Después de la charla que Fred tuvo con su hermano gemelo, el mayor se quedó algo preocupado por lo que George le había contado. Así que simplemente se sentó en el sofá a esperar a que Ylenia saliese del trabajo.
Ella le dijo que cuando saliese iría al piso para cenar con él, así que dejó que George cenase y luego este se fue con la rubia muggle.
Espera algo impaciente, tocándose las rodillas con la palma de las manos, relamiéndose los labios mientras veía un programa muggle que su hermana Ginny le enseñó alguna vez.
Después de un largo rato, suena el timbre de la puerta principal que da al callejón Diagon. El pelirrojo se levanta y abre la puerta.
-Voy a tener que darte unas llaves- dice él.
Fred y George hicieron llaves como muggles de sus casas, sin nada mágico como un hechizo o algo parecido, eso lo tenían en la puerta de la tienda que daba al piso.
Ella sonríe -No es necesario- se alza un poco para dejar un beso casto en sus labios y entra al lugar, dejando su bolso en uno de los pequeños sillones -. Estoy tan cansada- se deja caer en el gran sofá rojo y suspira, quitándose los tacones -. Llegará un momento en el que no pueda usar tacones, ya me están matando, te lo juro, cielo- deja caer su cabeza sobre el sofá y él se arrodilla ante ella, colocándose de cuclillas.
Besa una de sus rodillas desnudas e Ylenia lo mira, con una pequeña sonrisa.
-¿Quieres comer aquí en el salón mejor?
-Por favor- sonríe, y él asiente, levantándose para ir a la cocina -. ¿George?
-Se fue con Amaia- dice Fred desde la cocina.
-Hm- ella asiente, relamiendo sus labios.
-¿Y tú?- pregunta -, ¿qué tal en el trabajo?
-Pues bien- suspira -, ¿cómo siempre?
-¿Cómo siempre?
-Sí.. cómo siempre.
Fred tose y va hacia el sofá con dos platos hondos llenos de estofado Español hecho por Molly. Se sienta al lado de su chica y le ofrece el plato y el tenedor.
-¿Cómo siempre es que tu jefe te grite en tu despacho?
Ylenia queda quieta, mordiendo con más lentitud la comida de su boca. Se queda en silencio hasta que traga lo que tiene en la boca y lo mira.
-¿Qué?
-Eso, ¿que si es normal que tu jefe te grite?
-No sé de que hablas, amor- intenta desviar el tema con una suave sonrisa tranquilizadora, pero Fred muerde su mejilla.
-George me lo ha dicho.
-¿George?- ríe suavemente -. No sé, sigo sin saber de que hablas...
-Deja de hacerte la desentendida, anda.
-Que no s..
-Ylenia- la interrumpe, alzando las cejas -. Te estás rascando la falda- dice -, sé que me estás mintiendo- la observa, ella frunce el ceño -. ¿Por qué coño te grita tu jefe?
-Él sólo...- suspira, intentando pensar algo para decirle a su novio, que la miraba esperando una respuesta -. Sólo le molestó que recibiera visitas, tenía mucho trabajo y no tenía tiempo, y al verme hablando con George creía que me estaba des..
-¿Que justificación es esa?- no la deja terminar, moviendo la cabeza hacia la izquierda -, ¿qué le da derecho a gritarte?- pregunta soltando una risa irónica.
-Fred, él sólo..
-No entiendo porqué sigues ahí si tu jefe te trata así.
-A veces hay que hacer sacrificios, ¿sabes?- Ylenia deja el plato de comida sobre la pequeña mesa de la sala -. Me siento atacada.
-Te sientes atacada por mi, ¿pero no por él que te grita porque recibas visitas? Que criterio más bueno, ¿no?
-Ya basta, Fred.
-No entiendo cómo una persona como tú está allí dejando que le griten así- sigue insistiendo, mirándola directamente a los ojos -. Tú, que eres la persona más fuerte que conozco, siempre te has hecho respetar, es que no me cabe en la cabeza, Ylenia.
-Mira, si fuese un hombre estás cosas no me pasarían, lamentablemente- masculla la castaña -. Aún no he visto que Christopher le grite a Stev, o al Thomas. Pero claro, aquí una es mujer y tiene que aguantar humillaciones para simplemente llegar a los cargos que siempre han estado tomados por hombres. Que sí, que la culpa es mía por dejar que me griten, pero si no lo hago, no habría llegado a dónde estoy, y no habría ayudado a tanta gente como lo he hecho- Fred calla, captando y escuchando con atención cada palabra que sale por la boca de aquella inteligente mujer -. A día de hoy, Stev, teniendo menor cargo que yo, cobra más, ¿sabes?- ríe sarcástica y él frunce el ceño.
-Bromeas.
-No, Fred, no bromeo- sonríe -. ¿Y sabes por qué es? Porque tengo vagina, claro. Y dentro de una semana dejaré de ir al trabajo, ¿sabes por qué? Porque estoy embarazada, y una mujer embarazada a la que hay que pagarle sin trabajar ya no les sirve.
-Esto.. Ylenia... ¿estás bromeando?
