La Lupin no podía creer lo que veía.
-¿Con quién está?- pregunta Amaia, desconociendo a la gente con la que el pelirrojo estaba entrando por la puerta.
-Son.. mis padres- dice, sin apartar la mirada de estos -, y mi hermano.
14 HORAS ANTES.
-Que conste, que solo te he dejado pasar por mi hija- Remus deja el vaso de agua sobre la mesa, sirviéndoselo al pelirrojo.
-Remus- Tonks regaña -. Fred, dinos, ¿qué pasa?
-Es algo importante.
-¿Le ha pasado algo a Ylenia?
-No- Fred despreocupa al matrimonio Lupin-Tonks -. Verán... no sé como decirlo. Siempre he sido mal explicando, por algo me llevé varias materias- ríe nervioso y Remus lo mira con mala cara -. Bien...- tose algo nervioso -. La han ascendido.
-¿Cómo?- Remus pregunta, con confusión.
-La han ascendido en el trabajo.
El hombre lobo sonríe instantáneamente, pero la sonrisa desaparece cuando piensa unos segundos.
-Eso es mentira, ella nos habría llamado.
-Ylenia está muy molesta- dice Fred -. Quería llamaros, pero se negaba a ser ella la que diera ese paso después de... ya saben- prefiere no terminar la frase para no tener malos rollos con su.. suegro.
-¿Y para qué vienes aquí a decirnos esto?- Lupin lo mira serio mientras habla.
-Porque sé que.. sois lo más importante para ella, de lejos, y..
-No lo creo- Tonks interrumpe -. Date cuenta- dice, y el pelirrojo frunce el ceño ante su confusión -, si se ha.. mosqueado con su padre por tí, creo que lo más importante para ella es otra persona.
Fred sonríe involuntariamente, y Remus voltea los ojos.
-Continúa, comadreja- dice el mayor -. Al grano.
-Ella.. mañana es su fiesta de ascenso. Y se la ilusión que le hace contároslo y que estéis allí acompañándola. Ha luchado mucho por llegar a dónde está, y ustedes lo saben mejor que nadie.
-Lo sabemos- confirma la mujer.
-La cuestión es.. ¿que les parecería venir a una fiesta en el mundo muggle mañana?
———
-¿Qué hacéis aquí?- pregunta Ylenia una vez que sus padres, junto a su hermano y a Fred, se acercaron al lugar donde estaba.
-¿Pensabas que nos lo íbamos a perder?- Edward la mira con anhelo, y sonríe -. Hermana.
La castaña suelta una pequeña risa, y se queda pasmada cuando recibe un abrazo de parte de su padre.
-Lo siento mucho- susurra el hombre lobo, en su oído -. Cielo, siento haberte hecho sentir mal, a ti y a Fred- la menor suspira -. No volverá a suceder- dice -. No quiero que la familia se separe.
-No se va a separar- dice, apartándose del abrazo para mirar los ojos de su padre -. No podría hacerlo, papá.
Remus sonríe dulcemente y deja un beso en la frente de su hija. Tonks, se acerca para abrazarla y susurrarle unas palabras al oído.
-Tu padre a veces es tonto, pero lo acaba arreglando- dice -. Aunque, esta vez el que lo ha arreglado a sido Fred- acaricia su mediano cabello -. Ese chico te quiere demasiado, Ylenia- la mayor se separa del abrazo y la mira directamente a los ojos -. No lo sueltes nunca.
La castaña le echa una rápida mirada al Weasley, que mira la escena con una pequeña sonrisa.
-No está en mis planes.
-Bueno, ya que estamos aquí... habrá que disfrutar de la fiesta, ¿no?- dice Edward mientras le echa el ojo a un par de chicas rubias que pasan por su lado.
Ylenia suelta una risa y se acerca a Fred cuando sus padres deciden dar un paseo por el lugar.
-Hola- el pelirrojo sonríe.
¿Por qué tenía que ser así de precioso?
-Hola- alza las cejas y le devuelve la sonrisa -. ¿Tú eres el responsable de esto?- pregunta, dando unos pasos hacia él.
