A Satiff Book

By DreamW_Satin

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¿Por qué no darle una oportunidad a esta pareja? Satín X Riff Ship crack Portada en proceso More

Introducción
Suegra
Tú dime
Obviedad
Ambulancia
Pegado
Paciencia
Adiós Solteria
Lindo
Headcanon
Enamorada
Ojos
Buen Símbolo
Pancartas
Funeral
Headcanon
Una Copa o Dos
Como Dicen
Headcanon
Luz de Velas
Susurros
Diesel
Acosador Romántico
Barllex
Pregunta Idiota
Sal
Headcanon
Obediencia
Headcanon (o algo así)
Arrancacorazones
☆Groupies☆
Auto
Prescripción Médica
Un Favor para Satín
Enamorada 2.0
Tu Tipo
Gemelos
Sonámbula
Western
Año Nuevo
Heterosexual
Headcanon
Se que estás ahí (Barllex)
No es Satiff pero léanlo
Sospechas
No me hagas esto
Ateo
Sting
Human AU
¿Cómo apareció el Satiff?
Declaración
El 14
Meñique
Mojada
Pocas Camas
La Cena
Estrellas
Preocupaciones
Headcanon
Rockin' all night (+18)
Headcanon
Human AU (otra vez)
Aviso Avisante
Meme
No Es Escrito
Perfume
Pastel
Insaciable
Lego
Indirectas
Refrán
Sincero
Headcanon
Tratamiento de Belleza
Historia de un taxi (arhe)
Pequeño Sting
Pequeño Sting (parte dos)
Pequeño Sting (final)
Polillas
Nombre
Cenar
Satiff en 5 minutos
Headcanon
Headcanons
Sus ojos no lo ven
Incorrect Quotes

Fugitivo

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By DreamW_Satin

El Salvaje Oeste en Trollstopia, conquista, batallas sangrientas y tipos duros por donde veas.

Tribus nativas, viajeros nómadas, buscadores de oro, mujeres luchadoras, familias sin nada que perder, colonos y vaqueros todos buscaban cualquier forma de llegar al día siguiente.

Desde aquellos que ganaban con honestidad a apostadores y vaqueros duros y mujeres que encontraron como dominar el Oeste.

Y de una de estas últimas hablaremos ahora.

“El Sol Naciente”, era un salón de turno pero de muy buen presupuesto comparado con otros, con varios vaqueros peleándose entre ellos mientras la música sonaba y un grupo de chicas bailaban animando el ambiente.

Entre ellas estaba Satín, ella y su gemela Seda eran chicas que habían venido desde Villa Pop al oeste de Trollstopia pero ahora solo estaba la primera pues Seda hace un tiempo ya no aparecía en el lugar pues se había casado con el dueño del ferrocarril.

Aún así Satín se quedó a trabajar allí, la paga era buena y no faltaba noche en qué algún vaquero le pagará la cena o los tragos, su piel limpia, su cabello largo y brillante, unas pestañas muy arqueadas y unos blanquisímos dientes prácticamente imposibles de ver en el Oeste eran algo que llamaba la atención que sumado a sus curvas capaces de hacer babear al más puritano le daban cierta ventaja sobre el pueblo.

Pero tenía algo de lo que nadie sospechaba: estaba terriblemente aburrida y harta de ese sitio, llegó ahí por necesidad pero la vida en el salón era hartante, monótona e insegura a pesar de la ventaja que tenía sobre otras chicas e incluso sobre palomas manchadas, deseaba dejar el lugar y sentir algo de adrenalina en su vida.

Esto es el Oeste, no podemos pasar por alto a los bandidos y forajidos.

Riff y su prima Barb eran vaqueros venidos del Sur a los que la crisis en su pueblo los llevo a convertirse en forajidos, asaltaban trenes, viajeros, diligencias y ocasionalmente robaban ganado, conocidos por la rapidez y ferocidad que los acompaña en cada huida, además terminaron iniciando una banda criminal cuando Trollex, amante de Barb se les unió. Eran el terror de los viajeros y colonos y cada primo por su parte se volvió una leyenda siendo Riff el más misterioso, nadie había visto sus ojos, la leyenda decía que en realidad él era ciego y otra decía que un trato con el diablo lo había vuelto extremadamente bueno disparando y aquellos que lograban verlo a los ojos morían e iban al infierno pero la versión más famosa combinaba ambas versiones.

