Mini maratón 1/4
El delgado cuerpo del Omega temblaba con ligeros espasmos, sus manos aferradas a la camiseta de su Alfa mientras este lo mantenía pegado a su pecho en todo momento tratando que con su calor y aroma pudiera calmarse.
-¿Dónde estamos? -Preguntó Jisung viendo entre las capas de lágrimas en sus ojos a alrededor, aquellas calles de alto edificios residenciales no le eran familiares.
-Vamos a mi casa. -Respondió MinHo arrullándolo cuando entrar al ascensor y este comenzó a subir a la plana seleccionada; Jisung alejó su rostro para verlo asustado.
-Tú vives con tus padres. -En su celo habían tenido que ir a un hotel, pues ninguno tenía casa propia. Y aunque Jisung se moría por conocer a sus suegros, sabía que esa no era la mejor situación. No después de tener a flor de piel los recientes actos de sus padres; sentimientos encontrados lo bordeaban. Decepción de su padre Alfa por pegar a su novio, de su padre Beta por hablar así de su cachorro y de su madre Omega por simplemente haberle soltado la bomba y no ayudarle. De igual modo estaba irónicamente y absurdamente feliz porque su padre Alfa quisiera proteger su corazón, que su padre Beta se preocupe por las que eran sus metas de vida hasta ese momento y porque su madre Omega creyera que era lo suficientemente maduro como para lidiar con todo aquello él solo.
-No pasa nada cariño. -Susurró el castaño en su oído, volviendo a pegarlo a su pecho y besando su corinilla con fuerza pero delicadeza.
-Pero es que... -Jisung se calló, no sabía ni como refutar, no tenía energías para ello.
-Estoy aquí contigo, con vosotros. -El Omega sonrió entre las lágrimas y se dejó guiar hacia uno de los pisos, MinHo abrió la puerta y un aroma hogareño invadió sus fosas nasales. Lo más fascinante y encantador era percibir una gran cantidad del aroma de su Alfa en cada rincón de ese apartamento. -¡Papá, Mamá! ¡Venir un momento!
Entre su flequillo ligeramente largo que caía sobre sus ojos, Jisung pudo ver a una pareja de dos hombres salir de lo que parecía ser la cocina. Uno de ellos era ligeramente más alto que el otro, tenía una cara fina y cabello castaño como su MinHo; el otro tenía mejillas regordetas, el cabello teñido de azul y un rostro mucho más serio e intimidante que el del más alto.
-Oh. -Escuchó un voz más dulce, provenía del hombre más alto. -¿Es Jisung? -Preguntó señalándolo. El joven Omega, a regañadientes, se posó frente a ambos adultos e hizo una reverencia educado; al elevarse y verlos a la cara una sonrisa involuntaria surcó su rostro al ver la felicidad brillar en ambos contrarios.
-¡Me encanta! ¡Es adorable! -Jisung se vio envuelto por un apretado abrazo por el Omega padre de MinHo. -Bienvenido a casa cielo, teníamos muchas ganas de conocerte. -Canturreó zarandeando a Jisung hasta sacarle una pequeña risa, importándole poco despeinar su cabello azul en el proceso. -Él es mi esposo y Alfa Seungmin, yo soy ChangBin.
-Es un placer Jisung. -Habló seguido el padre Alfa de MinHo, el castaño llegó junto al menor para volver a rodearlo entre sus brazos. -Lo que dice mi esposo es cierto, nos alegramos de que por fin hayas venido a vernos, pero algo me dice que no estás aquí por eso.
-Será mejor que nos sentemos y os cuento. -Expuso MinHo captando la atención de sus padres.
Más de una hora después los acontecimientos de nuevo estaban matando en vida a Jisung. Sus suegros, al contrario de sus padres, habían reaccionado demasiado bien. ChangBin lo había vuelto a abrazar y comenzado de forma absurda a dar consejos sobre el embarazo en un Omega macho, Seungmin se había puesto a llorar causando también el llanto en MinHo. Después de aquello vinieron las dudas, si sus suegros habían reaccionado tan bien y le habían ofrecido quedarse el tiempo que necesitara... ¿por qué sus padres no?
-Gatito. -Llamó en la oscuridad del pequeño cuarto a su Alfa, este se giró a verlo en la penumbra y se sentó a su lado en su cama. -¿Crees que papá y papi estarán enfadados para siempre? -MinHo debía sacar a relucir esa seriedad y madurez que siempre le había acompañado, siempre que no estaba con su adorado Omega,
-No le des más vueltas al asunto por hoy cariño. -Se inclinó y besó su frente. -Tú descansa por ti y por nuestro bebé, mañana pensaremos que hacer, ¿okey? -Jisung no dudó ni un segundo en asentir y confiar en su Alfa.
Mientras el pequeño Omega en cinta dormitaba entre el aroma y lugar predilecto de su Alfa, el mismo junto a sus padres debatía de madrugada en la cocina de su apartamento familiar.
-Hijo, sabes que debes hacer. -Dijo en un momento dado, tras un silencio espeso, ChangBin. -No creo que los padres de Jisung sean malas personas, tal vez solo estén asustados, sorprendidos
-Ahora mismo deben estar arrepintiéndose muchísimo de lo que han dicho y hecho. -Añadió Seungmin. -Tú tan solo sigue el plan, demuestra que eres digno de su hijo.
-Nosotros cuidamos a Jisung mientras. -Finalizó ChangBin.
-Gracias papá, gracias mamá.