STILL WITH YOU | taekook

By khaleesi_quinn

31.2K 3.4K 3.4K

Jungkook y Taehyung tienen una relación de hierro pero, ¿será invencible ante todo? No sé si ya me olvidaste... More

Nota de inicio
Part One. New Romantics
01. Do You Think It Makes Sense?
02. Embarrassed
03. Can You Turn Off Your Phone?
04. Look Here
05. Blank Kicket
06.01 Danger
06.02 Danger
07. Coffee
08. Who Am I to You?
09. Let Me Know
10. Rain
11. So 4 More
12. Born Singer
13.01 War Of Harmones
13.02 War Of Harmones
14. Killer
15. Dark & Wild
16. Hip Hop Lover
17. 2 Cool 4 Skool
18. No More Dreams
19. Path
20. We Are Bulletproof
21. Propose
22. Tomorrow

Prologue. Still With You

2.4K 183 239
By khaleesi_quinn

"Taetae" musita nuevamente, su voz ganando color. "Quie-quiero ir con Taetae"

Las cejas de Yoona caen junto con la boca que se abre en desconcierto. La sala permanece en el mismo silencio en el que ella se encuentra, todos mirando a Jungkook bajar la mirada y volver a sumirse en su mentalidad crítica. 

La mujer chasquea la lengua al verse derrotada pero, al ser experta en manejar el arte de la manipulación y la mentira, se las arregla para estirar una dura sonrisa en sus labios tensos y acariciar la mano de su hijo con suavidad.

"Está bien, mi vida" susurra y se inclina para besar el dorso de la mano. "Está bien..."

Mientras que Taehyung sonríe con delicadeza y un aura de alivio se trasmuta en su pecho.

Jungkook lo eligió a él, y él elegiría cuidar a su esposo todas y cada una de las veces en la que tenga la oportunidad. No importa los augurios que debía pasar, no importa si debía dormir un mes entero en aquel sofá duro, no importa si debía comer la plástica comida del hospital, no importa si debía luchar cada día para levantarse aún con el insoportable dolor en el pecho. Él estaría para Jungkook lo que dure la muerte de la última estrella que destella en el cielo.

Porque Jungkook valía la pena, valía toda la maldita pena.

Fue Jimin quien se acercó al pelinegro con una tenue sonrisa y le acarició la espalda con sutileza, dándole todo su apoyo a partir de ese toque.

"Debo irme, Tae" masculla y abre los brazos para envolver el cuerpo de su amigo y frotar la espalda ancha con su mano. 

Taehyung suspira y lo recibe con las cejas fruncidas y los ojos cerrados.

"Gracias por venir, Jimin"

El rubio se separa y le regala una última sonrisa cargada de sentimiento y esperanza que hace que el pelinegro alce las comisuras de sus labios por puro reflejo.

"Llámame cualquier cosa" lo condiciona, le palmea el hombro antes de separarse y girarse hacia la mujer sentada en la cama y hacerle una reverencia. "Hasta luego, señora Jeon"

La aludida sólo asiente ligeramente con la cabeza y vuelve a volcar su atención a su hijo. Taehyung observa la desconsideración de su gesto y lo único que hace es revolear los ojos con irritación. Jimin lo nota y se ríe, ladeando la cabeza haciéndole entender que no se preocupe.

"Adiós, Jungkook-ssi" le dice al castaño quien sólo le regala una mirada. "Cuídate mucho, por favor" le recuerda a Taehyung y le da un último toque en el hombro antes de salir por la puerta.

El pelinegro se queda mirando por donde se fue su amigo y se cruza de brazos cuando vuelve a mirar en dirección a la cama.

La señora Jeon suspiró y tomó el cuenco con la sopa que había dejado a un lado hacía tiempo, y acomodó su cabello hacia un costado para seguir dándole de comer a su hijo.

"Jungkook-ah, abre..." masculla soplando un poco la sopa en la cuchara en su mano y acercándose a la boca del muchacho.

Pero Jungkook no reacciona, no alza la cabeza ni acepta la comida. Permanece hundido en su mundo y el único movimiento que hace es respirar por mera inconsciencia.

Yoona se voltea a mirar a Taehyung con las cejas altas.

"Eso hace cuando no quiere comer más" le explica el joven luego de cuatro días analizando el comportamiento que su esposo había adquirido. "Tiene que tomar los medicamentos y luego suele dormir un par de horas"

La mujer parpadea.

"Tiene que comer" 

"Lo sé, pero no puedo obligarlo si no quiere. Es un gran logro que haya comido un poco, celebremos eso" le discute Taehyung con un poco de tosquedad, mientras camina hasta al lado de la cama y toca el botón rojo en la pared. 

"¿Qué haces?" masculla la mujer y el pelinegro sólo la mira con indiferencia.

"Estoy llamando a la enfermera para que me entregue las pastillas y pueda llevarse el almuerzo" le explica nuevamente cruzándose de brazos.

"Pero debe terminar de comer" Taehyung la ignora y camina hacia el sofá de enfrente de la cama, buscando su celular entre sus pertenencias. Yoona aprieta los dientes. "Ibamos bien hasta que ustedes interrumpieron"

El pelinegro alzó los ojos dorados hacia la mujer, le obsequia la mirada más fría que puede y cuando abre la boca para responder, Jungkook jadea y se acuesta nuevamente. El castaño se pone de costado, dándole la espalda a su madre y se hunde en las sábanas, estirando la mano diestra para taparse con una de ellas hasta por arriba de la cabeza.

Taehyung suspira frustrado porque sabe que ahora será mucho difícil convencerlo de que tome el medicamento.

