R E B O R N • Koisuru Boukun

Galing kay Uzuchia14

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Ahí estaba queriéndote a escondidas de una sociedad llena de prejuicios y tabúes, la misma sociedad que nos a... Higit pa

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🍀Un poco del mundo R E B O R N🍀
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Galing kay Uzuchia14

POV SOUICHI

Di suaves toques a su pequeña herida en la frente con un algodón humedecido con poca agua oxigenada. Él hacía sutiles muecas de molestia, pero estaba quieto dejando que yo limpiara la sangre que mancho su frente. No era mucha, el golpe no fue grande, pero sí tuvo un corte sutil del cual escurrió un poco de sangre. Mientras limpiaba con cuidado y mis ojos estaban perdidos en la herida, mi mente divago de más.

Sinceramente, estoy confundido y abrumado. Todo estaba sucediendo tan rápido que apenas y consigo entender la situación, y es que Tetsuhiro no me lo ha dejado para nada fácil con su forma de comportarse. Debo admitir que, al verlo aparecerse en mi casa de esa manera, triste y golpeado, sentí pesar por él y por eso le deje entrar, y lo abrace a pesar de mi rechazo al contacto. Tan solo por eso, y el hecho de que haya tomado mi gesto para intentar una estupidez tan grande como el querer besarme, me molesta. Tan solo quise consolarlo, porque en parte entiendo cómo se siente, y no sé qué le sucedió, pero lo que se me viene a la mente es que ha recibido el odio del pueblo apenas llegar a él. Quería saber porque volvió, que le sucedió y como es que apareció aquí en estado de embriaguez, pero ahora mismo solo necesito que se mantenga lejos de mi si va a continuar con esa manera tan infantil y descuidada de comportarse.

No quiero odiarlo, pero ahora mismo no puedo ni pensar en él sin sentirme enojado.

- Sou... -Tadokoro toma mi muñeca ligeramente para apartar mi mano, presione su herida con el algodón sin querer y le lastime un poco. –Es suficiente, estoy bien.

- Lo siento –Me disculpo por distraído. Dejo el algodón en el suelo a un lado de mí, ambos estábamos sentados ahí a pocos metros de la puerta. Apenas Tetsuhiro se fue, yo simplemente me deje caer al suelo y mi primo me acompaño.

No es tristeza, o bueno, no estoy seguro de que sea. Una mezcla de enfado, decepción y... ¿Tristeza? Quizás, por mí, por él y por lo que nos ha venido pasando en tan poco tiempo. En el fondo agradezco tener a mi primo junto a mí, no hace muchas preguntas y solo está observándome, eso hace que yo me contenga y no termine llorando de la cólera cual dama en apuros.

No soy una maldita dama, soy una persona que necesita un respiro de todo y todos.

- ¿Estas bien? –Preguntó mi primo, su tono de voz fue bajo y me hizo pensar en que tenía miedo de preguntarme y que yo explote. Pero no, la verdad estoy cansado de sentirme mal, aunque en este momento quiera gritarle a la almohada.

- Si –Respondí fingiendo buscar algo en mi pequeña caja marrón donde guardo este tipo de cosas para raspaduras u heridas leves. - ¿Por qué no estarlo? –Muevo los frascos creando sonidos para no sumergirnos en silencio.

- Por lo que acaba de suceder, y lo que sucedió anteriormente y... Anteriormente.

- No me afecta, estoy bien –Continue en mi "búsqueda" de nada dentro de la caja, hasta que Tadokoro se hartó y colocó sus manos sobre las mías impidiendo que las moviese. Observe nuestras manos en silencio, si alzaba la mirada me encontraría con sus ojos los cuales leerían los míos, y terminaría quebrantándome.

No quiero, necesito ser fuerte, tengo que serlo.

- Tadokoro... -Pronuncie su nombre en voz baja pidiendo que quitara la mano y dejara el tema, pero él me tomo del mentón y lo alzo para así, encontrar su mirada con la mía.

- Souichi no soy idiota ¿Bien? Ese chico es problemático, y por él te han pasado cosas innecesarias y las cuales no mereces... Que haya venido aquí fue imprudente, y sé que tiendes a guardarte todo, pero puedes confiar en mí. No me digas que estas bien, sé que no lo estas, debes sentirse ansioso, nervioso, inquieto... Pero bien no, y es normal.

