XX Soledad
Era temprano.
Una mañana que podría considerarse buena.
Los primeros rayos del sol entraban por la ventana.
Era cálido ese amanecer.
Aves volaban por ese inmenso mar azul.
Y cuando el sol pudo verse, un arcoiris apareció en el horizonte.
Todo perfecto, podría decir...
...
...Si ya hubiese amanecido.
A quien engaño.
Ni siquiera había una ventana por la cual mirar el exterior.
Estaba recostado en una esquina en la obscuridad de esa habitación esperando algo que no creía que llegaría dentro de mucho. Se podía sentir el frío que esperaba al otro lado de la pared, después de todo, llovía sin descanso combinado con el ruidoso viento que soplaba rápidamente haciendo que la lluvia pareciera más espesa y potente sin olvidar los relámpagos que resonaban por la fria habitación en la que me encontraba por el momento. La que odiaba con esmero.
Lo más probable era que todavía no amanecía, después de todo, solo había dormido una hora debido al ruido de la tormenta en el exterior que seguro no dejaba dormir a nadie en el edificio. Desconfiaba de la situaciones en la que estaba, cada diez segundos volteaba hacía la puerta de la habitación esperando que alguien tomara está oportunidad de que no había luz para eliminarme de una vez por todas. Sería tonto pensar que nadie lo haría viendo las dificultades que tenía en el momento.
Sin poder tranquilizarme, miré al espacio vacío en frente mio.
Uhh...
Me sentiría más tranquilo si pudiese ver lo que hay en el exterior, al menos quitaría la ansiedad que tenía.
Se suponía que debía haber una ventana al lado de la cama en la que se suponía que debía estar Felix descansando después de lo que había pasado. La última vez que lo vi, se había quedado dormido en la cama del pequeño cuarto por pérdida de energía después de haber llorado por mucho tiempo. Lo recosté en la superficie, acomodando su cabeza en la única almohada de la cama para después ir y sentarme en uno de los lados de la habitación para no incomodarlo. Pensaba verlo ahí cuando despertara.
Pero este ya no estaba.
Un apagón se había hecho presente. Lo reconocía debido al fallo de las luces en la habitación pero aún así funcionaba el circuito que impedía que se abriera la puerta para salir de ese sofocante lugar, la cual siempre se cerraba automáticamente después de las veintidós y media horas y se volvía a desbloquear a las seis y media de la mañana, hora en la que todos despertaban. Quedando como repuesta que Felix tubo que haber salido mientras que el seguro podía desbloqueárse en la única hora en la que pude dormir.
Estaba solo una vez más.
Mis brazos se posaban en mis rodillas mientras mi cara se escondía en ellos. Levanté la mirada una vez más sin poder encontrar una luz azul en el seguro.
Lo que quería ver no se permitía.
Cansado, traté de levantarme una vez más. Tenía que acostumbrarme a hacer las cosas por mi cuenta ignorando las heridas obtenidas nuevas y viejas. Caminé hacia la puerta tropezando cada dos pasos tratando estabilizar mis pisadas. No era como si hubiese algo mejor que hacer. Contar las líneas del suelo ya no era una opción, ya las había contado con un total de 1846 incluyendo las que estaban quebrantada formando más.
Solo necesitaba esperar para abrir esa puerta. Pero antes de llegar, sentí y presencié como caía de la forma más estúpida posible.
-Uhg-
Dolía, pero suspiré en alivio sabiendo que no había sucedido en público con todos esos odiosos espectadores. Con tan solo unos cuantos pasos restantes, volví a levantarme recobrando mi pose anterior está vez alcanzando la manija de la puerta con luz roja que después se de un par de segundos se convirtió en azul. Azul... ahora una sonrisa malévola se encontraba en mi rostro dejando una risa irónica salir levemente de mi boca.
¡Eso sí es p*ta suerte!
Después de todo, esa caída valió la pena.
Apresuradamente, mi mano jaló la manija antes de que se abriera la puerta. La misma sonrisa ladina que muchos temían se encontraba en mi rostro como un criminal que llevaba diez años en prisión saliendo de su condena. ¿Tan emocionante era abrir una puerta? Si esperaste por ello varias horas para que sucediera, lo es.
En verdad lo es.
