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Meses transcurrían desde que se reveló la identidad de Peter Parker como el hombre araña.
La policía y el FBI habían hecho hasta lo imposible por culparlo, pero era una lucha en vano; las pruebas de Nick Fury, testimonios y de más información clasificada habían demostrado que Peter era inocente de los cargos de homicidio. Y claro, con eso Ned, MJ, la tía May y Amelia eran inocentes también.
Sin embargo, no todo era color de rosas. A la gente de la ciudad no parecía importarle eso. Ellos querían un culpable, alguien a quien odiar y lo habían encontrado en Parker. Todo aquel que fuese amigo, cercano o que tan siquiera le dirigiese la palabra obtendría un sinfín de tormentos.
Amelia siempre mantuvo la confianza y actitud de indiferencia. Animaba a sus amigos a hacer lo mismo que ella, para evitar ser blancos de las amenazas de los otros. Era en vano. Mientras ellos más sumisos fuesen, las personas disfrutaban de su tormento.
Incluso en la cafetería de su familia, los ciudadanos se acercaban a insultarla cada que la veían atendiendo. La situación llegó a un punto crítico que los Cooper tuvieron que prohibirle a su hija mayor trabajar.
Su vida se había resumido en la escuela y cuidar a sus hermanas. Aunque las menores tampoco se habían salvado, también eran blancos para las masas. Cualquiera que tuviese el mínimo acercamiento a Parker, era un objetivo.
El crimen había incrementado, pero ya no había un Spiderman que los defendiese y ellos estaban bien con eso.
Era de noche en el hogar de Amelia, la pelirroja terminaba de acostar a sus hermanas quienes habían caído rendidas del cansancio.
Fue hacía su habitación y al cerrar la puerta se puso a llorar. Esos meses habían sido los peores de su vida. Si a ella le hacían daño por sus propias decisiones estaba bien, pero hacerle daño a su familia era otra cosa.
Unos ligeros golpes la hicieron mirar a su ventana.
Peter Parker, el enemigo público número uno yacía ahí.
-¿Qué rayos haces aquí?- Expresó Amelia abriendo la ventana, dejándolo entrar.-Mis padres te matarán si te ven aquí.-
-Lo siento, es que.. quería verte. Desde el interrogatorio no hemos hablado como quisiera. Y te extraño.-
-Y yo a ti Peter, pero es complicado...- La mujer cruzó los brazos.
-Lo sé, lo entiendo. Yo no quería esto... pero ahora todos lo saben.. Es que... esto no es sobre mí..- Se sentó en la orilla de la cama.- Está lastimando a muchas personas... -
-Es ... horrible, no entiendo ¿Porqué se comportan así? Tu les salvaste la vida en más de una ocasión.-
-Tampoco lo entiendo, quisiera hacerlo..- Suspiró.- Pero...-
-¿Pero?-
-Creo que he encontrado una solución.. He estado pensando como solucionar todo esto...-
-Peter, por más que todos lo quisiéramos. No hay solución para esto. Ya todos lo saben no pueden dejar de saberlo por un chasquido...-
-¿Y si hubiera una opción?- Peter sonrió, su expresión cambió. Y Amelia conocía esa expresión.
-¿Qué quieres decir? ¿Qué planeas?-
-¿Recuerdas cuando te conté de la batalla? ¿Cuándo regresé?-
-Si, lo recuerdo y sigo sin entender.-
-Amelia..- Peter se puso de pie.-Conocí a un mago, no un mago de los que hacen globos en el parque. ¡Un verdadero mago! ¡El que hizo esos extraños círculos con sus manos y nos llevó a pelea! –
-Peter baja la voz, mis padres..-
-Bien bien. Pero Amelia, si él pudo hacer todo eso... Él...-
-Él podría deshacer todo esto..-
-Podría hacer que todos olviden lo que ha pasado.-Ambos sonrieron. Amelia lo atrajo hacia ella, abrazándolo emocionada.
-Eres un genio Parker.-
-Lo sé.. lo sé.- Peter hundió su cabeza en el cuello de su amiga, estar cerca de ella le hacía sentir en paz. Extrañaba esa sensación, de estar en casa.
-Espera.. espera..-
-¿Qué?-
-Peter si hace que todos olviden que eres Spiderman... todos lo olvidarán...-
-Esa es la idea.-
-No no.. Peter escúchame..-Se separó de él.- Si todos lo olvidan, quiere decir que Ned, tu tía y MJ lo olvidarán..- Hizo énfasis en el último nombre.
-Y tu... Amelia tú lo olvidarías.-Ella asintió.- No no no. Tiene que haber otra forma.-
-No, si es lo que se puede hacer, tienes que hacerlo. A nosotros nos puedes volver a decir...-
-¡No! Quiero decir, todo lo que hemos vivido juntos... lo olvidarían. No es una opción.-
-Tiene que serlo, si es por el bien de todos. Es lo correcto Peter, deja de ser testarudo.-
Los dos se miraron por un largo rato.
-Amelia.. y si ¿Voy con el doctor Strange con ustedes?...-
-¿Qué?- dijo ella con un hilo de voz. Escuchar ese nombre hizo que se le fuera la sangre del cuerpo, sintiéndose como un fantasma o a punto de desmayarse. Y más por la insinuación de verlo en persona.
-Si, es el plan perfecto. Si ustedes están conmigo, no lo olvidarán. Me aseguro de eso y los demás lo olvidan. ¡Es perfecto!-
-No, no, no Peter.. Yo no.. yo no puedo ir allí.- Peter la miró confundido
-¿Por qué no?-
-Porque... no.. es un plan malo, terrible. Mejor haz que lo olvidemos todos.-
-Amy estas actuando extraño.- Ella apretó sus nudillos, intentando calmarse.
-No, lo siento Peter. Son los nervios, la magia.. debe ser aterradora..-
-Escucha.. no tienes de que preocuparte.- Peter acarició su rostro.- Nunca dejaré que nada malo te pase, siempre estaré ahí para protegerte.-
-¿Lo prometes? ¿Sin importar nada?-
-Si, lo prometo..-