza para hundirlo más.

Ahora nuestros cuerpos eran los que se entendían, por fin se entendían.

Sentí que mi pelvis se contraía, mientras apretaba mis piernas, llegando al orgasmo y viniéndome en su boca, volví a hundir mi cabeza en la almohada, mientras mis manos afirmaban con fuerza las sábanas.

Tomó con su boca todo lo que le había brindado y se separó de mi entrepierna para volver a juntar nuestras caras, nuestras miradas estaban entrelazadas, mientras me daba besos cortos en medio de sonrisas.

Bajé mi mano a su miembro y comencé a masajearlo, mientras sentía como hundía su cara en mi cuello, haciendo que su respiración cerca de él me hiciera soltar pequeños jadeos.

Comencé a masturbarlo con más fuerza, sintiendo como sus jadeos se incrementaban en mi cuello, levantó la cabeza y juntó nuestras frentes, sus ojos estaban cerrados.

— Necesito hacerlo, te juro que me estoy aguantando, pero sentir tus manos en mí. – dejó un beso en mis labios, antes de terminar de hablar. – tus manos en mí me vuelven loco.

— Hazlo. – susurré en su oído. – hazme tuya James...

— Le haré mucho más que eso, voy a hacerle el amor señora Barnes.

La ultima frase nos encendió a los dos, así que posicionó su miembro en mi centro y entró muy despacio, haciéndome gemir en el acto, todavía no me acostumbraba a su porte, James estaba muy bien dotado.

Cuando sentí que metió toda su polla en mí, fue que solté el gemido que tenía ahogado, era primera vez que todo su miembro entraba, sentí como mis piernas temblaban por el contacto de nuestra piel.

Sus embestidas eran suaves, pero constantes, el ritmo de nuestros cuerpos fue como un acople, mientras nos besábamos y tocábamos con pasión, James tenía una de sus manos en mi cintura, mientras su brazo de metal descansaba al lado de mi cara.

En cambio, yo tenía mis dos manos en su espalda, mientras intentaba agarrarme de ella, soltando con rasguños todo el placer que estaba sintiendo.

Sus embestidas fueron incrementando velocidad, haciendo que las dos manos de James se posicionaran en mis caderas, para dar empaladas más certeras.

— Mhm... – gemí, luego de que volviera a meter todo su miembro dentro de mí.

— No sé qué idioma es ese, pero sin dudas quiero escucharlo más seguido. – susurró en mi oído.

Solté una pequeña risa ante esa broma, mientras tomaba su cara para volver a besarlo con pasión, nuestras lenguas danzaban al mismo ritmo de nuestras embestidas.

Enlacé su mirada con la mía, para que el otro viera nuestra cara de placer. Ver a James cerrando los ojos y disfrutando el momento, me hacía gemir mucho más fuerte.

Sentí otro cosquilleo en mi pelvis, mientras sentía como James apretaba mis caderas con sus manos. No aguanté más y me vine, apretando mis paredes en su miembro, en el mismo momento que echaba mi cabeza para atrás y enroscaba mis dedos de los pies.

— ¡¡James!! – una mezcla de grito y gemido se escuchó en la habitación.

— ¿Quieres decirme algo Devushka? – jadeó, mientras comenzaba a embestirme con más fuerza, haciendo que mis pechos se descontrolaran por el movimiento, mientras volvía a afirmarme de las sábanas.

— ¡¡Te quiero!! – Grité sin pensar, mientras sentía como mi respiración se dificultaba cada vez más.

Luego de gritar eso sentí como se vino, mientras se recostaba sobre mí y hundía su cara en mi cuello. – Yo también te quiero muñeca.

Se quedó así por unos segundos, mientras acariciaba su cabello, separó nuestros cuerpos y se recostó a mi lado, agarrándome para que me recostara encima de él.

— No quiero que te separes de mí. – murmuró, mientras me besaba lentamente. – no quiero volver a dormir sin ti.

— Yo tampoco. – respondí, enredando nuestras piernas.

Sentí como levantaba las mantas para taparnos, aunque no teníamos frío.

Su nuevo brazo de metal me abrazaba por la cintura, mientras que con su otra mano daba pequeños masajes en mi cabeza, cada pocos segundos, dejaba pequeños besos en mi frente, así lo hizo hasta que me quedé dormida.

