-¿Ylen..
-¿Te acuerdas la vez que dije que te odiaba?
Al abrir la puerta, a Fred ni siquiera le da tiempo de hablar cuando ella le hace esa pregunta. Su cabello está empapado, al igual que su ropa, se tendría que estar muriendo de frío.
-¿Qué?
-¿Te acuerdas o no?- Ylenia insiste.
-Sí.. sí me acuerdo.
-Pues no era cierto, nada era cierto- puede notar como está al borde de llanto, tragándose su siseos para seguir hablando -. Yo nunca te he odiado, y dudo que algún día pueda hacerlo.
La observa unos segundos, frunciendo el ceño, pero con una gran sonrisa interior.
-Ylenia- pronuncia -, estás empapada, entra- tira de su brazo, obligándola a entrar -. ¿Estás loca yendo así por la calle? Vas a ponerte mala.
-Quería venir a hablar contigo- sorbe su nariz y vuelve a mirarlo después de cerrar la puerta -, es que, de repente me he dado cuenta de algo.
-¿De qué?
La castaña mira hacia la izquierda, viendo al gemelo menor, que los observaba con atención.
-¡Hola!- saluda con entusiasmo.
-Hola- Ylenia sonríe levemente.
-Yo.. ya me iba a.. - George se levanta del sofá, dejando el bol con cacahuetes en la mesa- ..a dormir, sí, estoy- bosteza falsamente y se va por el pasillo -.. estoy realmente cansado.
Cuando George entra a su habitación, Fred toca el brazo da la chica.
-Estás congelada- dice, acercándose -. ¿Por qué no te das una ducha caliente y luego me dices lo que quieras decirme? Te vas a poner mala de verdad.
-No- se abstiene, negando levemente con la cabeza -, sólo quiero decirte esto e irme.
-Está bien, tranquilízate- frota sus brazos para brindarle algo de calor -. No tienes por qué irte... ¿de qué dices que te has dado cuenta?
-Fred..
-¿Qué pasa, Ylenia? Me estás poniendo nervioso.
-Estaba tomando un café con Theseus y..
-¿Con Theseus?- la interrumpe, pues, le había parecido raro.
-Déjame hablar - alza la voz y vuelva a hablar, esta vez con más rapidez -. Estaba charlando con Theseus y me he dado cuenta de que soy una tonta. No me interrumpas- dice, al ver que el pelirrojo hace el ademán de abrir la boca para hablar -. Soy una tonta, tú me pones tonta. Soy una tonta porque todavía te quiero, una tonta porque ni siquiera puedo guardar rencor, y soy una tonta porque siempre se me echa la comida a perder, y encima me he mojado con la lluvia.
-¿Qué has dicho?- el Weasley se queda paralizado ante una de las frases que ha dicho. ¿Había oído mal?, ¿o había dicho lo que creía?
-¿Qué? ¿Qué se me echa a perder la comida?- la menor sorbe su nariz una vez más, mirándolo con atención.
-No, antes.
-¿Qué no puedo guardar rencor?
-No, Ylenia- niega con la cabeza, acercándose un paso más hacia la castaña -. Antes, Ylenia.
Ella calla, no se atreve a decir aquello otra vez, agacha la cabeza, pero a los segundos es levantada por Fred, que ahueca el mojado rostro en sus manos.
-Dilo- pide, pero ella niega -. Elizabeth, dilo.
-Que te quiero- murmura, mirándolo directamente a los ojos -, que todavía te quiero, nunca he dejado de hacerlo.
La sonrisa de Fred es más que amplia, sus ojos están cristalizados, tanto los suyos como los de ella. El pelirrojo de se inclina, estampando sus labios contra los de ella.
En cuestión de segundos, ella corresponde al beso, agarrando la camisa de Fred mientras él toca el su cabello mojado.
-Yo también- se separa, dejando varios besos en sus labios -, yo también te quiero- junta ambas frentes y acaricia su rostro -. Merlín, que ganas tenía de decirlo, te quiero, Ylenia Lupin- ella deja escapar una dulce risa -. Te quiero demasiado.