La señora Jeon frunció el ceño y alzó la mirada cuando ve a la enfermera entrar con un pequeño frasco en su mano y un vaso de agua en la otra. Observa como la mujer le sonríe a Taehyung y este le contesta de la misma forma.

La enfermera la mira a ella y se inclina ligeramente, dejando ambos objetos en la mesa al lado de la cama y comenzando a ordenar la comida que sobró en la mesa ortopédica.

"Disculpe" masculla Yoona. "¿Qué le dará a mi hijo?"

La mujer vestida de ambo la mira por arriba del hombro y le sonríe con amabilidad.

"Son analgésicos, no son fuertes, son sólo para aliviar el dolor en el nervio que fue afectado por la peridural" musita con franqueza y se acerca al bulto de la cama. "Jungkook-ssi, debes tomar tus medicamentos"

Yonna tuerce el gesto de la boca.

"¿Puedo ver cuáles son?"

La enfermera la vuelve a mirar y luego su vista se dirige a Taehyung como si estuviera pidiendo permiso, pero este se encoge de hombros no queriendo discutir con su suegra. La mujer toma el pote naranja y lo estira a quien se lo pide, siendo Yoona quien lo recibe y esta se cuela las gafas que cuelgan en su pecho para leer la etiqueta impresa en el recipiente.

"¿Esto le hará bien?" pregunta desconfiada.

La enfermera se limita a alzar la ceja, sintiendo que a veces no le pagan lo suficiente por su trabajo.

"Señora, usted puede ir a hablarlo con el médico y consultarle las dudas que tenga. Pero su representante médico legal lo autoriza" le explica apartándose hacia atrás cuando Taehyung aparece en escena y se agacha cerca de Jungkook.

Yoona observa a su yerno y el ojo izquierdo le palpita con rencor.

"Kook" susurró el pelinegro acercándose a su esposo para acariciarle el cabello que la sábana no lograba cubrir. "Tienes que tomar los medicamentos, mi amor... sé que puedes hacerlo"

La mata de cabellos castaños niega rotundamente y Taehyung se lame los labios y exhala con profundidad, un poco saturado por toda la situación y la poca cooperación de su esposo.

La enfermera le pide el frasco a la madre del paciente, lo toma una vez la mujer se lo devuelve, abre la tapa y saca la cápsula recetada. Con el dedo índice y mayor, golpea el hombro del pelinegro.

"Ten, Taehyung-ssi. Avísame cuando la haya tomado" le dice con dulzura entregando el medicamento al joven y se voltea para tomar la bandeja de la mesa ortopédica, y haciendo equilibrio, camina fuera de la habitación.

Taehyung vuelve a mirar a su esposo y el corazón se le achica cuando siente que el cuerpo entero se estremece ligeramente bajo las sábanas.

"Jungkook, bebé..." se frena cuando alza la mirada y se encuentra los penetrantes ojos canela de su suegra escrutando minuciosamente a su persona, haciéndolo sentir incómodo. "Yoona-ssi, ¿puede darnos un momento?"

La boca de Yoona se tuerce en disgusto y la mirada arde descontenta e irritada.

"¿Por qué?"

"Quiero hablar con él a solas" le explica tratando de mantener la paz porque él sí entiende que lo último que necesita Jungkook es que las dos personas más cercanas a él, se peleen. 

Pero la mujer, terca en carácter, parpadea sin moverse ni un centímetro.

"¿Por qué? ¿Vas a decirle algo que yo no puedo escuchar?" 

Taehyung ladea la cabeza.

"Quiero un momento con él, a solas" repite perdiendo la paciencia de a poco. "Por favor..."

La mujer suspira y se pone de pie, se inclina para besar la cabellera de su hijo y lo acaricia con suavidad. Toma su bolso y comienza a caminar lentamente hacia la puerta, jamás dejando de mirar a su yerno y este no deja que sus ojos dorados se separen de ella.

Una vez Yoona afuera, Taehyung se voltea a Jungkook y lo abraza por arriba de las sábanas.

Le acaricia los hombros, la espalda y la cintura que se dibuja debajo de la ropa de cama, tratando de transmitirle la cantidad inmensurable de cariño que le tiene. Se acerca y hunde los labios en el cabello castaño, olfateando el dulce aroma a miel que tiene el shampoo del hospital, y le deja un camino de besos hasta donde choca con la sabana. Hace un poco de fuerza con la mano y logra que Jungkook ceda un poco el agarre de la sábana, el mayor la aparta para dejar a la vista la piel pálida de la frente y con suavidad lo besa allí.

Apoya la frente contra la cabellera contraria y arquea las cejas.

"Kook, mi amor. Por favor..." le implora no pudiendo controlar el cansancio y la fatiga que se filtra por su voz. "Por favor, toma los medicamentos"

Está luchando por no llorar, por no deshacerse en ese momento. Está arrodillado sobre el frío suelo del hospital peleando contra la increíble dureza que le presiona el esternón.

"N-no quiero..." susurra el menor con la voz atravesada por el llanto. 

Taehyung lleva la mano que le acariciaba la espalda hasta el cabello y hunde sus dedos en las cerdas cobrizas.

"¿Por qué no?"

"Porque no..." contesta simplemente.

El mayor del dúo se aparta un poco para peinar su cabello con sus dedos y tragar con fuerza, buscando dentro suyo el valor que necesita para seguir. No puede rendirse ahora, no puede dejarse caer, no puede ser débil.

Jungkook lo necesita. Debe tragarse las lágrimas y deshacer el nudo en la garganta, debe ser fuerte.