No había ninguna señal de vida en el obscuro pasillo. Al parecer ningún "arcoiris" iba a aparecer hoy. Ningún rayo de luz podía pasar a través del gran cristal que daba hacia esas nubes negras llenas de relámpagos, pero aún así era más claro que la noche a pesar de ser muy temprano.
Una pila de uniformes con todo lo necesario se encontraba al lado de la puerta en un cajón, seguramente de todos los días de los que encontraba ausente. Bueno, que más da. Agarré la caja para después tomar uno y cerrar la puerta de la habitación e iniciar a caminar en dirección a los baños del lugar.
Buscaré la forma de llevarme esos uniformes.
No había luz, eso estaba por seguro, pero la pequeña radiación que emanaba el sol a través de esa capa espesa de nubes que no dejaban de llover ayudó mientras me tomaba un baño en esas duchas solitarias. Cuando terminé, la lluvia continuaba pero esta vez, su velocidad incrementaba y pequeños pedazos de hielo iniciaron a golpear el techo y las paredes del exterior del edificio.
Mi cabello se encontraba húmedo, pero aún así salí con ese nuevo uniforme completo azul con la camisa blanca como interior. Era cómodo, otra razón por la cual conservar todos esos uniformes, además, se veían mejor que la ropa normal que podías conseguir en cualquier tienda.
Dejando el antiguo uniforme en una zona específica al lado de los baños, decidí volver a la habitación para pasar los siguientes días que duraría encerrado. Personas caminaban por el pasillo lleno de habitaciones con rejas, ahora el lugar estaba un poco más iluminado. Seguía caminando, sin mirar a nadie, pase de largo por cada persona que se encontraba cerca. Si fuese un espectador, esto se vería un poco triste, pero aún así no lo era. Necesitaba dormir, pero eso no podría hacerlo hasta que llegara a casa dentro de unos días.
-¡Hyung!- Grita alguien por atrás.
-Xiao... Jun?-
-Si- Asiente rápidamente antes de llegar a mi costado.
-Ten-
-¿Ten?-
¿Por qué estaba mencionando al otro?
-¿Disculpa? No ese Ten, sino que toma, esto es para ti- Dice como un poco de entusiasmo en su rostro mientras me entregaba una bolsa.
-Ya no acti-
-No es un explosivo-
¿Entonces?
Si no era para activar un explosivo, ¿Por qué estaba aquí?. Tomé la bolsa mirándola con sospecha. Nadie te da nada a menos que sea para matarte, lo aprendí desde pequeño. Pero aún así decidí abrirla encontrando una gran cantidad de billetes en la bolsa.
-Dejé de hac-
-No es un favor y tampoco te voy a comprar- Suspiró.
-Es el dinero que se acumuló en las peleas de hace unos días. Seo se fue y Chenle como su remplazo también, ahora estoy yo, y por eso te estoy entregando tu parte- Mencionó con un pequeña sonrisa.
-Tómalo, te lo mereces-
Sin más que decir, se dio media vuelta para después caminar al lado contrario de las habitaciones.
Uhh
Mi mano apretaba la agarradera de la bolsa que me había sido entregada, al menos esos ematomas valieron la pena. Encontré mi puerta, ahora una caja con dos uniformes se encontraba a uno de los costados al igual que las habitaciones de alrededor. La tomé, era ligera, pero aún así podía sentir una molestia en la mano izquierda. Debería trabajar en mis manos antes de que se vuelvan inútiles. Pensé antes de tomar la manija de la puerta con intención ds abrirla.
-¡Hyung!-
Unos pasos apresurados se escucharon desde el otro lado del corredor junto con una voz que repetía la misma palabra una y otra vez. ¿Quien será?. Más bien. ¿Quién sería la futura persona muerta que gritaba sin parar?. Era de mañana, estaba más que claro, pero la paz de un lugar silencioso fue destruida gracias al tipo que gritaba. Voltíe la mirada para encontrar a mi próxima víctima solo para ver a la persona menos esperada.
-¡Hyung!- Gritó Felix mientras que corría hacia mi dirección con una sonrisa plasmada en su rostro.
"No esperaba verte aquí"
Sinceramente, pensé que se había ido como los demás. Pero, ¿Por qué se encontraba frente a mí?.
-¿Necesitas algo?- Pregunté.
"Necesitas algo, lo sé"
Si no lo hicieras no me hubieses buscado, no estarías de pie mirándome a los ojos como si no hubiese pasado nada entre nosotros.