- No me importa –Le corte repentinamente. –No me importa si está bien, no me importa si está mal el hecho de resguardarme dentro de mí. Sabes, me importa tan poco que ni pienso en eso... Porque si lo hago, si pienso en eso, si lo dejo salir, entonces todo este tiempo en el que he construido murallas a mi alrededor para protegerme, todo ese tiempo se habrá perdido, y las murallas habrán sido derrumbadas por un hombre que pretende jugar a un amor imposible. No voy a permitir que Tetsuhiro consiga eso, porque no es justo que mi tranquilidad se esté viendo abrumada por él

- No es su culpa, Souichi –Respondió rápidamente. Arquee levemente una ceja ¿Qué no es su culpa? ¡Claro que sí! Es un inmaduro. Estuve a punto de responderle, pero él continúo hablando interrumpiendo mi reproche. –No voy a defenderlo, eso de venir acá y armar un escándalo no estuvo bien, pero debe estarla pasando mal, quizás más que tú.

- No digas estupideces, no es una víctima, esto él se lo busco por creer en un amor sin rumbo, sin esperanza a nada.

- Deja de fumar –Dijo de pronto. Fruncí un poco el ceño sin entender a que venía eso de pronto. –Quiero que dejes de fumar –Siguió diciendo sin explicarme nada, por lo cual chasquee la lengua.

- ¿A qué viene eso? –Pregunte fastidiado. –No es fácil, no puedo dejarlo, además ¿Por qué quieres que lo deje?

- ¿Lo dejarías si yo te lo pido una y otra vez? –Su cabeza ladina y sus ojos curiosos me hicieron querer golpearlo.

- Ve al grano –Cruce los brazos, algo me decía que esto era el inicio de alguna tonta reflexión en forma de metáfora.

- Tú mismo lo dijiste, no es fácil, dejarlo quizás te provoque sentimientos de nauseas o cosas así y, aunque no lo creas, lo mismo pasa con Tetsuhiro. Mira, pedirle que te deje de querer y que él lo haga de la noche a la mañana jamás va a suceder, es algo que lleva tiempo, es como intentar dejar el cigarro un día, al otro estarás buscándolo desesperado y pues... Él vino a ti desesperado cuando le pediste que te dejara en paz. Es como el cigarro, es una droga, el amor no es bonito y mucho menos cuando no es correspondido. Entiendo que estes inquieto, que un hombre le profese amor a otro es algo inusual, pero paso y ha pasado desde el inicio de los tiempos –En medio de su discurso, comenzó a guardar las cosas que había usado de la caja. ¿Yo? Sin palabras oyendo las suyas. –No puedes pedirle que te deje de querer porque mientras más lo hagas, más va a buscarte. Como un cigarro, se necesita tiempo para dejarlo, y se necesita apoyo para no recaer ¿Él? Esta solo en un mundo que lo ve mal, ¿Tú? Tú has estado solo toda tu vida...

Abrí mi boca para decir algo, enseguida la cerré nuevamente. Siempre tenía algo que responder, y él me ha dejado con un nudo más grande en la cabeza, aunque quizás más flojo. Suspire paseando mi mirada por mi hogar rápidamente para luego volverlo a ver.

- La vida es más importante que el amor, y si para vivir él debe dejar el "cigarro" entonces deberá hacerlo... Yo voy a casarme y eso cortara todo de tajo de una vez por todas. ¿No ves a las parejas de este lugar? Hasta mis padres, el amor es una farsa, todo un teatro para beneficiar ambas partes a costa de la felicidad. He visto personas morir por amor, humilladas a mitad de la plaza rodeadas de ojos despectivos que por dentro seguro sienten empatía, pero no pueden demostrarla por miedo... Este pueblo está lleno de miedo, de cobardes, y tal vez yo soy uno más. Hay dos opciones, morir despacio en una relación sin amor, o morir dolorosamente por amor.

- Tetsuhiro no me parece cobarde... -Cruzo sus brazos. - ¿Sabes que es una farsa? El sentimiento de calma que te genera fumar, eso es una farsa que tú mismo creas en tu cabeza, al menos el amor de Tetsuhiro es real –Suspiró frustradamente. No puedo creer lo que dice, que este defendiendo a Tetsuhiro me enerva la sangre. -Tú no quieres a Miharu –Respondió con una sonrisita sarcástica, siento que quiere golpearme por cabeza dura, pero él no entiende y no me importa hacerlo entender.

