lovely. ┊ w/ rindou haitani.

By -dostoyevsky

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donde rindou es su amante y se niega a soltarla. More

! aclaraciones.
first.
second.
third.
fourth.
fifth.
seventh.
eighth.

sixth.

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By -dostoyevsky

cuando rindou abrió los ojos, se encontró con el cuerpo dormido de la fémina dándole la espalda.
la noche anterior cenaron, se ducharon y fueron directo a dormir. no tuvieron sexo porque aquella estaba cansada y él claramente la respetó. total, no es como si necesitara hacerlo para demostrarle cariño y afecto a la chica, tenía otros métodos.

(n) se aprovechó y le robó una de sus camisetas, misma que pese a que le quedaba larga y holgada, se seguía viendo preciosa.
lo que no pudo evitar fue llenarla de besos antes de que se durmieran abrazados, ganándose por parte de ella algunas risas que sólo hacían que su corazón se encogiera. ella definitivamente era la única que lograba hacerlo sentir ese tipo de emociones.

miró la hora en el reloj de su celular, eran las ocho de la mañana, horario apto para el desayuno.
con cuidado se fue separando de la contraria y luego abandonó la habitación, estando atento unos segundos por las dudas de que la fémina se despertara al no sentirlo. pero no, supuso que tenía un sueño profundo.

estando en la cocina se puso a pensar en qué podría hacer, hasta que recordó cierto problema. su conocimiento en la cocina era nulo, no existía y lo sabía porque en más de una ocasión intentó aprender pero jamás pudo hacerlo sin quemar algo en el proceso.

podía salir a comprar algo, pero quería sorprender a la chica mientras estuviera dormida, ¿será que le daba el tiempo?, tendría que arriesgarse.
cuando estuvo por volver a la habitación para poder vestirse con otras prendas, alguien tocó la puerta de su departamento. no necesitó fijarse de quién se trataba, era más que obvio que uno de bonten.

—que sorpresa encontrarte despierto.

comentó ran cuando la puerta fue abierta.
no alcanzó a responderle, su hermano mayor se metió, sabiendo que rindou no le diría nada porque así era la confianza entre ellos.

—ayer te he salvado, mikey se molestó por tu falta de compromiso e irresponsabilidad, ¿se puede saber qué fue tan importante que suspendiste todos los planes?

—¿tienes tiempo, ran?

—¿qué?, ¿me estás escuchando siquiera?

—ajá, pero, ¿tienes tiempo o no?

—¿sí?

respondió la pregunta, algo dudoso porque no sabía a qué se refería con si tenía tiempo.

—perfecto, entonces hazme un favor.

caminó al interior de la cocina, siendo seguido por el más alto. rindou abrió el refrigerador y lo señaló.

—necesito que hagas un desayuno para dos por mí.

—si es una broma te informo que no estoy de humor, rindou. por tu culpa casi-

—no es una broma, ahora hazlo, por favor.

su hermano mayor fue siempre el que se encargó de él, quien lo cuidó y ayudó, por eso que ran supiera cocinar y lo hiciera bien no era ninguna sorpresa.
el contrario se puso a buscar las cosas necesarias para preparar unos hotcakes. en cierta parte que le pidiera un desayuno no era nada inesperado.

—hoy tenemos trabajo que hacer, rin. espero no suspendas todo a último momento.

—no te preocupes, no lo haré.

mientras que el de cabello corto empezaba a cocinar la masa cruda, rindou se puso a preparar café en una cafetera, al menos esa era una de las pocas cosas que podía hacer sin morir en el intento.

—¿qué se te dio por pedirme un desayuno?

cuestionó, no pudiendo aguantar más su curiosidad. el hermano menor de los haitani quiso responder pero una silueta femenina robó toda su atención.

—ah, es por eso.

susurró el chico, viendo a (n). no era la primera vez, pero ahora ella se notaba diferente, como más libre, más natural, quizás porque en ese primer encuentro justo estaba su novio cerca y ahora no.

