Era domingo por la mañana y como siempre, el silencio reinaba en las calles porque todo el mundo aprovechaba para quedarse durmiendo hasta tarde. El día parecía apuntar a estar soleado y cálido, aunque a esas horas el frío humedo prevalecía, haciendo que la idea de quedarse en la cama hasta tarde sea aún más placentera. Alba dormía plácidamente en su cama, abrazando una almohada y sumida en la tranquilidad de...
- ¡YA ES MAÑANA!
Los veinte kilos de peso de su hija impactaron contra su espalda despertandola en el acto.
- ¡es domingo, mami!
- y son las ocho de la mañana, hija- gruñó con la voz ronca de recién despierta.
- hoy vamos a ir al parque
- si cariño pero en un par de horas- respondió la madre con los ojos cerrados.
- sabía que no era buena idea- susurró el pequeño desde la puerta.- a mami no le gusta despertarse.
- bueno, ya estoy despierta...-se incorporó frotandose los ojos.- ¿han desayunado?
...
Hacía ya un par de días que no iba a la casa de Alba para quedarse. Ayer fue por la mañana para darse una ducha, intercambiaron un par de palabras pero poco más, ya que la rubia estaba haciendo tarea con los pequeños diablillos y ella tenía que irse a seguir en su búsqueda de empleo.
Le habían mandado a hacer reposo y Natalia no había hecho más que lo contrario.
Se presentó en absoluto te todas las tiendas de la zona, muchas no buscaban a nadie, otras estarían en contacto y algunas pocas la rechazaban a priori.
La falta de descanso y de hielo en el tobillo le estaban pasando factura esa mañana, sin conar la humedad.
- ¡alto! ¿¡TÚ!?
- sí, yo.
- no me lo creo, ¿así que estas perdiendote la oportunidad de oro, de volver a vernos... por una tía a la que no le gustas?- pocas cosas hacían enojar a María blaya tanto como ver a su amiga sufrir de amores.
-¡oye! No he dicho que no le gusto.
- has dicho que no quiere la toques.
- he dicho que no lo hemos hablado pero...
- ¡¿vas a quedarte pornuna tía con la que tienes pésima comunicación?!
- pude ser.
- no sabes lo puto difícil es tener una amiga que se odia a sumisa.- dramatizó
- blaya no exageres. Voy a hablarlo con ella ¿vale? solo que no sé cómo.
- tiene que ser una puta diosa del olimpo para tenerte así... dime, ¿es bajita, guapa y con un pelo muy particular?
- ¿como sabes?
- te conozco más yo que tú misma.
- ni te he llamado oaraque me bajes así la moral, tía.
- ¡te he llamado yo, cerda! Y ya te digo yo que si no le hablas a la tía de lo que quieres o de como te sientes, vas a ir más lejos que tu furgo ahora mismo.
- ¡NAT!- escuchó muy de cerca aquel agudo llamado de la voz que ya reconocía, seguido de tres toques de puerta.
- em, están llamando de un trabajo, luego te hablo ¿vale? Adios- y no dejo ni que su amiga se despidiera antes de cortar. Se puso la capucha de la sudadera para disimular el depeinado look y abrió la puerta de la furgoneta.
Alba estaba para frente a ella con una flor en el pelo y sus dos diablillos tomando sus manos.
- ¡vamos al parque!- exclamó la niña con los brazos levantados que ese día llevaba zapatillas de futbol, pantalones de chándal color rosa, una sudadera con estampado de cebra y una cinta en la cabeza despejando su cara de los alborotados rizos.- vienes a conocer a mi mejor amiga Nadie.
- Oli...- Alba puso una mano en el hombro de la pequeña para bajarle la emoción. Natalia la miró a los ojos, sonriéndome con los mismos.
-vamos al parque un rato, no está muy lejos y ellos me han preguntado si podías venir, pero si no te apetece ir te duele algo o lo que sea, de verdad que jo estas obligada nada...- se encogió de hombros la rubia sin perder su sonrisa perfecta.
