Cuando te enamores de mí.

By angel1810

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Cuando Liana termina la preparatoria, sus padres deciden regalarle un viaje a cualquier parte del mundo. Sus... More

Sinopsis
Prólogo.
CAPÍTULO 1: Sobredosis de belleza
CAPÍTULO 2: Un mes con Theo (Editado)
CAPÍTULO 3: Una simple explicación
CAPÍTULO 4: Cuidando de Liana
CAPÍTULO 5: El muelle
CAPÍTULO 6: "Coricella" (Editado)
CAPÍTULO 7: Limoncello (Editado)
CAPÍTULO 8: Lista mental (Editado)
CAPÍTULO 9: Tócame
CAPÍTULO 10: El acantilado (Nuevo)
CAPÍTULO 11: Primo
CAPÍTULO 12: El robo
CAPÍTULO 13: Políticamente correcto.
CAPÍTULO 14: El silencio
CAPÍTULO 15: Brazos definidos
CAPÍTULO 16: La nueva niñera
CAPÍTULO 17: Fogata I
CAPÍTULO 18: Transparente
CAPÍTULO 19: Favor
CAPÍTULO 20: Alma
CAPITULO 22: No se lo digas
CAPÍTULO 23: El trabajo
CAPÍTULO 24: Gracias, Liana
CAPÍTULO 25: Hogar
CAPÍTULO 26: La bañera
CAPÍTULO 27: Trato hecho.
CAPÍTULO 28: Zángano
CAPÍTULO 29: El primero de muchos
CAPÍTULO 30: "Lovely"
Capítulo 31: Noche de helado I
CAPÍTULO 32: Tacones
CAPÍTULO 33: Lo que tú desees
Capítulo 34: Reglas
CAPÍTULO 35: Libertad
CAPÍTULO 36: Estrellas
CAPÍTULO 37: Tratos rotos
Capítulo 38: Desde Charlotte
Capítulo 39: La verdad

CAPÍTULO 21: La sesión

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By angel1810

Not: Aviso que está corto para que no pasen a la desilusión je.

THEO


—¿Por qué no quisiste la sesión en el muelle?

—Porque quería una sesión más... ¿casera? —responde Tristán, mientras ojea entre algunas fotografías de la pared. Se detiene en una en especial y la señala—. Oye, esta es buena. ¿Dónde es?

—Fue la primera que tomé en Charlotte, mi ciudad.

—Está preciosa.

—Gracias —digo, mientras camino hacia la cocina—. ¿Quieres algo de tomar?

—Vinito, por favor.

—No tengo vino.

—¿Y eso?

—Por Liana —le recuerdo.

—¿Y eso?

Me detengo para explicarle.

—No lo sé, me pareció raro tener alcohol  mientras vivo con una adolescente.

—Ay, hombre, eres su abuelo o qué —regaña.

Sonrío. No voy a entrar en discusiones con Tristán, es muy testaruda y puede que hasta termine de convencerme de algunas cosas. Y a estas alturas estoy demasiado débil mentalmente con respecto a Liana. Estoy seguro de que si ella me aconseja algo que implique besarla, caeré en la tentación como un idiota. 

Voy hacia la alacena y tomo unos snacks, luego saco un jugo de la refri y por último un par de vasos. Todavía tengo viejas costumbres de mamá. Ella siempre me reprendía si no le invitaba nada a mis compañeros de la escuela cuando venían a visitarme. Mamá valoraba mucho la amistad de las persona, en cambio yo no. En eso me parezco un poco a mi padre. El único amigo que le vi fue el señor Landon, y mi único amigo en ese entonces era Laslo. ¿Qué será de él?

Regreso a la sala con todo y lo coloco sobre el mesón.

—No sé tú —empieza a decir Tristán, mientras estira las piernas sobre el sofá—, pero yo como que noté un poco molesta a Liana cuando nos vio en la moto.

—Nah, te parece. Yo la vi muy a gusto con su amiguito el greñudo —hago fuerza para abrir la botella de jugo—. Qué tío para más idiota —digo, con voz forzada.

—¿Celoso? —pregunta sinuosa.

Sacudo la cabeza y empiezo a servir el jugo.

—¿De ese idiota? 

—Ahora lo llamas idiota, parece que mi amiguito está celoso. 