—buenos días, linda.

saludó rindou, abriendo uno de sus brazos para indicarle silenciosamente que se acercara. ella obedeció y el chico le rodeó los hombros con ese mismo brazo.
la fémina hizo un poco de puntas de pie y depositó un beso en la mejilla de aquél.

—buenos días, rin.

—mira, él es mi hermano mayor, ran haitani. ran, ella es (n).

los presentó, la chica miró al impropio, sintiendo que su rostro era conocido.

—tú eres el que estaba con rindou en la cafetería ese día, ¿verdad?

—así es, es un gusto conocerte, (n).

—el gusto es mío, ran. ahora entiendo por qué ambos se me hicieron tan similares ese día.

(n) recordaba haber visto al de cabello largo acompañado ese día, incluso tuvo la intención de preguntar quién era, pero luego del alboroto causado por su pareja se olvidó completamente del pequeño detalle.

—bueno, su desayuno está hecho.

—¿no desayunarás con nosotros?

a ella le daba un poco de pena que haya cocinado y se vaya sin siquiera probar un bocado de lo que hizo. ran lavó sus manos, negando con la cabeza.

—no, de hecho ya desayuné. te espero en el trabajo, rindou, nos vemos (n), espero en otro momento poder conocer mejor a la novia de mi hermano.

—adiós, ran.

se despidieron y el contrario salió del departamento. (n) ni se molestó en negar que no eran novios sino amantes, honestamente le gustaba la idea de ser nombrada como la novia de rindou.

—¿te ha incomodado?

la fémina, sin querer, se quedó viendo fijamente la puerta por donde ran salió. así que cuando escuchó al otro preguntar aquello reaccionó.

—no, para nada.

se separó del adverso y fue a preparar la mesa para que pudieran desayunar.

—¿te cayó bien?

—se me hace agradable, parece ser un poco más serio que tú. y también es lindo.

—¿lindo?, pero yo lo soy más, ¿verdad?

—mmh.

(n) fingió dudar antes de responder.
la realidad es que ni siquiera se fijó en si era lindo o no, pero lo dijo porque quería causar celos en rindou.

—si te gusta mi hermano te lo puedo presentar, tal vez hasta juntos sean felices.

—¡es broma!, no seas tan celoso, sabes que para mí eres más atractivo que todo ser humano existente.

—te conviene.

amenazó en diversión, y ella rió, tomando asiento.

—por cierto, ¿por qué estaba él cocinando si no iba a desayunar con nosotros?

—yo se lo pedí, no sé cocinar y ran justo apareció, así que me hizo el favor. quería darte una sorpresa.

(n) sonrió ampliamente, sintiendo que podría morir por tanto amor y amabilidad. la última vez que alguien hizo ese tipo de gesto por ella fue hace largo tiempo.
como rindou estaba sentado al lado suyo, estiró la mano hasta alcanzar la mejilla del chico y dar un pellizco suave.

—¿por qué eres tan lindo?

—tú me haces serlo.

la fémina tuvo ganas de tirarse encima del otro para besarlo, sin embargo las retuvo, pues oyó a ran mencionar que lo esperaría en el trabajo y ella no quería ser un obstáculo.
sin más preámbulos se pusieron a desayunar.

—¿a qué hora vuelves del trabajo?

(n) agarró la taza y tras soplar porque el café estaba caliente, dio un sorbo pequeño cosa de no quemarse.

—a la noche, ¿quieres que te lleve a tu casa?

—¿hay algún problema si me quedo aquí?, me gusta tu departamento.

—puedes quedarte, dulzura. que seas tú quien me reciba cuando vuelva me pondrá feliz.

continuaron comiendo, charlando sobre cualquier tema, y cuando terminaron ella se encargó de lavar los platos, rindou fue a prepararse para ir a trabajar.

sería un día agitado.