Natalia había planeado estar en su cama todo el día, la realidad es que caminar no le venía nada bien y cualquiera que la conociese no pensaría ni por un segundo la idea de llevar a natalia a un parque repleto de infantes jugando
- vale, déjadme que me vista y os acompaño
-EEEEHHH.- festejaron la niña u su hermano, que llevaba puesto un pijama con estpañdo de balones, zapatillas de futbol y dos coletitas bajas a los costados de su nuca.
si Blaya estuviese allí, probablemete se le habría desencajado la mandíbula solo de escucharla aceptar aquella propuesta, y de hecho, la propia Natalia se sorprendió de sí misma al aceptar. No se había parado a pensarlo mucho pero era verdad que últimamente estaba teniendo comportamientos que en cualquier otro contexto habrían sido descabellados para ella y sin embargo, allí, en ese momento, todo parecía ser tan natural, como si nunca hubiese sido de otra manera.
-si necesitas que te ayude o algo...
- estoy bien, solo voy a ponerme una sudadera y una zapatilla, literalmente una.
Siendo realistas, aprovecho la excusa de la escayola y la bota para tardar un poco más, arreglarse un poco aquellos pelos.
-¡AHÍ ESTA! - Olivia corrió a toda velocidad hacia una niña de su altura, morena, con el pelo castaño y alborotado. Detrás de ella fue otra niña más pequeña, detrás de ellas una pareja, el chico era alto y la chica muy bajita, arrastraban un carrito de bebé, con un niño dentro y junto a ellos, una última niña, de pelo castaño claro, pecas y ojos azules. Demaciado igual al chico, a diferencia de las otras niñas que eran identas a la mujer que arrastraba el carrito.
Natalia intentó por todos los medios neutralizar su cara de espanto. No sabía si admirar su valentía o darles el pésame.
-hola, quería bueno que habeis venido, no han parado de hablar de Olivia y Andy en toda la semana- saludo la chica. Mientras el otro chico cargaba al niño que se había echado a llorar.
- pregubtaba todas las mañanas "cuantos días faltan para el domingo"- el chico fingió una voz aguda que hizo reír al niño que sostenía en brazos.
Saludaron a alba con dos besos, cualquiera diría que no es la segunda vez que se ven las caras.
- Hola- Ander había subido sobre un banco para poder saludar a los adultos, mientas que Olivia simplemente estiró sumano con una sonrisa mientras se alejaba a jugar con su mejor amiga.
El chico fue el primero en acercarse a la morena para saludarla.
- ¿que tal? Soy Damion
- Natalia.
- tienes unos niños encantadores.
- ¿que? Uhm, no, no son míos.
- es solo una amiga.- rió Alba.
- ¿ya has metido la pata? ¡Pero amor!- lo regaño su mujer.
A Natalia le sorprendió la idea de que creyeran que eran sus hijos. A alba en cambio, le sorprendió el hecho de estar tan atenta a la reacción de Natalia ante la confusión. Creyó que iba a horrorizarse, pero se lo tomó con mucho menos drama de lo que Alba había imaginado.
- no pasa nada hombre, yo he asumido que erais los los padres de ellas.
- sí solo que tu si que has acertado.- rieron.
Se sentaron sobre el césped, cerca de las niñas que habían dejado el balón a un lado y habían comenzado a hacer intentos de volteretas junto a tres niños que se habían acercado a jugar. Todas menos la mayor que las veía de cerca sin hacer nada.
- no dejo de pensar que te he visto antes, Natalia- soltó África mientras mecía al pequeño bebé que mordisqueaba un juguete.
- ha estado aquí la semana pasada.- recordó alba.
- ah, sí. Estaba por allí tocando la guitarra.- apunto hacia donde había estado con su guitarra apenas hace siete días.
- ¡ah, que si recuerdo!- la señaló el chico.- haces música.
- bueno- alsó su mano escayolada- se supone.
-jope, que mal.- el chico parecía genuinente angustiado- encima en las manos Literalmente, si es que a mi me ha pasado... yo toco la guitarra. Literalmente pierdes tus elementos de yrabajo, aunque no se para siempre.
La conversación continuo por otras ramas mas allegadas a las maternindad y paternidsd, tema en el que natalia se sentía como pez fuera del agua, haciendo que sea imposible concentrarse en la conversación y dejar de darle vueltas a las palabras de Damión y lo mucho que extrañaba hacer música.