-No, claro que no. Al menos eso es lo que creo que harán el lunes, despedirme, para algo me han convocado una reunión privada con los socios de la empresa.
-Eso es completamente denunciable- salta Fred -. No pueden despedirte por el hecho de estar embarazada- se queja -, voy allí y echo la empresa abajo, Ylenia.
Ella ríe, dejando caer su espalda en el respaldo del sofá, suspirando.
-Ya no quiero hablar más de esto.
-Pero necesito saber que no vas a dejar que nadie te humille ni te grite.
La castaña lo mira, sonriendo con suavidad.
-Prométemelo- insiste el Weasley -, que si te gritan, tú vas a gritar el doble, así cómo haces conmigo- dice, con una sonrisa divertida.
Ella se incorpora, acercándose a su pelirrojo.
-Te prometo que les gritaré hasta dejarlos sin tímpano.
-Eso- asiente -, así es como quiero que lo hagas.
Ylenia tira de la camisa de Fred, dejando que ambos labios se unan, comenzando con un beso suave que cada vez sube más su intensidad.
El pelirrojo se separa, viendo como ella sonríe fatigosamente.
-¿Qué?
Ylenia ríe.
-¿A que no adivinas qué he visto hoy?
-Soy mago... adivino no- suelta una pequeña risa y ella se relame los labios.
-A George, haciéndole un oral a Amaia en mi despacho.
-¿Qué?- el chico se queda unos segundos con el ceño fruncido -. ¡Será capullo!, ¡que lo ha estrenado antes que yo!
La Lupin suelta una risa, pero se disminuye cuando la mano de Fred entra en su falda.
-Aunque...- vuelve a hablar el pecoso - nosotros podríamos hacer lo mismo ahora...
-Ah, ¿sí?- dice, abriendo sus piernas para darle un mejor acceso al chico, que ya estaba tocando por encima de la ropa interior.
-Hm- asiente, frotando mientras se acerca a besarla.
La chica deja pequeños gemidos en su boca, notando los dedos de Fred apretar su intimidad.
-Fred- vuelve a gemir, ahora distinguiendo sus fríos dedos entrar bajo sus bragas -, Merlín..- el frío de sus manos solo le hacia excitarse más.
El pelirrojo, sin dejar de tocarla, se coloca de rodillas frente a ella, abriendo sus piernas y subiendo su falda para tener una mejor vista y acceso.
-Que bien te ves desde aquí- halaga, deslizando sus bragas por sus muslos con ambas manos, hasta deshacerse de ellas -, ¿sabes?
Ylenia muerde su labio inferior ante aquella imagen. Fred, de rodillas ante ella, preparado para hacerle sexo oral en el sofá.
El Weasley, con una sonrisa vacilona, se inclina hasta su intimidad, rozando los labios vaginales con el dedo corazón, dejándola cada vez peor.
Acerca el rostro y lame sus labios inferiores, su fría y áspera lengua la hace sobresaltarse, soltando un jadeo.
-Por Helga Hufflepuff...- maldice ella.
Fred, que ahora estaba explorando su feminidad con la lengua, estimula su clítoris con la mano derecha. La chica mueve sus caderas involuntariamente, el placer de aquella situación era tan inevitable de expresar...
No podía callarse ni estar quieta cuando Fred la tocaba, la volvía demente con sólo un simple roce, después de dos años, seguía así.
Él agarra su cadera con la mano libre, haciendo un intento de que no se mueva para seguir con sus lamidas dentro de ella, y frotando su botón de placer en círculos.
-Joder..- gimotea, tirando levemente del pelirrojo cabello de su novio.
[...]
Después de estar dos horas dando vueltas en la cama, Ylenia no conseguía conciliar el sueño. No podía parar de pensar en lo que un amigo le había dicho...
Si ocultaba mucho más tiempo su embarazo, sería peor.
Y no podía dejar de darle y darle vueltas.
Había estado esas dos horas oyendo la respiración fuerte de Fred, que estaba congestionado, así que ahora se dedicaba a observarlo.
Su brazo estaba dejado de la almohada de ella, su cabello despeinado, esos labios entreabiertos, por donde salía el aire y los pequeños ronquidos por la congestión.
No podía creer como tenía un novio tan precioso, tan guapo... Joder, Fred... era Fred.
Se acerca sonriente y deja un pequeño beso en sus labios, pero se asusta cuando oye a Fred coger aire e incorporarse.
-¿Qué pasa?, ¿qué pasa?- pregunta distraído.
-¿Qué..? No pasa nada- Ylenia tira de él para que se vuelve a tumbar -. Joder, Fred, que susto.
-Que creía que pasa algo- suspira, volviéndose a acostar y a cerrar los ojos.
-Fred.
Dice, después de unos segundos callada.
-¿Uhm?- murmura, con los ojos cerrados y medio adormilado.
-Quiero decir ya que estoy embarazada.
Abre los ojos inmediatamente, girándose para mirarla.
-¿Enserio?- pregunta, y ella asiente levemente -. ¿De verdad?
-Que sí...
NOTA AUTORA
¡Hola, ¿cómo estáis?!
Lo último me dejó... :o
Dejen sus opiniones sobre el capítulo.
Las leooo.