La hora del segundo descanso no se hizo esperar. Los alumnos estaban hambrientos.
- Kenma, ¿vienes tú también? - le preguntó Ryo al verle quedarse en clase jugando.
- Tengo que esperar a Kuroo - respondió él.
- Venid luego si queréis - sonrió Rin.
Realmente se la veía mejor que antes, pero ¿qué sería lo que le había dicho Ryo para alegrarla?
Después el rubio y la castaña salieron de la clase de camino al comedor.
- Ya se te ve mejor - dijo Ryo al ver que la chica daba saltitos de alegría en la cola de la cafetería.
- ¿Cómo no se me va a ver mejor si voy a comer pastel de chocolate? - seguía contenta saltando, intentando ver el principio de la cola.
Ryo soltó una carcajada divertido y se asomó por encima de la gente de enfrenta tras darse cuenta de las intenciones de su pequeña amiga.
- Quedan 7 personas. Tranquila, que no te vas a quedar sin el pastel - rió a lo que la chica paró en seco y le sonrió.
- Gracias de nuevo, Takary.
- No me las des. No quiero que mi amiga esté mal. - se rascó la nuca avergonzado.
Mientras tanto, Kuroo había ido directo hacia la clase de Rin, Kenma y Ryo, pero al llegar allí, la chica ya no estaba.
- Kenma... - le llamó acercándose al teñido.
- Han ido a la cafetería. Han dicho que si queremos, podemos juntarnos luego - respondió este sin mirar al moreno, porque seguía concentrado en su juego.
- ¿Está con Takahashi?
- Si, la iba a invitar a algo de la cafetería, porque al llegar a clase estaba llorando - paró la partida para mirar al moreno.
Kuroo cambió su expresión de una seria a una preocupada.
- Necesito disculparme con ella. Kenma, ¿por la tarde sabes si va a hacer algo?
- Ha dicho algo de entrenar después del club - le informó el teñido recogiendo sus cosas
*Nota de autora: Como cuando Kenma es un cotilla/chismoso y escucha todo lo que pasa a su alrededor
- Bien, pues... la puedo acompañar y disculparme. - pensó el alto.
Ambos salieron del aula para ir a comer a la cafetería también.
Ryo y la castaña se habían sentado en una mesa para almorzar juntos.
- Creo que la parte de ciencias me va a costar menos, pero no sé si me apuntaré para la siguiente competición - dijo Rin.
- ¿Y la propuesta de ser capitana? - le preguntó el rubio muy interesado.
- Necesito más tiempo para pensarlo. De momento estoy viendo el trabajo que tiene Mai-senpai, y la forma en la que organiza todo. Así, aprendo a organizarlo también. - explicó ella antes de comer un pedazo del pastel.
- Yo creo que deberías aceptarlo. Estoy seguro de que harías un gran trabajo, y siempre te podemos ayudar nosotros. Hiro y Naoki seguirán en el equipo, y por supuesto, yo también. - se señaló a sí mismo con una expresión confiada.
- Y serás el subcapitán. - rió la castaña.
- No sería un gran problema en realidad - anunció el rubio.
Kuroo y Kenma se habían sentado a almorzar con el resto del equipo, pero el moreno no paraba de mirar a la mesa en la que estaba la castaña. Necesitaba disculparse, o la culpa le comería por dentro. "Ha llorado por mi culpa. Soy de lo peor."
- ¿Y cómo va Banri? ¿Le va bien en el colegio? - preguntó la chica. Sabía que Ryo siempre se alegraba de hablar de su hermano.
A veces Ryo le recordaba a su propio hermano en ese sentido, ya que ambos se alegraban mucho a la hora de hablar de sus hermanos pequeños. Ryo era un chico tímido, pero al hablar de Banri toda esa timidez se disipaba.
- La verdad es que le va muy bien. Me ha contado que ha hecho algunos amigos nuevos, y a veces va a jugar con ellos - le contó el rubio con una gran sonrisa en la cara. - ¿Sabes? Ban es muy distinto a mi yo de su edad. - admitió.
- ¿En qué os diferenciais? - preguntó Rin curiosa.
- Hace años yo solía estar solo, porque me daba miedo hablar con los demás niños... Me quedaba en un banco leyendo o haciendo cualquier cosa relacionada con las clases. Y los niños se reían de mí, porque era "don Solo Solito" o se metían conmigo porque "me creía demasiado guay como para estar con otros niños", aunque a mí solo me daba miedo. - recordó - En cambio, a Ban no le cuesta nada hablar con los demás, y hace muchos amigos. Me alegro mucho por él, pero a veces me preocupa que le pase lo mismo que me pasaba a mí... No quiero que se rían de él, ni que le peguen, ni nada... porque sé que yo no sería capaz de defenderle.
- Ryo - susurró la chica entristecida - ¿Quiénes eran esos niños malos? - se puso seria - Yo les enseñaré a meterse con otras personas. - hizo gestos de dar puñetazos.
El rubio empezó a reír.
- Bueno, ahora mismo no es algo que me preocupe. Sí, me sigue costando hablar con algunas personas, pero he conseguido hacer algunos buenos amigos. Ban, por otro lado, tiene amigos hoy y mañana ya no. Pasado tiene otros amigos y se repite la acción.
