One Shots (Hogwarts)|| Smut +...

srtamalfoy_05 tarafından

1.3M 34K 10.9K

Relatos de todo tipo con distintos personajes. ***Contiene contenido adulto*** Leer bajo tu responsabilidad T... Daha Fazla

Advertencia
1. Mi premio|| Draco Malfoy
2. Juegos de clase|| Fred Weasley
3. Pídelo en la boca|| Harry Potter
4. Je vais te baiser|| George Weasley
5. Mi señor|| Tom Riddle
6. Post-Quidditch|| Ronald Weasley
7. Pillada|| Draco Malfoy
9. Nuestra (2/2)|| Remus y Sirius
Aviso
10. Amistad|| Adrian Pucey
11. Deseos cumplidos|| Ginny Weasley y Harry Potter
12. Cumpleaños agridulce|| Tom Riddle
13. Fin de la espera|| Draco Malfoy
14. ¿Celos? (1/2)|| Cedric Diggory
15. ¿Celos? (2/2) ||Cedric Diggory

8. Nuestra (1/2)|| Remus y Sirius (merodeadores)

94.3K 2.2K 1.4K
srtamalfoy_05 tarafından

Aviso: Este shot contiene contenido +18 (smut), léase bajo su responsabilidad

~*~

Salí de mi clase de pociones con prisa, necesitaría correr después de haber hecho lo que hice. Lily me siguió con paso apresurado sin entender a qué se debían las prisas.

— Clara deberíamos esperar a Remus y a Peter para ir juntos al entreno de Quidditch —dijo tirando de mi manga de su túnica haciéndome frenar.

Giré su cuello para ver a Lily buscando a los dos chicos entre la gente. Los alumnos pasaban por nuestros lados empujándonos levemente, la mayoría se dirigía al Gran Comedor para hacer sesiones de estudio.

— Gracias por esperarnos chicas —dijo Pettigrew con una sonrisa, rodé sus ojos en respuesta, no era ningún secreto que no soportaba a Wormtail.

— No hay de qué —contestó Lily, ella siempre tan agradable con todos—. Ahora sí podemos ir a ver el entrenamiento de Sirius y James.

La pelirroja empezó a caminar con Pettigrew pisándole los talones. Intenté empezar a caminar el campo de Quidditch, pero un brazo se envolvió en mi cintura con fuerza haciendo que me congelase en el sitio.

— No pensarás de verdad que te vas a librar, ¿cierto pequeña? —murmuró en mi oído para después dar un paso atrás—. Clara y yo no podremos ir hoy a ver entrenar a Pads y Prongs.

Ambos se giraron de inmediato para mirarnos desconcertados.

— Pero si Clara estaba prácticamente corriendo para ir a ver a Pads golpear bludgers —se burló Pettigrew— ¿Qué puede ser más importante para la pequeña Clara que ver a Pads en acción?

Apreté mis puños a mis lados cansada de nuestro supuesto amigo, hoy ya me habían puesto una detención por su culpa.

— Primero de nada, rata, será mejor que no me dirijas la palabra en un mes, es más, evítame, nos haces un favor a ambos —escupí acercándome a él, pude ver por el rabillo del ojo cómo Lily fruncía el ceño por mi comportamiento—. Segundo, lo que haga o deje de hacer con mi tiempo no te importa, si voy a ver entrenar a Sirius y a James es porque son mis AMIGOS —me quedé a un paso de él haciendo que él tuviese que mirar hacia arriba para verme—. Y tercero, Remus y yo somos prefectos, y tenemos reuniones importantes. Así que deja de meter tu hocico de rata en asuntos que no te incumben.

Unos brazos abrazaron mi cintura de nuevo, levantándome ligeramente del suelo y poniéndome sobre un hombro para alejarme de ahí.

— Decidles a los chicos que tenemos una reunión, os alcanzaremos luego —se disculpó Remus antes de alejarse conmigo en brazos.

No me opuse, sabía que Remus me estaba llevando a la sala común. Pensaba que se detendría una vez cruzamos el cuadro, pero no fue así, comenzó a subir las escaleras hacia el cuarto de los chicos sin soltarme.

Escuché como cerró la puerta y, después de murmurar algunos hechizos, me dejó en el suelo.

Remus no decía nada, simplemente me observaba con el rostro serio haciéndome sentir ansiosa. Sus ojos recorrieron mi cuerpo deteniéndose en los botones abiertos de mi camisa, que dejaban a la vista la parte de arriba de mi escote, vi cómo movía la lengua contra el interior de su mejilla intentando contenerse.

— Te mereces ser castigada por tantas cosas —murmuró sin apartar la mirada de mis pechos. Dio unos pasos hacia mí hasta que nuestros rostros quedaron a escasos centímetros, sus ojos se posaron en los míos por primera vez y pude notar cómo sus pupilas se habían dilatado.