Necesitaba un cigarro y sabía que no podría hacerlo frente a ese grupo de pequeños, al menos no los de Alba.
- oye, enseguida regreso.
- ¿estas bien?
-sí, no es nada, vuelvo en cinco minutos.
Y se alejo los más rápido que su cojera le permitio.
- ¿está bien?- preguntó Damion mientras la veían alejarse.
- está un poco preocupada, la música era su única fuente de trabajo y si no puede trabajar, tendrá que irse de Madrid.- confesó. Hablar de la vida de otras personas no era la mayor pasión de Alba, pero cualquier oportunidad de preguntar por un puesto de trabajo para Natalia le venía bien.
-que mal, tío... y cual su fecha limite? Digo para encontrar trabajo, es que en dos semanas abrimos un restaurante pequeño no muy lejos de aquí, igual le interesa.
- ¿de verdad?- preguntó la rubia, sorprendida por la efectividad de su estrategia involuntaria.
- que sí.
- igual y sois su salvación- sonrió la Alba
- dile que nos llamé si le interesa- y le paso una tarjeta con un número de teléfono.
- uf, amor, parece que Dani ha hecho de las suyas.- levantó al niño que comenzaba a quejarse.
-joder, ya lo he olido
-voy a cambiarlo al auto, que hace demasiado frío- el chico cogió al niño en brazos y se fue con él.
Alba y África comenzaron a prestar atención a la conversación que estaban teniendo el grupo de peques que ahora estaban sentados jugando con unos legos de los niños que se acoplaron luego y que eran vigilados más de lejos por una pareja.
- pero no puedes tener dos, elige una para que sea la mamá.
- ala pero me gustan las dos. Esta puede ser la mamá- Olivia levantó una figura de lego- y esta la mami- levantó la otra figura con su otra mano.
- pero si una mamá y una mami son lo mismo.- el niño se cruzó de brazos.
-no, un mamá es una mamá y una mami es una mami.- acotó Ander, defendiendo a su hermana.
- que nooo, una mamá es una mami y una mami es una mamá.
- pues yo tengo una mamá y una mami y no son lo mismo, son otras personas- argumentó Olivia.
Alba comenzaba a tensarse y África lo notó.
-no sé puede tener una mamá y otra mamá
- pues no, porque te confundirías- dijo obvia la niña, sin entender su punto.
Natalia volvió con olor a cigarro, aunque Alba estaba muy cengrada en la conversación de los pequeños.
- porque si hay dos madres, quien va a ser el papá.
- pues nadie.
- ¡pues no os creo nada!
-¡Olivia y Ander!- les llamó la rubia con una tensa sonrisa.
los susodichos se acercaron sin problema.
-tenemos que irnos.
Natalia función el ceño, no había pasado ni media hora.
- ¡QUE! ¿POR QUE?
-porque tengo mucho trabajo.
- ¡pero mami!
- despedirse.
- ¡no! No quiero- se negó rotundamente la niña.- ¡no he terminado de jugar!
- ¡mami no hemos jugado ni una gota de tiempo!- el niño se sumó
África, que estaba presenciando la todo en silencio, decidió intervenir.
- si quieres te dejo mi número para estar estar contacto, igual pueden venir a casa u organizar para otro día.
- ¿ves? Volvereis a veros.
- ¡pero mami!
-Alba, tienes mi número, Olivia y Ander pueden venir a casa cuando sea. Incluso puedes venir tu y Natalia
-¿mañana?- preguntó la niña secándose las lágrimas y mirando a su madre.
- mañana tú tienes practica de Judo.
- jope... ¿y pasado mañana?
- luego lo charlamos. ¿Vale?
Olivia suspiro aún desanimada, Ander hace mucho que había bajado la cabeza con cara de pocos amigos, un tanto alejado de la conversación de Alba y África.
- ¿has oído? Iras a su casa- natalia dio un ligero y amistoso empujón al niño, intentando animarlo aunque a ella también le había parecido injusto e inexplicable. Pero supuso que tenía sus razones.
Ander se encogió de hombros
- ¿qué? ¿No te alegra?
Volvió a encogerse de hombros.
- oye que yo no te he hecho nada, no te enfades contigo.
- no me he enfadado- dijo enfadado.