- No es por meterme contigo, pero al menos es un avance. Aunque le duren poco, tiene amigos a veces - analizó la chica. - Ya hará amigos de verdad, que le duren más tiempo. Al fin y al cabo, son niños. Los niños se enfadan y al rato se les pasa - sonrió levemente.
- ¿A ti te ha pasado? - preguntó el rubio.
- La situación es distinta a la tuya, pero una vez, cuando tenía once o doce años, un amigo y yo nos enfadamos el uno con el otro, pero al tiempo se nos pasó. Y hoy en día seguimos siendo buenos amigos - explicó ella.
- ¿Es Viktor-san? - preguntó el rubio
- De hecho, no. Con Viktor me enfadé más tarde, antes de volver a Japón. La primera vez fue con Yuri.
- ¿Por qué fue?
- Bueno... Yuri y yo somos muy competitivos, y durante un tiempo, tuvimos muchas competiciones. Y todo el mundo me felicitaba siempre que ganaba, y a él también, pero Yuri se sentía olvidado, abandonado. Así que se enfadó por mi "fama" - hizo el gesto de las comillas.
- ¿Él no ganaba tanto como tú? - preguntó Ryo.
- De hecho, siempre ganábamos los dos, pero él siempre lograba mayores puntuaciones que yo, asi que yo tenía envidia. Le consideraba mejor que yo, así que intentaba superarle, para que estuviera orgulloso de mí. - explicó.
- ¿Y qué pasó? - el rubio cada vez estaba más atento. Se estaba poniendo interesante.
- Al final, yo me enfadé porque nunca conseguía ganarle. Estaba enfadada conmigo misma, pero lo pagué con él. Y él se enfadó porque yo no pasaba mucho tiempo con él, porque estaba todo el día entrenando para superarme a mí misma. Me dijo que ya no seríamos amigos, porque yo era una egocéntrica y quería la atención de todos para mí.
- Pero ahora sois amigos, ¿no?
- Al tiempo lo arreglamos. Echábamos de menos patinar juntos y hablar de nuestras cosas... así que, tras explicar cada uno su versión, nos dimos cuenta de la realidad y resolvimos el problema. - sonrió. - Desde entonces, Yuri y yo hablamos desde el principio de nuestros problemas, sin esperar a enfadarnos.
- Es una bonita historia, pero sí es cierto que el problema fue tonto - admitió Ryo con una tímida carcajada.
- Pues ya lo ves, hasta yo, una persona sociable, tengo problemas con eso - rió la chica.
- Supongo que le irá bien. Es un buen niño. Se apañará - dijo Ryo.
Después de seguir hablando un rato bajo la atenta mirada de Kuroo, quien seguía preocupado por la chica, llegó el final del descanso y tuvieron que volver a clase.
Dos horas más y sería la hora del club. Rin agradeció que fueran horas de estudio, ya que así podría adelantar el trabajo necesario para durante el campamento.
Rin llegó a clase junto a Ryo, y alli se cruzó con Kenma y Kuroo.
- ¡Hola! - les saludó Ryo - Al final no vinisteis. - pareció entristecerse.
- Es que nos liamos hablando con los del club - dijo Kuroo para excusarse.
Rin por su lado se sentía incómoda por lo ocurrido con Kuroo horas antes.
- Kuroo, hasta luego - se despidió Kenma antes de entrar a clase, tomando a Ryo del brazo para arrastrarle hacia el interior con él.
- Bueno... Rin... Yo esto... - empezó Kuroo "¿Cómo debería empezar? ¿Qué le digo?"
- Recuerda pedirle a mi hermano los apuntes del viernes y del lunes. Si no quiere, yo le convenzco - sonrió - Debería entrar a clase ya. ¿Luego nos vemos?
- Rin - Kuroo se había quedado sin palabras. "¿Le había perdonado?" - Gracias, Rin. Por supuesto, luego nos vemos - se despidió antes de irse.
Rin entró a clase y Kuroo se dirigió al pasillo de tercero.
- Kenma - le llamó la chica.
- ¿Eh? - se giró
- Gracias por dejarme hablar con él un momento - hizo una pequeña reverencia.
- Yo no he hecho nada - se rió el teñido.
Rin le sonrió y se sentó a trabajar.
Las dos clases pasaron y la hora de los clubs había llegado. Rin y Ryo se estaban despidiendo de Kenma mientras recogían sus cosas.
- Hoy tenemos que darnos prisa, Rin. - le dijo Ryo poniéndose la mochila en el hombro. - Tenemos que acabar con la parte de Matemáticas, y Mai-senpai nos iba a repartir las partes de Análisis.
Rin cogió su mochila también y salió corriendo tras el rubio:
- Adiós, Kenma. Saluda a Kuroo - se la oyó decir antes de que salieran de clase. - Dile que luego nos vemos.
Una vez salieron por la puerta, llegó Kuroo.
- Hasta luego - se fue corriendo hacia el aula del club.
Kenma y Kuroo salieron de la preparatoria de camino a un parque cercano.
