Alguien tiene la enfermedad más conocida como celos.
Ainhoa.
Estaba un poco apenada de que se fueran tan pronto. Les había tomado cariño en el poco tiempo que pase con ellos. Entre más recuerdos comentaban sobre la vida que tuvieron viviendo aquí más en casa me sentí.
Casi como si yo hubiese estado desde siempre aquí. Con ellos.
Eran agradables, los tres, era una pena que no pudieran quedarse hasta navidad o año nuevo.
Claro que no se irían sin montar una buena fiesta de despedida. Gracias a Zac quien me conto que las mejores fiesta del instituto la daban esos tres ¿Qué mejor que una fiesta de despedida en su honor?
Aunque, Zac y yo tenemos un concepto de fiesta de despedida bastante diferente. Creí que seriamos nosotros y ellos, pero lo que me encontré nada mas Abby aparco frente a la casa de su novio fue una bomba de hormona y gente contra mi pequeño cuerpo.
¿Todas esas personas venían a despedirse de esos tres? ¿Qué eran? ¿Famosos? ¿Cómo cabía toda esa gente en la estrecha casa de Zac?
Por dios, era una locura.
Camine un poco embobada de la mano de Abby hasta que nos adentramos. Alguien me toco una teta, estoy segura.
—Se pintan o no pasan. —Nos detiene Zac con botes de lo que parece pintura fluorescente— Reglas son reglas Lex, no me voltees los ojos.
—¿Me ayudan a pintarme para que este idiota me deje pasar? —pregunto Lexie acomodándose el cabello por décima vez en quince minutos. De verdad que nerviosa estaba hoy.
Tome un poco de la pintura rosa y un te mi dedo meñique en él. Me decidí por sus piernas y con ayuda de ella le pude dibujar unas hermosas estrellas a lo largo de su muslo con una muy deforme luna en su rodilla.
En la otra le hice líneas de cualquier forma que sabía le quedarían hermosas.
Cuando terminamos nuestro trabajo Lex se voltea hacia Zac con altanería.
—¿Así está bien o quieres más?
Nuestro amigo niega ausente mientras le susurra algo en la oreja a su novia. Por otro lado Lex ya se adentra a la casa a paso decidido.
—Oigan par de babosos ¿no me ayudaran a pintarme a mí? —los reprendí un poco molesta de que se lo monten a mi lado.
Ellos sí que tenían las hormonas por todo lo alto y les gustaba hacerlo notar a donde quiera que iban.
El rubio alzo la cabeza en mi dirección mientras Abby le besaba el cuello y lo rodeaba con una pierna. Sonreí.
—Alguien de aquí me dijo que te dejara para él, parece que quiere pintarte con su pincel en zonas bastante prohibidas... amor por favor.
Apreté los labios para no soltar una risita al ver su cara de vergüenza y como intentaba taparte la clara erección que pudo ocasionarle la lengua de mi amiga.
Paseo los ojos por todo el lugar en busca de mi novio antes de toparme con los ojos de quien menos pensé. Desvió los ojos al instante.
Mi estatura era un claro impedimento para encontrarlo pero cuando finalmente lo vi él ya me había encontrado a mí.
Me sonrió desde el otro lado de la barra con un potecito pequeño y un pincel. Lo alzo en el aire mirándome y supe que esperaba por mí a que nos pintemos ya que de su brazos no había ni un poco de color.
Justo cuando daba un paso en la dirección de Liam una mano me tomo del brazo e hizo que me volteara.
—Noah.
Cerré los ojos. Hace mucho que no escuchaba mi nombre con su voz. Lo que antes hacía que mi estómago revoloteaba ahora su mera voz no me provocaba absolutamente nada.
—Josh ¿Qué haces aquí?
Lanzo una carcajada aun con su mano abrazando mi brazo.
—Es decir ¿Qué haces tú aquí? ¿Conoces a esta gente? —abrió los ojos como platos. Estaba un poco ebrio, de eso seguro— esos tres son de verdad increíbles joder, invitaron al equipo y nunca creí encontrarte aquí.