—Hemos venido a que te tome las fotos, no a que me hagas más polvo la cabeza. 

—Estás pensando indirectamente en un polvo —bromea. 

Me acerco a ella con el vaso y lo toma. 

Puede que sí, pero prefiero alejar esa idea de mi mente.

—¿Y cómo quieres las fotos?

Toma un sorbo de jugo y lo deja en la mesa de centro antes de empezar a hablar tan rápido que no le puedo seguir el ritmo. Sin embargo, claramente entiendo que está saliendo con un tío. Que ese tío es de Tinder y que quiere algunas fotos para su perfil. 

—Que te he dicho de las citas por Tinder. Ahí no hay nada serio, a menos que seas tú quien solo piense en un polvo —me acomodo en el sofá y tomo un par de snacks.

—Tu opinión ahora no es relevante —dice para después tomar su móvil—. Quiero que veas a quien sí es relevante. ¡Mira!

Miro la foto y apenas lo hago el rostro del tipo me da mala espina.

—Tiene pinta de estar casado, trabajar en esa mierdas de los negocios de seguros de vida y tener por lo menos tres hijos. Hasta te puedo decir el nombre de su perro: ¡Matt!

Tristán me golpea el hombro. 

—Deja de sabotear mi relación.

—Eso no es una relación, Tristán. Tú necesitas un hombre que te dé seguridad, no un viejo que se esconde tras la pantalla.

—Es porque vive en California, pero piensa venir en unas semanas de visita.

Tomo unos palitos de queso y me los meto a la boca. 

—¿En serio?

Ella asiente. Se ve muy ilusionada.

—No sé qué decirte —subo los hombros.

—Pues alégrate por mí, niño tonto.

—Como tu amigo y conciencia debo decir que tengas cuidado —la señalo un par de veces antes de comer más palitos de queso—. Y que quizás el amor está más cerca de lo que piensas.

—¿Por qué no escuchas tus propios consejos, eh?

—Te he dicho que no me hagas polvo la cabeza —gruño.

—¿Es que acaso no te movió nada de lo que han pasado?

Me quedo en silencio.

—¿Vas a decirme que no sientes nada por esa chica tan bonita? ¡Es preciosa! Serías un idiota si no le dices lo que sientes.

—Es que no siento nada —me coloco de pie y camino hacia el mesón. Luego giro y apoyo mi espalda en el borde de este. 

—¿Qué? ¿Qué?  —parece tan sorprendida como yo—. ¿No sientes nada por ella? 

—No —respondo tranquilo.

Ni con Tristán puedo ser verdaderamente sincero.

—Mentiroso —toma una almohada y la arroja hacia mí. La detengo y se la devuelvo, ella la esquiva muy bien.

—Recuérdame quien es el mayor de esta amistad.

—Tú, porque yo soy un espíritu joven dentro de un cuerpo de veinticinco años.

—Querrás decir veinticinco años desde que llegaste a Procida.

Me devuelve la almohada y esta vez me cae en la cara. 

—Idiota —me dice, entre risas.

—Iré por mi cámara, ¿me esperas aquí unos minutos?

—Hombre claro, no me iré hasta que me cumplas lo prometido.

Entro a mi habitación y busco algunos lentes en mi cajón que vayan acorde con el trabajo de hoy. Tomo mi cámara y me dispongo a hacer el cambio de accesorios. La tarea me trae a la mente a Liana. ¿Qué haría con ese pelos largos? Parecían muy entretenidos y hasta demasiado cariñosos. Ella llevaba la cámara colgada en el cuello y se veía feliz. Feliz hasta que me vio y toda esa felicidad se fue a un gesto malhumorado. Aún me sorprende cómo ha cambiado nuestra relajante relación. Todo era muy fácil antes, y ahora... es más complicado que la tabla del trece. Y se complicó mucho más ayer. Ojalá pudiera decir que no fue correcto y que nunca volverá a pasar, porque la verdad es que no he podido dejar de pensar en todo lo que pasó. Ni siquiera pude dormir. Me la pasé toda la noche pensando en ella. En que me hubiese gustado que fuera ella, pero a la vez no. Y que no puedo creer que la misma persona a la que veía hace unos años como una pequeña hermana, ahora se haya convertido en la misma que ahora deseo besar.