Desperté al otro día, por el ruido que hacía el cerrojo de la habitación, sentí que abrían la puerta con entusiasmo, así que, en un acto rápido, tomé las mantas que nos sacamos de encima entredormidos, para taparnos de nuevo.

— ¡¡Meggs, buenas noticias!! – gritó Shuri – Oh por dios, están desnudos. – dijo, mientras se tapaba los ojos.

— Si golpearas la puerta, no nos habrías visto así. – respondí, mientras trataba de cubrir a James, que no ayudaba, porque entredormidos tomaba mis caderas, pegándome más a él y a su erección mañanera.

— Veo que tienes trabajo pendiente. – bromeó Shuri, mientras soltaba pequeñas carcajadas. – puedo respaldarte por 15 minutos, así que no se demoren.

— Siempre vienen a despertarnos a las 10 a.m. – reclamé – son las 8 de la mañana, ¿Viene el rey de Inglaterra y tenemos que recibirlo? – bromeé.

— No... Mejor. – respondió señalándome. – Viene tú tío Tony, llega en 20 minutos.

Solté un pequeño grito de sorpresa, mientras le daba pequeños codazos a James para que despertara, claramente no quería que mi tío nos encontrara así.

— Y no viene solo, creo que su sexy esposa lo acompaña. – soltó, sin atisbo de sentirse avergonzada por llamar sexy a mi tía Pepper. – dios, los Stark si que tienen buen gusto.

— No voy a contradecir verdades. – respondí. – Shuri, necesito que nos dejes solos y me respaldes por 15 minutos, por favor. – dije, haciendo un leve puchero.

— Claro, ve a alimentar a la bestia. – dijo, mientras salía de la habitación, no sin antes guiñar un ojo. – quizás deberíamos instalar una contraseña en la puerta de este cuarto.

— Ya lo creo. – respondí.

Cuando vi que salió de la habitación, me di vuelta, moviendo a James para que despertara, pero justo hoy se le ocurrió dormir como un bebé caprichoso.

— James. – murmuré despacio, mientras lo zamarreaba lentamente. – tenemos que levantarnos.

Sentí como pasaba sus manos por sus caderas y me subía encima de él.

— ¡¡James!! – dije, zamarreándolo de nuevo. Cuando vi que no despertó, aproveché para tomar su camiseta que estaba en el piso y ponérmela.

— ¡¡¡JAMES!!! – grité, mientras lo zamarreaba con más fuerza.

Sentí como presionaba mis caderas, frenando los zamarreos.

— Linda no te muevas así encima de mí, mira que no sé si es un regalo o un castigo.

— ¿Por qué sería un castigo? – pregunté confusa.

— Porque nunca tenemos tiempo. – dijo, mientras ponía una sonrisa triste.

Me agaché y junté nuestros labios en un beso corto. – Tenemos 15 minutos. – le susurré.

— No hay tiempo que perder. – respondió.

Levantó mis brazos y sacó la camiseta que me había puesto hace pocos segundos. Luego de eso centró su miembro en mi centro y me penetró con fuerza, mientras agarraba mis nalgas y me hacía subir y bajar de su polla, cabalgándome con un ritmo delicioso, mientras me afirmaba del respaldo de la cama y el se apoderaba de mis pechos.

Bajamos de la habitación 25 minutos después, bañados y perfumados, mientras corríamos disimuladamente, para llegar a tiempo a la zona de aterrizaje.

Yo llevaba un vestido tropical floreado, que me llegaba poco más arriba de la rodilla y era de tirantes. James, a juego conmigo, llevaba un conjunto de verano que venía en la maleta, era una camisa tropical que combinaba con unos shorts color ocre.

Corrimos de la mano, pero cuando nos dimos cuenta de que la zona de aterrizaje estaba lejana y mis sandalias eran incomodas, me subió a horcajadas y apretó mi vestido para que no se me viera nada.

Estos eran los momentos en los que me gustaba tener un esposo supersoldado.

Llegamos al zona de aterrizaje minutos antes de que el helicóptero aterrizara, tomé la mano de James y nos posicioné entre medio de T'Challa y Shuri.

— Te dije 15 minutos y te demoraste 25 Meggs. – reclamó. – ahora me debes una y tú deberás respaldarme a mí. – esta parte la susurró en mi oído.

— ¿En que quieres que te respalde, niña mala? – bromeé.