- No ¿Sabes que quiero? Yo quiero vivir –Finalice la conversación. Cerré la caja con un poco de fuerza y me levanté del suelo dejándolo ahí.

No más charlas de cigarros, no más Tetsuhiro, no más de nada como si esto fuese una maldita novela de amor.

- Solo hablas pensando en que debería hacer, yo pienso en como acabaría de hacerlo... -Subí las escaleras algo apresurado, camine a mi habitación y me metí a esta. Estando en mi refugio, doy pasos cortos por está colocando las manos en mi cadera.

Tenía tantas cosas en las cuales pensar, que simplemente no pensé en ninguna. La mente se me había quedado en blanco y creo que así está mejor. Desabotone mi camisa a la vez que mis pies me conducían al baño, necesitaba una larga ducha en donde el agua se llevara cada una de mis preocupaciones y todo lo que ahora me está molestando. Desnudo, bajo el agua, pienso en todo lo que ha sucedido y todo lo que me ha llevado a estar ahí, y en cómo es que estoy ahí. Tetsuhiro le está dando un giro a mi vida, ha pasado de ser algo monótono a teñirse de leves colores.

Grises, tonalidades grises.

El intento de metáfora de Tadokoro me parece curioso, dejar el cigarro cuesta, si, lo he intentado y me ha salido mal, y sé que eso lentamente podría llevarme a la muerte, pero es algo en lo que no pienso y no me preocupa. Morinaga intenta llevarme a mí, y a él, a un deceso terrible y él parece no darse cuenta, o es algo que no le importa mucho. ¿Para él soy un cigarro? ¿Por qué?

- Ya deja de pensar tonterías y solo lava tu cabello... -Me hable a mí mismo tallando mi cuero cabelludo, me dije que ya no pensaría más en él y es lo primero que hago apenas entro a la ducha. -Espero no encontrármelo mañana, ni nunca más, gran idiota -Doy un paso al frente, me meto bajo el agua y esta se desliza por mi espalda lavando mi cuerpo.

El recuerdo de sus labios rozando los míos se hizo presente en la oscuridad que mis parpados cerrados me mostraron. Su imagen se hizo presente, por lo cual abrí los ojos y mi mano, sin preguntarme primero, se alza para permitirle a mis dedos acariciar mis propios labios en medio del "trance" innecesario en el que mi cabeza molesta me ha metido. Aún no puedo creer que haya querido besarme, es tan atrevido, un total irresponsable. ¿Y si lo hubiese conseguido? ¿Y si Tadokoro nos hubiese visto? Tetsuhiro no piensa, nunca piensa en las consecuencias y eso es lo que más me frustra de él. Es un niño inmaduro jugando a ser valiente, y yo realmente no estaba para seguir sus juegos o lo que sea que intente hacer.

Varios días después.

Salir de compras con Tadokoro resulto ser más... Relajado, de lo que pensé. La verdad creía que hablaría hasta por los codos, pero desde esa noche él no ha tocado el tema y yo le agradezco silenciosamente. No tengo ganas de saber de Tetsuhiro, pero siempre está presente en mi mente, pues, no es fácil solo dejar de pensarlo cuando sé que debe estarla pasando mal, y más al no haberlo visto todos estos días en el pueblo siendo él, muy caminador.

He visto a Kanako algunas veces, pero siempre acompañada de amigas o algún que otro varón el cual no era él, y sinceramente la veía muy risueña, por lo cual, quizás, ella si sabe de él o lo ha estado visitando. Supongo que está castigado.

- ¿Hay pan en casa? -Tadokoro interrumpe mis pensamientos, volteo a verlo pensando un poco, mejor dicho, recordando.

- No, ve y compra una bolsa -Saco de mi bolsillo algo de dinero y se lo entrego. -También busca jugo -Asiente, y camina al local el cual está situado a pocos metros de nosotros. Mientras él está ahí, yo decido sacar un cigarro junto al encendedor.