— Primero haces ese numerito en clase de pociones intentando llamar mi atención, inclinándote en la mesa como toda una perra —su voz salía más ronca de lo normal, casi como un susurro mañanero, enviando corrientes de electricidad directamente a mi núcleo—. Después, te agachas justo delante de mí y me das una mirada inocente, joder te hubiese follado delante de toda la clase para que viesen lo perra que eres por mí.

— Por nosotros —corrigió una voz detrás de mí, no necesité darme la vuelta para saber de quien se trataba.

Remus sonrió de forma traviesa sin dejar de mirarme.

— Por nosotros —murmuró corrigiéndose a sí mismo.

Escuché sus pasos acercándose a nosotros hasta que se detuvo justo detrás de mí. Sus manos se posaron en mi cadera apretando ligeramente. Sentí su cabeza bajar hasta mi cuello para dejar un beso húmedo justo detrás de mi oreja y morder mi lóbulo, solté un gemido haciendo que sonriera contra mi piel.

— ¿Qué más hizo nuestra pequeña Clara para ser castigada, Moony? —preguntó sin apartarse de mi cuello.

Mis ojos volvieron a Remus, él había cruzado los brazos mientras nos miraba sin expresión alguna.

— ¿A parte de pasar toda la clase de pociones provocándome y hacer que sus tetas casi salgan de su uniforme? —preguntó irónico.

Sirius rio contra mi piel de nuevo haciendo que me estremeciera en sus brazos, sus labios no habían abandonado mi cuello, él seguía besando mi piel sensible mientras hablaba con Remus.

— Sabes que le gusta provocar, Moony —respondió besando mi hombro por encima de la camisa.

Remus bufó antes de contestar.

— Ha vuelto a discutir con Peter —dijo rodando los ojos.

Sentí como Sirius se tensaba detrás de mí y su agarre en mi cadera se volvía más fuerte.

— Creo haberte dicho que no discutieras con él —gruñó.

Una de sus manos recorrió el costado de mi cuerpo con fingida tranquilidad haciéndome estremecer. Sus dedos se movían lentamente por mi torso mientras su otra mano me mantenía firme.

Sirius siguió dibujando mi figura hasta llegar al cuello, se detuvo un segundo antes de que sus dedos se clavaran en mi piel, envolviendo con facilidad mi cuello, apretando ligeramente.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo por el frio de sus anillos contra mi cálida piel.

— ¿Y qué excusa nos darás esta vez Clara? —preguntó Sirius con ironía— ¿Quizás que te habló en clase? ¿Que te miró las tetas?

Podía sentir como sus ojos recorrían mi cuerpo desde arriba. Mi vista se dirigió a Remus de nuevo, él se había apoyado en la pared sin apartar los ojos de nosotros, pareció notar mi mirada porque una sonrisa se posó en su rostro serio.

— No me extrañaría que te hubiese mirado las tetas —dijo separándose de la pared parándose de nuevo frente a mí—, toda la clase lo hizo, hasta Snivellus la miró cuando se inclinó en la mesa.

Cerré los ojos sabiendo que Sirius se enfadaría aún más por el hecho de que Severus me miró.

— Respóndeme cuando te hago una pregunta, pequeña zorra —gruñó Sirius apretando su agarre.

Tragué saliva intentando encontrar mis palabras.

— Yo... él... —suspiré sabiendo que, para ellos, no tendría sentido—. Él dijo que ir a verte entrenar era lo más importante para mí.

Puede sentir cómo Sirius sonreía contra mi piel.

— ¿Y qué es más importante que ir a ver a Pads golpear bludgers, pequeña? —preguntó Remus con ironía.

— Que mis señores estén satisfechos —murmuré intentando relajar la situación, pero mis palabras tuvieron el efecto contrario.

Remus caminó hacia mí sin apartar sus ojos de los míos hasta que se detuvo a escasos centímetros de mi rostro. Él levantó su mano y agarrar los bordes de mi camisa, no apartó su mirada cuando, con brusquedad, abrió mi uniforme haciendo que los botones volaran por la habitación.

Ni siquiera me inmuté, mis ojos clavados en los suyos y los besos de Sirius en mi cuello me tenían hipnotizada.

— Entonces arrodíllate —dijo de forma autoritaria.

Sentí cómo Sirius separaba sus labios de mi cuello, haciéndome gemir en protesta, sus manos pasaron a mis hombros, empujando sutilmente hacia abajo.

— Yo de ti le haría caso —susurró en mi oído—, no querrás que tu castigo sea peor.

Mis piernas cedieron hasta que mis rodillas tocaron el suelo, todavía con la mirada fija en Remus.

Lentamente subí mis manos hasta su cinturón para desabrocharlo. Los botones del pantalón de Remus se abren, revelando su erección tensándose detrás del fino algodón azul de sus calzoncillos.

— Sácalo —ordenó.

Mis dedos temblaban ligeramente, sabía lo que me esperaba. Bajé la cinturilla elástica de su bóxer dejando libre su miembro ya duro.

Sentí como Sirius se alejaba de nosotros y caminaba a una de las sillas del cuarto, supe que había encendido un cigarro por su inconfundible olor.