Salgo de la habitación aún con la vista en la cámara mientras intento hacerle unos ajustes a la configuración, decido entonces preguntarle a Tristán cómo le gustaría que empecemos.

—¿Qué tienes en mente para la sesión?

Solo escucho su voz mientras continúo en mi trabajo sobre la pantalla.

—Algo atrevido.

Frunzo el ceño.

—¿Atrevido?  —pregunto, todavía sin mirarla.

—Te dije que quería algo que lo impactara.

—Sí, pero tú eres una mujer gua... —levanto la vista. 

Mi mandíbula cae. Me giro de inmediato. 

Tristán está desnuda sobre mi mueble.

—¡¿Qué carajos, Tristán?!

—¿Qué? ¿Qué pasa? —cuestiona con frescura.

—¿Por qué estás sin ropa? —me coloco las manos en las caderas y trato de tranquilizarme. No quiero ponerla incómoda. No es que me fastidie el hecho de que se haya desnudado. He tenido que fotografiar chicas desnudas todo el tiempo. Solo que me pone nervioso que esté así en mi departamento, con la posibilidad de que alguien entre y malinterprete todo. 

—Para las fotos por su puesto. Esta tarde seré tu Rose y tú serás mi Jack, pero sin el sexo después de la sesión. No eres de mi tipo. Digo, estás chulo, pero no me gustas para eso. 

—Tristán —me quejo.

—Ya gira, Theo —me regaña—. No me siento incómoda. Te tengo mucha confianza. 

Tomo un respiro.

Giro. 

Está desnuda completamente. 

Sí, ya lo he dicho muchas veces. 

—Vale, empecemos con esta mierda —tomo un respiro y luego  mi cámara. 

—Así me gusta, que seas profesional.

Sonrío.

—¡Y no me mires las bubis!

—¿Qué? No te las estoy mi... —veo su sonrisa burlona.

—Era una broma, era una broma.

Voy a sonreír, hasta que me acuerdo de algo.

—Espera, Tris. ¿Le vas a mandar estas fotos a tu galón casado?

—Galán y no está casado —me corrige ceñuda.

—No lo sé, no me da buena espina. Te lo advierto.

Tristán se levanta del sofá y camina hacia mí con los brazos cruzados. Sin querer miro sus senos y quito la vista de inmediato. Se acerca y me toma del cuello de la camiseta.

—Quedamos en un trato.

—Sí, pero...

—Theo, por favor, eres mi amigo. 

—Y porque soy tu amigo no quiero que...

—Yo no soy una niña de dieciocho años. Sé cuidarme sola. No me voy a dejar engañar por nadie, descuida. Es todo es solo por diversión.

—Me queda claro, Tris, pero es mi deber cuidar de la gente que me importa y tú me importas. Eres la única que me ha dado una amistad verdadera desde que llegué aquí. Sabes todo de mí yo sé todo de ti. No puedo dejar que hagas algo estúpido y te expongas  a un tío del que no sabes absolutamente nada. 

Tristán se queda en silencio y pronto sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas. Se arroja hacia mí y yo me quedo estático y con las manos suspendidas.

—Ay, Theo, no sé qué haría sin tu amistad. Eres un cosito bien bonito.

Le doy toques en la espalda. 

—Tranquila, Tris. No te pongas mal, ¿de acuerdo?

—Es que algunas veces me siento sola y sin emoción.

—¿Emoción?

—Extraño enamorarme.

La abrazo. Se siente raro porque está desnuda, pero nunca vería a Tristán de manera pasional. A ella sí la quiero como una hermana mayor. 

—Extraño la sensación de sentirme querida —completa.

—Una vez leí en un libro que para sentirte una persona querida, no es necesario que exista alguien más, solo te necesitas a...

No termino la frase porque alguien abre la puerta. Y ese alguien es Liana Cooper.

***

**********************************************************************************

Nota de autor:

Este es un cap corto porque el fin de semana subiré otro, pero tenían que saber la perspectiva de Theo. 

Gracias por seguir aquí, poco a poco estamos creciendo y eso me hace jueliiiiz.

Comenten aquí qué tal les cae Tristán. Planeo cositas buenas para ella y otro personaje. 

Nos leemos en el siguiente cap.

Blessings.

Instagram: Valeriaarmasn




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