Pecados. (POR CORREGIR)

By brenda_T_S

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Ella tiene dos caras, como la luna una es bondad y maldad. Ella tiene que ocultar para sí poder sobrevivir en... More

Introducción
capitulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capituló XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX

Capítulo XXIII

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By brenda_T_S

Alessandra

Al entrar a mi casa se cae mi cartera del impacto, ¿Qué hace aquí?

Lizzie me sonríe mientras observa con emoción a Pablo, este traía un gran ramo de flores entre sus fuertes brazos mientras me sonría.

—Mi niña, este hombre guapo vino a traerte rosas —Lizzie chilla de emoción.

Le doy una mirada de pocos amigos. Hace una seña de cerrarse la boca, entregando una mirada llena de emoción y querer gritar como una niña.

—Estaré en la cocina, y obvio que no estaré espiándolos como una enferma —Lizzie anuncia yéndose.

Con rapidez me acerco a Pablo para quitarle el ramo de flores de sus manos, ¿Cree que lo voy a perdonar solo por traerme flores?

—¡Odio las rosas! —gruño, tirándolas al suelo y pisotearlas con enojo.

Pablo me agarra sin previo aviso de mis hombros para acercarme hasta el —. Oye... Lo siento, fuego.

—¿Quieres que te perdone? —le pregunto.

El asiente mientras acaricia con suavidad mis hombros. Una cosa que los caracteriza a Pablo y Alexander es que son muy coquetos conmigo, muchas dirían que soy suertuda, pero ellos me causan conflictos.

—Dime quien es, ¿Rett? —cuestiono.

Pablo con rapidez se aparta de mi para empezar a caminar en círculos por toda la sala.

—Rett... Es mi Padre —respondió de un solo golpe. Lanzó una mirada sorprendía —, pero era un padre de mierda...hizo las cosas más repulsivas.

Pablo dice con la voz hecha un hilo, yo me acerco a él para abrazarlo. Yo más que nadie sé que los padres te pueden destruir toda tu infancia.

—Él mató a nuestra hermana... Ella era solamente una niña cuando lo hizo —Pablo murmura con dolor mientras escondida su rostro en mi cuello.

¿Tenían una hermana?... Estoy confundida, jamás Alexander me confesó que tenía una hermana.

—Estoy confundida, ¿como que tenían una hermana?—pregunto con confusión.

—Ella era la menor de nosotros, era muy linda y tierna pero un día que regresamos de clase yo y Alexander, vimos el cuerpo sin vida de nuestra hermanita y mi padre estaba sonriente viéndola. Desde ese día no volvimos a casa, pero Alexander todavía tiene contacto con nuestro padre.

Escuchando a Pablo, hizo que sienta como un dolor en mi corazón. No me imagino mi vida sin Preston, él es como mi hermano mayor y lo amo demasiado para perderlo.

—Debes estar sufriendo, Pablo, pero te prometo que esto pasara —lo consuelo acariciando su rostro con suavidad.

En eso Pablo me agarra de mi mentón para unir sus labios con los míos, sus labios se movían a un ritmo rápido, haciendo que sea difícil seguirle el ritmo.

Él coloca una mano en mi cintura para tirar de ella, al sentir su cuerpo contra el mío hizo que una oleada de placer corriera por mi cuerpo. La forma que tiraba de mi labio inferior era lo más excitante.

Calmar su dolor con sexo. Están Alexander.

Todo estaba bien, pero en el momento que tocaron la puerta, todo se fue al caño.

Nos separamos al instante de escuchar la puerta, y con enfado me acerque abrir.

Al abrir la puerta una gran sorpresa se apodera de mi al ver a Alexander parado con una gran sonrisa.

—Tenía las esperanzas que no me contrarías, pero aquí te tengo —anuncio fingiendo una sonrisa.

—Soy un hombre muy dedicado —Alexander dice para tratar de entrar, pero lo bloqueo —, déjame entrar.

Alexander cambia su sonrisa por una cara de pocos amigos. Como odio esa cara que pone, hace que sienta escalofríos con verla.

—Sabes mi nueva madre odia las visitas de extraños —me encojo de hombros —así que... Adiós.

Estaba por cerrar la puerta, pero Alexander puso su pie.

Genial hoy habrá un asesinato.

—A quien ocultas —Alexander dice para empujar la puerta y pasar de una vez por todas.

Él era mucho más fuerte que yo, que podía hacer... Tenía que distraerlo.

Corro hacia él para detenerlo, pone una cara enojada mientras trata de apartarme.

—! Alexander, por favor no hagas nada que te puedas arrepentir! —chillo para taparme los ojos.

Listo ahora me matará.

—Estas más rara de lo normal —Alexander dijo con tranquilidad.

Al abrir mis ojos observo que nadie está en la sala. Solo estamos yo y Alexander.

—Todo bien solo estaba jugando —sonrió con nervios —, ahora dime por qué razón viniste hasta aquí.

Pablo esperó que estés bien, donde quieras que estés.

—Cuanto cariño —soltó, tomaba asiento en el sofá —. Obvio que viene para excepcionar que todo esté bien.

Es muy lindo de su parte venir hasta aquí, pero yo le deje en claro que no quiero ningún tipo de relación con él...Al final de todo se casará con Natalia y yo quedare como una tarada.

—Lo que te dije esa noche era verdad, Alexander. Yo no quiero estar contigo porque al final te casaras y tendrás una familia con Natalia —admito con obviedad.

El ladea su cabeza para mirarme con una sonrisa arrogante.

—Si tú me lo pides, Alessandra, yo mismo dejaría a Natalia —Alexander admite mirándome con esos ojos azules tan penetrantes.

