-¡Sí, sí, sí!- Fred ahora estaba saltando en la consulta, haciendo gestos de victoria, se acerca a la puerta de la consulta y grita; - ¡Voy a tener gemelos, vamos a tener gemelos!- vuelve a entrar para acercarse a Ylenia, que lo está mirando con una sonrisa amplia desde la camilla -. Nena, gemelos... vamos a tener gemelos- agarra su mano y besa sus nudillos -. Que te quiero, joder... te quiero- se acerca a su rostro y deja un beso en sus labios.
-Y yo a ti- dice, soltando una risa suave -, cielo.
-¿Y son niño o niña?- pregunta Fred a la doctora, cualquiera notaria el entusiasmo en su voz.
-Aún es pronto...- dice la azabache - Puede que sepamos eso... en la ecografía de la semana dieciséis..
-Cuatro meses- explica Ylenia a Fred.
-Exacto- dice la mayor -. En la ecografía de los cuatro meses.. Aún vamos por la semana nueve, es decir, casi tres meses- ambos jóvenes asienten ante las palabras de la doctora.
[...]
-Merlín, nena, ¡gemelos!- dice el pelirrojo con entusiasmo, paseando por las calles muggle para llegar al trabajo de la menor -. ¡Gemelos!
Ylenia sonríe, viendo la emoción en sus ojos, lo detiene de caminar -Fred- dice, soltando un pequeño suspiro, él la mira, esperando que hable -. ¿Quieres decírselo a George?
-¿Qué?
-¿Quieres decirle a George que va a ser tío.. de gemelos?
-Me encantaría, pero sé que no pue..
-Díselo.
-¿Qué?
-Que se lo digas, Fred- asiente levemente, agarrando una de sus manos -. Se lo mucho que te gustaría compartir con George todo esto que está pasando... así que díselo.
-¿Estás hablando enserio?
-Por supuesto que hablo enserio- entrelaza su mano con la de él y sonríe de nuevo -. Quiero verte feliz, y si eso te va a hacer feliz, quiero que lo hagas.
-Pero..
-Sé que George nos va a guardar bien el secreto.. no tengo problema, ¿está bien? Quiero que se lo digas- dice, y el pelirrojo asiente con una sonrisa suave.
-Gracias.
-No me tienes que agradecer nada, anda, tonto- sonríe y ambos comienzan a caminar.
-¿No te da tiempo a almorzar conmigo?
-Almuerzo dentro- la menor se detiene justo en un edificio alto color gris neutro -, bombón- sonríe levemente.
-Está bien..- encoge sus hombros, soltando un suspirito - ¿Te veo mañana entonces?
Ella aprieta sus propios labios -Iré al piso después de la cena, ¿quieres?
-Claro que quiero- voltea los ojos con diversión y se inclina unos centímetros para dejar que sus labios se unan en un beso lento y húmedo, sin tanto descaro.
-Ay, Fred- murmura en sus labios -. Ya estoy cachonda.
-Calla, Ylenia- ríe por lo bajo y arrastra la mano para pasarla por su trasero sutilmente -. Que me pones a mi también.
-Weasley estúpido- deja que sus ojos se revuelvan al pensar en su último polvo en el baño de aquel bar de barrio de Londres -. Ahora tendré que tocarme en un baño de mi trabajo.
-No me digas eso- tose levemente cuando ella se aparta con una sonrisa inocente -, nena.
-Hasta mañana, guapo- sonríe con picardía y deja un beso corto en sus labios antes de darse la vuelta y caminar para entrar al edificio.
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Últimamente estoy feliz, estoy muy feliz. Normalmente escribo cosas que me hagan sentir mal, molesta o triste. Pero, hoy quiero escribir algo diferente. Mi relación con Fred, (si se puede decir relación), va cada vez mejor. A veces peleamos por tonterías, aunque, más que pelear, soy yo la que se enoja, y él viene a pedirme disculpas por algo que no hizo, es un ángel. Así me llama él, ángel, pero, el único ángel al que yo conozco, se llama Fred Weasley. Ese pelirrojo me vuelve tan loca, no puedo mirarlo a los ojos sin pensar "Joder, cuanto te quiero". Es impensable la manera en la que se puede querer a una persona, a tal punto de olvidarte de todo lo malo. Todos sus defectos o cosas que te molestan, con el tiempo, eso desaparece, así convirtiéndose en algo llamado... virtudes. Cuando me quedo en el piso, siempre que me despierto, el desayuno ya está hecho, inclusive hay veces que me lo trae a la cama, no saben lo que es despertarte así de feliz. Cuando noto sus dedos tocar cualquier parte de mi cuerpo, no sé que pasa, pero mi corazón late de una manera incontrolable. Incluso cuando me besa, siento cosquilleos en mis estómago y parte baja. Merlín, es que no entiendo como una persona puede hacerte sentir así de bien con sólo un hecho, una palabra o un simple roce.
La chica deja la pluma en la mesa, suspirando por lo que acababa de escribir, y sonríe suavemente, dándose cuenta de lo que quería en ese momento.
-¿En qué piensas?- una voz masculina la saca de su trance.