"Si te tomas los medicamentos prometo cantarte" lo condiciona. Si hay algo que evita usar en su esposo es la manipulación emocional, pero a veces, no tiene otra alternativa. "Si te lo tomas puedo pedirle a los enfermeros que cocinen tu comida favorita, puedo dormir contigo. Sólo... por favor... Necesito tu cooperación, Kook" ruega y los ojos se le empañan. "Te necesito, Jungkook. Necesito que estés bien..."

Eso último parece funcionar porque el bulto debajo de las sábanas se mueve ligeramente al cabo de un par de segundos.

El pelinegro se aparta limpiando sus ojos con rapidez, mientras ve como Jungkook quita la sábana de encima suyo y se siente lentamente en la cama. El menor tiene las mejillas mojadas y la nariz roja, el cabello oscuro un poco despeinado y una expresión de tristeza permanente en su rostro.

Sin embargo, Taehyung no encuentra cosa más bella en el mundo y le sonríe, completamente encantado.

"Gracias" susurra mientras alza una mano y le pellizca la mejilla con cariño, sin recibir reacción alguna del otro.

Taehyung toma la mano de su esposo y la abre, deja la pequeña pastilla en ella y con cuidado, cierra los dedos ajenos para que no se escape. Rota su cuerpo y agarra el vaso con agua de arriba de la mesa, voltea y se lo extiende al castaño.

Jungkook frunce los labios mientras observa el pequeño medicamento color blanco pesando nada sobre su mano. ¿Por qué debe tomarlo? ¿Qué sentido tiene sanarse si perdió aquello que le daba la vida?

"Kook" lo llama Taehyung, el aludido lo mira y quiere largarse a llorar por ver el aspecto de agotamiento que su esposo tiene y es consciente que es debido a su culpa. "Por favor..."

Son esos ojos miel que tanto ama, semejantes a un color oro, que lo miran de manera tan rota y débil, son los que lo impulsan a tomar el vaso con su mano libre y suspirar mientras mira la cápsula una última vez. Su mano tiembla sin control en el camino hacia su boca, pero logra llevarla a sus labios y dejarla en su lengua, alzando rápidamente el vaso de agua y permitiendo que una abundante cantidad de líquido corra por su garganta. Cierra los ojos con fuerza cuando siente el objeto extraño pasar por su esófago y respira con profundidad, intentando recuperar el aliento. 

Ya está harto de tomar medicamentos.

Taehyung sonrió y le palmeó el muslo con la mano. Le quita el vaso de la mano y lo deja sobre la mesa.

"Lo hiciste muy bien, ya se te pasará el dolor" masculla volviéndose a su esposo para acariciarle la espalda. "Estoy orgulloso de tí, bebé"

El menor no reacciona mucho, sino que permanece en silencio como lo ha hecho los últimos días, hundido en la depresión más profunda y desoladora que hasta el momento había experimentado. El vacío interno no tiene comparación con ningún dolor previo y cree que su corazón en cualquier momento cederá ante la presión que lo atosiga constantemente. La poca energía que almacena la usa para llorar y esas lágrimas nacen de los pensamientos de desdicha y culpabilidad que le destrozan la cabeza.

Jungkook, hoy por hoy, no tiene ganas de vivir.

El pelinegro chasquea la lengua contra el paladar mientras observa cómo su esposo usa el puño de su pijama para limpiar la comisura de sus labios. Se lame los labios y suspira.

"Kook, ¿en serio quieres venir conmigo?"

Los ojos cafés que lo habían encantado desde el primer momento que los vio, ruedan en su dirección y la cabeza asiente de arriba a abajo con lentitud. Taehyung sonríe nuevamente, pero se siente ligeramente preocupado de no poder descifrar la expresión en el rostro del joven.

"Quiero irme..." susurra Jungkook con voz pequeña y frágil, y las estrellas brillando en sus ojitos titilan ante la película de agua que los cubre. "Quiero a casa, Tae..."

"Lo sé" le responde mientras le acaricia la mano con dulzura. "Iré a prepararla, ¿si? Duérmete hasta que yo vuelva"

Jungkook asiente y se comienza a deslizar por las sábanas hasta acostarse nuevamente. Taehyung toma el borde de la sábana y lo cubre, acariciándole el cuerpo ligeramente.

"Volveré pronto, ¿si?" susurra y se inclina para besarle la mejilla con suavidad, y apoyar frente con frente cerrando los ojos. "Te amo"

"Yoona-ssi" lo llama una voz gruesa y ella alza la mirada para encontrarse con su yerno, acomodando el cuello de su saco con su bolso a un lado. "Debo irme a preparar el departamento, ¿puedes cuidar de Jungkook mientras no estoy?"

La mujer alza las cejas con arrogancia, se acomoda en la silla de la sala de espera donde yace sentada y separa los labios rojos para contestar.

"Por supuesto, soy su madre, soy la mejor para cuidar de él"

Taehyung rasquetea la voluntad yaciente en lo más profundo de su organismo para no revolear los ojos y suspirar con fastidio ante el comentario. Sólo aprieta los labios y asiente con la cabeza.

"Como sea... um, ahora está dormido. Cuando se despierta suele tener sed, así que pídale a la enfermera Kang que llene el vaso de agua. Seokjin hyung dijo que vendría a la tarde a verlo y si me tardo mucho, generalmente a las cinco le traen una pequeña merienda y le hacen el segundo chequeo diario. No le gusta mucho y a veces tiene ataques de pánico, pero se calma si le acaricias el cabello" le explica mientras cruza la correa de su bolso por el pecho. "Si ocurre algo, por favor, llámenme"

Yoona disimula la molestia de ser así de mandoneada por una persona a quien detesta, bajo una tenue sonrisa, completamente falsa.

"Tranquilo, Taehyung. Yo sé que hacer, sé lo que es lo mejor para él" 

El aludido la observa y se muerde el labio inferior pensando en su próxima jugada.