—Ya vez, a ambos nos sorprende ver al otro en esta fiesta —contesto con desdén.
—Lo sé —lanzo una nueva carcajada— te imagine en tu habitación con la cabeza enterrada en un libro gordo y aburrido. Aunque me alegra verte aquí.
Fruncí el ceño un poco molesta.
—Yo también se divertirme Josh, no es como si viviera en una cueva.
—De hecho lo es —intente zafarme de su agarre pero me fue imposible— realmente te ves hermosa hoy. Ven vamos a bailar,
—No, no creo que sea buena idea... —Pero él siguió insistiendo hasta llevar a un lugar a bailar— oye...
Mi voz fue interrumpida cuando me hizo girar hasta pegar mi cuerpo al suyo. Intente dar un paso atrás pero me tenía prisionera con sus brazos en mi cintura.
—Josh —advertí.
—Vamos no seas aburrida.
Dio el intento de volver a darme una vuelta en el lugar cuando a media vuelta alguien me tomo de la cintura con fuerza haciéndome dejar de tocar el piso con los tacones. Luego volví a sentir el piso bajo los tacones justo cuando los labios de Liam atrapaban los míos en un beso profundo y bastante hambriento.
Apreté los puños en su camiseta cuando me volteo la cabeza hacia un lado para meter la lengua más a fondo. Ahogue un jadeo cuando se separó un poco apretando los labios en los míos en un pequeño pico.
Luego volvió la vista al frente.
—¿Tienes algún problema con mi novia? —Josh abrió y cerró la boca sin dejar de mirarnos a ambos. Negó con la cabeza con sus ojos puestos en mí.
—¿Novia? —pregunto en mi dirección.
Encuadre los hombros, levante la barbilla y me acurruco más a Liam y respondí;
—Sí.
Luego se dirigió hacia Liam.
—¿Ella es tu novia?
¿Por qué tanta pregunta? ¿Y porque le sorprendía tanto que fuéramos novios?
—Si ¿a que es guapa? —dijo mirándolo fijamente tomando de mi mano y hacerme dar una vuelta con mucho más cuidado que Josh. Sonreí con suficiencia.— de verdad que es muy guapa —mordió su labio y me estrecho hacia él, su mano bajando hacia mi culo y los ojos de mi ex novio siguiéndola. Su otra mano viajo hacia mi cabello tomándolo en un puño y besándome con suavidad mis labios aun con los ojos fijos en mi ex novio quien a su vez apretaba tanto la mandíbula que podía escuchar el chirrido de sus dientes— Si no te molesta tengo que satisfacer algunas necesitas de mi novia —sonrió de lado— pero que sabrás tú.
Y así sin más Liam me llevo aun con una sonrisa en el rostro hacia una puerta. Al entrar descubrí que era el baño. Me dejo pasar primero y cuando le dio el cerrojo se volteó hacia mí con hambre en sus ojos.
Se me escapo un grito ahogado cuando me tomo de la cintura con fuerza y me sentó sobre el lavamanos. A penas mi culo toco la cerámica fría Liam me tomo de las piernas para dejarme justo en el borde y con demasiado impulso me hizo chocar contra su entrepierna. No pude articular palabra porque su boca ya devoraba la mía.
Gemí cuando volvió a tirar de mí hasta el borde y haciendo que mí entrepierna se pegara más hacia la montañosa en sus pantalones.
—No sabes —me beso cortamente— como —beso otra vez— disfrute lo de antes —beso con fuerza chupando mi labio interior— ¿alguna vez te dije que me encanta el diseño de este vestido?
—No —beso corto— no me lo dijiste...
—Pues ahora sabes cómo me pone ver la piel desnuda de tu vestido —presiono su erección contra mi entrepierna confirmando sus palabras— y más si sé que no llevas nada debajo.
Solté una risita mientras le besaba la manzana de su cuello.
—Lamento decirte que hoy si me puse bragas —soltó un gruñido— hacia frio.
