-Molly se lo tomó demasiado bien- George dice, entrando al apartamento de la castaña, que andaba algo distraída.
-Yo sabía que mamá se iba a poner contenta- Fred cierra la puerta una vez los cuatro están dentro -, ella la adora, Georgie- sigue hablando con su hermano mientras las dos chicas van hacia la cocina -. Me atrevería a decir que incluso más que a mi, su propio hijo- ambos ríen y se acercan a la cocina.
-¿Qué hacéis?- pregunta el gemelo menor.
Ylenia y Ginny quitan su atención de la cafetera y miran a ambos Weasley.
-Café- dice la pelirroja -. Lo que me parece raro es que Ylenia tenga café aquí- todos miran a la nombrada.
-Lo tengo por tu hermano- dice sin mirar a ninguno, sacando el azúcar del cajón que había arriba suya -. ¿Quién va a querer café?- pregunta, y todos responden con un "yo".
La castaña prepara el café molido en la cafetera y la pone en la vitro cerámica para dejar que se haga. Pero no quita la mirada de ahí, no le presta atención a ninguno de los pelirrojos que parecen hablar animadamente.
Se siente angustiada. Hoy ni siquiera había hablado con sus padres, y, cierto era que no había pasado ni más de medio día, aún eran las seis de la tarde, pero con la bronca de anoche sentía que si quiera Remus la llamaría como todos los días lo hacía.
Nota una mano recorrer su cintura, eso la hace sonreír un poco, pero no le quita la angustia del cuerpo.
-Tú no vayas a tomar café, ¿eh?- oye la voz del pelirrojo tras su oreja, apartando el cabello para poder susurrarle mejor -. Aparte de que no puedes, ya sabemos cómo te sienta...- susurra aún más bajo y deja un beso justo debajo de su oreja. La chica suelta una pequeña risa por el cosquilleo, y Fred sonríe al oírla -. Estás preciosa hoy, ángel.
-Hm- ella sisea flojo, cerrando los ojos unos segundos, disfrutando del choque de su aliento contra su cuello, cálido y confortante.
-Y tranquila- dice, soltando su cintura -, estoy seguro de que Remus te llamará hoy.
La conocía tan bien.
Tan sólo con verla unos segundos a los ojos ya podía saber lo que le pasa con detalles. También, cabe decir que Ylenia era como un libro abierto, si algo le pasaba, podía notarse, ya que, si no estaba sonriendo, algo le pasaba.
Asiente mientras Fred se aparta de su lado para apartar la cafetera del fuego. Con la varita, el pelirrojo mayor sirve los tres cafés, le sugiere a la castaña si quiere que le haga un té, pero esta se niega, y los cuatro acaban en el sofá.
Bien no tomó nada de beber, pero se comió todas las galletas del plato.
Después de unos largos minutos hablando, el timbre suena. Ylenia frunce el ceño, no espera a nadie, por eso le parece algo raro que hayan tocado.
Pero, se levanta y abre la puerta mientras los hermanos Weasley se quedan hablando.
-¿Qué le pasa a Ylenia?- pregunta Ginny -. Está rara.
-No pasa nada- dice Fred -, simplemente días cansados en el trabajo, pero está bien.
-¿Aún la sigue molestando Christopher?
-¿Qué?- el mayor queda confuso ante las palabras de su hermana. Pero antes de que pueda decir otra palabra más, George habla.
-¿Por qué tienes esa cara?
Fred y Ginny miran a la castaña, que está de pie frente a ellos, con una hoja de papel en la mano. Los ojos muy abiertos y la boca entre.
-Nena- llama Fred, ella alza la mirada, y traga duro.
-Me han ascendido.
-¿Qué?- preguntan los tres pelirrojos al unísono.
-Que me han... me van a ascender- dice, entregándole la hoja a George, que era el que estaba más cerca.
Fred le echa una ojeada al papel, que contiene el nombre de la empresa donde la chica trabaja, sonríe al ver que lo que ella estaba diciendo era cierto, así que se levanta para envolverla en un abrazo donde no deja que sus pies toquen el suelo.
-Me han ascendido- susurra en su oído.
Él sonrió y la deja en el suelo para poder mirarla -Te lo mereces- dice sonriente -. Te lo mereces más que nadie.
La Lupin sonríe cuando nota como Fred estampa sus labios contra los de ella, besándola intensamente sin ningún tipo de descaro frente a sus hermanos.
-Si quieren nos vamos- bromea Ginny, y la pareja se separa, aún sonriendo -. Felicidades, Yle, sí que te lo mereces- dice la pelirroja -. Todos sabemos lo duro que has trabajado por esto.
Su primer pensamiento fue; Tengo que contárselo a mis padres.
Sí, cómo poder podía.
Pero, no era el poder la cuestión.
Ella dijo que no contara con ella, no podía simplemente llamar al día siguiente para decirles que había ascendido en el trabajo, simplemente era por orgullo.
-Voy al baño- la castaña se sorbe la nariz y se da la vuelta para caminar hacia el pasillo de enfrente, dejando a los hermanos Weasley en el salón, viendo como se iban, confusos.
Después de unos minutos, al ver que la castaña no salía del baño, Fred deja a sus hermanos solos para acercarse a donde ella estaba y tocar a la puerta un par de veces.
