Fred se despertó, embriagado por el olor a cereza que cubría la cama. Aspiró el delicioso olor, extrañaba demasiado despertarse de ese modo. Pero cuando abrió los ojos, se dio cuenta de donde estaba. Tenía la cabeza apoyada sobre el trasero de una chica, "un gran trasero, por cierto", pensó. Ella se quejó cuando Fred paseó sus dedos por la raja del trasero.
-¡Perdón!- dijo, incorporándose al reconocer la voz de la chica -, disculpa, yo...
-No te preocupes- Ylenia se sentó, aún llevaba la camiseta de Quidditch antigua de Fred -. Ayer atacaron los mortífagos en la boda de Bill.
-¿¡Qué!?
-Tranquilo... todos están bien- tranquilizó sonriendo cálidamente -. Por la madrugada vino mi papá, que casi te saca a golpes, por cierto- Fred puso cara de terror al escuchar eso -. Me contó... murió Rufus Scrimgeour- el pelirrojo abrió los ojos como platos al oír que el ministro de magia había muerto. -. Ron, Harry y Hermione se fueron... no... hay rastro de ellos.
-Ron...
-Tranquilo- Ylenia se acomodó en la cama, viendo el miedo en el rostro de su ex novio -... saben cuidarse, estarán bien, Freddie.
El pelirrojo alzó las cejas al oír ese apodo. Lo había llamado Freddie, hacía tanto que no lo llamaba de esa manera que fue un vuelco en su corazón y una energía en su cuerpo. -No recordaba lo bien que te quedaba esa camisa mía...
-Oh, estoy traicionado a mi casa, Fred- bromeó -. Debería pedirle una a Cedric, así estaría bien- dijo, sabiendo que eso lo molestaría -... o, quizás a Theseus, recuerdo que era buen bateador- Fred le dio la espalda, sentándose en la orilla de la cama. Ciertamente, le había sentado mal aquello que dijo, y sabía que lo hacía intencionadamente. -. O también puedo pedirle una a Krum...- Ylenia notó la incomodidad del Weasley, así que se acercó, redondeando el pálido torso de Fred con sus manos y poniendo las piernas abiertas sobre su cuerpo, en un raro abrazo por la espalda. -. Es broma, cielo.
-Lo sé.
-Tampoco te tendría que afectar así...
-¿Crees que elijo de quien me enamoro y de quien no?
-No, cielo, mírame. Soy la que menos puede hablar de eso. Si pudiera elegir...
-Si pudieras elegir, te enamorarías de Diggory. Lo sé- la interrumpió, con un tono algo molesto -. O de Scamander, de Krum, de Potter o de Nott, pero no de mí, lo sé. Soy una mierda, también lo sé.
-Eso no es cierto- lo apretó más contra ella, abrazándolo -. Eres una persona genial, Fred. Siempre intentas ayudar a los demás, aunque los molestes con tus estúpidas bromas. Siempre intentas dar lo mejor de ti en todo, y si te lo propones, eres el mejor en todo. Eres un mago estupendo, y tienes un corazón demasiado grande- metió ambas manos en la camisa y acarició las pequeñas cicatrices del cuerpo del chico, las marcas de los líos en los que se metían él y George con sus bromas -. Aveces eres tan impulsivo y cabezota que me entran ganas de partirte los dientes, pero, ¿qué voy a hacer?
-¿Eso es lo que piensas de mi?- preguntó, con un hilo de voz.
-¿Aparte de que eres demasiado sexy y provocador? Oh, sí. Y también tienes cosas malas, tengo para rato, ¿eh?
-Vale, está bien. Fue suficiente- dijo, soltando una pequeña risa.
-Ahora, baja a desayunar- se retiró, volviendo a tumbarse en la cama -Remus dijo que quería hablar contigo, suerte. Desayuna con él y vete.
El pelirrojo se levantó y comenzó a ponerse el traje de la boda de ayer, que era con lo que había venido ayer -¿No vas a bajar?
-Quiero dormir un rato más, aún es temprano.
-Y... ¿para qué quiere verme tu papá?
-Supongo que te preguntará qué hacías esta madrugada aquí, luego preguntará si tuvimos relaciones, y, después te pegará un puñetazo, o algo por el estilo.
-Oh, lo normal- bromeó.
-Se trata de mi padre, Fred, ¿qué esperabas?
-Ya...- el pelirrojo dejó el chaleco amarillo sobre la cama, y la observó unos segundos. Su cabello estaba despeinado, sus largas piernas, podían verse el inicio de sus bragas debajo de la camiseta de Quidditch ya que, tenia una de las piernas alzadas. Eran color rojo carmesí, con encaje en las extremidades. Caminó hasta la cama, sentándose a su lado. Ella lo miró, confusa y descaradamente -. Ayer ibas preciosa.
-Gracias- dijo tímidamente, comenzando a sonrojarse.
-No pude bailar ni una canción contigo.
-¿Y qué? ¿Quieres bailarla ahora?- preguntó irónicamente.
-Sí- dijo.
-¿Disculpa?
