El pelirrojo baja poco a poco por su cuerpo hasta llegar a sus muslos, deja un rastro de besos hasta su ingle y ella jadea.
La chica agarra la tela de las sábanas con una mano, y con la otra toca el cabello de Fred mientras este besa sus muslos. Llega a su ropa interior y deja un beso áspero y el medio de sus bragas, la chica apenas puede abrir los ojos, el placer la nubla, sin evitar que varios jadeos salgan de su boca.
Las manos de Fred se cuelan en sus bragas, las baja con lentitud, ella quita la mano de su nuca y se decide a mirar lo que él hace. Tira sus bragas lejos de la cama, se quita la camisa y mira hacia ella.
Puede ver lo húmeda que está, sus piernas están abiertas, permitiéndole a él que estuviera en medio. La chica se incorpora para acercarse y tomar la hebilla del pantalón del chico, con la ayuda de él, se los quita, quedando solamente en unos bóxers grises que tenían una pequeña mancha húmeda.
El pelirrojo la obliga a tumbarse de nuevo, se coloca entre sus piernas y se agacha para poder besarla. Las manos de Fred recorren sus muslos, rozando a veces su parte más íntima. Ella se dedica a meter la mano en sus bóxers, notando lo duro que se encuentra, comienza a hacer leves caricias marcando un ritmo suave pero intenso.
Aún unidos en el beso, la chica comienza a bajar la ropa interior de Fred, el chico se aparta y la ayuda para tener más facilidad. Una vez completamente desnudo, se inclina hacia ella para volver a besar, pero algo lo hace jadear. La punta de su miembro roza la resbaladiza humedad de la chica, el acto causante del jadeo de ambos hace que la chica muerda su propio labio.
El Weasley mira hacia su izquierda, sin necesidad de apartarse de ella, se acerca ágilmente a la mesita de noche y abre uno de los tres cajones. Agarra un pequeño envoltorio y vuelve a cerrar el cajón.
Ylenia puede darse cuenta de que se trata de un preservativo muggle, así que sube sus caderas, haciendo más roce entre sus intimidades, así provocándolo.
Fred abre el preservativo con cuidado de no romperlo, procede a colocárselo para luego acercarse de nuevo a la feminidad de la Lupin.
Ambos gimen cuando Fred entra completamente. Ella, aunque ya lo había tenido muchas veces dentro, nunca se acostumbraría al peculiar tamaño del chico. La castaña aún lleva su jersey amarillo, así que el pelirrojo mete una de sus manos y comienza a acariciar uno de sus pechos, así dándose cuenta de que no lleva sostén.
Se inclina para besarla mientras entra y sale con movimientos ágiles que se van volviendo más duros con el tiempo, y a la vez acaricia uno de sus pechos, pellizcando el pezón, ocasionando más excitación en ella.
-Fred...
La castaña disfruta de sus movimientos mientras lo besa, enrolla las piernas en su cintura, así ayudándolo con los movimientos y el ritmo.
Después de unos minutos, él acaba, dentro del preservativo, sigue con los movimientos para que ella pueda terminar mientras besuquea su cuello, mirando varias marcas que le había hecho hace unos momentos.
Ylenia gime, alcanzando el climax de la forma más placentera posible; con los labios de su pelirrojo besando los suyos.
✩✩✩
La luz entra por la ventana, haciendo que ella apriete los ojos y los vaya abriendo de a poco. Y por el puto Dios.
No sabía como agradecerle a Merlín ese despertar tan... ¿precioso? ¿bonito? ¿perfecto? No sabía como describirlo, pero simplemente, despertar desnuda, con Fred al lado de la misma manera.
Se pone de lado para poder observar a Fred, que sigue durmiendo plácidamente, con una mano enrollada en la cadera de ella.
No puede evitar sonreír como una jodida estúpida al ver como las pecas resaltaban en su rostro. Se acerca, dejando un suave beso en sus labios, quita la mano de Fred con cuidado de no despertarlo y se sienta en la orilla de la cama.
Frota sus ojos, no tiene preocupación ya que no lleva máscara de pestañas. Bosteza, y se levanta de la cama. Busca su ropa interior, hasta que la encuentra. Sacude sus bragas y se las coloca, camina por la habitación en busca de su sostén, el que Fred había tirado por los aires antes de echarla en la cama.
Y se ríe al ver donde estaba. El sostén se encontraba justo en el marco de una foto familiar, y no pudo evitar que una risa se le escapase. Después de ponerse el sostén, mira su reloj de muñeca, dándose cuenta de que ya era casi medio-día. Se rasca el cabello al acordarse de lo que tiene que hacer a la hora del almuerzo.