- pues le avisas a tu cara, que no se ha enterado.
Al pequeño le causo gracia las palabras de Natalia y no pudo no reírse, aunque lo intentó y dió todo de sí por ocultar su risilla.
- ¡Nat, Andy! vamonos- Alba comenzó a avanzar a la par de África y el séquito de féminas miniatura, con Olivia agregada. Aunque extrañamente iban hacia el lado contrario a la casa de la rubia.
- África va a llevarnos en su auto, así no tendrás que caminar.
- me queda de camino y tenemos que volver a casa. Al parecer a Damion se le ha ido de las manos el asunto del pañal de Dani.
Poco tardaron en llegar a la que, para sorpresa de Alba, Olivia, Ander y en especial de Natalia. El vehículo de la pareja era una furgoneta igual a la de la morena solo que, en la parte de atrás, en lugar de tener una cama ropa y elementos básicos para vivir, tenían tres filas de asientos, sin contra la del piloto.
- ¡pero si es igual como la de Nat!- se sorprendió notoriamente la niña que había quedado boquiabierta.
- ¿ah sí?- dijo damion, que estaba abrochado al oloroso bebé en su asiento.
- pero la de Nat está rota y no tiene sillas.- contó la niña.
- noooo, no tiene sillas porque así tiene espacio para su cama.- contradijo el niño aún enfadado por toda la situación.
- pero no avanza. Esta rota. Cuando se arregle va a viajar por todo el mundo do como papá noel.
Natalia rió por la comparación, jamás se le hubiese ocurrido.
- ¡mamá, Dani huele mal!- se quejó la más pequeña de las niñas.
- ya cariño, no te preocupes será un camino corto.
Y así fue.
Olivia pasó hablando con su amiga sin parar, a pesar de estar en dos filas de asientos distintas, en cambio ander no abrió la boca, se mantuvo mirando por la ventanilla con los brazos cruzados.
Natalia notó a alba tensa y atinó a acercar su mano lo más posible a su pierna para llamar su atención.
Alba simplemente le sonrió, apoyó su cabeza en el hombro de la morena y suspiró.
mientras que Olivia se despidió de todo el mundo (incluyendo al oloroso bebé) Ander bajo del auto sin decir nada.
- ¿vienes un rato? Tengo que contarte algo- no lo dijo en tono severo, por lo que no asustó a Natalia. Asintió con la cabeza y cerró la puerta el entrar.
Ander fue directo a su cuarto, por las escaleras y Olivia lo siguió.
- ¡hay que lavarse las manos!- les recordó la madre mientas la niña asentía con la cabeza.
ambas los observaron desaparecer escaleras arriba y luego se miraron.
- Nat, yo se que ha sido una actitud de mierda, pero te prometo que lo he hecho por...
- wow, alba. tranquila. ¿Como voy a juzgar nada de ti? Si yo ni te todas ni puta idea de criar... personas pequeñas.
- ya, pero estuvo mal, luego hablré con Ander especialmente.
- ¿me estas convenciendo a mi o a ti?
- yo... no sé.- se llevo las manos a las mejillas con agobio.
- eres una madre de puta madre, Alba. Todo el mundo hace cosas de las que no se enorgullece.- envolvió sus manos con las sillas propias, en señal de apoyo.
- ¿eso querías decirme?
- no, África y Damion abren un restaurante en poco tiempo y necesitan a alguien.
- ¿te refieres a...? Pero si tengo esto- se señaló la escayola y la bota.
- pero abren en dos semanas y hasta entonces... Nat necesito que alguien me ayude con Olivia Ander mientras trabajo desde casa con el ordenador.
- Alba, pero si sabes que no sé nada de...
- pero yo estaré aquí, solo necesito que vigilen que no hagan un desastre y les bajes cosas de estanterías altas. Para eso eres buenísima.- rió.
- pero si lo estas haciendo solo por...
- por que lo necesito- dijo con tanta seguridad que no pudo decirle que no.
- vale, voy a intentarlo.
Y la rubia se lanzó a abrazarla pegando su cuerpo al de la más alta.
- no te das una idea de lo mucho que me estás ayudando, Natalia.
Volví, otra disculpa por la tardanza.
Hice el capítulo el doble de largo para compensar.