No podía dejar de lavar los trastes con enfado. ¿Por qué ese tipo no dejaba de verlo? Tenía ganas de arrojarle un plato a la cara de idiota que se cargaba. ¿Qué no veía que lo ponía ligeramente nervioso? Sentía que criticaría sus métodos de limpieza. Eso era raro, pero lo irritaba en cierta manera. Le recordaba a su madre como cuando aún vivía con ella y lo regañaba por dejar jabón en los vasos.
El azabache llevaba tres días seguidos yendo a supervisar el local. La cafetería estaba sujeta a nuevas remodelaciones en todo, por lo que ahora estaban en la evaluación del personal. Quería saber si estaban lo suficientemente capacitados en más de una tarea o no. Eso es lo que estaba revisando el tal "señor Jeon".
--- ¿Por qué trabajas aquí?--- preguntó al fin el mayor antes de dejar su taza de café a un lado. Nada mal la bebida caliente.
El castaño se crispó. Estaba realmente molesto con la presencia ajena.
--- Usted es un jodido chismoso. ¿O es que acaso es psicólogo?, ¿Me ayudará a saldar mis deudas en la universidad también?--- cuestionó irónico. Casi que escupiendo las palabras. Meramente arisco y sin ganas de socializar con alguien de la élite asiática.
Jeon JungKook era un joven muy atractivo, soltero y millonario. Quizás por eso se sorprendió TaeHyung al escuchar una afirmación de su parte. Tal como:
--- Si lo necesitas sí.