-Mira- Dice para después entregarme un documento.
"Pero haré lo que pueda"
Aún así, sabiendo tu siguiente movimiento, bajé la guardia mientras tú me seguías por detrás. Sabía lo que harías, lo que yo iba a hacer desde un comienzo.
-Yongbok, tu sabes que yo no firm-
"Aunque tu más que nadie sabe qu-
Rogaría por perdón, si hubiese sabido cual había sido mi error. Lloraría por piedad, si tuviese la energía para hacerlo. Preguntaría por misericordia, si supiese lo que en verdad había hecho. Hablaría, si pudiese...
-No es una demanda- Suspiró.
Lo miré con duda mientras sujetaba los papeles que me había dado.
-Pero es un pase para salir de aquí-
-¿Dónde lo robaste?- Lo miré con asombro.
-Dije que tengo mis contactos- Dijo con odio.
-Encontré a Hendery, le pedí un favor, aceptó e hizo un par de pases con tus datos y los míos y después le pidió a Hanse que los filtrara por la oficina principal- Bajó la cabeza. -Fue lo único que pude hacer por ti-
Leí el papel. Tal parece que era cierto, tenia permiso de salir ese día con mis pertenencias y lo que tuviese en la celda. Lo observé por un momento, su expresión era de culpa. No la tenía. Nunca la tuvo y tampoco la tendría en un futuro cercano. Pero aunque se lo dijera, el seguí poniendo la carga sobre el. Puse mi mano en su hombro tratando de calmarlo un poco.
-No te preocupes, gracias de todas formas, Felix- Dije mientras trataba de sonreír aunque solo salió una mueca.
-Gracias Hyung- Dijo mientras reía.
Lo invité a pasar a mi habitación correspondiente, si hubiesen guardias, sería un problema. Aún no había luz, así que dejamos la puerta abierta para que se iluminará con lo poco que emanaba el sol.
Felix estaba sentado en la cama mientras que yo iniciaba a guardar los uniformes no utilizados y algunas varias cosas interesantes del edificio en la bolsa donde estaba el dinero para luego colocar rollos papel higiénico para disimular un poco la existencia de los anteriores cuando revisen el contenido.
-¿Por qué te llevas los uniformes?- Preguntó el.
-¿Por qué no?-
-Da igual, yo hice los mismo, los demás también lo hicieron- Respondió sin más que decir.
Cuando terminé, nos dirigimos hacia la puerta para después salir.
Caminábamos de lado a lado hacia la puerta de salida que daba con una oficina antes de salir. Al llegar, los guardias se pusieron atentos, pero al ver los papeles que llevábamos, nos dejaron ir para recojer las cosas que se nos habían quitado al ingresar, entre ellas la ropa. Después de vestirse, guardé el último uniforme en la bolsa escondido por el papel de baño y las otras cosas, Lee repitiendo mis pasos para conservar los uniformes.
-¿Por qué tienen papel higiénico en su bolsa?- Preguntó un guardia sacando lo que había en la bolsa.
-¿Algún problema con ello?- Respondí con otra pregunta.
-No se perm-
-¿Donde dice eso?- Pregunté con una sonrisa maliciosa mirando al otro guardia que revisaba las cosas de Felix.
-Uhh, está bien. Pueden pasar-
Fue más sencillo de lo que creí. Ni siquiera revisaron lo demás y nos dejaron libres.
Felix se adelantó con su supuesto teléfono en mano pegado a su oreja izquierda. No hice más que esperarlo en una de las sillas de la sala de espera dentro de la entrada. Mis codos reposaban en mis rodillas mientras esperaba pacientemente, algo que no hacía, y miraba al guardia que vigilaba a Felix, quien se encontraba asintiendo con la cabeza mientras que hablaba con la persona al otro lado del teléfono, haciendo que este retrocedíera por miedo a que le hiciera algo en ese instante.
Patético.
-Llamé a alguien para que venga por mi. Si quieres haz lo mismo-
Tendiendo su celular con su mano izquierda, él dijo con una sonrisa que calmaría a cualquiera, lo que necesitaba en ese momento de estrés, para después poner su celular en mi mano. Lo miré un momento, para después dirigir mi mirada hacia el objeto que descansaba en mi extremidad. Dudaba si tomarlo o no, no sabía con exactitud qué alguien me contestaría si llamará, a decir verdad, solo había una sola persona a la que podía llamar.
