-¡El teléfono está sonando!- un miembro de la familia Lupin alza la voz, llamando la atención de la menor que tenía las manos embadurnadas de harina -. Hija, te están llamando- Remus se limpia las manos, se pasa el trapo a su hija y ella hace lo mismo.
-Ya voy- murmura Ylenia, dejando el trapo sobre la mesa y mirando a su padre que estaba en la cocina de su apartamento con ella mientras Tonks y Ed veían la televisión muggle. La chica agarra el telefonillo y se lo coloca en la oreja -. ¿Sí?
-Ylenia- una voz suena a través del aparato, causando que la chica sonriese al reconocer esa voz -, soy Fred- dice, como si ella no lo hubiese conocido, pero claro que lo había hecho.
-Hola- habla en voz baja ya que su padre está escuchando la conversación, comienza a jugar con el trapo mientras oye la voz de Fred salir por aquel artefacto.
-¿Cómo estás?- pregunta sin querer obtener respuesta -. Ayer me dejaste preocupado, ¿que tal te fue el examen?
-Bien... la verdad, me fue bien.
-Me alegra oír eso- dice. La chica deja de jugar con el trapo para ponerse a jugar con un mechón de pelo -. ¿Cómo has dormido?
-Bien...
-¿Estás ocupada?
-Mhm...- Ylenia mira a su padre, que la está mirando de reojo mientras sigue echándole harina a la masa - sí- hace una pequeña pausa que dura pocos segundos y luego vuelve a hablar -. Estoy en el apartamento, con mis padres.
-Oh..- el chico suelta una risa - entiendo, es decir, te pillo mal, ¿no puedes hablar, no? Sólo quería hacerte una pregunta, no tardaré.
-Claro, dime.
-¿Irás a la cena de navidad el 25?- pregunta -. A la madriguera.
-Pues...- la chica suspira, aún mirando a su padre - no tengo ni idea, la verdad. Tengo... que hablar con... ellos y preguntarles qué harán. ¿Por qué?
-Para vernos directamente allí- dice -, pero aún queda una semana, yo necesito verte antes.
-¿Esa era tu pregunta?- articula, y sin darle tiempo a Fred de contestar, vuelve a hablar -. Tengo que terminar de cocinar con mi papá, estamos haciendo pizza casera y no tenemos mucho tiempo.
-Pizza...- dice el chico - ¿Sí recuerdas nuestra primera cita?
-Por supuesto- deja que su espalda choque con la pared y sonríe jugando con su cabello -, ¿como no iba a acordarme?
-Desde ahí me gusta la pizza- dice causándole una risa tonta -. Bueno, dejo de entretenerte más. Te extraño, llámame cuando puedas y hablamos, necesito verte.
-Lo haré, y yo también lo necesito- se incorpora y ve como su padre a dejado de amasar para sólo escucharla -. Gracias por llamar, nos vemos.
-Eso espero.
-Yo también, adiós...- aleja el teléfono de su oreja y cuelga, dejándolo en su lugar. Mira a su padre, y este apoya una mano sobre la encimera de la cocina.
-¿Quién era?- pregunta.
-Una amiga- dice, mirando la masa para evitar verlo a los ojos mientras miente -, de aquí, muggle. La conozco del trabajo, ¿seguimos?
-Sí... una amiga- murmura cuando ella se aleja apara agarrar algo del armario -. ¿Qué tal con Theseus?
-Pues...- la castaña lo mira, negando levemente con la cabeza - ya no... no hay nada entre nosotros, sólo amigos. Cómo antes.
-¿No me digas?- sonríe, y ella voltea los ojos.
-No me vengas ahora a hablar de aquel pelirrojo- bromea recordando lo que hacía cuando estuvo por segunda vez con Cedric.
-A Fred no lo quiero volver a ver- la respuesta de Remus toma por total sorpresa a su hija, que gira el rostro para verlo con confusión.
-¿Qué?
-Ese desgraciado no se merece si quiera que lo miremos- Remus comienza a darle forma redonda a la masa, haciendo que su hija deje de amasar para escucharlo -. Le di mi confianza, le deje que se quedara en mi casa, le confié a mi hija... ¿para qué? Para que luego, a la primera de cambio te lastime. ¿Crees que puedo verlo a la cara después de saber que engañó a mi bebé?- pregunta retóricamente.
