Pequeño Sting (final)

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Las semanas se volvieron meses y esos meses habían pasado y ya en el capullo había ahora una nueva habitación destinada al pequeño que llegaría, el lugar ya estaba llenandose de muebles mientras sus padres ponían lo que serían sus cosas en su lugar.

- ¿Quién nos regaló la cuna?

- ¿Recuerdas a mi amigo Dean? Él nos la envío -Riff respondió mientras seguía ensamblando el mueble.

- No creí que íbamos a tener tanto en estos meses. -Satín suspiro cansada.

- ¿Estás bien? -Riff se acercó a su esposa dejando de lado su trabajo.

- Si, solo un poco cansada -le contestó ella- es solo que, ya sabes, solo unas semanas y ya conoceremos a Sting.

La pareja giro la cabeza al mismo tiempo y al mismo punto, sobre un puff azul claro estaba el huevo que apareció hace algunos días, de tonos turquesa y morado y con patrones entremezclados de ambas tribus, un mechón desordenado color menta se veía arriba, el huevo estaba cubierto con una cinta de cuero con tachuelas cómo era costumbre en la tribu Rock.

Ambos estaban más que felices esperando la llegada de aquel niño

- Mis padres me enviaron algunas cosas de Ciudad Rock Volcán -Riff se agachó para estirar una caja- Incluso mandaron cosas de cuando yo era bebé.

Riff rebuscó entre los juguetes y pequeñas prendas hasta que lo encontró, era una pequeña pijama de cuerpo completo, de color negro y que asemejaba a un murciélago con alas, orejas y vientre de color rojo, Satín dejo salir un "awww" al ver la diminuta prenda.

La pareja estaba emocionada y ansiosa por la llegada de su primogénito y no solo ellos, todos sus amigos estaban igualmente emocionados por conocer a la criatura y siempre les dieron apoyo pues realmente la noticia de aquel pequeño los lleno de felicidad a todos.

Todos menos alguien.

Seda estaba metida en el estudio y clavando alfileres con rapidez en un maniquí para sostener una larga tela pero con tanta rapidez y ansía lo hizo que solo cuando los alfileres se acabaron notó que estaban mal colocados.

Suspiro y empezó a quitarlos con lentitud, al enterarse del embarazo de su hermana las cosas entre ellas comenzaron a cambiar, debido a su condición de siamesas y al desconocimiento de cómo separarse más tiempo y a las dificultades que les traía esa misma condición las chicas mejor decidieron vivir juntas toda su vida e ignorar la idea de formar sus propias familias para evitarse problemas, solo se dedicarían a dos cosas: su trabajo y ellas mismas y viceversa.

Creyeron que siempre sería así hasta que tras el concierto con todas las tribus Satín se había hecho amiga de Riff y luego de un tiempo esa amistad se volvió romance, las dificultades entre ellas aumentaron y aunque pudieron hacer un plan para seguir con sus vidas la llegada de un bebé no estaba entre sus planes.

Satín y ella siguieron trabajando juntas los primeros meses pero Seda tuvo que empezar a hacer todo sola un poco antes de la aparición del huevo y ahora debería seguir así por sabrá ella cuánto tiempo o al menos hasta que su sobrino camine y hable.

¿Cómo debía estar? Estaba feliz por su hermana pero al mismo tiempo se sentía sola y la extrañaba al tener que trabajar sola, discutían mucho cuando trabajaban pero de cierta forma las ideas tan contrarias hacían que cada pieza fuera única pero ahora que Satín estaba más tiempo encargándose de su maternidad solo había una opinión y eso era... Bastante simple y aburrido.

Siguió su trabajo y agarró sin ganas un largo pedazo de tela azul matte y lo coloco sobre el maniquí.

- Debería ser rosa con brillos. -la voz de su hermana parecía sonar en su cabeza.

A Satiff BookWhere stories live. Discover now