Lo que nadie sospecharía de Sightless Riff (que era el nombre con el que se lo buscaba) era que él no se sentía totalmente satisfecho como bandido, desde la integración de Trollex en la banda empezó a sentirse fuera de lugar, como si algo le faltará, como si tuviera el deseo de igual estar acompañado con alguien más en la banda, aunque no podía pedir nada y de todas formas las mujeres eran más difíciles de encontrar que el agua.

¿Que tendrían estos en común? Ciertamente nada.

Solo fue tras un enfrentamiento que sucedió lo que parecía imposible, Barb y Trollex fueron atrapados por un par de cazarrecompensas para ser llevados ante el Sheriff mientras Riff logro escapar no sin antes ser herido mientras estaba sobre su caballo, logro apenas salvarse pero si no recibía ayuda pronto moriría.

Cayó en una zona cerca de un pozo, lo que no esperaba es que por ese lugar pasaría una carreta y allí estaría aquella bailarina, fue enviada a buscar agua pero al ver al caballo mirando el cuerpo de su jinete caído no pudo evitar no dejar un momento el balde de agua e ir a socorrerlo encontrándose con el bandido dejándola en shock.

- Si-Sigh... T-tú eres Sightless Ri... -inevitablemente tartamudeo por la impresión de encontrarse de la nada al bandido pero fue silenciada por éste.

- ¡No hables!-

- Tú eres Sightless Riff, vivo... -la bailarina maldijo no tener un arma a mano para poderselo llevar y cobrar la suma de 15.000 dólares que pedían por él, vivo o muerto.

- Kjjg... Me atraveso... Si me dejas... Voy a... ¡Ah!... A morir... -el bandido sujeto su costado derecho del que emanaba sangre.

La oferta de dejarlo morir y llevarse el cuerpo era tentadora, podría dejar de trabajar en El Sol Naciente y retirarse o buscar otro trabajo o incluso ir al Este. O al Norte.

Riff entendió que lo dejarían morir para cobrar la recompensa que ofrecían por él, solo se le ocurrió una idea.

- Escúchame... No me quieres dejar morir... Mi prima debe estar cerca y te disparará si te ve llevandote mi cuerpo... Además -paso una mano por debajo de su abrigo y por su cinturón, sacando una pequeña bolsa de cuero, era su última opción.- Abrela...

Satín tomo la bolsa y la abrió, de ella sacó un gran collar hecho de diamantes y esmeraldas, no pudo evitar quedar boquiabierta al verlo, era un collar que Riff había robado a la esposa de un hombre rico.

- Si vivo será tuyo... Pero solo si vivo, mi prima o su amante lo reconocerán y te matarán si muero y te lo llegan a ver.

Satín pensó un poco, ese collar parecía valer más que la recompensa que ofrecían por el forajido, pero más la convenció la idea de no morir.

La chica lo ayudo a subir y apoyarse por ella, logro hacer que suba a la carreta y echo a andar seguida por el caballo del bandido.

Llegó a la zona trasera del lugar donde trabajaba y vivía, por suerte para ellos había una ventana por la cual entraron al cuarto de Satín, era una habitación pequeña, la mayor parte ocupada por un gran armario y un tocador.

Recostó al bandido sobre su colchón y abrió mejor la chaqueta para revisarlo, una mancha de sangre fresca se extendía por su camisa, tuvo que abrirla con incomodidad para ver mejor la herida.

- ¿Qué te pasó? -Satín intentaba solo ver la herida para no distraerse con el cuerpo del forajido.

- Los Yodeler... Mientras yo huía uno me lanzó un cuchillo... -Riff intentaba no retorcerse para no aumentar el dolor.

Satín logro llevarse algo de agua con ella, tomo un paño limpio y lo empezó a pasar por la herida para limpiarla.

- Disculpa pero... ¿Te puedo quitar la camisa? Tengo que limpiar mejor...

Riff apenas se movió pero logró acomodarse para que la chica pueda quitarle la camisa. Satín intentaba mostrarse fría pero la imagen del pecho desnudo del forajido lo hacía difícil.

“Satín, tranquila, recuerda que es un bandido, mañana se irá y no lo volverás a ver vivo” -penso mientras seguía pasando con suavidad el pañuelo por la carne, pronto quedó limpia pero dejando ver una herida abierta.

- Creo... Creo que... -Satín no estaba segura de decir lo que había que hacer.

- Voy a necesitar puntos, me arranque el cuchillo y eso al parecer aumento la herida.