"Yoona-ssi, sé que tenemos diferencias, pero no creo que sea el momento de discutir sobre las decisiones que yo tome para cuidar de Jungkook" musita con tranquilidad. "Él... está destrozado y lo último que necesita es que las dos personas que más ama se peleen"

La mujer suspira, se pone de pie y se acomoda la chalina de seda sobre su pecho mientras observa con sus oscuros ojos, iguales a los de su hijo, al joven alto y apuesto delante suyo.

"Taehyung, todo lo que hago y opino es por el bien de Jungkook"

El hombre asiente la cabeza, entendiendo y sintiendo lo mismo.

"Lo sé, yo también, pero me refiero a cuestiones como las de recién. Si él no quiere comer más, en vez de regañarlo porque no se terminó el plato, hay que felicitarlo por lo poco que comió. Está muy asustado y discutir la eficacia de los medicamentos que el médico le da frente a él, sólo lo volverá más paranoico y se rehusara a tomarlos cuando debe hacerlo para disminuir el dolor y la inflamación" le explica reproduciendo las palabras que el doctor le había dicho el primer día de internación. "Son pequeños detalles que le destruyen la poca estabilidad mental que le queda y nosotros somos los encargados de preservarla, no de terminar de romperla"

Yoona suspira y se rinde una vez que no encuentra argumentos válidos para llevarle la contra a Taehyung.

Lo mira con el mentón en alto, haciéndole entender su edad y estatus social.

"Tienes razón" responde con amargura y se cruza de brazos, mirando hacia la habitación donde yace su hijo dormido. "Debe ser traumante perder a un hijo..."

Taehyung baja la mirada cuando el pecho se le contrae violentamente, porque él también sabe perfectamente lo que significa perder a uno.

"Si..." susurra y antes de deprimirse, recupera la compostura para volver a mirar a su suegra. "Cualquier cosa que pase, por favor, aviseme"

La mujer lo vuelve a mirar y asiente con la cabeza.

"Está bien, Taehyung. Ve"

El joven asiente con la cabeza y le regala una pequeña reverencia, más por costumbre que por respeto. Comienza a caminar hacia la sala de enfermeras y le pide a la mujer que sabe que siempre atiende a su esposo que le entregue la lista de medicamentos que requiere y la dieta que el señor Kang prometió diseñarle. Con las hojas en mano se dirige a la salida del hospital y cruza las anchas puertas de vidrio completamente inquieto, no estando seguro de dejar a Jungkook tantas horas con su madre. Generalmente lo dejaba con Seokjin o Hoseok las veces que él volvía al departamento a acicalarse y despejar la mente.

Preocupado, no pierde el tiempo en dirigirse con las llaves ya en mano, abrir la puerta y meterse en el asiento del conductor.

Su contador de estrés comenzó a crecer cuando tuvo problemas para encontrar estacionamiento en el centro comercial. Una vez caminando por el patio colmado de gente, tuvo que  esquivar bolsas y numerosas familias obstaculizando el acceso a la zona de servicios. Decidió entrar primero a la farmacia donde el número de atención en su mano distaba mucho del orden que proyectaban en la pantalla que mantenía la atención al clientes de manera justa.

La manija grande del reloj en su muñeca había completado toda la vuelta cuando su número fue anunciado.

Taehyung tardó quince minutos en poder comprar cada producto específico escrito en las hojas que sostenía en su mano. Cuando llegó la hora de pagar, el dinero en efectivo en su billetera no era suficiente para cubrir la suma completa a pagar, por lo que, torciendo la boca al ver el monto total, sacó su tarjeta de crédito y se la entregó al farmacéutico que le cobraba.

La bolsa que sostenía y con la cual salió de aquel local era mucho más grande de lo que se imaginó, pero si eso significaba la mejoría de su esposo, hubiera pagado el doble con tal de conseguir cada artículo de la mejor calidad.

Luego de volver a su auto para dejar la bolsa, se adentra en el supermercado y otra media hora de espera tuvo que soportar en la fila para pagar la mercancía que había depositado dentro del carrito. Esta vez, sí usó el dinero en efectivo, casi en su totalidad, para llevarse los productos con él. Mientras caminaba con las bolsas en mano por la galería del centro comercial, un brillo incandescente le molestó a la vista.

Cuando frenó para ver qué era y se dio cuenta que provenía de la tienda a su lado. El vidrio cristalino dejaba ver el brazalete de plata que se exhibía con elegancia, era hermoso, la plata de los eslabones se entrelazan con firmeza y la simpleza del diseño sólo resaltaba esa belleza implícita y poco convencional del material.

Taehyung suspiró.

"¿Debería...?" susurró por lo bajo.

El bolígrafo rodaba la tinta negra sobre el papel que le certificaba la adquisición de aquella laja por medio de su tarjeta. Se preocupó un poco debido a la cantidad de ceros por detrás del número en el precio a pagar y quizás su conciencia adulta lo regañaba mentalmente, pero su corazón prevalecía en sus decisiones últimamente. 

Y su corazón, básicamente, era Jungkook.

Volvió a su auto con todas las bolsas nuevamente y se encerró en el vehículo. Luego de abrochar el cinturón por sobre su pecho, tomó la pequeña caja y la abrió, observando la pulsera en su interior.

"Es para Jungkook..." masculló, mientras acariciaba el metal con la yema de sus dedos. Exhaló lentamente y volvió a poner la tapa sobre la caja, resguardando aquella bella pieza. La dejó a un lado y giró la llave ya puesta en el contacto, encendiendo el vehículo. "Puedes trabajar horas extras, Tae... es por él"

Taehyung se alivió que el señor Choi estuviera ocupado porque de esa forma nadie conocido se atrevería a hablarlo y podría atravesar tranquilo la recepción de su edificio hasta el ascensor, donde descansó sus brazos dejando en el suelo las bolsas que cargaba. 