—Pues quítatelas.
Alce una ceja.
—Quítatelas.
Mordí mi labio mirándolo fijamente, esos ojos color caramelo siguiendo todos mis movimientos desde que lleve mis manos debajo de mi vestido y me baje las bragas hasta que se las di.
Se las metió en el bolsillo.
—Bastante obediente de tu parte princesa.
—Es difícil decirte que no a ti.
Sonrió de lado.
—¿Puedo pintarte ahora?
Asentí.
La pintura era de un amarillo bastante chillón. Unto un poco la punta del pincel y comenzó a traer líneas desde mi clavícula, cuello, resalto mi escote y deposito un suave beso en mis labios cuando termino de hacer una estrella en mi pómulo.
De un momento a otro se arrodilló ante mí y por instinto cerré mis piernas.
—¿No crees que es un poco tarde para hacer eso? —Me miro desde abajo— abre las piernas princesa.
Trague duro e hice lo que me pidió. Su vista fija donde mis piernas se encontraban.
Con la punta del pincel hizo remolinos desde mi tobillo hasta la rodilla. Su cara de verdad mostraba concentración, pero creo que me equivoque cuando dejo el pincel y el potecito aun lado de mis caderas.
Se acercó más hacia mí y me tomo de los muslos para acercarme aún más. Me sujete para no caerme. Mi pecho subió y bajo a la espera.
Pronto sentí su lengua recorrer desde mi rodilla hasta mi centro. Enrede mis dedos en su cabello cuando su lengua caliente y húmeda recorrió mi sexo hasta atrapar entre dientes el clítoris.
Tape mi boca cuando hizo el movimiento que siempre me hacía gritar. Los gemidos siguieron y siguieron hasta que Liam hizo lo que quiso conmigo.
Liam.
Enrede ambas manos en su cabello follandole la boca como solo ella me lo permitía. En cada estocada chupaba un poco más fuerte y en cada lamida ella gemía más alto.
Estaba al borde así que tomando con dureza su cabello di fuertes estocadas chocando con su garganta. Sus ojos fijos en mí, tan inocentes y dulces. Gruñí más alto por su forma de mirarme.
Volví a mirarla desde arriba y fui más rápido cuando descubrí que no había apartado sus ojos de mí. Sus lágrimas desbordándose por la comisura de sus ojos.
—Princesa... ¿estás bien? —pregunte saliendo de su boca. Preocupado por mi brusquedad.
Ella trago con las mejillas sonrosadas.
—S-sí, sigue.
Iba a replicar cuando me tomo volviendo a metérselo a la boca y succiono. Entonces no me contuve y di estocadas hasta llegar a mi liberación así mismo como ella no se contuvo al mover sus caderas por toda mi boca.
Apreté el culo cuando me corrí. Cerré los ojos y la sentí tragar aun conmigo dentro. Luego me lo acomodo en los pantalones y se levantó tomándome de la nuca para besarme.
—Creo que deberíamos volver —hablo cuando tome con fuerza sus caderas esperando recuperarme para tumbarla en el suelo y follarmela.
Pero no aquí.
—Vamos.
Espere a que se arreglara el maquillaje, le di sus bragas y se las subió por los muslos. Cuando estuvo conforme con su aspecto la tome de la mano y salimos.
Se encendió tras de mi avergonzada cuando nos topamos de frente con Nick. Sus ojos viajando desde mi cabello alborotado a la puerta de la que salimos. Palmeo mi hombro al pasar.
—No te escondas Noah, es imposible no ver su cabello desde aquí ¿no estás muy cansada? Arriba hay una... ¡auch!
—Deja a mi novia tranquila.
Se mofo de nosotros siguiendo su camino. Ainhoa suspiro con alivio.
—Deberíamos ir a tomar algo.
Ainhoa.
Mi emoción fue clara cuando vi a Jimena un poco acorralada en la barra mirando todo el lugar con un nerviosismo igual o peor que exponer frente a una clase.
—¡Jime! —la llame apresurándome para llegar a ella.