Satín abrió uno de los cajones del tocador, había una caja de hilos y un paquete de agujas, enhebro una y se acercó al bandido.

- ¿Cómo no te afecta?

- Solo necesitas suturar la herida, a lo mucho me voy a desmayar.

Satín suturó la herida tras varios minutos e intento ver mejor al bandido, no se movía más allá de las leves subidas y bajadas de su pecho al respirar, su sombrero estaba apoyado sobre su cara impiendo verla, parecía estar inconsciente.

Satín dejo las cosas y se levantó para retirarse con las otras chicas, cerró la puerta para que nadie entrara y al no tener dónde poner la llave la guardo en su corsé.

Fue al lugar donde solían prepararse las otras chicas, no dijo nada para no levantar sospechas.

- ¿Ya oyeron las noticias? -Esencia, esposa del dueño del lugar y encargada de guiar a las chicas llamo la atención de todas.

- ¿Qué pasó? -Suki, una bailarina, sin dejar de aplicarse rimel frente a un espejo de mano no era de enterarse rápido de los rumores.

- Por aquí cerca atraparon a Terrible Trollex y Cold Blood Barb, pero parece que Sightless Riff escapó y sigue en algún lado, posiblemente esté cerca en este pueblo.

Las chicas empezaron a murmurar y Satín sorprendida empezó a sentir frío, llevo una mano a su pecho dónde guardaba la llave, la colgarían si alguien llegaba a descubrir su secreto.

- Dicen que no los pueden ejecutar a menos que también atrapen a Sightless Riff. -Enrrollando un mechón de su cabello en uno de sus dedos, Val, una de las chicas soltó entre los rumores.

- No pueden, la recompensa la ofrecen solo por la banda completa. -Blues, otra de las chicas contestó.

Satín se tardaba a propósito, escuchando todo con atención, cualquier detalle mínimo podría ayudarle o perjudicarle.

- ¡Satín! -una de las voces femeninas la llamo, era Blues.

- ¡¿Qué?! -por el asombro, la punta del lápiz de labios que sostenía se rompió.

- Nada, estás callada.-

- Bueno, no tengo nada que decir.

- Con ese silencio diría que viste a los ojos de Sightless Riff. -Blues soltó una carcajada.

“Eres astuta, Blues” -penso Satín con algo de miedo.

El acto de las chicas no tuvo nada nuevo, las canciones de siempre en el piano y los vaqueros tomando y agarrándose a golpes y luego invitando a las chicas a beber algo y acompañarlos aunque sea a conversar pues las mujeres escaseaban y las bailarinas estaban allí para entretenerlos.

Satín no tenía realmente ganas de estar ahí, el asunto con el bandido la tenía preocupada.

Logro convencer al encargado de venderle carne seca y tras ocultarla tras su espalda se escabullo a su habitación aprovechando el escándalo que armaron los vaqueros para que nadie le prestará atención.

Abrió la puerta y entro, el bandido estaba sentado en el colchón, dándole la espalda.

No fue directamente a él, se acercó antes a la ventana, el caballo de Riff seguía allí.

- Hola Satín. -el bandido fue el primero en cortar el silencio sorprendiendo a la chica.- Se tu nombre porque lo escuché hasta aquí.

- Oh, cierto. -Satín bajo un poco la cabeza, ni siquiera le había dicho su nombre y esto la incomodó.- Tu caballo es listo, no se ha ido de aquí.

- Si, sabe que no puede ir a ningún lado sin mí. -

Satín se sentó en la cama junto al forajido y le ofreció el trozo de carne seca y éste, tras agradecerle, lo mordió y estiró sin delicadeza para masticarlo.

- ¿Cómo está tu herida?.-

- No te preocupes, no es demasiado grave, me atraveso la carne pero no llego a ningún órgano, en unos días estaré como si nada.

- Riff...-

- Dime. -el bandido arrancó otro pedazo.

- Es sólo que... Estás solo, contigo esta únicamente tu caballo cuando te encontré, tú nunca estás sin tu banda ¿Qué pasó con los otros?.

- Los capturaron los cazarrecompensas que me hirieron.

- ¿Cómo puedes hablar tan tranquilo? Hay una recompensa por sus cabezas.

- No los mataron, los capturaron vivos para ejecutarlos pero no pueden hacerlo solo sin mí, la recompensa es por toda la banda, ahora mismo ya habrán escapado de prisión, los conozco bien.