Lo prendo, le doy una calada a la vez que guardo el encendedor y observo alrededor. El tiempo ha pasado, las personas ya no me tienen en la mira y la santa paz por fin llego, lo que deseaba desde hace mucho. Con Tetsuhiro aquí, pero encerrado en su casa y lejos de mí, me siento tranquilo, aunque no puedo negar que tengo curiosidad por él y el cómo está.

- Dios... Basta -Me digo a mí mismo al darme cuenta que no puedo dejar de dedicarle mis pensamientos.

- Psss...

A la primera no lo note, distraído en el humo del cigarro ignore los sonidos de mi entorno. Luego se volvió más fuerte.

- Psss! Souichi -Escucho mi nombre, su voz familiar me hace voltear y su rostro sonriente me fatiga ligeramente.

¿Por qué tan feliz?

- Kurokawa -Pronuncio su nombre, alzo la mano con el cigarro y le saludo. Camino hacia él y me detengo. -Hace días no te veo en la escuela ¿Dónde has estado metido?

No me gusta meterme en la vida de los demás, pero Tadokoro estaba tardando y yo empezaba a aburrirme.

- Adivina... ¡Voy a casarme! -Exclama con emoción. Alzo una ceja ¿Casarse?

- ¿Qué? ¿Desde cuando tienes pareja? -Cuestiono, el tono de mi voz salió un tanto burlona si que carraspeo la garganta. -Nunca te he visto con alguien...

Kurokawa entorna los ojos y ríe ligeramente, menos mal conoce mi personalidad así que no se ofende.

O eso creo.

- Pues, digamos que somos muy reservados -Se encogió de hombros y cruzo los brazos. -El caso es que, quiero invitarte a ti junto a otros colegas de la escuela al bar esta noche para celebrar ¿Te animas?

- Pues... -A punto de responder, dos manos se posan sobre mis hombros y una voz molesta acepta por mí.

- ¡Claro que sí! -Tadokoro, siempre apareciendo en donde no debe, responde a la pregunta afirmativamente SIN consultarme siquiera. -Un gusto, Tadokoro, primo de Souichi -Extiende su mano, Kurokawa la estrecha y se saludan amistosamente.

- Yo estaré ocupado, debo... plantar girasoles ¿Recuerdas? -Pregunto a Tadokoro sin apartar la vista de mi colega.

- Ya lo hiciste -Responde. Quiero golpearlo en el rostro.

- Tadokoro...

- Ahí estará -Reafirma mi asistencia a Kurokawa. Este asiente y me observa.

- Nos vemos ahí entonces, tú también puedes asistir si lo deseas, Tadokoro-kun. Adiós, un placer conocerte -Alza la mano, se despide y finalmente se marcha dejándonos solos.

Me doy la vuelta y mi primo me observa sonriente.

- ¿Por qué...?

- Necesitas salir Souichi, necesitas distraerte y... Y necesitas ropa para esta noche.

- No iré, no molestes -Me doy la vuelta para caminar de vuelta a casa. Siento como me agarra de la muñeca, así que volteo a verlo. -Tadokoro no molestes ¿Bien? Te juro que voy a echarte a la calle.

- Si si si, camina, necesitas ropa que no parezca de profesor aburrido -Comienza a caminar llevándome consigo. Me quedo callado, bajo un poco la cabeza para observarme.

-... ¿Profesor aburrido? -Murmuro para mí mismo alzando nuevamente la cabeza, al darme cuenta ya estábamos en marcha a alguna tienda de ropa.

De aquí para allá, Tadokoro me llevo de un lado a otro, de una tienda a otra para concluir que la ropa en Nagoya no era la misma a la de América. Con un golpe en la nuca, confirme su conclusión. Si fuese por él, yo me hubiese cambiado mil y una vez de atuendos coloridos, demasiados llamativos, otros más neutros y al final termine escogiendo uno de esos. No podía olvidarme de no llamar la atención, y aunque me molesto tener que dejar lindas camisas color amarillo, tuve que hacerlo.

Salimos de la octava tienda, cansado, sostengo las bolsas caminando a un lado de mi sonriente primo, encantado de haberme molestado toda la tarde solo porque hizo un nuevo amigo. Mi familiar se decidió por prendas en color verde, no eran demasiado chillonas, es más, su elección me agradaba.