El mayor se levantó, colocándose enfrente de ella. Hizo una leve reverencia y extendió su mano -¿Me concede este baile, señorita Lupin de Weasley?
-Ni te atrev...
-Disculpa- la interrumpió -. Empecemos de nuevo- cerró los ojos un par de segundos para luego volver a abrirlos con una sonrisa amplia -. ¿Me concede este baile, señorita Lupin?- Ella suspiró, mirándolo con duda. Miró su mano extendida y, puso la suya encima. Fred la ayudó a levantarse, le dio una vuelta sobre su mano y la apegó a él mismo -. Se ve muy linda esta mañana, señorita.
-Muy linda, en bragas y con una camiseta de mi ex novio.
Fred soltó un suspiro al oír la palabra "ex novio"
-Sabes que son mis vistas favoritas...
-Oh, cállate- la castaña recostó su cabeza sobre el pecho del pelirrojo, suspirando.
El Weasley acariciaba su cabello mientras bailaban sin ningún ritmo ya que, no había ninguna canción sonando, solo ellos, bailando como si estuvieran en la boda de Bill y Fleur.
-Empecemos de nuevo.
Musitó Fred.
-¿Qué?
-Empecemos de nuevo, Yle, no quiero estar más así- dijo -. Estar sin ti mi está volviendo loco. Extraño cada parte de ti, cielo. Déjame demostrarte lo mucho que te amo- hablaba mientras ambos se movían suavemente en la habitación de Ylenia. -, te prometo que mejoraré.
-No hay nada que mejorar, Fred, yo..
-Mejoraré todo- la interrumpió nuevamente -. No habrá más celos, controlaré mi impulsividad y haré lo que sea necesario para recuperarte, pero, por favor, no dejemos esto aquí.
-Yo no quiero eso- dijo ella, aún sin separarse ni detener el pequeño baile -. No quiero que cambies nada de eso. Te conocí celoso, impulsivo, obsceno y aveces soberbio, y no pretendo cambiarte. Aprendí a quererte así como eres, con tus muchos defectos, y también con tus tantísimas virtudes, ¿entiendes? Yo no quiero que cambies absolutamente nada.
-¿Entonces? Dime lo que quieres y lo haré.
-No quiero nada- musitó contra su pecho -. Por mucho que te quiera, no puedo olvidar lo que has hecho, Fred. Lo he intentado, créeme que lo he intentado- su voz comenzó a ser más débil contra más hablaba -, pero no puedo. Me dolió demasiado. Estaba tan enamorada de ti, Weasley...
-¿Estabas?
-Estaba... ¿lo estoy?- alzó el rostro para mirarlo -. Por fin creo que estoy comenzando a olvidarte, Fred, y no sabes el alivio que me causa. Creo que estoy... superando todo eso, y me hace sentirme...
-¿Te sientes bien con eso? ¿Te sientes feliz?- preguntó, ella, dudosa, terminó asintiendo -. Bien... entonces, sólo quiero que seas feliz- se inclinó, dejando de bailar para acercarse a ella -. Quiero lo mejor para ti, amor, y si eso no soy yo, lo entenderé- terminó de inclinarse para dejar un suave y duradero beso en sus labios -. Sólo lo mejor para ti- volvió a decir -.Y si alguna vez quieres volver a mi, voy a estar siempre, mi amor.
[...]
Fred tiró el chaleco sobre la cama con brusquedad, miró hacia la ventana de su habitación, encontrando justamente lo que buscaba.
El ramo de petunias lilas.
Las petunias que ambos agarraron en el campo mágico de Francia, un día después del cumpleaños de Ylenia. Se acercó temerosamente, tragando con dificultad. Las palabras de Ylenia y Remus rondaban por su cabeza. ¿Enserio ella estaba olvidándose de él? ¿Enserio estaba dejando de amarlo?
Una rebelde lagrima cayó por su mejilla cuando vio que una de las doce flores estaba marchita. Mierda, era cierto, ella estaba dejando de estar enamorada de él. Estaba dejando de quererlo. Él pensaba que simplemente lo decía para joderlo, pero, era cierto, ella lo estaba olvidando.
-Fred.
El pelirrojo se giró, encontrándose con su gemelo en la puerta de la habitación.
-¿Cómo estás? Ayer Ylenia te llevó a casa y no supe nada más de ti.
-Estoy... - sus palabras quedaron en el aire ¿Para que iba a decir que estaba bien si no lo estaba? -. Estoy hecho mierda, George- se sentó en la cama, pasando los dedos por su cabello con frustración -. Me está olvidando... me está olvidando de verdad.
-¿Qué dices?
-Se marchitó una petunia- dijo, mirando el jarrón de flores -... una vez que se marchiten todas, quiere decir que- tragó duro solo de pensar en lo que iba a decir -... ya no me... no...
-Ya entendí, ¿vale? No hace falta que lo digas.
-Joder. ¿Por qué tengo que ser tan estúpido? Soy un... cabrón.
-Tranquilo.
-Tranquilo no, George- miró a su gemelo, sus ojos ahora estaban irritados -. Estoy perdiendo a la persona que amo, mierda, te juro que es el amor de mi vida, George, ¿qué cojones hago ahora?
