N.A: Finalmente llegamos a los merodeadores. Además, la imagen se utilizará como referencia más adelante. Usé a Ben Barnes porque es el joven Sirius negro que todos merecemos en la serie Merodeadores. Quiero un día con la estrella lobo y la reina y ABBA amando a Sirius. Entonces, ¿por qué no usarlo para el reclamo facial?
Punto de vista de Belladonna:
Tres días después del verano, mi maldito idiota de padrino decidió arruinar mi plan y escapar de Azkaban. Tuve que quedarme con los Dursley todo el verano. Es espantoso, el primer día intentaron tratarme como una esclava y mantenerme dentro para que no pudiera ir a comprarme más comida. Eso se detuvo rápidamente cuando llamé a Tibbles. Quien estaba muy enojado al saber que estaban tratando de hacerme daño y los amenazó. Fue muy gracioso verlos acobardarse ante alguien tan pequeño y amable como Tibbles. Tuve que admitir que no me gustaría estar en el lado malo de Tibbles, pero es tan dulce que es difícil tenerle miedo. Desafortunadamente, tuve que pagarles para que no contactaran a Dumbledore y que me mantendría al margen.
La hermana de Vernon vendrá esta noche y he aceptado comportarme de la mejor manera, pero los chantajeé haciendo que Vernon firmara mi formulario de viaje a Hogsmeade. Vernon había intentado salir de eso, pero cuando amenacé con no cocinar la cena cedió. Todos sabíamos que era mejor cocinera que Petunia, como me habían obligado a hacerlo antes de Hogwarts. Petunia no había cocinado desde que yo tenía tres años y no había sido buena en eso antes. Tanto Vernon como Dudley han perdido peso desde mi primer año, creo que se debe a que no quieren comer la comida de Petunia, no a su estúpida dieta. Estoy en mi habitación haciendo algunos deberes y escucho que el auto se detiene. Rápidamente ordené mi tarea y le agradezco a mi suerte que estaba usando tinta de secado rápido. Lo guardo en el armario y me preparo. La escucho bajar las escaleras llamando a Dudley y ese estúpido perro ladrando. Esta será una visita larga.
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Acabamos de terminar de cenar y yo estoy lavando los platos. Como de costumbre, Marge ha bebido demasiado y se queja de lo ingrata que soy. Aparentemente, debería estar elogiando a todos por permitirme estar en su presencia y para las necesidades humanas más básicas. Realmente el hecho de que me acogieran y me dieran refugio y comida suficiente no haría que me hospitalizaran. Eso es algo por lo que estar agradecida. Increíble esto, supongo que debería llamarla mujer. Si hubieran sido buenas personas, no me hubieran golpeado, pero debería estar agradecida de que no me dejaron en la calle ni me entregaron a una casa. Aunque ambos hubieran sido mejores.
Lo estaba haciendo bien ignorándola. Pensé que era difícil cuando insultó a mi padre y yo había mantenido la calma lo mejor que pude, pero no puedo soportar a mi madre ya que en realidad no estoy relacionado con estas personas. No debería tener que lidiar con esto. Marge solo tiene que seguir adelante. "Algo le pasa a la perra algo le pasa al cachorro."
"Cállate maldita idiota. No sabes nada sobre mi madre o cómo era ella. ¿Cuándo la conociste?" Pregunto, golpeando el plato en el fregadero dándome la vuelta sin importarme si se rompió.
"¡Cállate!" Vernon me sisea.
"No Vernon. Quiero escuchar esto." Marge le dice, acariciando su mano mirándome intensamente. "¿Qué crees que tu madre era mejor que una borracha? Después de todo, así es como murió, borracha en un accidente automovilístico porque era una inútil." Ella se burla de mí.
"Bueno, supongo que tienes eso en común." Digo con una risa sin humor. "Visto como usted mismo es una perra inútil. Tiene sentido por qué su perro es tan maníaco." Continúo con una mueca de desprecio. "Algo le pasa a la perra algo le pasa al cachorro. ¿Verdad, Marge?" Sonrío ante la expresión de horror de su rostro.