En casa, no hicimos más que limpiar un poco. Regué los girasoles en crecimiento, tardarían de ochenta a ciento veinte días en nacer y estaba ansioso por eso, cada que salía a mi jardín y no los veía, me causaba malestar.

Al diablo las personas.

- Estaré arriba -Aviso a mi primo, él solo hace un sonido con la boca "Uju" y continua lo que sea que haga en la cocina. -No ensucies -Advierto. Subo las escaleras y me adentro en mi alcoba. Sobre la cama estaban la bolsa con la ropa, me acerco a esta y la abro sacando el contenido. -Tadokoro idiota... -Coloco la prenda sobre mi pecho, simulando que la llevaba puesta, y me observo en el espejo. -Estoy harto del color marrón, a la próxima comprare una azul... -Arrojo la prenda a la cama y la observo caer. Mi color era el amarillo, ¿Todos habrán notado que lo cambie abruptamente? La verdad, Tetsuhiro era el único que, de estar las cosas normales, lo hubiese notado. Su color era el rojo y su prenda favorita, tirantes. No sabía el porqué, pero así era él. -... Ash, de nuevo pensando en ese idiota -Me siento en la cama para luego acostarme. Tomo un libro de la mesa de noche y lo abro en donde el marca pagina me dice. Intente leer algo, solo leí las dos primeras líneas antes de que el mundo se me oscureciera.

Me dormí.

-.... Ouichi... ¡Souichi! -Siento como me jalonean, abro los ojos y me encuentro a Tadokoro sosteniéndome del brazo.

- ¿Qué quieres? -Pregunto fastidiado dándome la vuelta para darle la espalda y continuar mi siesta. -Vete, eres una molestia.

- Despierta, ya son las siete y media... Tu amigo no nos dijo hora, pero supongo que debemos llegar a las ocho ¡Así que muévete!

- Si no fueses tan bocón, no tendríamos que ir -Con pereza, me levanto de la cama. Arrastrando los pies me dirigí al baño. -Te odio

- Cuando estes ebrio y feliz, vas a agradecérmelo -Canturrea y sale de mi habitación. Dentro del baño escucho como la puerta se cierra y mis ganas de regresar a la cama crecen.

¿Y si vuelvo a dormir para que él pierda su tiempo arreglándose y al final, no ir?

Tentador.


Llegando al bar, la brisa helada de Nagoya me cala en los huesos. Dentro del lugar el ambiente es más cálido, y ese cambio de temperatura consigue erizarme la piel enseguida. En el sitio no hay mucha gente, reconozco algunas caras y me veo en la obligación de saludar. Mi primo saluda a Kurokawa y este nos extiende dos botellas de cerveza.

- Brindo por Kurokawa y su futuro matrimonio -Mi primo alza la botella, Kurokawa imita su acción y luego todos se unen. Los ojos caen en mí, así que alzo también la botella.

- Como sea -Murmuro. Los cristales chocan y la "Diversión" empieza.

Como puedo, me escabullo a la barra en donde tomo asiento. Los cabellos rojizos de cierta persona captan mi atención, y por inercia llevo la punta de la botella a mi boca para beber el líquido de golpe.

Mala idea.

No soy un gran bebedor, pocas veces salía a tomar algo y mi falta de experiencia me cobro en forma de nauseas. Gracias al cielo no sucumbí a ellas, solo respire hondo y coloque sonoramente la botella sobre la barra. Enseguida Hiroto volteo a verme, y no oculto su sorpresa, aunque también note... ¿Desagrado?

También me caes mal, chismoso.

- ¿Puede darme otra? -Deslizo la botella sobre la barra, él la agarra y me pasa otra llena y destapada. -Gracias.

- De nada -Responde. Hizo el amago de regresar a donde estaban, entonces la pregunta sale de mi inesperadamente. -Oiga... ¿Y Tetsuhiro?

Alza una ceja, deja de limpiar el vaso con su trapo negro y se cruza de brazos. Su expresión y esa pose solo me dicen que está sorprendido por mi cuestión.

- ¿Para qué quiere saber eso? -Contesta con otra pregunta. Me siento como imbécil con esa miradita curiosa y su tono de voz... ¿Acusador? No sé cómo describirlo.