- ¿Sigue enfadada? - preguntó el moreno.
- Dudo que estuviera enfadada, pero sé que volvió a la normalidad tras el primer descanso y tras hablar con Ryo. - respondió Kenma mientras jugaba
- Ha venido a hablar con Mai - explicó Kuroo
- ¿Ivan no sabe nada aún?
- Lo dudo. Y Keito tampoco le ha sacado nada de información a Mai.
- Lev la veía bastante normal, cansada, pero normal. Eso me dijo cuando le pregunté. Y Tora dijo que creía que se estaba cansando de él. - Kenma dejó de jugar
- Rin nunca se cansaría de las tonterías de Tora, es más, ella siempre le apoya. Yaku dijo que a lo mejor se encontraba mal.
- ¿Crees que se está pasando con los entrenamientos del patinaje?
- Ivan no la dejaría... Se preocupa mucho por ella.
- Y tú vas y la gritas - rió Kenma.
- Estaba preocupado. Solo es eso. - respondió Kuroo triste - Realmente no quería gritarla. Solo saber qué le ocurría.
- Pues acompáñala al entrenamiento luego y lo habláis.
- ¿No te importa ir solo a casa?
- Iba a pasarme por la tienda de videojuegos para comprar uno nuevo, así que no me importa - dijo el teñido - Pero arréglalo - le ordenó con una expresión de cansancio en la cara antes de tomar su mochila y dirigirse hacia la estación de tren. - No quiero ser vuestro psicólogo.
Faltaban veinte minutos hasta que Rin saliera del club, así que pasó por una pastelería cercana para comprar unos croissants de chocolate y un par de cafés. Luego regresó al Nekoma para recoger a la chica de su club.
La vio salir junto a sus kohais de primero. Iba hablando con ambos sobre alguna cosa sobre su club.
- Rin-senpai, parece que te esperan - dijo Naoki al ver al moreno.
- Es verdad. - sonrió ella colocándose la mochila en la espalda. - Debería irme ya. Repasad bien lo que os he estado explicando, y seguro que os sale bien.
- Hasta mañana, Rin-senpai - se despidieron los de primero
- ¡Hasta mañana! - dijo ella mientras se acercaba a más velocidad hacia Kuroo.
- ¡Hola, Rin-senpai! - le guiñó un ojo.
- Kuroo... solo Rin, por favor - se sonrojó avergonzada.
- Está bien, señorita Rin. - le sonrió confiado. - ¿Qué le parece si damos un paseo? - hizo una reverencia tendiéndole la mano.
- Está bien. - sonrió ella.
- ¿Llevas todo lo necesario para el entrenamiento? - le preguntó mirando la qbolsa de deporte colgada en su hombro.
La chica llevaba un chandal distinto al del Nekoma, en este caso, gris con copos de nieve bordados en blanco. Llevaba su mochila en la espalda y su pesada bolsa de deporte al hombro.
- Sí, llevo los patines y ropa de entrenamiento. - miró la bolsa.
- Trae. Déjame ayudarte con esto - le quitó la bolsa para ponérsela en el hombro.
- Pero... - se iba a quejar ella
- Toma. Necesitas recargar energías para el entrenamiento - le dio uno de los cafés y la bolsa de croissants.
A la chica se le iluminó la mirada.
- Gracias, Kuroo - le sonrió muy alegre.
El aroma del café y de los bollos recién hechos inundaban sus alrededores. Cerró los ojos durante un instante para disfrutar al completo de esa sensación de felicidad.
- Espero haber acertado. La verdad es que no sabía cómo te gustaba el café - se rascó la nuca avergonzado. - Y como eso depende mucho de la persona... bueno, pues te he cogido el que más me gusta a mí... por si acaso.
Rin le miró confusa. "¿Qué café le gustará a Kuroo?". Dio un sorbo al vaso de cartón que tenía en la mano. "Café con leche, con un suave toque de vainilla y una pizca de azúcar. Nata con sirope de chocolate por encima. Tiene buen gusto, sí". Le miró de reojo y sonrió.
- Es ideal - le dijo en un susurro.
- ¿Seguro? - preguntó el moreno, feliz al haber acertado con su pedido.
- Vainilla o avellana con cacao. Es lo único en lo que vario. Está perfecto. - dijo antes de darle otro trago a la bebida de su vaso
Kuroo suspiró aliviado.
Caminaron un rato más en silencio, ya que ninguno se atrevía a articular palabra, hasta que Kuroo se armó de fuerzas para hablar.
- Quería decirte una cosa - cogió fuerzas para decir.
- Claro, dime - le miró asustada.
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¡Chan chan chan! Hasta aquí el capítulo de hoy.
¿Qué os está pareciendo la historia?
Quería que Ryo tuviese también un poco de protagonismo, porque creo que de momento no ha destacado mucho, pero es un personaje súper bonito y muy soft. Y en lo personal, me encanta escribir sus escenas. ¿A vosotr@s os gusta que aparezca?
Prometo que queda poco hasta que acabe la tabarra con los capítulos que introducen el arco del campamento.
Un abrazo a tod@s
⚡Rin⚡