-Hm..- duda unos segundos, viéndola morder su labio inferior -.. puede ser, no estoy seguro, ¿sabes?
-Ya...- la chica asiente.
Fred agarra una de sus manos y la entrelaza con la suya, sonriendo suavemente ante su chica, que se veía extremadamente preciosa.
-Te quiero- murmura Ylenia.
-Yo te quiero más.
-No lo creo..- pestañea un par de veces intentando que sus lágrimas no salgan a la luz.
-Pues créelo- dice el pelirrojo, tirando de su espalda para tenerla más cerca.
-Eres tonto- niega con la cabeza, apoyando la frente contra su hombro. El Weasley termina de abrazarla, y ella corresponde, suspirando de tranquilidad -. Gracias- susurra.
-A mi no me tienes que dar las gracias- Fred deja un beso en su cabello, y sigue abrazándola.
[...]
La castaña cierra la puerta con su propia espalda, o más bien, es Fred el que la cierra, ya que la obliga a colocarse ahí mientras se besan con intensidad.
Las manos del pelirrojo recorren sus muslos cubiertos por la, ahora, molesta tela del traje de Ylenia. Sus tocamientos viajan hasta su trasero, apretándolo con poca pero suficiente fuerza como para excitarla.
La Lupin se dispone a desabrochar la corbata de Fred, pasando a desabrochar los botones de la camisa y sacar la parte que estaba remetida por el pantalón.
Jadea cuando nota la mano de Fred en su intimidad, rozando por encima de la ropa. Él deja que ella siga besándolo, de una manera tan excitante, que le comenzaba a molestar la tela del pantalón.
El pelirrojo desabrocha los dos botones del traje de mono de Ylenia, dejando que se destapase su escote con ropa interior de costura negra.
La exHufflepuff suelta una pequeña risa cuando nota la cara de Fred enterrarse entre sus pechos, frotando su rostro contra ellas. Luego, comienza a besar el inicio de uno de sus pechos mientras masajea el otro.
Después de dejar que la camisa de Fred cayese por sus hombros, se dispone a desabrochar el pantalón, pero, mientras lo desabrocha, él comienza a caminar, aún besándola.
Camina con lentitud y se detiene en el sofá, la apoya contra él. El pelirrojo encuentra la cremallera del traje de Ylenia con facilidad, la desabrocha y deja caer el mono, cómo es entero, queda en ropa interior.
Se quita los tacones para poder deshacerse completamente del traje y tira de los pantalones de Fred para que él haga lo mismo.
El mayor camina unos pasos hasta llegar al centro del sofá y tumbarla en él. Se coloca encima sin echar todo su peso y comienza a besar su estómago, bajando vagamente para llegar hasta sus muslos y entrepierna.
La castaña jadea al notar los pequeños mordiscos que deja sobre su piel.
Con delicadeza, desliza las bragas por sus muslos, hasta quitárselas y lanzarlas por la sala.
Su humedad era visible, desesperadamente.
El chico coloca las piernas sobre sus hombros y recorre la lengua por sus labios vaginales sin aviso.
Ella jadea al notar la sensación.
Explora con su lengua mientras estimula aquel botón tan delicado. La menor mueve sus caderas involuntariamente, pero él las agarra con la suficiente fuerza como para que se esté quieta.
Jadeando, revuelve el cabello de Fred con una mano. Con la mano libre, abre más feminidad para tener más acceso a una mejor exploración.
Y así se tira unos segundos, hasta que se aparta.
Ylenia lloriquea, pidiendo por más.
El pelirrojo mira el rostro de su chica, debía admitir que verla suplicar era demasiado excitante. Se quita los boxers y mira a la chica.
-Escupe- ordena Fred, poniendo su propia mano delante de ella.
La exHufflepuff muerde su labio inferior, y, entre siseos, obedece lo que Fred le dice, escupe en su mano.
-Buena chica- dice, y comienza a masturbarse, esparciendo el líquido de la chica en su miembro.
Se acaricia un par de veces y lo coloca en su entrada. Antes de penetrarla, agarra los brazos de la chica y los pone por encima de la cabeza de ella, inmovilizándola. Los agarra con mano,y con la otra mano libre ,agarra la cadera.