- Vaya... Que estés tan seguro de que tu banda esté bien, quisiera entenderlo.

- ¿Entender qué exactamente?.

- Bueno, tanto, pero como pueden estar tan seguros de que sobrevivirán cuando hay una recompensa por dispararles.

- Lo se... Cualquiera se pregunta cómo sobrevivimos cuando todo el mundo te quiere matar, la verdad a veces ni yo lo sé pero la verdad es otra, no siempre somos lo que los lugareños cuentan y muchas veces dudo de salir vivo y en una pieza.

El bandido agradeció que su sombrero, su cabello largo y la oscuridad solo disminuida por luz de luna impidiera que la bailarina se diera cuenta de su mirada, por algún motivo a pesar de ser bailarina Satín en lugar de llevar medias tenía las piernas descubiertas y las manos atajadas sobre sus muslos.

- Dime muchacha ¿Sigues aquí por qué motivos?

- Porque no tengo a dónde más ir, de hecho llegué aquí con mi hermana pero ella se casó y se fue de este salón.

- ¿Al menos te gusta este sitio? Dejando de lado el olor a borracho y esas cosas.

- La verdad no, a pesar de que tengo algo de ventaja aquí la verdad es que solo me quedé porque no sabria a dónde ir.

- ¿Pensaste en irte?. -él miro como la bailarina se levantaba y regresaba a la ventana junto al caballo

- A veces... Siempre... Nunca seré como ustedes, ni siquiera seré como mi hermana. Dime, todos los que los buscan para matarlos, los peligros del desierto y otros fugitivos ¿No les da miedo?

El bandido soltó una risa pequeña entre dientes.

- ¿Miedo?, Si, no creas que no tenemos miedo o que no sentimos nada. -el bandido se colocó tras la bailarina apegándose a ella.- El miedo es natural y te acompaña siempre.- La pego más a él y con la mano derecha empezó a levantar su falda.

La bailarina sintió el toque frío de los labios del varón en su cuello seguido de su lengua.

- Pero es eso, ese miedo te mantiene con vida. -el bandido dió la vuelta poniéndose frente a frente con la fémina pero antes de siquiera poder besarla como planeaba ella coloco los dedos sobre su boca, deteniendolo.

- Yo... Lo siento... Nunca he estado con un hombre...-

El bandido se sorprendió de forma genuina, una mujer virgen en el Oeste, no tenía sentido alguno.

Satín esperaba que él reaccione mal contra ella pero contrario a eso él se colocó mejor y beso su mejilla la cual enrojeció.

- ¿Esperabas algo más? Por favor, haz hecho demasiado por este saco de huesos como para ser malagradecido. -el bandido tomo su chaqueta y se acercó a la ventana dispuesto a marcharse.

- ¿Que?... ¿Te vas?... -la bailarina sintió ganas de no dejarlo ir por algún motivo.

- Ya haz hecho suficiente, cumpliste tu promesa y yo la mía, te dejare vivir. -el bandido salió en la noche y su caballo se acercó a él.

- ¿Qué será de tí ahora? -Satín se acercó al marco de la ventana.

- Me reencontrare con mis compañeros y después no lo sé.- el bandido coloco una mano sobre el hocico del corcel.- Espero te vaya bien, Satín.

Antes de irse el bandido tomo su sombrero y se lo quito en un gesto de respeto, Satín no pudo pronunciar palabra del asombro, era la única troll además de Barb y Trollex en ver a los ojos de Sightless Riff, unos ojos azules y carentes de cualquier cosa que pueda aterrar como decían los rumores.

- Adiós Satín, tal vez nos volvamos a ver, pequeña bailarina. -Riff se colocó de nuevo el sombrero y subió a su caballo el cual galopó alejándose en la oscuridad.

Satín giró la cabeza hacia el tocador donde se arreglaba, allí estaba colocado en un soporte el collar que el forajido le prometió a cambio de resguardarlo de la ley.

Lo tomo y se lo coloco mirándose al espejo, aquel collar valdría de ahora en más mucho más que por sus materiales.

Una lágrima cayó por su mejilla, dentro de ella quería retroceder el tiempo y no dejar que aquel troll de piel violeta grisáceo se fuera.

Por su parte y oculto en la noche el bandido agradeció que todos los factores impidieran que aquella troll rosada viera que varias lágrimas se acumularon en sus ojos para juntarse y caer sobre sus guantes.

🌵

¿Les gustaría una segunda parte? :D

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