Pecados. (POR CORREGIR)

By brenda_T_S

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Ella tiene dos caras, como la luna una es bondad y maldad. Ella tiene que ocultar para sí poder sobrevivir en... More

Introducción
capitulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capituló XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX

Capítulo XXI

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By brenda_T_S

Alexander

Suspiro con enojo, observando como Pablo no para de mirar la puerta de entrada con desesperación.

—Puedes contener tus hormonas por un puto minuto —expresó viéndolo con frialdad.

—Mira, Alexander, tú estás loco buscando a esa niña y por lo que se, esa niña está desaparecida. Y ni hablemos de sus padres que les importa una mierda donde esté —Pablo sonríe con burla.

Eso es pura mentira, yo jamás estaría preocupado por esa descerebrada. No. Miento, estoy volviéndome loco por esa niña que no aparece por ninguna parte, no obstante me encargue de contratar a unos buenos investigadores que se hagan cargo de encontrarla y llevarla conmigo otra vez.

Cuando estaba por irme la gran puerta se abre dejando ver a tres mujeres con sus respectivos antifaces, dos de ellas son muy hermosas, pero la tercera es simplemente perfecta.

Tenía un vestido color vino que hacía juego con sus guantes y con su delicada piel pálida que posee esta mujer, hace que cualquier hombre fije su mirada en ella.

—Son lindas, pero no observo a ninguna pelirroja misteriosa por aquí —sonrió admirando la cara de pocos amigos de Pablo.

—Cierra tu maldita boca —gruñe para prácticamente tirarle su copa a uno de los meseros e irse.

Que sensible es mi hermanito.

Al voltearme me encuentro con la rubia misteriosa que hace unos minutos llego con otras dos chicas más. Esta chica es hermosa, no dudaría en pasar un momento a solas, total luego no volveremos a vernos las caras.

—Buenas noches y ¿tú, te llamas?...—pregunta sonriendo coquetamente.

—Digamos que me llamo, Alex —murmuro tratando de analizar quién esta atrás de esa máscara.

—Le gustaría bailar —me extiende la mano.

Una mujer que toma la iniciativa... Me gusta eso.

—Sin dudarlo —agarro su mano para darle una vuelta y pegarla a mi pecho sin nada de delicadeza — a bailar.

Al llegar a la pista, poso mis manos en sus caderas para darles un tirón firme pegándola a mi cuerpo.

Sus caderas se mueven en un balanceo sensual y suave haciendo que apriete aún más mi agarre, dios, hace tiempo que no disfruto tanto un baile con una persona.

—¿Cuál es tu nombre? —murmuro contra su oreja.

Ella solo ríe, siento que esta sonrisa la e visto en un lado.

—Pareces algo ansioso —su mirada se posa en mí.

Ella sigue moviendo sus caderas hasta el punto de sentir mi bulto ansioso, un gruñido se me escapa. La volteo haciendo que su trasero choque con mi miembro erecto.

—Tranquila tu nombre no tiene importancia, solo con que sepas el mío basta —murmuro pasando mi mano por su cuello y presionar levemente —. Ven conmigo.

La volteo para agarrarle la muñeca llevándola hacia los ascensores, una vez a dentro, la agarro de los tirantes de su vestido y empezó a bajarlos para atacar su piel de su cuello sin ningún pudor.

Al abrirse el ascensor no lo dudo y la cargo, ella enrolla sus piernas en mi cadera, uniendo mis labios con lo suyos.

Estos labios se me hacen familiares, ¿pero de quién?

Entro a mi estudio, para tirar todas las cosas sobre mi escritorio para sentarla en el, acaricio sus piernas con suavidad para llegar hasta el borde de sus bragas y tirar de ellas.

—Déjame hacerte sentir bien —murmuro roncamente para arrodillarme.

***

Alessandra

Al sentir como Alexander empieza a succionar mi clítoris hizo que un fuerte gemido de me escapara, arqueando mi espalda.

—¡joder! —gimo al sentir como introducía un dedo dentro vagina húmeda.

Al introducir un segundo hizo unas lágrimas de satisfacción salieran, con su otra mano libre bajo los tirantes de mi sostén para dejar al descubierto mis pechos, al hacerlo Alexander empezó a presionar y acariciar uno de ellos, llevándome a otro mundo.

Joder, Alexander es muy bueno cuando se trata de sexo.

Empiezo a mover mis caderas al ritmo de sus movimientos de él, haciendo que jadee al sentir como Alexander aceleraba a un más, tanto que siento que duele.

En eso siento como el orgasmo esta por venir, coloco una mano en mi boca para tratar de contenerme un poco, pero era imposible.

Alexander chupa todos mis fluidos para levantarse satisfecho, él me ayuda a sentarme en el escritorio mientras subía los tirantes de mi vestido.

—Te he estado mintiendo —murmuro un poco aturdida por el fuerte orgasmos.

—¿Qué? —pregunta frunciendo el ceño.

Yo me voy al borde de mi peluca rubia para retirarla y dejando a la vista de todos mis cabellos rojizos. Con ellos me quito la máscara, dejando al descubierto mi rostro.

—¡Alessandra! —exclamo sorprendido, me observa con enojo para levantarme de la mesa de golpe.

—follando con una desconocida —rio observando como tensa su mandíbula al igual que se agarre.

En eso la puerta se abre par a par, nuestras miradas se dirigen hacia la puerta, donde ese chico que tanto me busca; me observo pálido y sorprendió.

—Alexander, yo...—Pablo no llega a terminar su frase al vernos a ambos —¿Qué haces con ella?

Pablo se acerca hasta a Alexander y nos separa a ambos, está enojado, muy enojado.

—Follandola —respondió con simpleza.

Pablo no lo duda y le tira un puñetazo tan fuerte que hizo que volteara su cara de Alexander, sacude su cabeza para mirarlo con enojo y abaláncense sobre él.

Ambos empieza a pelear como perros tratando de decidir de quien soy, pero yo no soy un objeto, soy un humana con libertad propia, no necesito a un hombre en mi vida para cuidarme porque yo misma puedo cuidarme muy bien.

¿Por qué los hombres se obsesionan conmigo?

—¡Basta! —chillo, estoy cansada de esta situación —, podemos hablar como personas civilizadas.

Como veo que paran de pelear sonrió, sin embargo, mi sonrisa se me borra al ver como Alexander se levanta para agarrarme de la muñeca con fuerza.

—Nos vamos, ahora —Alexander ordena para arrastrarme.

—¡Suéltame! ¡Pablo, ayúdame, tu hermano me matará! —chillo nerviosa.

Pablo trata de detener a Alexander, pero él esta ciego con su enojo y celos.

—Acércate, Pablo y te juro que llamaré a Rett —Pablo al escuchar ese nombre se detiene para dar un paso al costado y bajar la cabeza.

Lloriqueo golpeándolo su espalda con enojo. Alexander me trata como si fuera con costal de papas.

Tengo miedo estos momentos, nunca vi a Alexander tan enojado conmigo. Estoy segura de que me matara como dijo en sus mensajes.


Que le pasa a Alessandra

quien será Rett

tengo miedo de como va a actuar a Alexander, probablemente las decepcione.

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