[ . . . ]

cuando la noche cayó, rindou se encontraba ingresando al departamento, regresando del trabajo. ni bien abrió la puerta pudo oler el exquisito aroma a comida, e inmediatamente su estómago rugió.

—¡bienvenido!

exclamó una (n) alegre, saliendo de la cocina utilizando un delantal. se acercó al chico y dejó un beso corto en los labios impropios.

—¿qué es eso que huele tan bien?

—hice spaghetti.

ella aprovechó las horas de soledad para pensar en qué podía cocinar esa noche y finalmente se decidió por un platillo sencillo pero que seguro a su acompañante le gustaría.

—¿sabes cocinar sin quemar nada en el intento?

—exacto.

—¿y si algún día me enseñas a hacerlo?, así podré cocinar para ti sin necesitar a nadie.

—estaría encantada de hacerlo, rinrin, ven, vamos, ya está todo listo.

lo tomó de la mano, llevándolo hacia la mesa ya puesta; los platos con comida, cubiertos y dos copas cuyo contenido era vino.

—¿tenía todo lo necesario para que cocines esto?

—no, faltaban algunas cosas, pero salí a comprar. tengo mi billetera a mano así que no fue problema.

respondió a medida que se sentaba, observando al chico hacer lo mismo.

—empezaré a dejar dinero para cubrir los gastos que se hagan mientras te quedas esta semana.

—shh, no es necesario, yo puedo pagar.

—pero (n)-

—pero nada, ahora come, quiero saber qué tal está.

asintió, no continuando con el pequeño debate porque la adversa era terca y nada en el mundo le haría cambiar de parecer.
con el tenedor envolvió un poco los fideos y se lo llevó a la boca, masticando, saboreando lo exquisito que era.

—oh, esto realmente está delicioso, cocinas muchísimo mejor que ran, pero no llegues a decirle que yo dije eso o me golpeará.

bromeó, aunque ciertamente sí cocinaba mejor que su hermano mayor.

—me alegra que te guste, admito que hace tiempo no cocino para dos personas, me olvidé la cantidad que usaba.

(n) estaba feliz, se sentía como en casa, incluso dejó en el olvido que ellos sólo eran amantes, que en realidad su vida era un infierno y que salir de allí era casi imposible.

el de cabello lila contó un poco qué tal le fue, no dio tantos detalles por motivos obvios y ella también comentó qué hizo durante el día a parte de comprar para cocinar.

—de verdad, estuvo delicioso.

—mientras esté aquí puedo cocinar para ti.

ya habían acabado la cena, estuvieron alrededor de diez minutos discutiendo porque rindou quería lavar los platos pero (n) no se lo permitía. sin embargo el otro insistía, diciendo que como ella cocinó lo más justo era que él lavara.
hasta que la fémina se cansó y dejó que lo hiciera, así que ahora ella se encontraba observando al muchacho ir lavando lo usado.

—¿de verdad?

—de verdad, me da un poco de flojera pero disfruto de cocinar, más cuando es para otra persona.

(n) lo ayudó a secar los platos y ni bien finalizaron ambas cosas, fueron directo a la habitación.
rindou se vistió con prendas más cómodas, ella no, porque ya estaba vestida así, en su lugar fue a la cama y encendió el televisor que había en el cuarto, cambiando de canales hasta toparse con una película de terror.

—podemos ir al cine en estos días, ¿te gustaría?

sugirió él, acostándose. (n) se abrazó al cuerpo contrario, con la mirada fija en la pantalla.

—podemos hacer la nada misma que por mí estará bien, rin, ya que estás conmigo.

—que cursi.

—cállate.

rodó los ojos.
la fémina recostó la cabeza en el pecho de rindou y él empezó a brindar caricias en su cabello, la película no le interesaba en lo absoluto, centró su total atención en la chica.

de a poco (n) se fue durmiendo, esas caricias hicieron que se relajara.
y rindou también se durmió, teniendo como última imágen a su chica en un estado tranquilo, sin miedo.

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