-Hey- susurra -, ¿estás ahí?
Tras unos segundos de silencio, el pelirrojo oye la voz de su chica.
-Enseguida salgo.
Sin contestar, se queda unos minutos esperando hasta ver como se abre la puerta. La castaña sale de la habitación y lo ve.
-¿Estás bien?- pregunta, apartándose de la pared para verla mejor.
-Estoy bien- asiente -, sólo fueron náuseas.
Fred asiente. Cuando ella va a traspasar el pasillo, él agarra su muñeca, frenándola.
-Ylenia- murmura, acercándola -, que todo va a estar bien- intenta brindarle algo de apoyo, y ella lo agradece con una suave pero apagada sonrisa -. Vas a arreglarte con tu padre, te lo prometo.
-No sé- sus ojos se cristalizan en cuestión de segundos -, con lo... testarudo que es Remus- se encoge de hombros.
Fred sonríe con levedad y viaja una de sus manos hasta su brazo, arrastrándola para llegar a su espalda.
-Testarudo y todo lo que quieras, pero sí es por ti, sabes que tu padre es capaz de cualquier cosa, Ylenia. Es el instinto Lupin..
La castaña suelta una pequeña risa que lo hace sonreír.
-Me encantaría llamarlo y decirle "Oye, papá, me han ascendido en el trabajo"- dice la última frase con voz puntiaguda -. Pero ahora no puedo, ¿sabes?- suelta un suspiro.
-Todavía quedan tres días para la celebración- intenta tranquilizarla o mirar el lado positivo -. Para ese entonces, ya habrás hablado con tu padre.
[...]
Ylenia creía sabiamente en las palabras que su pelirrojo le decía. Cada día se levantaba con la esperanza de que Remus la llamase, incluso de que apareciese en el apartamento sin avisar, como muchas veces ha hecho, pero, por mucho que lo esperó aquellos tres días, nunca llegó.
Ya estaba vestida, llevaba un precioso traje de mono con un estampado de flores exóticas, reinaba el color coral, sus tacones transparentados acompañando a un pequeño bolso donde guardaba cosas necesarias.
Pero aún no estaba lista.
Se encontraba frente al tocador de su habitación, echándose rímel por tercera vez, la tercera capa. Tenía miedo de que al pintarse, comenzase a llorar y todo el maquillaje se arruine, eso pensaba cada vez que pasaba la máscara de pestañas por la misma.
Una vez termina de ponerse varias capas en las pestañas, se levanta, agarrando el pequeño bolso de la cama, suena aquella voz.
-Pero qué bombón.
La chica mira al frente, viendo a Fred echado sobre la puerta, con una sonrisa irracional e increíblemente guapo.
-A ver, date una vuelta que te vea- pide el Weasley.
Entre risas de ella y silbidos de él, la castaña logra dar la vuelta.
-Ese traje te hace un pedazo de culo, cielo- suspira, metiendo las manos en sus bolsillos.
-Hm- abre los ojos y sonríe -. A ver, date una vuelta que te vea- pide ella esta vez.
El pelirrojo sube una mano y da una vuelta que acaba en un paso de baile algo raro, haciéndola reír.
-Guapísimo- halaga, mordiendo su labio inferior, va dando pequeños pasas hasta acercarse a él -. Me encanta como te quedan los trajes negros- sonríe coquetamente y da unos pequeños toques en su hombros -, cielo- repite el mote, susurrándolo mientras se acerca a su cuello. No tenía que alzarse mucho, ya que los tacones la ayudaban. Deja un pequeño beso debajo de su oreja.
-Por eso me los pongo.
-No me digas, Weasley- dice con falsa sorpresa.
-Hm- asiente alzando ambas cejas, y ella vuelve a sonreír.
-Le dije a Amaia que la recogeríamos- dice, bajando la mano para palmear el pecho de Fred -, ¿te parece?
-Oh, por eso estabas tan cariñosa- bromea, y ella ríe -. Por mí está bien...
-Vale- se alza un poco para poder llegar a sus labios y recibirlo en un beso suave y lento que comienza a desatarse cuando él manosea su trasero. Pero ella, se separa, relamiendo sus labios con una sonrisa -. Vamos ya...- con sus brillantes ojos, lo deja sólo en la puerta.
Fred da un pequeño golpe en la puerta con su cabeza, oyendo los tacones de su novia por el pasillo. Suspira y sigue el camino que ella había hecho hace unos segundos.
Ylenia llevaba diez minutos en la fiesta, buscando a Fred por todos lados, pero no lo encontraba. Se supone que se fue a buscar algo de beber, pero no volvió a aparecer.
-¿Has visto a Fred?- Ylenia pregunta a Amaia, que se encuentra hablando con uno de sus compañeros de trabajo.
-Ni idea ciel...- la rubia va a terminar su frase, pero hace una pausa mirando hacia la puerta, donde Ylenia sigue su mirada -. ¿No es ese?- señala hacia la puerta.
La Lupin no podía creer lo que veía.
NOTA AUTORA.
Siento haber tardado en actualizar,
pero estoy completamente en otras cosas.
Espero actualizar pronto.
¿Qué creen que ha visto Ylenia?
Las leo.