Preparaos porque T/n confía en la gente con demasiada facilidad.
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AKAZA FINALMENTE RECUPERÓ TU ALMUERZO Y SE DIRIGIÓ A LA HABITACIÓN DE MUZAN.....
Akaza observó cómo dibujabas infantilmente círculos en la pared con el dedo ya que no tenías otra cosa que hacer, y tuvo que resistir el impulso de reírse de ello.
Colocó tu comida en el suelo tan silenciosamente como pudo para poder marcharse de inmediato, pero el mínimo tintineo de la bandeja te alertó.
-¡Akaza!-exclamaste alegremente, tus ojos se iluminaron al ver al demonio azul con líneas negras en la cara.
-Oh uh, hey T/n. Pareces... emocionada de verme.-dijo Akaza lentamente, siendo cauteloso de lo que fuera lo siguiente que harías.
-¡Por supuesto que lo estoy! Somos prácticamente amigos, ya que eres el único con el que hablo además de Enmu. Pero a diferencia de Enmu, realmente he visto tu cara, así que siento que somos bastante cercanos.
-Uhm... sí... supongo que sí.-Akaza apartó los ojos de tu cálida mirada y tu brillante sonrisa.
Akaza se preguntó si te pasaba algo, porque alguien que había sido secuestrado por demonios no debería actuar así de feliz por ver al cómplice de su secuestrador.
-Bueno, puede que no me consideres tu amiga, ¡pero yo te considero un amigo! Siento que tú y Enmu sois las únicas personas cuerdas que tengo en mi vida. Todos los demás, en comparación contigo y con Enmu, parecen totalmente locos.
-¿Estás bien?
-¿Eh? Sí, estoy...
-No, me refiero a si estás bien mental y emocionalmente. Te secuestraron y te alejaron de tus amigos, que no te han encontrado, y estás encerrada en una habitación sin hacer nada más que comer, dormir y hablar conmigo y con Enmu. ¿No tienes miedo de nosotros? ¿Miedo a los demonios? ¿Por qué nos hablas como si no fuéramos demonios? Tratándonos como amigos... como humanos. ¡Así no es como actúa una persona cuerda! No puedes confiar en mí, y no puedes confiar en Enmu. Por lo que sabes, podríamos matarte en este mismo instante, aunque Muzan nos mataría como resultado.
-Pero no lo habéis hecho.-respondes.
-¿Perdón?-pregunta Akaza, una mirada de estupefacción cruza su rostro al ver que tus emociones no parecían flaquear en lo más mínimo.
-No me has matado, aunque podrías haberlo hecho. Eso es razón suficiente para que confíe en ti.
Akaza se quedó atónito en silencio ante lo que dijiste, ni siquiera podía creer que estuviera escuchando palabras como "confianza" viniendo de un humano y que esa palabra fuera dirigida a un demonio.
-Estar aquí en este lugar, encerrada lejos del resto del mundo... me dio tiempo para reflexionar y pensar en todo lo que ha pasado. Y cuanto más pensaba en todos mis amigos, más me daba cuenta de lo mucho que parecen estar cambiando sus personalidades originales. Y eso me asusta, porque una vez que cambian no puedo recuperarlos.-se acurrucó en un ovillo mientras picaba la comida que le habían puesto delante.
Akaza no podía creer lo que escuchaba, ¿pensabas que tus amigos estaban locos? ¿Acaso estaban escuchando lo que estaban diciendo ahora? ¿Cómo podías tener una confianza tan inquebrantable en los demonios? ¡Era simplemente una locura!
-Esto es... algo que realmente no le digo a nadie ya que probablemente me matarían por decir esto... pero realmente no creo que los demonios sean malos.
-¿Eh?-pregunta Akaza, sus ojos amarillos se abren de par en par por la sorpresa.
-Quiero decir que seguro que luchan contra nosotros, nos comen, quieren matarnos, pero cada demonio tiene un pasado que es triste y desgarrador. Y según mi experiencia, todos los demonios tienen un lado dulce. Incluso ese maldito Muzan.
Akaza se llevó la mano a la cara, con una amplia sonrisa de repente, mientras se reía.
-En serio... estás loca...-Akaza continuó riendo en silencio, sin querer que le oyeras reír de verdad, mientras la diversión brillaba en sus ojos.
-Soy consciente... pero esa locura bien puede ser lo que me mantiene viva.-responde ssimplemente, mientras sigues dibujando círculos en la pared mientras come algo de la comida.
Y con eso, Akaza salió de la habitación, cerrándola una vez más mientras repetía todo lo que acababa de ocurrir entre vosotros dos.
-Es tan jodidamente delirante que es un poco bonito. ¿Un lado dulce de los demonios? Es adorable.-Akaza se rió para sí mismo, incapaz de aguantar mucho más.
Entonces se dio cuenta de lo que estaba haciendo y de lo que estaba ocurriendo, y eso le hizo detener bruscamente su risa.
Las cejas de Akaza se fruncieron mientras pellizcaba con los dedos la pequeña arruga que habían formado sus cejas, y luego se llevó esa misma mano y se la pasó por el pelo, echándolo hacia atrás y suspirando para sí mismo.
-Vaya, mira por dónde... Estoy actuando de forma extraña y diferente a mí mismo...-Akaza murmuró para sí mismo, mientras una repentina sonrisa sádica se formaba en su rostro.Maldita sea, y me he esforzado tanto en no interesarme por ella y en tratarla con respeto cuando es necesario, y ahora me río como una especie de maníaco...-su frase se desvaneció mientras se encorvaba contra la puerta de la habitación de Muzan.
Enmu estaba fuera por una pequeña misión, así que Akaza agradeció que nadie más pudiera verle actuar como un loco.
Y como tenía que vigilar la habitación en lugar de Enmu, Akaza decía todas estas cosas lo más bajo que podía para que no le oyeras.
Tu brillante y cálida mirada llenó la mente de Akaza una vez más, mientras gruñía de frustración, alborotando sus mechones rosa rojizo con las manos.
-Maldita sea, es buena... demasiado buena...
"NO PUEDO CREERLO.... YO TAMBIÉN HE CAÍDO."
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Bye bye~