"¿Cómo te atreves a hablarme así, pequeña ingrata-" Pero ella se corta cuando comienza a explotar. Me di cuenta de que mi ira se había apoderado de mí, pero no me importa. Así que corro escaleras arriba y recojo las cosas mínimas que aún no están en mi baúl y dejo salir a Hedwig. Sabía que era una buena idea mantenerme la menor cantidad posible de cosas mágicas para poder viajar ligero ahora. Bajé corriendo las escaleras con mi baúl detrás de mí y la jaula de Hedwig encima. Con suerte, no tendrá muchos problemas para encontrarme más tarde.
Vernon intenta evitar que me deje en mi camino. "¡Oh, no, no lo harás! Vuelve allí y arréglala o ayúdame, ese armario se sentirá como un hotel de cinco estrellas." Me amenaza. Pero solo le sonrío y sostengo mi varita.
"Oh, sí, pruébame."
"Tú- tú no puedes hacer magia fuera de esa maldita escuela." Tartamudea.
"Ya tengo." Me encojo de hombros. "¿Por qué no seguir todo el camino? Matar a un hombre inútil." Apunto mi varita a su garganta con una mirada dura. "Ahora déjame irme." Vernon cede y se aparta del camino para que pueda irme.
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Estoy caminando por la calle enojado con esa perra estúpida. Estoy tratando de calmarme antes de volver al mundo mágico, no quiero desquitarme con nadie. Me siento en un banco y suspiro. Pronto escucho algo frente a mí y miro hacia arriba. Veo dos ojos amarillos y salto un poco. Pero mientras sigo mirando, sale a la luz. Veo que es un perro negro grande y, por lo que parece, se aleja de lo flaco que es. "Ven aquí, muchacho. No te lastimaré." Llamo al perro. Lentamente, el perro camina hacia mí. Y empiezo a acariciarlo sintiendo lo delgado que está a través de su pelaje, que está pegado con suciedad y mugre. Me siento mal por ello y decido traerlo conmigo. Después de todo, si Lee puede tener una tarántula y tal vez una serpiente este año, yo puedo tener un perro. "Sé que esto dará miedo, pero te sentirás mejor después." Le digo al perro, haciéndolo inclinar la cabeza como si estuviera confundido, pero es extraño que sea un perro. No me entiende, ¿verdad? Niego con la cabeza ante mis pensamientos y grito. "¡Tibbles!"
"Sí señorita." Tibbles dice, apareciendo a mi lado, asustando al perro. Tibbles mira al perro con una mirada extraña. Antes de que llame su atención.
"¿Puedes aparecernos a mi amigo ya mí aquí en un callejón cerca del caldero que gotea?"
"Por supuesto, señorita." Dice, ofreciendo su mano mientras toca mi baúl que tiene la jaula de Hedwig. Mientras me aferro al Perro.
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En cuestión de segundos, aparecimos en un callejón. Le agradezco a Tibbles antes de despedirlo por ahora, probablemente lo querré una vez que tenga una habitación. Recojo mi baúl y salgo del callejón, afortunadamente el perro me sigue fácilmente. Parece que la aparición no fue tan mala. Puedo ver el Caldero Chorreante a poca distancia cuando salgo del callejón y me dirijo rápidamente hacia él. Cuando abro la puerta veo que el lugar está en silencio ya que es bastante tarde. Al acercarme a la barra, me detiene un hombre con bombín. ¿Qué bicho raro se acerca a una jovencita en un bar a altas horas de la noche? "Ah, ahí estás Belladonna." Me saluda. "Nos tenías a todos preocupados. Soy Cornelius Fudge. Ministro de Magia."
"Oh, es un placer conocerlo, ministro." Miento, estrechándole la mano con una sonrisa.
"Bueno, ¿por qué no vamos a una habitación privada?" Dice, dirigiendo eso a Tom.
"Por supuesto, ¿necesitaría algo, ministro?"
"Quizás una taza de té." Sugiere mientras me lleva a una habitación. Nos sentamos con el perro al lado de mi silla. Está mirando al perro y, un momento después, entran unos bollos y una tetera con el fuego encendido.
"Bueno, Belladonna." Comienza a servir un poco de té. "Nos has tenido a todos en un buen lío. No me importa decírtelo. ¡Huir de la casa de tus tíos así! Había empezado a pensar ... pero estás a salvo y eso es lo que importa." Mientras unta un bizcocho con mantequilla, bebo un poco del té que me había servido. "Ahora le complacerá saber que hemos lidiado con la desafortunada explosión de la señorita Marjorie Dursley. Su memoria se alteró y ahora está bien. No recuerda el evento. Así que eso no está mal." Me dice antes de darle un mordisco al bollito.