Ylenia sonríe, alzándose para dejar un corto beso en sus perfectos labios, que ahora estaban húmedos.
-Se que voy a estropear el momento, pero, creo que debes darte una ducha caliente para que se te quite el frío.
-¿Es eso?, ¿o qué quieres verme desnuda?- bromea, con una sonrisa graciosa.
-Ambas.
-Está bien, cielo, lo haré- deja un pequeño beso en la punta de su nariz y se aleja para caminar hacia la puerta del baño, pero, antes de entrar, él habla.
-Oye- la frena -. Hay.. hay una cosa que no entiendo- se acerca hacia ella mientras habla -. Si dices que nunca.. que nunca has dejado de quererme.. ¿por qué mis flores están marchitas?
Mierda, mierda y más mierda.
¡Mierda!
-Oh, eso..- murmura, agachando su cabeza -. Eso es una historia... algo complicada de contar.
-Tengo tiempo- acaricia su rostro con delicadeza -, tengo todo el tiempo del mundo, ángel, pero antes, date esa ducha caliente- ambos asienten, y Fred se inclina para dejar un beso en sus labios -. Voy a hacer algo de cenar, ¿sí? Dúchate tranquila.
-Gracias- dice, Fred se aleja, y ella se queda parada en la puerta del baño, pensando en cómo podía explicar lo de las flores.
Era difícil.
No sabía si Fred se enfadaría con ella, o si se alegraría porque eso significa que aún lo ama. Con la mayor sinceridad, intentaría explicarle la realidad aunque eso costase una gran pelea.
Él merecía saberlo.
-¿Mejor?- Fred pregunta al verla entrar a la cocina con la ropa de antes, que ahora estaba seca. Ella asiente -. Bien, siéntate- la chica obedece todo lo que dice, aún pensando como comenzaría a explicarle todo -. He hecho pasta- sonríe y sirve la comida en ambos platos -. George ha ido a ver a Amaia, así que estamos solos.
-Parece que han hecho buenas migas.
-Sí, a George le gusta mucho esa rubia- agarra una silla y se sienta a su lado después de poner lo necesario para la cena en la mesa. -. Bueno, ahora puedes hablar- se acerca para dejar un beso en su cabello, y acerca la silla donde ella está sentada a la de él, para tenerla más cerca -. Te escucho.
-¿Qué?
-Lo de las flores- dice, colocando una mano en su muslo al notar su nerviosismo -, te escucho.
Después de unos segundos de silencio, ella decide empezar.
-Una vez, en tu habitación, encontré una carta.
-¿Una carta?- Fred frunce el ceño mientras come y la escucha, mirándola a ella.
-Sí, una carta que no era tuya, y tampoco era para ti. Era una carta mía para Ginny- el pelirrojo se atraganta con su comida al escucharla, y la mira con atención, algo asustado -. La encontré por casualidad, esta buscando un trozo de papel para dejarte una nota antes de irme, y sin querer la encontré, y la leí.
-Sé de que carta hablas.
-Bien, ¿recuerdas lo que ponía?
-Sí... pero la mayor parte no tenía sentido, había partes en blanco, como si las hubieran borrado.
-Supongo que Ginny las borró por si algún día tú veías esas cartas.
-¿Y por qué? ¿Por qué la borró?
-Porque..- traga con dificultad, tiene miedo de la reacción de Fred -.. en esa carta, yo.. yo le dije que me hiciese un favor.
-¿Un favor?
-Un.. un gran favor, en realidad- cierra los ojos unos segundos, soltando un suspiro antes de decir; -. Le pedí que cambiase las flores mágicas por unas flores normales.
-¿Qué?
-Así las flores se marchitarían... y tú pensarías que yo.. que yo ya no te quería.
✩ ✩ ✩
,,,
N/A: ¡Hola! ¿cómo están?
Capítulo algo corto, pero quería dejarles la intriga de la reacción de Fred.
Los leo.