-Gracias- Agradecí rápidamente.
Su celular estaba desbloqueado, así que no tuve que hacer más que poner el número al que quería llamar. Coloqué el celular en mi oído izquierdo después de presionar el botón para llamar, notando que Felix se había alejado un poco de lugar de donde estaba. Esperaba por una respuesta, pero no se podía escuchar ninguna voz desde el otro lado del celular. Iniciaba a desesperarme un poco. A esta hora, debería estar despierta.
Colgué y volví a llamar.
Nada, otra vez no se pudo escuchar nada en lo absoluto. Marque dos, tres, y hasta cuatro veces, pero ninguna daba respuesta. Una última vez. Pensé antes de volver a presionar el botón de llamada. Esperé unos segundos hasta que se pudo escuchar el sonido de que alguien había contestado, así que decidí hablar primero.
-Mae-
[The number you've called, doesn't exists. If you want to...]
En vez de escuchar esa voz familiar, una voz contesto en su lugar. Sin dejar que terminara la frase, colgué una vez más.
-¿Lo lograste?- Preguntó Felix a lo que yo negué bajando la cabeza.
-¿Tienes a alguien más para llamar?- Cuestiona una vez más recibiendo la misma respuesta de mi parte.
Suspiré.
¿Que habrá pasado con Maerin?
Su número ya no existía según la contestadora, lo cual iniciaba a darme intriga. El ambiente ya estaba frío, pero ahora se sentía que la temperatura había bajado dos grados en el interior de esa sala. Una vez en el pasado, sucedió lo mismo, y no supe de ella después de una semana desde la última vez que se había contactado. ¿La amenaza de ese bastardo habrá sido cierta?. Bien, ahora quiero golpear a alguien.
-Sj quieres...-
Comenzó Félix con duda.
-...Puedes venir con nosotros, no creo que a mí primo le moleste en lo absoluto. Quizás hasta se lleven bien los dos-
-Sería una molestia-
-No, insisto-.
Agachó la mirada.
-Es lo menos que puedo hacer por ti, Hyung-
Solo por esta vez.
Solo por esta vez...
-Está bien-
¿Estaré volviéndome amable?. Esto no puede ser.
No me gustaba recibir cosas por parte de personas del exterior. De una u otra forma terminaban pidiéndolo de vuelta cuando no tienes nada de lo que ellos necesitan. Estaba dispuesto a negarme, pero, al fin y al cabo, no podía negarme a esta única persona a la que podía recaer por el momento.
Además de ti.
Sentados uno junto al otro, esperando al primo de Yongbok en un silencio aterrador pero tranquilo a la vez. Felix jugaba en su celular mientras que yo trataba de encontrar algo que hacer en ese aburrido lugar sin luz. Finalmente, suspiré y recosté mi espalda sobre el respaldo del asiento para después mirar al dañado techo de la sala de espera el cual sería necesitado arreglar lo más pronto posible o al menos hasta que no se cayera.
-Haha. ¡Gané bastardos!-
Gritó Felix divertido alzando su celular mientras que sonreía amistosamente a pesar de la frase que dijo anteriormente. Parecía haber ganado en el juego que le había costado ya una hora ganar. Miradas innecesarias fueron dirigidas al menor quien seguía riendo con histeria en esa obscura habitación. Lentamente, desvíe la mirada mientras que me recorría un asiento para alejarme del desastre que se encontraba al lado hasta que se un momento a otro paró.
El silencio se apoderó nuevamente de la habitación. Era extraño, así que nuevamente vóltie a su dirección para asegurar que todo estuviera bien con el. Cuando mis ojos cayeron en su rostro, vi como sus ojos se hacían más grandes y sus pupilas se iniciaban a dilatar mientras que su cuerpo se congeló observando a algo en frente suyo.
Desvíe mi mirada una vez más con el objetivo de ver lo que había logrado poner en ese estado Felix quien seguía en ese trance. Lentamente, dirigí la vista hacia el frente, observando como una figura hacia su camino hacia el menor que tenía a mi lado. ¿Y luego?. Solo esperé a que fuera a lo que fuera y se retirara cuando había llegado hasta Felix, pero cuando vi el rostro, no pude evitar volteárlo una vez más.
Ohhh mierda.
-¡Oi Felix~!-
-¡Come here bro!-
Dijo la figura que no quería ver haciendo que Felix repentinamente saltara de su asiento para aventarse al otro hombre.