-No puedes rendirte ahora, Fred, ella se relajó, escuchó tu explicación, e incluso siguen viéndose, no puedes dejar esto así.
-Es lo mejor para ella...
✩ ✩ ✩
"Hola, Gin.
¿Cómo estás? Supongo que preocupada por Harry, Ron y Hermione. Yo también lo estoy, créeme. Ahora que terminé Hogwarts, puedo irme al Londres Muggle para hacer lo que quería, lo malo es como se lo tomen mis padres. Se que mi mamá no se lo tomará mal, ella siempre me dijo que hiciera lo que quisiera, y así fue. Remus más de lo mismo, pero se que le costará más separarse de mi y aceptar que ya no viviré bajo su techo. En fin, es todo lo que tengo para contar.
¿Hiciste lo que te pedí? Es muy importante para mi que cambies todas las semanas una flor del ramo por una de las que te di. Por favor, no lo olvides hasta que ya no quede ninguna flor del verdadero ramo de petunias. ¿Cómo están Molly y Arthur?
Besos y abrazos para todos, todo estará bien.
Te quiere, Ylenia Lupin."
Terminó de escribir la carta para mandarla a la Madriguera, después de hablar con su madre sobre sus planes de trabajo, ambas montaron una cena para poder hablar tranquilamente con Remus, Ed y Ted Tonks, así podría contar oficialmente que se iría de casa.
[...]
-Entonces- Remus Lupin dejó el tenedor sobre la mesa, la familia Lupin-Tonks estaba cenando en la casa de Ted Tonks -, ¿por qué decidiste hacer esta cena de un momento para otro?, ¿y tan rápido?- preguntó, para después dar un trago al refresco.
-Quería... quiero, decirles algo importante- Ylenia miró al hombre lobo. Él era la razón por la que no estaba segura de su decisión, sabía que a Remus le costaría adaptarse a estar sin ella por un tiempo, más, ella tenía planeado irse a vivir al mundo muggle. Todavía no sabía si a Londres, o a otro lugar del mundo no-mágico -. He decidido... lo que quiero hacer con mi vida, en que quiero trabajar y...
-¿Serás auror?- Ed, su hermano, la interrumpió, con una sonrisa.
-Déjenla hablar, ¿sí?- Nymphadora Tonks miró a su hijo y a su esposo. -. Por favor, sigue, cielo.
-Bien..- tosió algo nerviosa porque no sabía exactamente como decir las cosas. En ocasiones como estas, no sabía como expresarse, y, Fred la ayudaba mucho en eso. Como la vez que la ayudó a escribir la carta a Narcissa Malfoy, aunque, todo eso luego salió mal. -. Quiero... trabajar en el mundo muggle.
Remus y Ed se quedaron perpetuos. Realmente, no se esperaban eso de ella, desde que era pequeña soñaba con ser auror. El Lupin mayor frunció el ceño, pasando la mirada de su hija a su esposa, y así sucesivamente hasta hacerlo cuatro veces.
-¿En el mundo muggle?- preguntó Remus.
-Sí, papá. Hace como un año llevo informándome y sacando ideas sobre ellos, y, quiero ayudar a la gente que lo necesita. Yo- la menos miró a los hombres de su familia, rotando la mirada en cada rostro -... ya solicité la plaza en una escuela especial de Londres que trata de gente que quiere ayudar a socializar, es un pequeño curso de un año y medio, luego, comenzaré a trabajar. También conseguiré un trabajo para poder pagar el curso y cubrir los gastos del apartamento que alquilaré..
-¿Apartamento?- su padre la interrumpió -, ¿piensas... irte de casa, cariño?- preguntó con el rostro entristecido, ella asintió -. ¿No estás a gusto con nosotros en casa? Cielo, ¿por qué quieres irte?
-Es lo que quiero, papá. No se trata de ustedes, ni mucho menos. Los amo más que a nada, son mi familia. Y nos veremos todas las semanas, lo prometo. Pero, no quiero dejar mis sueños a un lado- dijo -. Alguien una vez me dijo que... tenía que perseguir mis sueños y cumplir mis metas sin importar nada, y, eso es lo que hago- suspiró al recordar aquella frase que un día Fred le dijo.
Al final de la noche, bueno, el que peor se lo tomó fue Remus. Pero si su hija quería hacer eso, él no se lo iba a impedir, ni mucho menos. Lo único que él quería en la vida era que sus hijos fueran felices, y si a Ylenia le hacía feliz trabajar en el mundo muggle, él no estaría en contra.
✩✩✩
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N/A: ¡Hola! ¿Cómo están?
Vengo a recordar que pase lo que pase, la historia es con Fred Weasley. Por mucho que estén separados, salgan con otras personas, se odien, se amen o sea lo que sea [no son suposiciones ni spoiler, solo ejemplos], la historia ES con Fred. Sólo tomen tiempo. Es obvio que no se van a arreglar de un día para otro, un poco de cabeza, por favor, ella se siente traicionada porque él la "engañó" y dijo el nombre de otra mientras tenían casi relaciones, es de lo más normal que le cueste.
Por favor, entiendan.