— Luego te digo, ahora solo quiero ver la cara de tu tío cuando sepa que su sobrina tuvo un polvo mañanero.

Me ahogué con saliva al escucharlo. – mi tío no tiene porqué enterarse. – respondí en un susurro.

— Pero lo hará, porque huelen a sexo y están muy felices. – Shuri apuntó a James y este conversaba con T'Challa, pero la sonrisa no se borraba de su cara. – no saben disimular.

Le di un pequeño codazo a James, pero este en vez de borrar la sonrisa de su cara, pasó su brazo por mi cintura, pegándome a él, sin dejar de conversar con T'Challa.

— No crees que mi esposa se ve muy guapa hoy. – dijo, dejando un beso en mi mejilla. – siempre es hermosa, pero hoy, hoy está brillando.

— Si.... Te ves muy guapa Maggie. – respondió T'Challa. – al parecer te hace bien saber que tú tío viene a visitarte.

— No es solo eso lo que la tiene contenta. – susurró Shuri, pero T'Challa no le prestó atención, mientras que yo la fulminé con la mirada.

— Coincido con mi primo. – dijo una voz en nuestra espalda. – la señorita Barnes se ve muy guapa. – Erick terminó de hablar.

— Señora. – le corregí. – y gracias.

— De nada, señora Barnes. – esta ultima parte la dijo en tono dramático.

James decidió no prestarle atención, aunque si sentí como me apretaba un poco más a su cuerpo, había aprendido a leer su lenguaje corporal y claramente estaba enojado, pero intentaba no demostrarlo.

Nos distrajo el sonido de un Jet acercándose a Wakanda, mientras se abrían unas compuertas que permitían el ingreso al país, el Jet entró y las compuertas se volvieron a cerrar. Sin dudas este país era el maldito cielo en tecnología.

Obviamente reconocí ese Jet privado, pues el apellido Stark brillaba en la parte posterior del avión. Vi como algunos trabajadores de Wakanda colocaban la escalera y la compuerta del Jet se abría.

Cuando vi como James soltó mi cintura y tomó mi mano seriamente, solté una pequeña carcajada que oculté para no hacerlo sentir más nervioso.

Del Jet privado salió la persona con la personalidad más extrovertida que conocía, bajando las escaleras como si estuviese en un puto desfile de modas. No podían faltar sus lentes característicos.

Detrás de mi tío, venía mi tía con un vestido formal muy característico de ella, mi tío Tony la había esperado en la mitad de la escalera para ayudarle a bajar.

— Es mucho más hermosa en persona. – murmuró Shuri entre las dos.

— Lo sé, quisiera verme como ella a esa edad. – respondí.

Lo que más me llamó la atención fue que las puertas no se cerraron, sino que de ellas salieron 3 personas que tenía muchas ganas de ver, unas más que otras.

Natasha salió del Jet con un vestido casual y veraniego, agarrada de la mano de Bruce, quien la ayudaba a bajar las escaleras. De verdad no podía creer que mi tío Tony los haya traído con él, lo primero que se me vino a la cabeza, fue que estaba planeando algo.

— Soy demasiado homosexual. – soltó Shuri, al ver a Natasha bajar las escaleras. – 100% y tú te llevaste el 20% de mi homosexualidad. 

— ¿Solo el 20%? – dije, haciéndome la ofendida. 

— Tú 20%, la pelirroja que está bajando la escalera los otros 20% y tú tía, tú tía se lleva el 60%, es que esa mujer no merece menos. 

Solo sonreí ante el comentario de Shuri, estaba segura que no sería ni la primera, ni la última amiga que se enamorara de mi tía. 

Me di cuenta, que detrás de Natasha salió la persona que más había extrañado, Sam salió estirando sus brazos, mientras me sonreía encima de la plataforma, no pude evitar sonreír por volverlo a ver.

Pero mis ojos se llenaron de lágrimas cuando vi salir a una de las personas más importantes de mi vida, Nick salió del Jet con una camisa floreada y con sus lentes de sol, mientras trataba de pasar a Sam en la escalera, para llegar más rápido a mí.

— ¿Quién es? – preguntó James, que no lo conocía.

— Es mi papá. – respondí, emocionada, mientras soltaba su mano y corría al inicio de la escalera, ignorando a todos los demás. Por suerte, mi tío Tony estaba siendo reprendido por mi tía Pepper, así que no prestó atención al detalle.