Mis ojos no tardaron en escrutarla. Su blusa metálica junto a unos pantalones cortos negros y tacones de infarto.
Su cara se ilumino al vernos.
—¡Menos mal! Ya estaba pensando en largarme —dijo besando mi mejilla. Luego fue hacia Liam.
—La fiesta acaba de empezar ¿Por qué quieres irte tan pronto? –hablo Liam pidiendo una copa para los tres.
—¿Bromeas? Porque no conozco a nadie aquí, hay demasiada gente que creo que me moriré a falta de oxígeno, y eso no es lo peor ¿Qué clase de música es esa? ¡Esto parece un funeral!
Liam se rio dándole el vaso con alguna bebida azul, a mí una roja y él una negra.
—Esto no es México Jimena.
—¿De verdad? –bufo con sarcasmo.
—Lo que sea ¿bailamos?
Liam y yo compartimos una mirada.
—¿A quién le dices? ¿A Ainhoa o a mí?
Jimena rodeo los ojos.
—¡A ambos! Quiero bailar con los dos —alzo su vaso— tomémonos esto y vayamos.
Nos tomamos la bebida de un solo sorbo antes de que Jimena nos tomara a ambos de la mano y nos guiara hacia la pista. Liam saludo a alguien por el camino mientras ella avanzaba con ritmo y al encontrar un espacio vacío comenzó a moverse, y a alborotarse el cabello sin dejar de sonríeme.
Parecía que le gustaba bastante alborotárselo.
Moví la cabeza al ritmo de la música y Liam no tardo en unírsenos, incorporándose en medio de ambas.
Estuvimos bailando las menos tres canciones antes de que me dieran ganas de hacer pis y los deje en la pista.
Me asee y quite un poco el sudor de mis pechos y nuca antes de refrescarme y salir.
Y justo entonces me volví a topar con Josh. O eso me decía a mí misma porque me estaba esperando recostado frente a la puerta del baño.
Se acercó apresuradamente luego de cerrar la puerta.
—¿Es cierto? —inquirió con la respiración acelerada.
Apreté los labios. ¿No le quedaba claro aún?
—Sí, Liam y yo somos novios.
Abrió la boca casi como esperando que de mi boca saliera algo distinto a las palabras ya pronunciadas. Me miro por unos segundos con una mirada que no supe descifrar y luego fingió una sonrisa.
—Eso... eso está bien —soltó el aire contenido— aunque mucha suerte con eso —fruncí el ceño sin saber a qué se refería— no creo que a tus padres les agrade, no creo que sepa ganárselos.
Cruce los brazos.
—Ya los conoce —salto a la vista que no esperaba eso tampoco— y debo decir que les agrado bastante Liam, es más, creo que mi papá le dio esa palmada, ya sabes, esa la del hombro que hacen los hombres.
—Creí que no se hablaban.
Encogí los hombros.
—Las cosas cambian.
Sonrió completamente amargo.
—Como tú, no sé en qué exactamente pero algo cambio en ti.
Suspire queriendo haber postergado cualquier enfrentamiento con él. Lo cierto era que no quería tener nada que ver con el ahora.
—Las personas también cambian, es algo impredecible. Oye tengo que volver.
—¿Podríamos... podríamos salir uno de estos días a tomar un café o algo? —Alce una ceja exigiendo respuestas— ya entendí que te perdí por completo pero... no me gustaría que las cosas estén mal entre nosotros. Yo te deseo lo mejor con el... —su sonrisa flaqueo.
—Lo pensare —respondí pasando por un lado.
—Llámame, estaré esperando.
Volví con Liam y Jimena con un sabor amargo en la boca. Tarde me di cuenta de la cercanía de ambos dos cuando vi como la morena intentaba pegarse más a mi novio y Liam riendo nerviosamente.
Trague duro sintiendo el cosquilleo en la yema de los dedos y fui al rescate de Liam.
—¡Hey! ¿Crees que deberíamos ir por algo de beber nosotras dos? —llame su atención interponiéndome entre ellos y jalando bien lejos su mano del hombro de Liam.
