All for me... someone to you.

By LalisReal

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- Tuve la oportunidad de irme y ser feliz, si no me iba nunca lo hubiera hecho, Adora. No tenía las mismas po... More

...
Prólogo.
Welcome to California.
Primer día de escuela.
¿La conoces?
Lattes.
Es mi ex novia.
¿Te gusta?
Lluvia.
Alguien mejor.
Mi héroe.
¿Me amas?
Esperaré por tí.
La beca.
Decisiones.
The one that got away.
Ojalá algún día lo entiendas.
La carta.
New York.
Someone to you.
I won't wake up this time.

Freak.

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By LalisReal

Nada interesante pasó después de esa noche en el café.

Si pensaba que las cosas eran frías en la clase de los martes antes, ahora eran aún más frías.
Catra no volteaba a verla ni un sólo segundo, era como si no estuviera ahí. A veces incluso por un momento olvidaba que lo estaba, olvidaba que estaban en la misma clase a sólo tres asientos de distancia.

Habían pasado ya dos semanas y era hora de que Adam regresara a Florida.
Adora jamás hubiera pensado que despedirse fuera tan duro.
Adam cerró la cajuela de su viejo auto azúl y caminó hacia dónde ella estaba parada observándolo.
Miró detrás de Adora hacia la puerta de la entrada dónde estaban Mara y Razz y se despidió.

- ¿Vas a volver?

Adam la miró con una sonrisa cálida.

- ¿Para ver a mi hermana? Por supuesto que sí.

Adora se sintió triste de haber pensado en el tiempo que pasó sin verla.
Lo había hablado con el la noche anterior, se había armado de valor y se lo había dicho. Que lo había extrañado, que aún seguía enojada porque la dejó sola.

Adam sólo la miró con tristeza y le dijo:

- Yo no te dejé a tí - Su voz fué tan sincera - Ojalá que algún día lo entiendas.

Adora de verdad quería que ese día fuera pronto.

- Oye - El golpe en su hombro la devolvió al presente - Contesta mis mensajes ésta vez, ¿Quieres, hermanita?

Adora sonrió.

- Lo haré - Copió el gesto - Tonto.

Adam soltó una risa y la abrazó antes de caminar hacia el auto.

- ¡No hagas tonterías en Florida! - Gritó Mara.

- ¡No prometo nada, sabelotodo!

- ¡Infantil!

- ¡Aburrida!

Adora negó con la cabeza mientras ambos se gritaban.

Después de eso las semanas pasaron rápidamente.

Había conocido a los padres de Glimmer y Bow, incluso a todos sus hermanos y a la primita de Glimmer llamada Frosta, que era medio violenta y aterradora al principio, pero le gustaba verla molestar a Glimmer, se notaba que la pequeña la quería mucho.

Había llegado octubre y había visto a Catra subir historias sobre estar celebrando su cumpleaños junto con sus amigos.
Claro que lo vió desde el teléfono de Glimmer y tuvo que aguantar un gran sermón de tener que hacer algo al respecto porque estaba siendo una lesbiana tonta.

Adora no necesitaba más de esos sermones, no había nada que hacer, había echado a perder cualquier oportunidad que pudo tener de arreglar las cosas con Catra y había aceptado que se había terminado.

Incluso había entrado al gimnasio de Mara y se había hecho amiga de Huntara quién seguía dando miedo.

Eso era lo que tenía que hacer.

Seguir, continuar con su vida sin Catra.

Era lo mejor... ¿No?

- Oh hermanita - Su hermano sorbió del popote de su bebida que claramente ya no tenía nada - No tienes idea de lo que haces, ¿Verdad?

- ¿De qué estás hablando? - Preguntó ofendida.

- ¿Vas a dejar que los días pasen sin hablar con Catra? ¿Cuánto falta para que se vaya? ¿Dos, tres semanas?

- Literalmente te estaba contando lo que hice hoy para mi proyecto de la Universidad. ¿Eso qué tiene que ver con ella?

- Todo lo que haces tiene que ver con ella.

- Ugh... - Se dejó caer en el escritorio.

Adam salió de la vista de la pantalla de la computadora por un segundo para arrojar el vaso al bote de basura.

- ¿Y qué me dices tú? ¿Has hecho algo interesante?

- Nah.

- Adam ya tengo que irme a casa - Escuchó la voz de una chica.

Adam peló los ojos y volteó hacia su izquierda, pero ya era tarde porque la chica pelirroja de brazos marcados se asomó hacia la pantalla y sonrió.

- ¡Hola, Adora! Adam habla de tí todos los días.

- Oh, así que tú eres Teela - Adora sonrió levantando una ceja.

- Teela, sal del cuadro - Adam trató de empujarla.

- Como quieras - Puso los ojos en blanco - ¡Nos vemos Adora! Suerte con el asunto de tu chica.