De reojo vi como James se tensaba por conocer a mi papá, pero no le tomé atención, porque extrañaba mucho a este viejo y solo quería abrazarlo.

Cuando bajó el último escalón, corrí a la escalera y me lancé en sus brazos, dándole un fuerte abrazo.

— Mi princesa. – dijo, dejando un beso en mi frente. – Dios, Margaret, estás tan bien.

— Gracias papá. – dije, abrazándolo de nuevo. – te extrañé mucho.

— Yo también mi pequeño rayito de sol.

— ¿Dónde está mi rubia preferida y por qué no ha venido a saludar a la persona más importante de su vida? – reclamó mi tío Tony.

Corrí a sus brazos y lo abracé con fuerza, lo había extrañado demasiado. Luego hice lo mismo con mi tía Pepper y con Happy, cuando terminé con ellos, me acerqué a Nat, Banner y Sam.

Abracé a Sam con fuerza, mientras él me levantaba y me hacia dar vueltas.

— Te extrañé más de lo que me gustaría admitir. – soltó. – es que no todos los días tienes una amiga millonaria, cool y que mata a hijos de puta. – bromeó.

— En cambio, yo puedo decir que tengo un amigo que me defendió en televisión abierta. – seguí la broma.

— créeme, no soy el único que quería darle un golpe a Steve.

— Oh claro que no. – interrumpió Banner. – Tuve que llevar a Natasha al campo de tiro, para que no quisiera practicar con el cuerpo de Steve.

Solté una carcajada y me acerqué para abrazarlo, aunque no teníamos mucho contacto, estaba muy feliz de tenerlo aquí, además de que de verdad apreciaba su lealtad.

— Más te vale que yo sea la siguiente que reciba un abrazo. – vaciló Nat.

Me acerqué a ella y la abracé con fuerza, los abrazos de ella eran diferentes, mucho más maternales, como si fuese mi hermanita mayor.

Sentí como mi tío Tony carraspeaba la garganta y llevaba su mirada a James, que estaba serio detrás de mí.

— Bienvenidos a Wakanda. – T'Challa rompió el silencio. – Señor, Señora Stark y compañía, estamos muy felices de recibirlos.

— Señora Potts. – corrigió mi tía Pepper. – muchas gracias por recibirnos y por cuidar muy bien de mi sobrina y su esposo.

Vi como todos se tensaron por el comentario de mi tía, sobre todo Fury, que comenzó a fulminar a James con su ojo bueno, que dejó libre luego de cambiarse las gafas por su parche habitual.

— ¿Esposo? – mi tío Tony, Mi papá (Fury) y Sam, dijeron al unísono.

— ¡¡Anthony, tú si lo sabías!! – le reclamó Pepper.

— Si, pero me tomó por sorpresa tú comentario.

Decidí no dejar que volvieran a discutir como niños chiquitos y me acerqué a James, tomé su mano y lo atraje a mi lado.

— Si, Papá, Sam y compañía, que ya sabía que me había casado. – dije esto último en tono sarcástico, mirando a mi tío, que puso los ojos en blanco. – El es James Barnes, mi esposo.

Vi como Sam sonreía de lado, mientras intentaba reprimir las carcajadas, se acercó a mi oído para susurrarme algo.

— Así que te gustan los supersoldados. – bromeó.

Solo sonreí, tratando de olvidar lo que me había dicho.

— Sam Wilson, el que atrapó tu brazo en una gata para autos. – dijo en un tono que solo los 3 podíamos escuchar.

— James Barnes. – respondió, estrechando su mano. – Te vi en televisión, gracias por defender a Margaret.

— Tú hubieses hecho lo mismo por ella. – respondió.

— Eso, ni lo dudes.

Los separé y volví a tomar a James del brazo, para acércanos a Fury.

— Papá... Él es James Barnes, mi esposo...

— Buenos días señor. – dijo James, poniendo su mano para que la estrecharan.

Mi papá respondió al saludo dudoso, mientras veía como apretaba la mano de James un poco más de la cuenta, que bueno que James tenía superfuerza.

— ¿Y no hubo una pedida de mano? – dijo, mientras miraba a James más de la cuenta.