No puedo respirar.

Yo me quedo con la palabra en la boca para salir corriendo hacia mi habitación y encerrarme.
Alexander es capaz de dejar a Natalia por mí.

Que hombre en su sano juicio me elegiría, soy loca, bipolar y depresiva. Natalia es todo lo contrario a mí.

Escucho como empieza a tocar mi puerta Alexander con calma mientras me murmura que abriera, pero estaba en shock.

—¡Lizzie!, ¡Lizzie!, ¡saca a este hombre de la casa! —grito para ser escucha por Lizzie.

***

Alexander

Mientras tocaba la puerta de Alessandra una señora pelirroja sale enojada para apuntarme con su arma.

—¡Qué le hiciste a la niña! —la señora pelirroja me apunta mientras me miraba con enojo —¡habla!

—Primeramente, bajé su arma, segundo no lo hice nada a su niña —digo con frustración.

Alessandra es algo loca, pero esta señora estaba más loca... Tal para cual, pero me gusta ver como ella defiende a Alessandra, la debe querer mucho para hacerlo.

—Bueno ahora se va de mi casa o llamaré a la policía y le diré que usted está pretendiendo a una niña.

Yo aguanto mi risa observándola, yo jamás le coquetee a Alessandra, simplemente pasamos esa noche y desde esa noche tuvimos más encuentros.

—Claro me iré, pero dígale a su niña que esto no se queda así —advierto para irme.

***

Les engañé diciendo que me iría, no puedo dejar las cosas de esta manera con Alessandra. Necesitamos hablar.

Como no puedo entrar por la puerta principal, entraré por su ventana.

Arreglo bien las escaleras para verificar que no haya nada de gente. Pensarán que soy un loco entrando por una ventana.

Pongo un pie en el primer escalón de la escalera para empezar a subir hasta su ventana.

Alessandra me hace hacer estupidez por ella.

Con fuerza en pujo la ventana para abrirla y entrar por una vez por todas, sonrió satisfecho al contemplar a Alessandra dormida mientras escuchaba música. Es hora de hablar, cariño.

Me acerco esta ella para quitarles los audífonos de un solo golpe haciendo que ella se sobresalte.

—¡Auh, me dolió! —ella jadea de dolor viéndome con enojo —¿Cómo entrantes?

Ignoro su pregunta para sentarme a un costado de la cama.

—Quería hablar contigo —digo con simpleza.

—Entraste por mi ventana para únicamente hablar —ella gruñe con enojo.

—Quieres hacer otra cosa —sonrió malicioso, acercándome con deseo a ella.

Un movimiento casi automático, Alessandra se levanta de la cama para empezar a hablar en voz baja.

—Mira Alexander, yo jamás voy a pedirte que dejes a Natalia, si quieres hacerlo hazlo, pero no quiero que lo hagas porque yo te lo pedí.

Yo me levanto de la cama para caminar hacia ella y acariciar sus hombros, siento como su cuerpo se estremece ante mi tacto haciendo que sonría.

—Piensalo, Alessandra, si me lo pides los dos nos iríamos Alemania hacer una nueva vida juntos, como siempre tuvo que ser —murmuro para envolverla en mis brazos.

—Lo reflexionaré, pero no te prometo nada —planteo.

Al escuchar sus palabras sonrió para acariciar su rostro con suavidad y cariño. Contemplar sus hermosos ojos azules, pude ver que está perdido, ella era mi perdición, haría lo que fuera por ella... Solo tiene que aceptarme.

Alessandra toma la iniciativa para besarme con deseo y necesita. Caminamos unos pasos hacia atrás para poder echarnos a la cama mientras seguíamos besándonos con locura y pasión.

Con un solo movimiento le quito su camisa dejando al descubierto sus pechos, con rapidez llevo uno a mi boca para empezar a jugar con el, Alessandra jadea con fuerza haciendo con mi otra mano libre le tapé la boca.

—No hagas ruido o tu Madre nos escuchará —ordeno.

Ella asiente con sonrojada. Vuelvo a dejar besos por sus pechos, trazando un camino desde sus pechos hacia su cuello, succionando la piel delicada de esa zona, Alessandra jadea en voz baja mientras tiraba de mi cabello.

Pasaron unos minutos gloriosos con Alessandra, pero cambiamos de posición, ahora ella estaba sentada en mi regazo mientras hacía movimientos circulares en mi hinchada erección

Casi no teníamos ropa, lo único que nos impedía era nuestra ropa interior. Con desespero rompo las bragas de Alessandra haciendo que ella me mira sorprendida.

—Ten más cuidado —ella sonríe mientras empieza a dejar besos en mi cuello.

Al entrar en ella un fuerte gruñido se me escapo al igual que Alessandra, ella coloca sus manos en mis hombros para impulsar sus movimientos, con mis manos la agarro de sus caderas ayudándola mientras da algunas caricias a su camino trasero.

Alessandra era una diosa en todos los sentidos, sé que a veces ella piensa que no es lo suficiente para nadie, pero para mí estaba más que suficiente, su forma de ser tan extrovertida, no le importa decirte la verdad en la cara. Esa es una mujer que vale la pena tener a tu lado.

Llevo mi mano hacia su cuello para darle una leve presión haciendo que Alessandra aceleraba con sus movimientos.

—No pares —le podio mientras siento como estaba por venirme.


¿Qué les parece el capítulo?

En el siguiente capítulo puede que Natalia de una visita inesperada.

¿Qué opina sobre Pablo?

Comente y voten... Les envió galletitas.

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