La chica calla.
-¿¡Cómo va esa pizza!?- pregunta una Tonks cómoda desde el sofá de la sala.
-¡Bien!- Remus se gira para sonreír a su esposa.
Ylenia se queda abstraída, pensando en todo lo que su padre acababa de decir. Oír ese tipo de cosas la confundía. Hace un segundo se sentía feliz por estar hablando con Fred, y ahora, no puede estarlo sabiendo que si algún día ella vuelve a retomar su relación con el Weasley, su padre no lo aceptaría. Simplemente le preocupaba, aunque Remus tuviese razón.
[...]
El timbre del apartamento suena, así que Ylenia se levanta del sofá, caminando hasta la puerta para abrir.
-Hola.
La chica alza las cejas al ver al pelirrojo en la puerta de su apartamento, otra vez. Se ríe y peina un poco su cabello, que se encontraba despeinado en un moño bajo.
-Hola- dice -, ¿qué haces aquí?
-Estaba.. no sé- confiesa -. Tenía ganas de verte, así que vine.
-Que impulsivo- bromea Ylenia, sonriéndole -. Llegan a estar mis padres aún aquí y te hubieras llevado un puñetazo.
-Pero no están, ¿o sí?- se relame los labios y ambos sonríen.
-No- calla unos segundos, observando los ojos de Fred, sus pupilas se dilatan y ella sonríe de nuevo -, pasa- abre la puerta del todo para que Fred entre, después, cierra la puerta y va de camino al sofá, tumbándose de un bote.
-¿Que hacías?- pregunta, no entiendo porqué, pero por su cuerpo corren los nervios.
-Estaba viendo una película- agarra el bol de palomitas y lo pone en sus piernas, comenzando a comer. Al ver que él no responde, y que sigue de pie, lo mira -. Ven, siéntate- dice, palmeando la parte del sofá vacía.
El pelirrojo le hace caso, se sienta a su lado, mirando la televisión muggle, pero sin escuchar totalmente la película.
-Esa se cogió al novio de su hija- dice Ylenia, soltando una risa para mirar a Fred.
-Hm- asiente distraído.
La Lupin pasa la lengua por sus dientes, agarra el mando de la televisión y le quita el volumen -¿Qué te pasa?- pregunta sin rodeos.
-¿Qué? No.. no me pasa nada.
-¿Que no?- sonríe -. Hemos hablado esta tarde, y me has dicho que ya hablaríamos para vernos, ¿pasan cinco horas y te presentas en mi casa? Algo pasa, ¿no?
-Sólo tenía ganas de verte...
-Ajá.
-De estar contigo.
Deja el bol de palomitas sobre la mesa y se mueve hacia él. El chico alza las cejas al verla sentada a horcajadas sobre él, pone ambas manos en sus caderas y ella apoya los brazos en sus hombros.
Suspira -No sé si has venido porque estás cachondo, o porq..
-No- la interrumpe, apretando sus caderas -, no he venido por eso.
-¿Entonces?- acerca su rostro al de él, observando cada peca de su rostro. Deja un beso en la punta de su nariz y vuelve a mirarlo sin apartar la distancia -. No es que me moleste, ni mucho menos- mira una milésima de segundo sus labios y vuelve a su mirada avellana -, pero me parece raro y quiero saber las razones, nada más.
El Weasley calla, así que ella se agacha un poco más y comienza a besar su rostro. Sus labios rozan los suyos, pasa por su mejilla, su nariz, su frente, su barbilla, deja un beso debajo de su oreja, y comienza a besar con más lentitud por la parte de su cuello.
Fred sube una mano para acariciar su espalda, y la otra la coloca en su muslo. Cierra los ojos cuando comienza a disfrutar más de los besos que ella le da.
-Tuve un sueño.
-¿Un sueño?- pregunta Ylenia, subiendo la mirada para verlo, sin dejar de darle besos por el cuello -. ¿Qué clase de sueño?, ¿erótico?
-No- coloca una mano en la cabeza de Ylenia, acariciando el cabello de la chica -. De hecho, fue una pesadilla.