Ylenia lo mira, sonriendo delicadamente, y suspira -En nada- niega suavemente con la cabeza y aprieta sus labios.
-Esa mirada es de "estoy pensando en Fred Weasley"- bromea el castaño.
-Pues un poco sí- admite, y ambos ríen con suavidad.
-¿Cuando piensas contárselo a tus padres?- pregunta, y ella queda muda -, lo de que estás con él de vuelta.
Ylenia mira a Theodore con suplicio.
-Estaba pensando justo en eso, Theo- cierra su libreta oscura la deja sobre la mesa -. Creo que tendría que decírselo ya..- piensa en voz alta, sabiendo que su amigo la está escuchando.
-Yle, sé que es difícil. A ver, tu padre le agarró mucho enojo a Fred.. y seguramente le vaya a molestar, pero cuánto más tardes peor será.
-Lo sé- sacude levemente la cabeza -, y a mi hermano tampoco le hace mucha gracia, es más, ya sospechaba algo en navidades...
-Normal- ríe -, si es que cuando estáis juntos en una habitación se nota a leguas. Sólo hay que ver la forma en la que te mira, y la tensión que tenéis.
-Pasaron dos días, y ya lo extraño, Theo, no es normal..
-Venga, que te acompaño hasta el Callejón Diagon.
-¿Qué dices..
-Venga- comenta, arrastrando la última letra -, ve a verlo y quédate con él esta noche. Estoy seguro de que él también está loquito por verte.
-Ay, Theodore- suspira, levantándose -. Si Fred no me tuviese así, serías mi primera opción para casarme.
-Yo encantado de la vida- dice, causándole una risa a la castaña -. Anda, encanto, vamos.
Después de que Theodore la acompañase hasta la puerta del piso de los gemelos Weasley, el castaño se despidió y se fue.
Ylenia choca sus nudillos unas tres veces contra la puerta de madera, que a los segundos es abierta por un pelirrojo con un libro en la mano.
-Mi querida Ylenia- el Weasley sonríe y cierra el libro, haciéndole una señal para que pase, esta lo hace, y sonríe -. ¿Cómo estás?
-Bien, Georgie- asiente, caminando hacia la sala, que está solo a unos metros -. ¿Qué leías?
-Hm- asiente mirando la portada del libro en mano, dónde ponía "Amable y tirano" -. Me lo regaló Amaia.
-¿Así que te sigues viendo con Amaia?
-Sólo de vez en cuando- ríe, seguido de la chica -. ¡Fred!- grita, haciendo que la chica dé un pequeño salto por lo inesperado -. ¡Sal de tu mugrosa habitación!
Se escuchan unos gritos inentendibles de parte del gemelo mayor desde la habitación, hasta que se ve un cuerpo salir por la puerta. Está sin camiseta, con unos pantalones de chándal pijama grises, y al ver a la chica, sonríe ampliamente.
Pero, algo parece raro, porque de inmediato cierra la puerta de la habitación y camina hacia la castaña.
-Amor- Fred se acerca a ella, aún sonriendo.
-Hola- murmura Ylenia mientras el mayor la envuelve en un abrazo, y la alza unos cuantos centímetros del suelo.
-Te he extrañado- susurra el pelirrojo mientras ve como George sale a la pequeña terraza, y cierra los ojos unos segundos, disfrutando de su aroma a vainilla y té.
-Yo a ti más, bombón- suelta una pequeña risa cuando Fred la deja en el suelo, agarra ambas mejillas y la observa con una sonrisa -. ¿Qué pasa, Freddie?
-Que estás preciosa- dice sin más, y se inclina para besarla salvajemente y sin previo aviso -, preciosisima- vuelve a murmurar, esta vez en sus labios mientras la chica se agarra al inicio del pantalón de Fred y se le resbala en bolso por el brazo.
-Hm- Ylenia sisea cuando se separan, alzando las cejas con algo de sorpresa -, que buena bienvenida, ¿no?- dice con diversión, y Fred sonríe, inclinándose una vez más para volver a dejar un beso suave sobre sus labios. -. Quería hablar contigo sobre algo.
-Claro, dime...
-Aquí no- dice la chica, girando un poco la cabeza para echarle uno ojo a George, que estaba en la terraza y no oía nada -. Prefiero hablarlo a solas- dice, y Fred asiente -. ¿Por qué no vamos a tu habitación?- sugiere.
-A mi.. ¿a mi habitación?- el chico de repente se pone tenso -. Es que.. yo tengo.. ¿por qué no vamos a la cocina? Y preparo té..
-Prefiero hablar en la habitación, la verdad.
-Es que... ahora no puedes entrar.
-¿Qué?- pregunta con confusión -¿Por qué?
-Porque.. por..- traga con dificultad, sin saber que decir.
La chica cambia su expresión por una que Fred ya había visto en otra ocasión, y que no le gustaba para nada. Era la misma expresión que tenía cuando la vio por primera vez después de su segunda separación.
-Fred- pronuncia, negando con la cabeza -, otra vez no...- dice, mientras lo mira directamente a los ojos.
-Ylenia...
La chica, sin decir una sola palabra, camina por el pasillo hasta llegar a la puerta de la habitación y abrirla con molestia.