Llegó a su departamento y entró en él con rapidez; pero al cerrar la puerta, algo lo golpea en el estómago, quitándole el aire. Un bloque de concreto le quiebra la espalda debido a la fuerza que cae sobre él y el pecho se le estruja con violencia haciendo que agua cristalina, pura y transparente, se junte en el rabillo de sus ojos.

El peso de la culpa y el dolor de la tristeza, el cargo de conciencia y el ardor del augurio, la consecuencia de su error y la secuela de su pérdida. Todo eso hace que Taehyung esté a punto de ceder.

Él también perdió lo que el mundo le significaba y estaba perdiendo su microuniverso.

Taehyung perdió a su hijo y estaba perdiendo a su esposo.

Pero son las bolsas colgando débilmente en sus falanges lo que le traen de nuevo a la realidad. Bajó la mirada y suspiró al ver la rebosante bolsa cantidad de comida, casi toda la de la lista; otra bolsa repleta de medicamentos y material de farmacéutica, todo de la mejor calidad y la elegante caja que cargaba la laja que le había comprado.

Él no podía llorar, Jungkook lo necesitaba.

Y aunque en algún punto de su interior quiso largar todo a la mierda y llorar desesperadamente, gritando sin límites como imploraba hacerlo; erróneamente, dejó de lado su propia inestabilidad mental y comenzó a caminar hacia la cocina. 

Ordenó las alacenas, llenó la heladera y limpió cada rincón del lugar. Volvió a la sala mientras se arremangaba la camisa por sus brazos y siguió de largo hasta la habitación principal, donde le costó entrar, pero una vez lo hizo, comenzó a asear el lugar en cuestión. Juntó la ropa tirada en el suelo -consecuencia de la desesperación que tuvo el primer día que volvió a su hogar luego de la internación de Jungkook-, cambió las sábanas y escondió la caja con el brazalete en el cajón de su mesa de luz. Siguió con el comedor asegurándose de dejar el suelo resplandeciente, ordenó los almohadones del sofá de la manera en la que a su esposo le gustaba y acomodó la mesa ratona.

No es que no haya limpiado anteriormente, lo hizo el segundo día de internación, luego de la primera noche. Pero su trabajo había sido desprolijo y las próximas veces que volvió, no tuvo tiempo ni ganas de acomodar todo nuevamente.

Dejó impecable cada espacio visitado, pero tragó con fuerzas y sus piernas temblaron a cada paso que daba mientras se acercaba a la última puerta del pasillo.

Había entrado, claramente, y limpiado el desastre dentro. Pero sólo de pensar en lo que tardó tallando la sangre seca para que saliera de los azulejos, hace que el estómago se le revuelva y la garganta se le anuda en angustia.

Sin embargo, debe asegurarse que no haya ni una sola gota roja porque sabe que Jungkook podría tener un ataque si la ve.

Con una mano ocupada por el tacho con agua mezclada con desinfectante con el que se paseaba por la casa y un trapo, Taehyung hizo acopio de coraje y dirigió la libre a la perilla dorada. Se mentaliza por un par de segundos y suspira con densidad cuando nota que los ojos le pican. 

No quiere entrar allí, no ahora que no hay nadie a quién salvar, sino una inevitable pérdida a quién llorarle.

"No llores..." se dice cerrando los ojos mientras medita. "No seas débil, Jungkook te necesita..."

Ese era su mantra de hace días y es el último eslabón de voluntad que le falta para girar la manija y empujar la puerta.

Azul, ese es el color que identifica al suelo. Y blanco, así se halla el mueble y el inodoro. 

Está todo limpio, no hay rojo, no hay sangre.

Y Taehyung se alegra completamente de esto porque sus pesadillas son el recuerdo de él cayendo de rodillas sobre aquel azul cubierto de sangre seca y mirando con horror el blanco manchado con huellas de manos del mismo color escarlata, evidencias del desespero de Jungkook.

Joder.

Parpadea y alza la cabeza tratando de deshacerse de las lágrimas que se acumulan en sus ojos, e inhala profundamente en un intento de recuperar la cordura. Deja los objetos de limpieza al lado de la entrada, fuera del baño y entra en el lugar, cerrando la puerta detrás suyo.

El silencio lo golpea bruscamente y si se concentra lo suficiente puede escuchar los gritos de auxilio escritos en la pared. Si aspira con suficiente profundidad, percibe el aroma metálico de la sangre y salado de las lágrimas que corrían por el rostro de la persona en el suelo, pidiendo por él. Si baja la mirada puede ver la silueta de su esposo, retorciéndose de dolor y angustia en la frialdad de las baldosas, puede...

Basta.

Taehyung alza la mano y se seca las lágrimas que corren por sus mejillas. Comienza a caminar hasta la regadera, donde gira la perilla de agua caliente y mientras escucha el chapoteo de la lluvia golpear contra el piso, se concentra en los botones de su camisa que desabrocha lentamente.

Ahora quizás se permita llorar bajo la ducha, donde ni él mismo vería sus lágrimas.

Se pasó los dedos por el cabello mojado, peinado hacia atrás una última vez antes de cruzar las puertas de vidrio del imponente hospital antes sus ojos. Es cortés a la hora de saludar a los recepcionistas y camina hasta la zona de internación y busca el número de puerta correspondiente. 

Taehyung golpea dos veces como aviso y abre la puerta, y lo primero que ve es a Seokjin, sentado en la silla al lado de la cama ortopédica, quien se gira para regalarle una fugaz sonrisa.