-¡Hyung!-
Gritó Felix dándole un abrazo al otro.
Hora de retirarse.
Sigilosamente, salí de mi asiento con mis cosas en mano para retirarme del lugar y del edificio. Caminé como si fuese un fantasma persiguiendo a su presa sin ser detectado por nada ni nadie hacia la puerta de salida sin que nadie me viera ni sintiera mis movimientos.
Pero las cosas no salen como quieres.
-Hyung, tengo que presentarte a alguien- Dijo Felix apuntando a mi dirección.
-Hyung, ¿que haces ahí?- Preguntó confundido.
-Me iré solo-
Dije seriamente tomando la manija de la puerta para por fin salir pero una mano me detuvo antes de que saliera. Felix agarró mi brazo con un fuerte agarre haciendo que me arrepintiera por no tener músculo para soltarme.
-Pero, Hyung, me lo prometiste-
¿Firmé algo?
No, pero...
-Vamos, te agradará- Dijo con una sonrisa para después llevarme con el otro.
-Hyung, te presento a la persona de la que te hablé- Dijo orgullosamente antes de empujarme para verlo a los ojos.
-Hyung, este es Lee Know y Lee Know este e-
-Chris-
-Minho-
-¿Que?...-
-Ustedes... se conocen...?-
Ninguno le respondió, no podía alejar mi vista del otro, el tampoco podía hacerlo. Mi mirada mostraba odio, no porque estaba haciendo una mueca, sino porque no había ninguna expresión presente en este. Lo odiaba, lo detestaba, y sabía que él también lo hacía. Siempre había sido así. Siempre. Nunca iba a cambiar, lo sabía por como me veía con desprecio.
Su mirada estaba fija en mi, odio y desprecio era lo que mostraba. Felix, en cambio, miraba hacia ambas direcciones, estaba confundido por lo que estaba pasando. Él sabía que algo andaba mal, su rostro lo decía, el notaba la tensión que iniciaba a sofocar el ambiente de la habitación.
-Mhh...-
Dijo mientras se ponía en frente de Bang Chan.
-Chan Hyung, le dije a Lee Hyung que podía venir con nosotros-
Le agradecí internamente por ponerse entre los dos. Suspirando, me alejé un poco para salir del campo de visión del mayor mientras que hablaba con Felix. Chan se relajó un poco cuando Felix inició a hablarle. Parecía que discutían, pero, el menor seguía defendiendo como si todo dependiera de ello. Te lo agradezco, Félix. Pero si hubiese sabido quien era su primo, habría evitado todo esto y ya estaría en casa buscando por la persona que faltaba.
Pero el hubiera ya no existe.
-Lee Know...
...¿Vienes?-
Rápidamente, voltíe al proveniente de la voz. Miré de frente a la persona que nunca pensé que me llamaría de esa forma. Busquê alguna muestra de odio o desprecio en su rostro, incluso alguno de irritación por haber hecho algo que en verdad no quería hacer. Pero no había ninguna.
-Puedo ir solo- Respondí en voz baja.
-No quiero ser una molestia-
Me di la vuelta, dispuesto a salir de esa habitación lo más antes posible. Quería estar solo en ese momento. Esto se sentía tan mal como se veía. Tenía que irme antes de que algo aún más extraño que eso pasara. Con mis cosas en mano siendo apretadas fuertemente, caminé con un paso apresurado. No podía caminar rápido, eso era por seguro, pero está vez, quería correr y largarme de ahí y solo llegar a casa.
-¡No sería una molestia!-
-Felix-
-Lee Know Hyung, por favor, déjame devolverte el favor aunque sea con algo tan sencillo como esto-
Si deberle algo a alguien es difícil, que alguien te deba algo lo es aún más. Pero la pregunta aquí era:
¿Que me debe si no hice nada por el?.
-Está bien-
"¡Déjame!". Te lo dije muchas veces. Lo hubieses hecho, pero aún así, yo tuve que hacerlo desde un inicio. Si seguía de tu lado, todo iba a empeorar. La soledad, la que nunca había sentido ni creía de su existencia, de un momento a otro, había aparecido como si siempre estuviera ahí. Sin querer creerlo, fue alguien como tú, quien lo arruinó todo.
Pero, ¿Por qué seguiste apareciendo?.
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15 07 20