"¿Qué hay de mi tía y mi tío?" Le pregunto, dándole de comer al perro un bizcocho, ya que no tengo mucha hambre, y me pregunto cómo reaccionaron cuando Marge tuvo que usar magia para curarla.
"Bueno, indudablemente estaban enojados." Empieza dubitativo. "Pero mientras aceptas quedarte en Hogwarts para Navidad y Pascua, ellos acordaron dejarte regresar en el verano."
"Eso no será un problema, siempre lo hago." Me encojo de hombros, sentándome suavemente y sorbiendo mi té para ocultar mi sonrisa.
"Bueno, todo lo que queda es dónde vas a pasar las últimas vacaciones." Dice Fudge, alcanzando el último bollito que me ofrece, pero me niego a dejar que lo tome. "Recomiendo quedarse aquí en el Caldero Chorreante." Le recordaría que técnicamente debería estar en problemas por hacer magia fuera de la escuela, pero si él no quiere mencionarlo, no se lo recordaré. No es necesario causar problemas innecesarios. Recuerdo que en momentos como estos yo era casi un Slytherin si no hubiera convencido al sombrero de lo contrario y esperar a hacerlo.
"Está bien, preguntaré por una habitación una vez que terminemos esta hermosa taza de té." Estoy de acuerdo, sonriéndole y él me devuelve la sonrisa ante mi fácil aceptación.
"Sólo una cosa, Belladonna. Mientras estés aquí y estoy seguro de que lo entenderás, no quiero que te vayas a vagar por el Londres muggle, ¿de acuerdo?" Pregunta pero no me deja contestar y sigue divagando. "Sigue en el Callejón Diagon. Y estarás de vuelta aquí antes del anochecer cada noche. Seguro que lo entenderás. Tom te vigilará por mí."
"Por supuesto ministro, después de todo, hay un asesinato suelto." Estoy de acuerdo con indiferencia, inclinándome hacia adelante para volver a llenar mi taza. "Sirius Black mató a 13 muggles, simplemente espantoso."
"¿Escuchaste sobre eso?" Pregunta con curiosidad, así que asentí. "¿Te preocupa eso?"
"No particularmente, quiero decir que es solo un supremacista sangre pura al que le gusta matar muggles, ¿verdad?" Pregunto, enarcando una ceja acariciando la cabeza del perro, casi un atrevimiento a no revelar la verdad. Uno que toma estúpidamente.
"Por supuesto, no hay nada de qué preocuparse." Se acuesta con una risa nerviosa que no ayuda por el leve rugido del perro que podría ser un gruñido, pero como estoy acariciando su cabeza, quién sabe. Fudge mira a su alrededor con nerviosismo antes de pararse de repente. "¿Por qué no voy a preguntar por tu habitación?" Sugiere irse rápidamente. Solo asentí con la cabeza sonriendo burlonamente tras el tonto sabiendo que iba a volver para lastimarlo. Mintiendo a un menor sobre el peligro en el que supuestamente se encuentra. Movimiento arriesgado.
Cuando regresa, dice que necesita irse para alguna reunión urgente del ministerio y no me molesto en recordarle la hora. Tom me muestra mi habitación e instantáneamente llamo a Tibbles. "Sí, señorita - ¡oh, Dios mío! Esta habitación no está en condiciones para que las señoritas y los señores se queden en ella." Ella deambula mirando a su alrededor.
"Por eso te llamé." Interrumpo antes de que pueda estresarse. "¿Podrías limpiarlo sin que sea obvio para que no me despierten sospechas?"
"¡Sí!" Ella chilla antes de dar la vuelta a la habitación murmurando. "Sí, Tibbles limpiará para la señorita Potter y Sir Black no puede dejarlos vivir así. Las viejas señoritas Potter llorarían-"
"¿Qué dijiste, Tibbles?" Pregunto cuando noto que el perro se congela por el rabillo del ojo.
"¿Perdón señorita?" Tibbles pregunta, volviéndose hacia mí.
"Dijiste, Sir Black. ¿Te refieres a Sirius Black?"
"Sí señorita." Tibbles asiente. Frunzo el ceño. "Bueno, pensé que la señorita sabía que ese perro es Sirius Black." Ella dice señalando al perro. Giro mi cabeza para ver al perro congelarse y me doy cuenta.