- Solo no lo he visto, es todo -Encojo mis hombros. Delineo la punta de la botella con mi dedo y desvió la mirada. -En fin, tampoco me importa -A punto de levantarme, escucho como coloca el vaso sobre la barra así que regreso mi mirada a él.

- Él esta... Bien, digamos -Apoya una mano sobre el mesón, otra en su cadera y se inclina un poco. -Cuando llego, su padre lo regaño y le golpeo, y le prohibió el salir por haberle causado vergüenza y que le echaran del pelotón. No lo he visto desde ese día, y no se cuándo volveré a verlo ya que su padre es...

- Si, me imagino como es -Le interrumpo. Doy un sorbo a la botella, esta fría y el sentirla pasar por mi garganta crea un contraste con el cálido ambiente de fuera. -Fue a verme -Confieso luego de segundos en silencio, no sé porque lo dije, tan solo salió de la nada.

Maldición ¿Ya estoy ebrio?

- Lo supuse, ir corriendo hacia usted es lo primero que él pensaba hacer, lo conozco -Asiente ligeramente con la cabeza, mis mejillas arden levemente por lo cual, bajo un poco la cabeza. Mierda. -Y también supongo que termino mal.

- ¿Por qué supone eso? No es cierto -Difiero a pesar de saber que, de hecho, todo termino catastróficamente.

- Algo me lo dice, pero no hablemos de eso, no quiero que se moleste y empiece a gritarme.

- Yo no voy a gritarle, no sea tonto -Entorne los ojos ¿Me veía cara de ser una persona que iba gritando y tratando mal a todos? Pues no.

- Ya está tratándome mal, así se empieza. Vea, Souichi-kun, creo que las cosas están mejor así. Tetsuhiro en casa lejos de usted y de los problemas ¿No? Debe estar contento por eso, yo me siento aliviado.

- Los problemas los trae él jugando a Romeo -Doy otro sorbo a la bebida, empieza a saberme mejor que la primera vez. -Le dije que me dejara en paz, pero no lo entiende y me molesta.

- No es tan fácil -Dice. Recuerdo la conversación que tuve con Tadokoro ¿Por qué todos dicen lo mismo?

- Si no lo intenta siquiera... Pero allá él, mientras no se me acerque todo está bien y puede seguir sintiendo lo que quiera -Veo como Hiroto niega ligeramente con la cabeza, sus ojos me observan decepcionados. - ¿Por qué me mira así? Es la verdad, él me ha traído muchos problemas.

- Es usted un insensible, pero claro... No puedo explicarle algo a alguien que nunca lo ha sentido -Toma nuevamente el vaso que dejo anteriormente en la barra. -Cuando sienta algo así, hablamos, mientras siga tomando –Sirve hielo en el vaso que tiene, cerveza y me lo pasa.

Chasqueo la lengua y bebo lo que quedaba en mi botella ¿Quién se cree este tipo? Estoy harto, todos parecen defenderlo como si fuese una jodida víctima. De mala gana agarro el vaso y bebo del líquido.

No vine aquí a pensar en Tetsuhiro.

Una, dos, tres... ¿Siete? Con la que tengo en la mano, ocho. El mundo empieza a darme vueltas, los chistes de Kurokawa se me hacen algo graciosos y Tadokoro parece menos insoportable. Ya ha anochecido, en el local quedamos nosotros y otros dos hombres, sin contar a Hiroto y el otro bar tender.

La sensación de tranquilidad y paz corre por mis venas, de pronto me sentí en el aire y mis pensamientos volaron dejando mi cabeza en blanco. Le di la razón a mi primo, quizás esto era lo que necesitaba y me estaba negando.

-Primo ¿Todo bien? -Me habla el chico de gafas. Asiento despacio y le doy un trago a mi bebida.

-De maravilla, quítate de en frente -Coloco la mano en su brazo y lo hago a un lado. -Uf... Necesito sentarme -Camino a la barra, me siento y dejo el vaso sobre el mesón. Masajeo un poco mis cienes, esta sensación de inestabilidad se me hace un tanto molesta entre la relajación de mis músculos.

- Será mejor que coma algo, o ese mareo se va a intensificar -Escucho como se coloca un plato frente a mí, aparto la mano y observo el bocadillo.

- ¿Bolitas de queso? -Pregunto alzando la vista. Hiroto rueda los ojos y me da una.