-¿Una pesadilla?- pregunta de nuevo, de la misma manera -. ¿Quieres contarme?
-Estabas...- traga duro al acordarse de la imagen de aquel, desagradable sueño para él. Ella comienza a desabrochar los botones de la camisa de Fred - estabas en una cama, y de repente llegaban todos mis hermanos a la habitación. Te.. te van quitando la ropa, tu te ríes y... te besas con George, Bill y Charlie- vuelve a tragar duro al relatarlo. Ella se queda intacta, pero sigue desabrochando los botones -. Yo intentaba acercarme, quería gritar, pero no podía moverme del sitio ni hablar. Tú me mirabas mientras ellos comenzaban a besarte. Fue..- deja las palabras en el aire, mirándola.
-Que feo- la chica suelta una risa que hace que Fred voltee los ojos -. Vaya sueño- relame sus labios cuando desabrocha en último botón -. ¿Y por eso viniste?- abre su camisa, dejando ver su torso -, ¿para ver si estaba haciendo una orgía con tus hermanos?
-Ylenia..- dice molesto.
-¿Qué?- pregunta, pasando sus manos por sus pectorales, con una cara inocente -. ¿Crees que soy capaz de hacer una orgía con tus hermanos?- pregunta con diversión, y Fred suspira -. Mira con quién estoy- lo señala con los ojos, agachándose para besar su pecho -... Fred Weasley- sube para volver a su cuello, y él hecha la cabeza hacia atrás -. Yo sólo necesito un Weasley- vuelve a bromear -. Con un pelirrojo pecoso me vale y me sobra.
-¿Así me ves?- pregunta, siguiendo la broma de la castaña -. ¿Cómo un juguete Weasley pelirrojo y pecoso?
-Tal cual- sonríe mirando hacia arriba para ver la sonrisa del pelirrojo -, lo has clavado- murmura.
-Hm...- el chico disfruta de sus besos, sus labios se sienten calientes y helados al mismo tiempo. Su estómago bajo lleno de revoltosos cosquilleos. Mete la mano en la ancha camisa que ella leva puesta, dándose cuenta de que no lleva pantalones al encontrarse con una tela de encaje, concretamente unas pequeñas bragas llamadas culottes. Sube su mano y acaricia su espalda.
La chica se alza para besar su rostro, dejando besos por todas partes menos por su boca. Él, desesperado por sus labios, pone la mano libre en su nuca y la acerca a él mismo para estamparse unirla en un beso áspero. Ella sonríe, lamiéndose los labios cuando ambos se separan.
-Te he extrañado- susurra ella, juntando ambas frentes.
-¿Me has extrañado a mi o has extrañado a mi po..
-Sh- Ylenia pone un dedo sobre los labios del pelirrojo, impidiendo que termine su pregunta -. Tú no cambias, ¿eh?
-Así te gusto- dice, abre la boca y atrapa el dedo de Ylenia en ella, lamiéndolo.
La Lupin suelta una risa obvia y se excita ante el acto de Fred, que sonríe victorioso mientras aún tiene el dedo en su boca.
-Así me gustas..- vuelve a susurrar, pensando en que, la palabra gustar le quedaba pequeño al sentimiento que verdaderamente tenía por él. Pero aún no era el momento de decirlo, aún no. -Pero sí- dice -, también extrañé tu polla- bromea con una sonrisa, separando ambas frentes cuando Fred sacó el dedo de su boca.
-Yo sabía- sonríe viendo como ella se mete el mismo dedo en su boca y lo chupa de la misma manera que él, sobre excitándolo.
Sus bragas están húmedas, notando la tensión sexual entre ambos, Fred suspira.
No era nada nuevo, Ylenia y Fred siempre tuvieron demasiada tensión sexual. Inclusive después de dejarlo por primera vez, también después de estar un año en relación, y ahora, casi 9 meses después de haberlo dejado completamente.
La menor comienza a sacar la camisa de Fred por los brazos, antes la había desabrochado, así que ahora solo se dedica a sacársela, con la ayuda de él.
-Pero he extrañado mucho más tus besos- dice, mirándolo directamente a los ojos -. De hecho, todavía los extraño, ¿quieres ayudarme con eso?