Agarra su ropa, y antes de ponérsela se decide a buscar una hoja de papel para escribirle una nota a Fred antes de irse.
Encuentra un papel doblado en uno de los cajones, agarra un bolígrafo muggle del escritorio y abre la hoja para escribir una pequeña nota, pero algo se lo impide cuando ve el contenido del papel. Al parecer no estaba en blanco, y tampoco pertenecía a Fred.
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"Hola, Gin.
¿Cómo estás? Supongo que preocupada por Harry, Ron y Hermione. Yo también lo estoy, créeme. Ahora que terminé Hogwarts, puedo irme al Londres Muggle para hacer lo que quería, lo malo es como se lo tomen mis padres. Se que mi mamá no se lo tomará mal, ella siempre me dijo que hiciera lo que quisiera, y así fue. Remus más de lo mismo, pero se que le costará más separarse de mi y aceptar que ya no viviré bajo su techo. En fin, es todo lo que tengo para contar.
¿Hiciste lo que te pedí? Es muy importante para mi que cambies todas las semanas —————————— una de las que te di. Por favor, no lo olvides hasta que ya no quede —————————————————. ¿Cómo están Molly y Arthur?
Besos y abrazos para todos, todo estará bien.
Te quiere, Ylenia Lupin."
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Exactamente, era la carta que ella misma le había mandando a Ginny hace meses. ¿Por qué la tenía Fred? ¿Y por qué había trozos en blanco?
-Hey.
Una voz la saca de su trance. Rápidamente dobla el papel y lo guarda en su sostén, se da la vuelta y suspira.
-Preciosa, ¿qué haces?- Fred habla de nuevo, esta vez ella puede ver su sonrisa.
-Estaba buscando un papel para dejar una nota antes de irme- contesta, aún con la ropa en su mano.
-¿Y la encontraste? Ven aquí.
La chica camina hacia Fred, él, que esta en la cama, se levanta, sólo con los bóxers.
-No- dice -, no encontré nada...- el pelirrojo coloca ambas manos en su cintura y la acerca a él con descaro. Lo que hace que ella suelte la ropa en la cama.
-¿Y dónde ibas?
-Pues... tengo cosas que hacer- la chica sonríe, y Fred se relame los labios con la misma sonrisa.
-¿Qué tienes que hacer?- pregunta, mirando esos ojos café que tanto le gustan. Alza una de sus manos a la altura de su rostro y coloca un mechón de cabello detrás de su oreja.
-Tengo que ir a casa de mis padres- dice, enrollando los brazos en el torso del chico. Se acerca y deja un beso en su pecho, después mira hacia arriba para verlo.
-Me gusta cuando miras hacia arriba.
Ella alza las cejas. Claro, sabía a lo que Fred se refería, no, no era algo tierno lo que quería decir Fred.
Pero no dice nada, solo se muerde el extremo de su labio inferior.
-¿Enserio tienes que irte?
Ylenia asiente -Almuerzo familiar en la casa Lupin- dice con un tono gracioso -. Llevo dos semanas sin ir a comer a casa de mis padres, tengo que ir- se pone de puntillas para poder llegar a su rostro. Fred no se mueve, pero ella llega a darle un corto beso en los labios -. Tengo que marcharme- La castaña se queda observando al pelirrojo, que parece estar en su mundo, mirándola a ella anonadado -. ¿Qué pasa?- pregunta extrañada - ¿Es por qué me voy? Podremos vernos otro día, es que tengo que...
-No, no- el pelirrojo la interrumpe al verla algo preocupada -, tranquila. Yo.. me quedé pensando. Tranquila, ve y haz lo que tengas que hacer, podemos vernos a la noche, ¿quieres?- coloca la mano en el cierre de sus sostén, y cuando va a desabrocharlo, ella hace un ademán de alejarse para que no lo desabroche, evitando que se caiga la carta que tenía ahí.
-No, es que esta noche no puedo- la chica se separa del abrazo, haciendo una mueca de lástima -. Tengo una cena con mis compañeros, y no quiero faltar, la verdad. Si quieres vamos hablando... George me dijo que habéis puesto un teléfono fijo muggle aquí, ¿no?- el mayor asiente, con el ceño levemente fruncido -. Entonces, vamos hablando por ahí, y ya quedamos en vernos o.. lo que sea.
-Bien, claro- Fred asiente.