"Hola Tae" susurra y se volteó nuevamente hacia su hermano, el joven castaño sentado en el colchón. Ladea la cabeza en busca de la mirada y le acaricia el dorso de la mano que tiene enlazada con la suya. "Debo irme, Kookie. Terminamos la película otro día, ¿quieres?"

El castaño lo mira momentáneamente y en su habitual silencio, asiente con la cabeza. Seokjin se pone de pie y se inclina para dejarle un cariñoso beso en la frente.

"Te amo" masculla por lo bajo y le desordena el cabello enredado a modo de juego. Alza la mirada y observa a su madre, sentada en otra silla cerca de la ventana. "Adiós mamá. Avísame si mañana vienes a comer"

La mujer baja su libro para mirarlo por arriba de sus lentes y le regala una pequeña sonrisa de despedida.

"Cuídate, Seojinnie"

El aludido asiente, se da media vuelta para observar a su cuñado.

"Tae, ¿podemos hablar afuera?"

El pelinegro escanea el lugar con la mirada y sus ojos se posan en los ojos castaños por un par de segundos hasta que su esposo le aparta la vista, se acuesta nuevamente y se envuelve en las sábanas.

Taehyung suspira y mira al mayor nuevamente, no teniendo excusas para negarse.

"Claro"

Ambos hombres salen de la habitación con Seokjin cerrando la puerta detrás suyo y cruzándose de brazos para mirar a su cuñado parado enfrente suyo, esperando sus palabras. El mayos suspira, preocupado al ver los ojos mieles tan irritados.

"Me contaron que mañana le dan el alta"

El menor asiente y se lame los labios mientras presiona con sus manos la gruesa tela de la correa de su bolso que le cruza por el pecho.

"Si, tu madre-" musita y hace una pausa para tragar saliva de lo seca que siente la garganta debido al llanto anterior. "Tu madre le ofreció ir a Busan con ella, pero él decidió volver al departamento conmigo. Recién vengo de arreglarlo, ya compré comida y medicamentos para curarle la herida... limpié todo el lugar y lo dejé lo más confortable posible" le cuenta mirando a los ojos ajenos y logra doblar la comisura de sus labios hacia arriba de manera engañosa. "Estamos bien, hyung... estaremos bien"

Seokjin suspira porque la situación es una mierda tanto para el joven pelinegro de pie en frente suyo como para su pequeño hermano, y aunque desea poder hacer algo más por ellos, concluye que su único aporte en este momento radica en entregarles cariño y apoyo, y por eso extiende sus brazos, a modo de invitación..

"Ven" susurra arrullando al otro en un abrazo, apoyando su mentón en el hombro ajeno y acariciándole la espalda con dulzura, dándole ternura sentir como Taehyung se estremece ligeramente. "Puedes llamarme cuando lo necesites, por cualquier cosa, yo estoy a completa disposición de ustedes. Para lo que sea, en serio Tae, no dudes en llamarme"

Taehyung arquea las cejas y hace un esfuerzo enorme por no llorar. Por eso no ha abrazado a muchas personas últimamente, porque el sentirse protegido y cuidado, lo doblega.

Pero se recompone rápidamente cuando siente que el mayor se separa de él. 

"Incluso si tú necesitas hablar con alguien, puedes llamarme" le aclara Seokjin con la mirada triste. "Si necesitas a alguien que te sostenga o te abrace"

El menor ladea la cabeza, negando tal ayuda.

"Estoy bien, hyung" miente en un susurro con una falsa sonrisa cargada de sufrimiento en sus labios. "Estoy bien..."

Seokjin trata de leer el verdadero sentimiento detrás de aquella mirada que pretende proyectar paz; pero no había nada más que un hermoso dorado, de aquel que su hermano se había pasado noches enteras contándole lo enamorado que estaba.

Y se asusta al descubrir lo bueno que es Taehyung mintiendo.

Porque Seokjin es completamente consciente de la mierda que están pasando ambos, pero mientras la mentalidad  de Jungkook se desploma ante sus ojos; Taehyung prefiere esconderse en sí mismo.

Y no sabe cuál de las dos manifestaciones le duele más presenciar.

"¿Seguro?" inquiere con suavidad. "Está bien sentirte mal, Tae. Entiendo lo que debes estar experimentando..."

El aludido vuelve a negar y suspira, apartando los pensamientos de augurio que pretenden ahogarlo.

"Mi estado de ánimo depende de Jungkook y haré todo lo posible porque él se sienta bien nuevamente"

El mayor tuerce el gesto de la boca y asiente con la cabeza, optando por posar su mano en el hombro ajeno y tratar de mirarlo de una forma hasta casi paternal.

"Cuídate, Tae" le aconsejó como el hyung que sabía que el menor lo consideraba. "Cuídense mutuamente, por favor"

Seokjin no dice nada y le regala una sonrisa de consuelo a su cuñado mientras se aleja y comienza a caminar por el pasillo de salida. 

Taehyung lo ve irse y una vez solo, mira la blanca puerta con el número asignado en ella. Con valentía la abre y divisa a su suegra sentada en otra silla del otro lado de la cama leyendo sin prestar atención a su alrededor. El pelinegro suspiró nuevamente mientras cerraba la puerta detrás suyo y se adentraba en la fría habitación, caminando hasta donde su esposo yacía acostado, agachándose para besarle el cabello castaño que la sábana dejaba al descubierto. 

"Hola mi vida" le susurra acariciando las hebras con suavidad. El mayor se vuelve a enderezar y comienza a quitarse el bolso por arriba de la cabeza, mientras camina al sofá y mira a la mujer. "¿Cómo fue todo?"