Se estampa contra ella. La chica voltea los ojos antes esa mezcla de dolor y placer que la invade y deja sin habla. Se sentía tan bien cuando Fred la follaba.
El pelirrojo la mira, la cara de excitación que tenía Ylenia solo lo estaba volviendo más loco. Con su mano libre,aprieta sus pechos por encima del aún puesto sostén, quedando rojizos.
-Joder...- jadeó Fred cuando ella apretó sus paredes vaginales -Se siente jod..didamente bien...
Fred disfruta de lo que era sentir su polla rodeada por las paredes de la chica. Aumenta la velocidad, notando como su miembro se hincha.
-Voy a terminar- gimotea la chica mientras él baja para besar su cuello.
☆ ☆ ☆
La castaña sonríe el verlo dormir plácidamente. Apoyada en su propia mano para observarlo mientras duerme.
Después de hacerlo en el sofá, ambos se quedaron dormidos, pero Fred se levantó a media noche, y la llevó a rastras hacia la habitación para seguir durmiendo allí.
Ylenia muerde su labio inferior y se coloca a horcajadas en Fred, aprovechando que estaba recto.
El pelirrojo, al notar peso, abre los ojos con pesadez. Aclarando la vista para verla a ella, encima, con una sonrisa emocionada.
-Hm- Fred gimotea.
-Buenos días- la Lupin se inclina para dejar pequeños besos sobre el cuello del pelirrojo, que coloca una mano en su trasero mientras los besos se convierten en húmedos.
-Desde luego, son buenos- murmura Fred.
La menor vuelve a su postura. Y mirándolo directamente a los ojos, con una sonrisa inocente, comienza a mover sus caderas sobre sus pantalones.
-¿Qué?- pregunta Fred -, ¿quieres más?
-Hm- ella sólo lame su labio inferior -. No, no quiero- se da por satisfecha cuando nota su miembro erecto. Entre sus movimientos, y que acababa de despertarse, era más que obvio.
-Que lástima- Fred mete la mano dentro de su propio pantalón y comienza a masturbarse.
Ylenia alza los ojos con sorpresa al verlo, pero, obviamente no le disgusta. Simplemente lo observa, oyendo sus pequeños gemidos mientras se auto acaricia.
[...]
-Estoy nervioso- dice Fred, apretando levemente la mano de la chica, que se encontraba tumbada en la camilla de San Mungo, en la consulta de Meredith, su doctora.
Meredith tenía varios de los nuevos recursos muggles, más avanzados incluso, así que la pareja decidió seguir yendo allí en vez de a un hospital muggle.
-Tranquilo, muchacho- la doctora pasa una especie de espejo diminuto por la panza abultada de Ylenia.
La castaña muerde su labio inferior, ella también estaba nerviosa. Hoy era el día en que le dirían si los bebés serían chico o chica, estaba, realmente ansiosa.
No tenía preferencia a la hora de elegir si quería tener niño o niña, lo único que quería es que llegara sano. Como toda madre.
Por la parte de Fred, no es que no tuviese preferencia, es que no podía elegir uno.
Por un lado, quería una niña que fuese una calcomanía de su Lizzie, el mismo cabello y los mismos preciosos ojos que tenía. Su naricita y esos labios que a él tanto le gustaban. Pero sabía que tendría problemas cuando la bebé creciese, tendría muchos pretendientes como su madre, y Fred tendría que enfrentarse a todos ellos si se acercaban a su hija.
También estaba, el deseo de tener dos minis George y Fred. Le haría mucha ilusión, pero, sabía que Ylenia se volvería loca si los niños fuesen como él y su hermano, así como se volvió loca Molly Weasley.
-Bien... veamos- Meredith mira una pequeña pantalla que hace aparecer con su varita -. A ver que es lo que viene...
Fred entierra la mano de Ylenia entre las suyas, besando sus nudillos.
-¿Os dijeron que eran gemelos, no?- pregunta, y la pareja asiente -. Me parece que ha habido alguna equivocación.
NOTA AUTORA
¡Hola, ¿cómo están?!
¿Que les ha parecido el capítulo?
Las leo!!
Espero actualizar pronto.
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