— No eres su padre Fury, al que debió pedirle la mano de Maggie, es a mí. – soltó mi tío, mientras se acercaba a la conversación.

Rodeé mis ojos, mientras me ponía levemente delante de James. Sabía muy bien lo que intentaban hacer y no iba a permitir que lo cohibieran de esta forma.

— Nick, no estamos en los años 40. – sentí como Shuri reprimía una risa. – El chico no tiene por qué pedir la mano de Maggie.

— Exacto, gracias Nat. – respondí.

— Déjenlos en paz. – le siguió Bruce. – no ven que los dos están muy contentos, como si algo bueno les hubiese pasado.

— O hecho. – dijo Shuri, mientras según ella tosía.

— ¿No deberían instalarse? – dije, mirando a T'Challa, para que salvara el momento.

— Si claro. – respondió el rey. – mi guardia real los va a guiar hasta sus habitaciones.

Respiré cuando me di cuenta de que los iban a llevar a un edificio que estaba más o menos alejado de nuestra habitación, no quería tenerlos cerca en la noche, los conocía muy bien, en especial a los hombres y no eran nada sutiles.

— ¿Dónde queda la habitación de Maggie? – preguntó mi tío. – quiero quedarme en el mismo edificio.

— Lo siento. – le respondió T'Challa – En ese edificio solamente hay una habitación habitable, el resto son laboratorios y sitios de entrenamiento.

No era verdad, de hecho, habían 3 habitaciones disponibles en las plantas inferiores, pero cuando me di cuenta de que T'Challa le guiñaba un ojo a James, fue que me percaté que lo hacia para que no perdiéramos nuestra privacidad.

Luego de unas horas, estábamos en uno de los laboratorios de Shuri, mientras Bruce y Nat conectaban algunas cámaras y Sam junto con James se ayudaban para instalar nuevamente la pantalla que teníamos para ver las noticias del exterior.

Al parecer no habían venido a un viaje de placer, de hecho, mi tío Tony había planeado una entrevista en el programa de Jimmy Fallon, donde claramente tenía que limpiar mi nombre y desprestigiar el de Steve, todo sería online.

Cuando se dieron cuenta de que Steve dio una entrevista con Ellen DeGeneres, mi tío Tony le ofreció a Jimmy tener una conmigo y el aceptó encantado. 

Ahora estaba delante de un espejo, mientras mi tía Pepper me maquillaba y peinaba para salir lo bastante decente en pantalla.

Me levanté y dejé mi anillo de matrimonio en mi dedo, la idea era mostrarlo para generar sospechas, ocupar cualquier movimiento para sacar de los focos la muerte de Pierce.

— El set está listo. – dijo Banner, mientras terminaba de colocar una pantalla negra, para que nadie indujera donde estaba.

— Okey linda. – dijo mi tía Pepper, mientras terminaba de arreglar mi cabello – Debes seguir el discurso al pie de la letra, sin pasos en falso, porque hasta ahora todo ha funcionado bien. Te quiero mucho.

Me dejó sola en un pequeño set que Bruce y Nat habían montado, en una habitación aparte, cuando vi el contador en la computadora y que la cámara que tenía en frente se encendía, fue que me convencí de que tenía que seguir mis propios instintos.

Yo era la única que podía desenmascarar a Steve.

Pero no lo haría como todos pensaban que lo haría, de hecho...

Lo haría completamente a la inversa.

Como les explico que el próximo capítulo estará muy satisfactorio, al igual de todos los que vienen. Solo les daré una pista: "Venganza" jijiji.

Pero James, dios, yo ya le hago el altar y le rezo a este hombre. 

Tony y Fury modo papás celosos jajaja. 

Ya saben, capítulo largo porque si me estoy demorando en actualizar, pero es solo porque la universidad me tiene colapsada, un texto más y entro en un bloqueo lector (algo que no quiero), así que paso a paso. 

Les aviso que se viene un extra de navidad muy cute, así que preparen algo para bajar en azúcar que les dejara el especial (que claramente será en navidad jaja <3). 

Les amo y los leo en un próximo capítulo. 

AAHH y muchísimas gracias, porque la historia llegó a 1K de votos y aunque la verdad soy bastante nueva en la plataforma (esta es mi "primera historia"), no puedo creer lo lejos que ha llegado, solo decir que su apoyo merece que actualice seguido, así que haré todo lo posible. <333

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