- Coma -Ordena y yo obedezco, tan solo porque tengo hambre. Agarro la bolita, la como y trago. Me quedo unos segundos observando el plato esperado que me pase otra cual tonto, ya que tenía el alimento al alcance de mi mano. -Deme otra -Digo. Hiroto no se mueve por lo cual le miro notando que él se ha quedado colgado. - ¿Qué le...? -Enmudezco al voltear. Ahí en la puerta, con una camisa a rayas roja y negra, un par de tirantes y unos ridículos pantalones beige, Tetsuhiro me observa en silencio. -No puede ser... -Murmuro. Me pongo de pie dándole un último trago al vaso. Camino hacia mi primo. -Me voy a casa -Aviso queriendo que sea un susurro, pero termino hablando en voz alta por lo cual, Tetsuhiro se da cuenta que me voy por él ¿Los demás también lo notaron? Quizás, me observan curiosos.

-Espera -Dice Tadokoro tomándome de la muñeca, Deshago el agarre y camino a la puerta.

Este momento se me hace tan ridículo, como en las películas donde la chica molesta se va cuando el chico llega, algo así, tan estúpidamente cliché e innecesario.

- ¡Ángel! -Escucho a Hiroto llamarle, al girar un poco la cabeza, lo veo salir de detrás de la barra. Nuevamente observo al frente, y como para ser la cereza del pastel, me choco con el pelinegro quien se ha atravesado en mi camino.

- Souichi -Pronuncia mi nombre.

- No, no, quítate -Ordeno, le hago a un lado y sigo mi camino. Escuche sus pasos detrás así que me detengo y volteo a verle. -No me sigas, tú y yo no tenemos nada que hablar y yo no quiero que estes cerca de mí. Adiós -Puntualizo. Me giro y vuelto a caminar.

Abro la puerta del local para salir, avanzo a la izquierda a paso apresurado y detrás de mi escucho pisadas.

- Por favor, Souichi, hablemos -Pide. Ignorando sus palabras, doblo la esquina del local sin saber porque, y me adentro al "pasillo" que se crea entre la pared del local, y la pared de la estructura a su lado. Cual tonto, he quedado en un callejón ya que detrás de ambos, hay más comercios separados por un gran muro. –

- Mierda...

- Sou -Su voz hace ligero eco. Me doy la vuelta y le miro.

- Ya te dije que no quiero hablarte, ni verte, todo contigo acaba mal y ya me siento lo suficientemente mal y mareado.

- Lo siento, me he comportado como no debía y lo siento mucho -Camina hacia mí, retrocedo un poco y luego me detengo. -Me deje llevar, estaba ebrio y...

- Y nada, no me importa, eres un irresponsable y por eso no quiero estar cerca de ti, porque... Porque tú, ugh -Me apoyo a la pared del local, de repente el mundo me dio una vuelta y me maree. Siento unos brazos rodearme, y rápido aparto a Tetsuhiro de mí. -Dios, deja de aprovechar cada momento, estamos en la calle -Le regaño apoyando la espalda a la pared. Respiro hondo y luego dejo escapar el aire, no fue buena idea beber como si mi resistencia estuviese pulida.

- Parece que bebiste mucho -Comenta él queriendo sacar conversación, yo echo una mirada de "Ah, ¿Te parece?" provocándole una risita.

- Deja de reírte, estoy enfadado contigo -Alzo la mano para darle un leve manotazo en el hombro, fallo y él aprovecha para tomarme de la muñeca y colocarla en su pecho. - ¿Qué haces? Basta de tonterías.

- Souichi, no quiero estar mal contigo -Dice acariciando ligeramente el dorso de mi mano. -No si pones mi corazón así, siente...

No sé porque, pero me quedo quieto hasta sentir sus latidos. Van rápido, tiene los pulsos un poco acelerados. Al caer en cuenta de lo que hago, aparto la mano.

- Eres tan raro... Ya déjame, me voy a casa – Le doy un suave empujón a la vez que despego la espalda de la pared para ponerme a caminar, necesito irme a casa rápido y alejarme de Tetsuhiro.

Pero él no me la pondrá fácil, como siempre.

Me empuja también, un sutil toque y mi espalda vuelve a la pared.