Adora volteó a ver a Adam con ganas de golpearlo virtualmente.
El chico se cubrió el rostro negando con la cabeza mientras la puerta se cerraba.

- A veces no la soporto.

- ¿No habían terminado?

- ¿Y tú no tenías tarea que hacer? - El rubor creciente de Adam hizo que olvidara su enojo - Ya es muy tarde, duérmete o lo que sea.

- Suenas como Mara.

- Eso si fué cruel.

Adora rió.

- Bien, hasta pronto, chismoso.

- ¡Ey!

Adora cortó la llamada justo antes de que pudiera decir algo.

Le gustaba ese momento del día en el que hablaba con él.

Se había vuelto parte de su rutina todas las noches aunque no tenían nada interesante qué decir ya que habían hablado apenas el día anterior.

Adora empezó a entender por qué era que a Adam le gustaba tanto Florida. Sus amigos y su vida era básicamente muy Adam. A veces se preguntaba cómo era que su hermano pudo pasar tanto tiempo en el pequeño pueblo donde nacieron.
Y entonces se sentía feliz por ambos, habían dejado eso atrás, y era todo lo que siempre había querido.

Dejar todo atrás...

Recargó su barbilla en el escritorio.

- Tienes razón - Susurró a la pantalla apagada - La verdad no sé que estoy haciendo.

....

Catra estaba en medio de su salón con los audífonos puestos. No le interesaba nada más que pasara a su alrededor.
Al principio los maestros la regañaban por usar audífonos en clase, pero sus calificaciones eran excelentes, de las mejores, así que ahora no le decían nada.

Estaba moviendo un pie al ritmo de la canción Freaks.

Esa canción la había acompañado en tantos momentos, se sentía tan identificada.
Era su canción.

Había llegado la hora de irse a casa y tomó sus cosas y se puso la mochila sobre un hombro.

A veces no se daba cuenta cuándo se adentraba demasiado en la música y comenzaba a tararear en voz alta o caminar a ese ritmo.
Los demás niños decían que era rara.
Y le importaba una mierda.
Todos ellos, montón de personas que jamás saldrían de ese aburrido pueblo.
Se quedarían exactamente como eran en ese momento por siempre.
No tenía interés en agradarles, por eso no tenía muchos amigos.
En realidad no tenía.
Siempre se había prometido no estar con nadie que la hiciera sentir estancada.
Y en ese pueblo no había nadie que valiera la pena.

Catra caminó hasta el auto de su padre y besó su mejilla.

- ¿Me vas a dejar conducir?

Su padre rió.

- Apenas estás aprendiendo - Se acercó más para agregar - Además es una vía pública, y no se supone que debería enseñarte a conducir hasta los 16.

- Faltan dos años para eso, ¿No podré conducir hasta entonces?

- Créeme Catra, algún día podrás tomar un auto e irte lejos de aquí.

Catra sonrió.

- ¿Lo prometes?

Su padre asintió.

Catra aprovechó que no conduciría para adueñarse del cable auxiliar y poner su canción favorita de nuevo.

Su padre condució por el camino largo a propósito.
Una calle larga en la que casi no pasaban autos, entonces aceleró la velocidad y Catra se levantó del asiento.

El aire en su cabello le hacía sentir la libertad que siempre había soñado.

Ella no quería vivir ahí.
Ella quería salir al mundo y sentir esa libertad siempre.

Su padre le había dicho que jamás se quedara en un lugar que la hacía sentir estancada.

Y ella estuvo de acuerdo.

Levantó ambas manos y cerró los ojos, los rayos del sol naranjas que se ocultaban aún tocaban su cara.

Los demás tenían razón.
Era diferente.
Porque ella quería ser alguien.

....

- ¡Estás loca!

Catra no pudo contener la risa al escuchar el nerviosismo en la voz de la chica rubia.

- Eso dicen todos - Se dejó caer en el asiento de nuevo.

No podía creer que ella, específicamente, Catra. Había invitado a la rubia que acababa de conocer en la reunión de sus padres a huir de ahí.
No podía creer que estaba compartiendo su lugar especial con ella.

Pero había algo en la rubia, algo que había llamado su atención desde el principio.
Algo que no había notado en otra persona de ese pueblo.
Eso la motivó.

- No puedo creer que lo hayas hecho.

- Te preocupas mucho, princesa.

Casi se derrite al ver cómo se sonrojaba la rubia.

- ¿Cómo me llamaste?

- Sí, es que, dices que llevas mucho tiempo yendo a fiestas de ricos así que...

- No soy una princesa - Se cruzó de brazos - Y los ricos no son ricos si viven aquí.

Se quedó sin aire mientras miraba al frente.
Sintió algo cálido en su corazón y no podía explicarlo.