"Animago." Susurro antes de seguir adelante. "Vuelve." Ordeno con confianza. Después de una pausa, el perro se transforma y frente a mí está la forma demacrada de mi padrino.
"Bella, te prometo que no los traicioné." Me dice, levantando la mano para parecer tranquilo.
"Te creo, pude leer el testamento de mis padres el año pasado. Peter era el guardián secreto." Estoy de acuerdo. Suspira visiblemente aliviado. "Pero apestas absolutamente. Ve con Tibbles, que puede ayudarte a limpiarte y darte el tratamiento adecuado para que estés saludable." Sonrío y Tibbles se acerca y le toma la mano.
"Lo traeré de regreso mañana por la mañana joven señorita. Para que pueda hablar." Tibbles me dice y yo asiento. Una vez que se han ido y suspiro antes de decidir darme una ducha e irme a la cama.
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A la mañana siguiente subo a mi habitación después del desayuno y veo a Tibbles limpiando con Sirius sentado en mi cama. (N.A: imagen en la parte superior)
"Buenos días." Saludo haciendo que Sirius se ponga de pie.
"Te has vuelto tan grande." Comenta torpemente.
"Y casi has envejecido." Bromeo, haciéndolo jadear ofendido por mi comentario.
"Aún más guapo que todos los hombres." Discute, haciéndome reír. Nos quedamos en silencio y él suelta: "No escapé para matarte."
"Lo supuse." Digo, poniendo los ojos en blanco.
Me mira con curiosidad. "Estás mucho más tranquila de lo que pensé que estarías."
"Bueno, estoy un poco molesta." Le digo. "Mientras trabajaba en un plan para sacarte de Azkaban de manera legal." Le explico, golpeando su brazo.
"Está bien, OW." Afirma en voz alta. "Ahora, ¿cuál era este plan?" Él pide.
"No, una historia por un plan. Tú primero." Discuto. Él acepta a regañadientes y pasamos el día así conmigo ordenando el almuerzo y la cena en la puerta mientras Tibbles trae comida a Sirius. Sirius me cuenta sobre los eventos reales y cómo el artículo del periódico de Weasley lo ayudó a identificar a Pettigrew y cuál era su plan. A cambio, le cuento mi plan para él y mi abuelo.
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A la mañana siguiente, Sirius y yo desayunamos juntos. Cuando termina su comida, Sirius deja sus cubiertos y se vuelve hacia mí. "Belladonna, quiero preguntar. Cuando tu abuelo vuelva al estado mental adecuado. ¿Estás pensando en vivir con él o te gustaría vivir conmigo? Ya que eso es lo que se suponía que iba a pasar cuando James y Lily murieron." Me pregunta y puedo ver el nerviosismo en su postura.
Me quedo callada por un momento pensando. "No estoy segura. Solo te conozco un día. Tuve una conversación con su pieza del alma a fines del año pasado, pero eso no lo encuentra en su sano juicio. Tendré que esperar para decidir con quién viviré. Depende de él y de lo que él quiera también. Quiero tener una buena relación con los dos. Hasta que esté en su sano juicio, creo que podría vivir contigo." Me sonríe ampliamente.
"Genial, nos divertiremos mucho. Créeme, Bambi, te encantará."
"¿Bambi?"
"Oh, cierto." Él se ríe. "Como sabes, yo soy un animago, tu padre también lo era, era un ciervo, así que empezamos a llamarte Bambi después de que Lily nos hiciera ver la película." Sonrío suavemente.
"¿Puedes contarme más sobre ellos?" Pregunto. "Nadie me ha hablado realmente de ellos aparte del hecho de que tengo los ojos de mi madre."
"Por supuesto que puedo, probablemente haya álbumes de fotos en la antigua mansión Potter. Sé que Lily solía enviarnos todas las fotos que podía y poner todas tus fotos en una dentro de la mansión Potter, como era tradición." Sirius está de acuerdo. Así que enviamos a Tibbles a buscar algunos álbumes de fotos y pasamos el día recordando.
N.A: Espero que lo hayan disfrutado. A propósito, no les estoy contando su plan, ya que se revelará cuando finalmente conozca a su abuelo, cuando él tenga todas las piezas de su alma. Disfrutar.
N.M: Lamento mucho el retraso pero aquí ya tienen su capítulo y, como compensación, publicaré otro más.
Espero lo hayan disfrutado
Un regalo 💛🖤💚