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HABÍAN PASADO UNOS DÍAS Y ZENITSU Y TÚ FINALMENTE RECIBIERON EL VISTO BUENO PARA EMPEZAR A ENTRENAR CON TANJIRO...
Inosuke había mejorado mucho más rápido que vosotros dos, y ya había empezado el entrenamiento. Él y Tanjiro siempre parecían agotados, lo que te hacía preguntarte qué tipo de entrenamiento estaban recibiendo.
Zenitsu estaba igual de ansioso por saber de qué se trataba. Y cuando los dos asistieron a su primer día de entrenamiento, Zenitsu tuvo un ataque de ira total.
-¡¿ME ESTÁS DICIENDO QUE NO DISFRUTAS CON ESTO?! ¡¿ME ESTÁS TOMANDO EL PELO?! CABRONES CON SUERTE!-rugió Zenitsu, intentando estrangular a Tanjiro, pero tú lo contuviste para que no lo hiciera.
Tanjiro parecía complacido de que le ayudaras, pero no tardó en notar el ambiente incómodo al evitar su mirada, lo que le hizo fruncir el ceño.
-LOS DOS HABÉIS VENIDO AQUÍ TODOS LOS DÍAS CON LA OPORTUNIDAD DE TOCAR A LAS CHICAS GUAPAS, O DE QUE OS TOQUEN A VOSOTROS... ¡¿NO OS DAIS CUENTA DE QUE ESTÁIS EN EL CIELO?! CLARO QUE NO SON MÁS BONITAS QUE T/N PERO AUN ASÍ!-chilló Zenitsu, sin perder ni un segundo mientras entraba en la sala, superando sorprendentemente todas las tareas estupendamente.
Bueno, excepto cuando se negó a salpicar con té a una chica. Falló en esa, pero claramente se divirtió, mientras tanto, tú sufrías tratando de completar las tareas.
El entrenamiento era un auténtico infierno, y cada día que pasabas te sentías como si estuvieras muriendo lentamente.
Durante toda la semana, Zenitsu se había mantenido optimista respecto al régimen de entrenamiento, pero después de esa semana, la fatiga empezó a hacer mella en su cuerpo, y él también estaba experimentando un auténtico infierno.
Por fin pudo tomarse un pequeño descanso, y decidió dar un pequeño paseo para tomar aire fresco y refrescar su estresada mente.
Te preguntaste si volverías a sentirte cómoda en presencia de Tanjiro, ahora te parecía peligroso, y no estabas seguro de poder volver a la normalidad, cuando todo lo que le ha pasado no tiene vuelta atrás.
Sin embargo, no pudiste evitar reírte al verlos a todos desmayados por el cansancio, a menudo te recordaba lo inofensivos que pueden ser cuando no están en uno de sus pequeños estados de ánimo.
El aire de la noche se sentía fresco en tu cara, y era bastante calmante y relajante, pero en tu pequeño paseo, te topaste con el pecho de alguien.
-Lo siento mucho.-murmuraste, levantando la vista para ver con quién se había tropezado, y te quedaste sorprendida por la belleza del hombre.
Tenía el pelo negro de longitud media, y un Haori blanco con algún estampado de flores rosas esparcidas por algunos lugares. Sus orbes eran de color gris claro, y sus pestañas eran blancas, estaba claro que era ciego, y aunque la mitad de su cara estaba cubierta por una gran cicatriz púrpura, seguía siendo muy hermoso.
-Oh no, me disculpo, no miraba por donde iba.-sonrió.
"¿HACER UNA BROMA A CIEGAS? SÍ, LO HICE".
N/A: ¡KAGAYA APARECE! ¡KAGAYA AHORA SE UNE AL HAREM!