-Perfecto- la chica agarra su ropa y comienza a vestirse, el pelirrojo se pone unos pantalones cómodos que había sobre el escritorio, y cuando ella va a abrir el pomo de la puerta, Fred tira de su muñeca para que vuelva hacia él.
La Lupin cierra los ojos al sentir los labios de Fred estamparse contra los suyos. Deja que el beso fluya, soltándose de los nervios y la impaciencia de ese momento. Coloca una de sus manos en la espalda de Fred y acaricia levemente la piel, haciendo que la piel de él se erice.
El pelirrojo coloca una de sus manos en el cuello de Ylenia, acariciando su mandíbula con el dedo pulgar mientras siente como su corazón se acelera más con los segundos.
Ylenia se separa, aún con los ojos cerrados suspira, para abrirlos y mirar al chico que tenía enfrente.
-Enserio me quedaría, pero tengo que irme..
-Lo sé- cierra un segundo los ojos mientras niega con la cabeza -, tranquila, vamos- se adelanta y abre la puerta de la habitación para que ella salga primero.
-Gracias- susurra, caminando por el pasillo hasta llegar a la sala, mira el ventanal de la cocina y distingue a George allí.
-Yle, buenos días- dice el desorejado, alzando las cejas mientras tomaba un sorbo de su taza -. ¿Quieres desayunar?
-Buenos días, George- sonríe amablemente y Fred se pone a su lado -, llevo prisa, pero gracias igual.
-¿Ya te vas? Esta es tu casa- dice el gemelo menor -, ya lo sabes.
-Sí, ya me voy- dice, danzando su mirada entre ambos Weasley -. Tengo que ir a casa de mis padres.
George asiente -¡Saludos a Remus!- se asoma por el ventanal que da de la cocina al salón, dejando medio cuerpo fuera.
Ella asiente sonriendo, nota la mano de Fred en su espalda, y la ex pareja se da la vuelta para ir hacia la puerta en busca de más intimidad ya que, George oía y veía todo.
-Gracias- dice la chica.
-¿Gracias?- pregunta él, extrañado -. ¿Gracias por qué o qué?
-Por dejar que me quede esta noche.
-Merlín, gracias a ti- sonríe y apoya la mano en la puerta principal del piso -. De gracias nada, Yle.
-Yle- repite ella, soltando una risa -. Hace mucho que no me llamabas así- Fred asiente -. Bueno... será mejor que me vaya ya.
El pelirrojo asiente por segunda vez y abre la puerta, ella sale, quedándose en la entrada, y él se acerca, se inclina y deja un beso duradero y suave en sus labios.
-Hasta pronto, bombón- susurra haciendo que su aliento choque contra su barbilla y se aparta.
-Hasta pronto...- ella se aleja, pero se da la vuelta de nuevo cuando escucha su voz otra vez.
-Saluda a Remus, Tonks y a tu abuelo de mi parte.
Ylenia se muerde el labio inferior, reprimiendo una sonrisa tonta.
-Sabes que no lo haré.
El mayor asiente, con una sonrisa entusiasta en sus labios, viendo como ella se daba la vuelta y se iba. Pasan unos segundos y vuelve a entrar al piso, dejando caer su espalda en la puerta.
Observa la casa, y se da cuenta de que alguien lo esta mirando. George, que tiene una sonrisa vacilona en el rostro se ríe, haciendo que Fred sonría negando con la cabeza.
-Que fuerte- dice el menor -, increíble- sale de la cocina y va detrás de su hermano, que camina por el pasillo -. ¿Así que habéis vuelto?- pregunta, sin obtener respuesta -. ¿No habéis hecho nada, o es que por primera vez en vuestra vida os habéis dignado a poner los hechizos? Lo digo porque no he escuchado ruidos ni nada por el estilo esta noche.
-¡George!- Fred lo frena - No, no hemos vuelto- dice -. Pero ojalá y pase pronto- pone la lengua en su mejilla y suspira -. ¿Tu que crees?
-Pues es obvio que nada ha cambiado- dice -. Os he visto igual que hace un año, solo que tu no estabas tocándole el culo o cualquier parte del cuerpo ni estaban tan pegados, pero vaya, aparte de eso, sin diferencia.
-No sé- Fred abre la puerta de su habitación -, necesito pensar- cierra la puerta en las narices de George, causando que él se queje.
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N/A: Hola, ¿cómo están?
Me gustó este capítulo.
•¿Qué piensan?
•¿Se dará cuenta Fred de que la carta no está?
•¿Que hará Ylenia con la carta?
•Se acerca la navidad ...