Yoona alzó los ojos por arriba de los anteojos momentáneamente antes de volver a volcar su atención en su libro, llevando el dedo medio a sus labios para mojarlo con la lengua.

"Excelente" masculla simplemente cambiando de página. 

Mentira, Jungkook le hizo la tarde imposible.

El joven se despertó preguntando por su esposo y comenzó a desesperarse al no encontrarlo, y  le costó tranquilizarlo cuando la enfermera quiso tocarlo para controlar sus signos vitales. La llegada de Seokjin fue el alivio que necesitaba, quizás porque su hijo menor encontró cierto refugio en los chistes de mala calidad y recursos humorísticos que sirvieron para calmar la ansiedad del chico. Yoona tuvo un momento en paz y, sorpresivamente, sintió empatía por Taehyung y todo lo que debía lidiar teniendo a Jungkook en ese estado.

Seokjin jugó a las cartas con su hermano y merendaron juntos, siendo la primera vez en días que Jungkook hablaba dos oraciones seguidas o daba algún atisbo -muy pequeño por mala suerte- de sonrisa. Por último, cuando las energías del menor mermaron, el hermano mayor propuso ver una película, calmando así el ambiente definitivamente, lástima que el sol ya tocaba el horizonte de los edificios de la ciudad cuando aquello ocurrió.

Y Yoona debe admitir -aunque le duela hacerlo- que se siente más tranquila de que Taehyung haya vuelto.

"Um, me alegro" comenta el joven acercándose al sofá cuadrado de la habitación, dejando su bolso allí y comenzando a sacar las sábanas que debía usar para su estancia allí.

Yoona se mordió el labio inferior antes de separarlo del de arriba para abrir la boca y darle voz a su pensamientos, pero su manifiestos debieron quedar en segundo plano cuando la enfermera apareció por la puerta de cristal de la habitación y examinó el panorama, posando su mirada en la mujer sentada en la silla al otro lado de la habitación.

"Señora Jeon" le dice cediendo una reverencia cuando la mujer la mira. "Disculpe, debo informarle que el horario de visitas terminó"

La nombrada se tensa en su asiento, casi arrugando el libro en sus manos y dirige la mirada a su yerno quien padece inmerso en su mundo, desdoblando lo que parece ser ropa extra.

"Taehyung" lo llama y el aludido se da la vuelta con las cejas en alto, expectante ante lo que la mujer le dirá. "¿Tú te vas a quedar?"

Oh no, Yoona. Ese no es territorio santo.

Taehyung lee las intenciones de su suegra tatuadas en sus ojos por lo cual decide otorgarle una mirada gélida, similar a una de advertencia, y un gesto de la boca evidenciando su disgusto.

"Si" susurra por lo bajo, guardando las manos en los bolsillos del pantalón y usando su altura y voz para generar imponencia. "Yo me quedaré"

Yoona traga saliva con fuerza, no asustada, pero sí sintiendo respeto por la persona de pie que la mira con superioridad, y se declina por mirar a la enfermera con la boca fruncida.

"Deme un par de minutos y me iré" concluye doblando la esquina inferior de la hoja de su libro y cerrando la tapa posteriormente.

La asistente de salud acepta esta condición y regala otra reverencia a los presentes antes de retirarse.

Completamente derrotada el día de hoy, Jeon Yoona se pone de pie lentamente y comienza a reclutar sus pertenencias guardándolas en el bolso con el que vino. Mientras tanto, disimuladamente y con retazos de envidia, veía al pelinegro envolver el sofá con la ropa de cama donde él dormiría, sintiendo un tipo de desprecio porque básicamente fue elegido por sobre ella por su propio hijo. Toma la hebilla que había dejado arriba de la mesa de luz  y se arma un rodete desordenado en la parte baja de la nuca para despejar el cabello castaño de su rostro, mientras camina alrededor de la cama hasta llegar al otro lado para agacharse a la altura de la cabeza de su hijo.

Las uñas de acrílico se hunden en el cuero cabelludo y acaricia las hebras cobrizas con lentitud y cariño, sintiendo los mechones húmedos cerca de las raíces y enredados entre sus dedos cuando llega a las puntas.

"Mi vida" susurra con los labios rosados tocando el cabello ajeno. "Mamá se va... mañana vendré a verte, ¿sí?" no recibe respuesta alguna por lo cual, suspira antes de inclinarse y regalarle un beso. "Te amo, Kookie. Cuídate"

Yoona se vuelve a enderezar y se gira, sorprendiéndose al encontrarse con el esposo de su hijo observándola con los brazos cruzados, haciéndola sentir doblegada ante el dorado que la mira con frialdad. Sabe que no puede imponerse a Kim Taehyung, no cuando es él quien tiene todo el control de la situación.

Pero se acerca al joven mientras lo escruta con la mirada crítica y prejuiciosa que siempre le otorgó.

"Si pasa algo, llámame" le ordena sin cuidado tratando de alzar la barbilla para estar a su nivel. "Mañana vendré a verlo antes de que le den el alta y quiero visitarlo en su departamento antes de volver a Busan. No me iré sin saber cómo está"

Taehyung admite aquellas claúsulas y lo expone mediante un ligero asentimiento de cabeza.

"Está bien" concluye simplemente alzando las cejas. "Ya puede irse"

Yoona decide reservarse las palabras a decir y se ajusta la correa del bolso en el hombro, antes de entregarle una mirada cargada de disgusto, darse la vuelta con indignación y hacer resonar los tacones sobre el porcelanato del piso mientras caminaba hacia la salida de la habitación.