Fred vuelve a relamerse los labios, acercándose para agarrar una de sus mejillas y besarla. Un beso lento, sintiéndose el uno al otro. Él se siente tan bien cuando sus labios están unidos, que podría morir en ese estado.
Ylenia se separa, deja los ojos aún cerrados por unos segundos, hasta que los abre, y ve a un Fred sonriente y anonadado.
-Pelirrojo...
-¿Sí?
-Quédate conmigo.
[...]
Fred oye un ruido, el impacto hace que abra los ojos de inmediato, causando que la luz lastimen sus ojos. Los cierra de una vez, pestañeando un par de veces para poder acostumbrarse, y se incorpora, dándose cuenta de que no lleva ropa, y tampoco los bóxers.
Sonríe al acordarse de la noche anterior y se pone la ropa interior, después de encontrarla debajo de sus pies. Se levanta y busca a su acompañante de anoche, pero parecía que no estaba.
O eso pensaba hasta que escuchó unos tacones desde el pasillo ir hacía la sala. Y efectivamente, si estaba.
Pero Merlín, se veía jodidamente preciosa. Llevaba un vestido azul oscuro totalmente ceñido a su cuerpo, el corte a la altura de sus muslos y unos tacones bastante altos color negro.
Diablos. ¿Que he hecho para merecer a esta diosa mágica británica?, piensa Fred.
-Oh, despertaste- la chica sonríe y camina hacia él para dejar un corto beso en sus labios, dejando algo de gloss transparente en ellos.
-Ho..hola.
-Hola- suelta una risita y va hacia una de las sillas del comedor, donde estaba su bolso. Lo abre y comienza a meter varias cosas.
-¿Dónde.. cómo..- Fred no sabe ni cómo articular una frase en ese momento. Merlín, su trasero se veía tan bien con ese vestido -. Tienes..- traga duro y sacude la cabeza para poder pensar mejor -. ¿Por qué estás así vestida?
Ylenia se mira a sí misma -Voy.. ¿voy mal?
-¿Qué? No- niega rápidamente, acercándose a ella -. Pa.. para nada, al contrario... luces preciosa- aclara -, y demasiado sexy.
-Gracias- responde con una sonrisa, apartando la mirada para seguir metiendo las últimas cosas en su bolso negro -. Y, voy así vestida porque tengo una comida ahora- informa -, con mis compañeros de trabajo- explica -. Aquí en un restaurante cerca.
-Oh- asiente, apoyando la mano en la mesa, y ella lo mira, dándose cuenta de que no lleva ropa, sólo los bóxers -. Entonces..
-Puedes quedarte- dice la chica, interrumpiéndolo -. Yo sólo tardaré unas horas, eso creo- sonríe -. Me gustaría que estuvieras aquí cuando vuelva...
-Pues- sonríe de lado, alzando la mirada para verla. Godric, no podía ni mirarla de lo hermosa que estaba. -.. no sé si tenga que ayudar en algo a George..
-Podrías..- deja el bolso en la mesa y se acerca un paso para quedar cerca de él - podrías ir a ver cómo está George- alza el rostro, no le hace falta alzarse demasiado, por la altura de sus tacones casi llega a los labios de Fred sin necesidad de alzarse -, ver si necesita algo, y en el caso de que no necesite nada... podrías venir conmigo, a la comida.
-¿Con.. contigo? ¿A la comida de trabajo?- pregunta algo tímido.
-Sí.. la gente lleva a sus parejas.
-¿Pa.. parejas?- Fred creía que sus oídos estaban fallando, ¿acaso fue a él al que le cortaron la oreja en vez de a George? ¿o había oído bien?
-Sí- dice ella -, no somos pareja, pero podrías acompañarme, la gente también va con amigos o familiares...
-Yo.. sí- alza las cejas, viéndola incrédulo -, me.. me encantaría, de verdad.
-Entonces- deja un beso en sus labios, volviendo a dejar gloss -, vístete y vamos al piso- sonríe, acariciando la mandíbula de Fred -. Vamos a ver a Georgie...- se separa, agarrando su bolso para caminar hacia la cocina y cerrar la ventana antes de irse.
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