- No te vayas... -Pide en voz baja, casi suplicando. Sus ojos verdes se ven algo opacos, no brillan. Los golpes en su rostro ya casi no se notan, aunque la misma tristeza está reflejada.

- No -Intento apartarlo nuevamente, y me lo impide. - ¡Tetsuhiro, quítate!

- No -Repite. Exasperado, le empujo más fuerte y él me sostiene de ambas muñecas. -Escúchame, por favor, no puedo saber que me odias cuando yo siento de todo por ti.

- Tetsuhiro -Intento zafárseme de su agarre, no sé si es el alcohol o sus palabras lo que me debilitan el cuerpo, por más cursi que suene, pero no, no es por "amor", es por la molestia que me da el oírle. -Tetsuhiro suéltame, ya basta de esto... Basta.

- Te quiero, e ignorarlo me cuesta, me duele mucho -Admite. Chasqueo la lengua y desvió la mirada. -Pero si lo que quieres es que los oculte, lo haré, lo haré si me dejas permanecer a tu lado.

- Ya no confió en ti -Respondo sin verle. No puedo confiar en él, era tan impredecible que me causaba inquietud tenerlo cerca. Ahora mismo no pensaba mucho en los alrededores, la culpa era del alcohol el cual me tenía en un mundo y otro, pero estando sobrio seguramente ya le hubiese golpeado.

- No intentaré nada, ¿Sí? Lo prometo -Siento sus dedos posarse sobre mi mentón, y antes de poder quitarlos él lo alza y nuestras miradas se conectan. -Pero ahora que quizás olvides esta conversación, y luego de prometerte una vez más que no haré nada, necesito que entiendas que mientras más me aleje, más voy a desear estar contigo porque esto es así, y yo no puedo controlarlo, solo ocultarlo como lo he hecho este tiempo. Te quiero, no sé porque lo hago, y tal vez lo haga durante más tiempo hasta que mi corazón por fin entienda que no hemos nacido para estar juntos, porque yo no soy una dama para ti. Ojalá pudiese regresarnos al día en que nos conocimos, o, mejor dicho, al día en que te vi por primera vez, y así no pasar por tu lado... Aunque eso no importa, de alguna u otra forma te hubiese visto, y de nuevo me hubiese enamorado de ti -Termina de hablar. Me siento aturdido, tan solo puedo observarle sin saber que decir u hacer. Su dedo acaricia mi mentón, se desliza por este hasta mi mejilla y la palma de su mano la cubre. Su rostro se acerca, no puedo detenerlo. Sus labios rozan los míos. -Como esa noche, finge que me amas... Necesito que finjas, así podré fingir que no te quiero después de esto...

Corta la distancia.

Nuestros labios se unen, los ha sellado en un beso que me ha dejado inmóvil.

No siento nada, ni el frio de la brisa, ni el calor en sus manos. No siento mis extremidades, ni siquiera el latir de mi corazón, tan solo la sensación de estar siendo besado.

Estoy siendo besado por él, por un hombre.

¿Por qué no hago nada? ¿Por qué he cerrado los ojos luego de intentar apartarlo golpeando su pecho hasta que sus manos se entrelazaron con mis dedos y las dejo sin escapatoria contra la pared? ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué le sigo la corriente?

Siento como su cuerpo se pega al mío, separa nuestros labios para ladear la cabeza al otro lado y volver a unirlos. Pude haberlo detenido en ese corto lapso de tiempo, y no lo hice ¿Por qué no lo hice? ¿Por qué no lo evite? Tan solo estoy ahí, dejando que él juegue con mis labios. Esta situación es tan peligrosa, y el hecho de pensarlo me calienta la sangre.

Por Dios ¿Qué me pasa? ¿El alcohol estaba adulterado? No puedo ser yo quien este dejando pasar esto, es el alcohol... Tiene que serlo, porque si no lo es, no me explico la situación.

No me explico el estar correspondiendo.

¿Por qué estoy correspondiendo...?

^^^^^^^^^^^^^

Espero que con ese beso le quede claro...

¡Hola! Nuevo capítulo de Reborn + Nueva portada, espero les guste tanto como a mi tanto el episodio como la portada. Siento la demora, espero dejar de procrastinar tanto y continuar más seguido.

En fin ¡No olviden votar y comentar que les pareció!

Xoxo, Rubia tirana💛

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