Ella me miro sonrojada y asintió.
Liam saludo a alguien cerca de la barra quedándose junto a él. Me giño el ojo, luego a Jimena.
Ella se dio la vuelta hacia mí mordiéndose el labio y con una emoción ante la atención que le acaba de dar mi novio.
—¿Qué hay con ese chico? está muy sexy —suspiro— me pregunto si es tan bueno en el sexo como en el baile.
La sangre comenzó a calentarse por dentro de mi cuerpo hasta que me entumeció todos los sentidos y no me pude contener.
—¿Si no? Es muy bueno en la cama —respondí con sarcasmo.
Jimena volvió a mirarme luego de lanzarle otra repasada a mi novio.
—¿Qué te pasa?
Apreté la mandíbula cuando Liam volvió a giñarle el ojo y él se mordió el labio. ¿Por qué demonios hacia eso?
—Lo que pasa es que ese chico es mi novio, y no me gusta como lo estas mirando —volvió a comerse a Liam sin ningún descaro. En un impulso le tome la mandíbula con la mano y la acerque a mí— Te estás pasando de la raya ¿Qué hacemos?
—Ainhoa... —pronuncio mi nombre apenas, deduje que por lo fuerte que la estaba tomando.
—Porque si me lo vas a seguir mirando con esos ojitos no me va quedar de otra que comenzar a quitarte las pestañas una por una. Y te aseguro que yo muy pocas veces me enfado.
Parpadeo sorprendida.
—Yo...
¿Por qué repentinamente me habían bajado estos celos? No sé si era su mirada o algo pero no me gustaba lo que estaba intentando insinuar.
La tenia sujeta tan cerca que era tentador.
Iba a hablar cuando corto el espacio entre nosotras y el mero toque de sus labios calientes contra los míos hizo que me alejara alarmada.
Trague duro mirándola casi queriendo golpearme el estómago por lo que había sentido con ese pequeño toque de labios.
—Escucha, lo siento —comenzó— pero nadie me dijo que ustedes eran novios ¿Cómo iba a saberlo? Ni siquiera los he visto darse un beso. Liam es un chico atractivo ¿de verdad crees que no me lo querría coger si se comporta tan amable conmigo?
Ojala Liam no hubiera sido tan amable. Ahora me sentía avergonzada.
—Creí que lo sabias y lo hacías a propósito.
—¡Pues claro que no lo sabía! Dios que vergüenza, lo siento tanto.
Me sentí un poco mal, solo un poco.
—Tranquila, no es nada.
—Oye sobre el beso...
Mi cuerpo se alarmo de inmediato y agradecí que Liam hiciera acto de presencia en ese momento porque no sabía que responder.
—¿De que hablaban? —pregunto mirándonos.
Yo me sentí por completo enferma.
—Nada, cosas de chicas.
Asintió enredando una mano en mi nuca y atrayéndome hacia él. Enredo su lengua contra la mía y me saboreo un momento antes de alejarse. Luego se puso a la altura de mi oreja.
—Recuerda nuestra conversación. Que estar conmigo no te impida experimentar.
Me mordí el labio mirando de reojo a Jimena quien a su vez me miraba con ojos penetrantes y me decidí por hacerle caso a mi novio.
—Iré a buscar a Logan, quiero ver su cambio de look.
Asentí sin prestarle atención.
Y entonces sin pensarlo me baje de la silla en la que estaba, le tome el cuello a Jimena y presione mis labios a los suyos. Solo un toque.
Paseo la vista de mis ojos hasta mis labios y luego sonrió. Y entonces ambas nos acercamos y le permití que me acariciara los labios. Quiso profundizar el beso, y me dio miedo.
Me aleje volviendo a sentarme fingiendo una sonrisa al tiempo en que mis ojos iban en dirección a Liam y desee haberlo detenido cuando dijo que iría con Logan.
Porque Logan se estaba besando con Lexie, y había un muy colerizado Liam a su lado observando.