- ¿Así que también odias vivir aquí?

Adora asintió.

Era la primer persona la cuál pensaba que valía la pena.

Volteó a verla con un brillo en sus ojos.
Era tan hermosa, el aire sacudía su cabello y había puesto su canción favorita en el mundo.

Catra por primera vez pensó que tal vez podría haber alguien más ahí que la entendiera.

- ¡Hay que salir de aquí! Conduciré y nos llevaré lejos.

- ¡¿Ahora?!

- ¡No! - Rió, era tan adorable - Quiero decir... Algún día.

La mirada de Adora casi la hace caerse.

Catra tomó su mano.

- Podemos irnos tú y yo, juntas.

Juntas.

Tal vez podía cómprate su sueño con alguien más.

....

"My head is filled with parasites,
Black holes cover up my eyes,
I dream of you almost every night
Hopefully I won't wake up this time"

Catra estaba doblando su ropa recién lavada y la acomodaba en la cama a un lado de su maleta.

"I won't wake up this time."

Había empezado a escuchar de nuevo esa canción sin sentirse mal y estaba feliz por ello.
No podía creer que la había dejado por esos recuerdos dolorosos. 

Había muchas cosas que había dejado por eso.
Y estaba molesta.

Porque habían llegado primero que Adora.

A Catra no le gustaba quedarse estancada.
No le gustaba la gente ni las situaciones que la hacían sentirse estancada.
Le había hecho caso a DT y se irían la próxima semana.
Porque ésta situación era una de ellas.
Y debía aceptarlo.

Se sorbió la nariz mientras doblaba una chaqueta que hacía par con una de Scorpia que habían conseguido una vez que le ganó a un tipo de nombre ridículo en un arcade.

Alguien tocó a su puerta la cuál estaba abierta.
Entrapta y Scorpia se asomaron.

Catra sonrió y se limpió una lágrima que apenas estaba por salir.

- Hola - Les dijo con voz ronca - ¿Qué pasa?

- Entrapta hizo galletas - Dijo Scorpia con voz suave y Entrapta levantó un plato - ¿Podemos pasar?

- Claro.

Sus amigas se sentaron en la cama cuidando no aplastar nada.

Catra tomó una de las galletas de Entrapta y sonrió al ver que estaba quemada.

- No sabía que te gustaba esa canción - Dijo Scorpia.

Catra sonrió amargamente.

- Es mi canción favorita, de echo.

- ¿En serio?

- Sí... Bueno, tenía recuerdos dolorosos... Pero supongo que no es su culpa.

Scorpia y Entrapta intercambiaron miradas.

- ¿Vas a hablar con ella antes de irte?

Catra negó con la cabeza.

- Lo pensé mucho, pero han pasado meses desde la última vez que hablamos y me dí cuenta de que... - Su corazón dolía un poco - En realidad no importa si me voy o me quedo. No cambiará nada entre nosotras.

Estaba cansada de esperar que lo hiciera.
Estaba cansada de tener esa esperanza.

- Pero aún así hay varias cosas que quisiera decirle.

- Tal vez sería bueno hacerlo.

Catra hizo una mueca.

- No creo que pueda mirándola a la cara.

La canción terminó y ella suspiró.

Estaba cansada.

En serio lo estaba.

- Bien, ya no quiero hablar de eso - Dijo estirándose para apagar su teléfono - ¿Por qué están aquí?

- Vinimos a ver si ya habías terminado de empacar.

- Faltan varios días, no tengo que terminar todavía.

- ¡Okay! ¡Nos atrapaste! - Entrapta se echó a lloriquear y la abrazó. Catra estaba confundida - Sólo queremos estar contigo un rato porque te vamos a extrañar. 

- Relájate Entrapta, sólo son unos meses - Le dijo poniendo los ojos en blanco.

No hablaba en serio, la verdad era que ella también las iba a extrañar mucho pero no quería admitirlo.

- ¡Entrapta suéltame! - Ya no pudo aguantar más y sus ojos se humedecieron - ¡AGH!

Scorpia también la abrazó.

- Las odio.

- Nosotras también te amamos.

Catra sonrió.

- Oigan - Ambas se separaron y Catra sacó su laptop de la maleta - ¿Quieren ver una película?

- ¿Puede ser de terror?

- Puede ser de terror - Puso los ojos en blanco.

- ¡Yeii!

Las tres se acomodaron en la cama y puso sus cosas en otro lado.

Resulta que las galletas de Entrapta no sabían tan mal con helado así que se las lograron terminar y las dos se quedaron a dormir en su cuarto.

Catra se quedó pensando por un rato antes de dormir.

Y pensó que tal vez había una forma de decirle a Adora lo que quería sin tener que verla de frente.

Y por suerte, ella era una experta en eso.

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