Taehyung suspiró tranquilo una vez la perdió de vista, sus músculos se relajaron medianamente y se llevó las manos a la cabeza, acariciando las sienes para apaciguar el rastro de migraña que comienza a migrar por su cabeza. Respira profundamente mientras cierra los ojos y siente como las ramificaciones de sus bronquios se expanden ante la entrada de oxígeno a sus pulmones y aunque su sentido del olfato se queja del aroma a desinfectante sintético del lugar, su mente se lo agradece porque le permite pensar con cierta claridad nuevamente.

Un poco más calmado de no tener a su suegra dando vueltas a su alrededor, abre los ojos y divisa la mata de cabellos oscuros en la blancura de las sábanas. 

No lo escucha llorar y nota que el cuerpo se mueve lentamente al son de las respiraciones, por lo cual, camina hasta él y se deja caer en la silla a un lado, aquella que ocupaba Seokjin minutos antes. Toma el control y comienza a buscar un canal de documentales entretenido.

No sabe cuánto tiempo pasó, pero la cena arribó por parte de la enfermera trayendo la bandeja y dejándola en la mesa ortopédica, junto con un pequeño plato que el personal médico solía prepararle para él.

Taehyung hizo magia para que Jungkook se enderezara en el colchón, permaneciera sentado y aceptara tomar un sorbo de agua.

"Kook, come un poco, por favor" masculló con los palillos en alto sosteniendo un trozo de cerdo cerca de los labios del menor. "Por favor, bebé"

Jungkook, impulsado por el hambre, se acercó su boca a la comida y con solo sentir el aroma grasiento que tanto amaba, abrió los ojos más de lo normal y estos se ampliaron cuando probó el sabor salado que por días la dolencia en su pecho le impidió comer. 

La comida era plástica al masticar y un tanto inconclusa de sabor, típica del hospital, pero era el bocado que más había disfrutado en toda la semana.

Taehyung sonrió un poco al presenciar eso y permaneció con aquella expresión de sosiego mientras veía a su esposo comer sin queja. Y claramente se emocionó cuando vio que Jungkook se iba por la mitad del tazón.

Pero repentinamente, el castaño niega con la cabeza y los ojos se cristalizan mientras masticaba el último pedazo de comida en la boca.

"No quiero más..." masculla con debilidad y baja la cabeza.

Taehyung suspira con frustración y cansancio, pero reúne las últimas fuerzas que le quedan y sonríe con tristeza.

"Está bien, comiste mucho hoy" susurra con dulzura y se inclina para besarle la frente. "Estoy orgulloso de ti. Mañana podemos comer un poco más y así cada día. Vayamos de a poco, Kook"

Deja el tazón a un lado, sobre la mesa de luz, y vuelve a girarse en dirección a su esposo, tomando la mano entre las suyas.

"Jungkook" lo llama en un susurro, el aludido alzó la mirada completamente sumida en el augurio y la melancolía con la esclerótica roja e irritada y las ojeras por debajo haciendo contraste con el resto de su piel. Pero incluso así, en ese estado tan deplorable, Taehyung pensó que eran los ojos más hermosos que alguien podía tener. "Mañana nos iremos a casa y todo estará mucho mejor, ¿si? Todo va a estar bien"

El castaño suspiró con profundidad y las cejas se arquearon hacia adentro, siendo un manifiesto del dolor que internamente lo consume. 

"¿Lo prometes?" 

El pelinegro sonríe.

"Lo prometo, mi amor" musita alzando la mano para acariciarle la mejilla, un poco preocupado de lo seca que se siente la piel al tacto. "Haré lo que sea porque estemos bien"

Jungkook asiente con la cabeza mientras traga saliva densa y el pecho se le estruja debido a una sensación desconocida.

El mayor, satisfecho con la respuesta, se pone de pie y empieza a caminar hacia la mesa ortopédica a los pies de la cama. El menor lo observa acomodar los platos vacíos con delicadeza y recoger las servilletas usadas para facilitarle el trabajo a los enfermeros, y mientras lo ve fruncir los labios, seguramente debido al ver la cantidad de comida que sobra, un sentimiento lo impulsa a lamerse los labios para que cuando los mueva estos no se agrieten y buscar la voz que sabe que posee en alguna parte de su interior.

"¿Puedes...?" susurra muy por lo bajo haciendo que su esposo lo mire. "¿Puedes cantarme? Por favor..."

Taehyung sonríe y asiente con la cabeza con el corazón derritiéndose dentro suyo. Deja lo que está haciendo y se acerca a la cama, sentándose en el lugar que Jungkook deja para él.

Se recuesta sobre la pared mientras su esposo se apoya en su pecho con fragilidad y cierta incertidumbre, pero el menor se tranquiliza cuando la mano del otro le acaricia el cabello castaño y la otra lo rodea, mimando la espalda con parsimonia. 

Jungkook finalmente se relaja y deja la depresión momentáneamente de lado, pero no puede evitar que sus ojos se humedezcan nuevamente cuando la voz de esposo entona su canción favorita.

"Ven Eleonora en mi máquina voladora. Que sube y sube, y sube más~" Taehyung canta con suavidad y apoya su mejilla en el cabello que acaricia al mismo tiempo que su alma se quiebra cuando escucha un sollozo por parte del otro. "Te prometo que todo estará bien, Kook. Te lo prometo..." 

Lo promete.

Continue Reading

You'll Also Like

41.6K 8K 38
Cassiopeia Polaris, melliza de Draco y princesa de la familia Malfoy - Black, vuelve a Inglaterra luego de estudiar dos años en Durmstrang, pero.. po...
347K 17.3K 52
𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶! | 𝘖𝘯𝘦 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴 ılı.ıllı
71.9K 3.8K 51
Juanjo Bona y Martin Urrutia se conocen en el casting de Operación Triunfo, ¿Dónde les llevará la experiencia?// Historia de los agapornis, lo mas fi...