La mano de Remus agarró mi cabello en una coleta mientras con la otra abría mi boca para introducirlo en mí. Él gruñó echando la cabeza hacia atrás en el momento en el que envuelvo mis labios en su longitud, mientras aprieta su agarre en mi pelo.

Muevo mi lengua a su alrededor mientras él embiste mi boca con fuerza. Ni siquiera puedo mover mi cabeza de lo fuerte que es su agarre, es él el que folla mi boca sin ningún tipo de cuidado.

Lágrimas se acumulan en mi rostro ante la falta de aire. Sintiendo su polla en mi garganta, cierro los ojos para concentrarme en la sensación.

— Abre los ojos y mírame, pequeña —gruñe embistiendo más fuerte.

Abrí los ojos para mirarlo de nuevo, gemí levemente cuando lo hice, sus labios abiertos, su ceño fruncido y sus ojos mirándome con atención hicieron que me excitara aún más.

Mis ojos empezaron a picar por mi maquillaje arruinado, supe que mis lágrimas eran negras por la máscara de pestañas, no me importó, sabía cómo les gustaba verme así.

Sus embestidas aceleraron y supe que estaba cerca. Moví mi lengua contra su longitud de nuevo llevándolo al límite. Suspiró sintiendo que mi garganta se contraía alrededor de su dura polla y sus muslos se tensaron mientras se acercaba a su liberación. Un gruñido salió de su garganta mientras se corría en mi boca.

Salió de mí y me agarró de las mejillas, clavando sus dedos en mi piel.

— Traga —ordenó mirándome fijamente.

Obedecí de inmediato, tragando el salado líquido para después abrir la boca y enseñarle que había hecho caso.

Remus le hizo una seña a Sirius para que se acercase a mí mientras él caminaba al armario. Sirius se acercó a mí, ofreciéndome su manos para ayudarme a ponerme en pie. Una vez mis pies sostuvieron mi cuerpo, él sostuvo mis caderas guiándome a la cama.

— Tienes dos opciones —murmuró suavemente en mi oído, su olor mezclado con el del cigarrillo me inundó por completo—, o te desnudas tú, o lo hago yo.

Sonreí con sutileza apoyando mi cabeza en su hombro.

— Creo que prefiero la segunda opción.

Sus manos volaron con rapidez a mis hombros para quitar mi camisa y lanzarla algún lugar para después hacer lo mismo con la falda, dejándome solo en ropa interior y las medias.

Bajó la cabeza para besar el valle de mis pechos antes de quitarme el sujetador y bajarme el pequeño tanga que llevaba.

— Creo que podemos hacer una excepción con las medias —gruñó separándose de mí para admirar mi cuerpo desnudo.

Sus manos se posaron en mis caderas de nuevo para darme la vuelta e inclinarme sobre la cama dejándome completamente expuesta. Sentí cómo se alejaba de mí.

— Manos —exigió la voz de Remus desde atrás.

Sin querer discutir, llevé mis manos a mi espalda sabiendo que las ataría, y así lo hizo, una tela suave, que reconocí como una corbata, envolvió mis muñecas dejándolas juntas, inmovilizándome en la cama.

Pensé que lo dejaría ahí, pero otra corbata rodeó mi cabeza, dejándome sin visibilidad alguna.

Una de sus manos volvió a mi cabeza, arqueándome para acercarme a su cuerpo.

— Ahora serás una buena chica y aceptarás tu castigo sin hacer un ruido —gruñó en mi oído para después empujarme bruscamente en la cama.

Oí ropa siendo tirada al suelo, pero no sabía de quién era.

Las manos de Remus recorrieron la parte interna de mi muslo hasta posarse en mi coño ya mojado, masajeó mis labios exteriores antes de abofetear una de mis nalgas. Un pequeño grito salió de mí sin que pudiera retenerlo.

— Te he dicho sin ruido —gruñó volviendo a golpear mi nalga, esta vez con más fuerza.

— Parece que nuestra pequeña Clara no puede mantener la boca cerrada, Moony —dijo Sirius desde algún lugar frente a mí—. Creo que tendremos que poner esa boca a trabajar de nuevo.

Sentí como sus pasos se acercaban a mí hasta detenerse justo frente a la cama.

— ¿Recuerdas la señal? —preguntó Remus mientras masajeaba mis nalgas desde atrás, yo asentí—. ¿Cuál es?

Chasqueé mis dedos como pude, la posición no ayudaba a llevar acabo la acción.

— Buena chica —murmuró Sirius posando su mano en mi mejilla con cariño—. Ahora abre la boca para mí.

Abrí mi boca inclinándome ligeramente hacia adelante para recibir su polla en mi boca, empezando a moverme de arriba hacia abajo, cogiendo un ritmo constante.

Pronto volví a sentir una bofetada en mi nalga seguramente roja. Remus repitió la acción diez veces más, cada una más fuerte que la anterior, haciendo que la corbata que tapaba mis ojos terminase recogiendo mis lágrimas.

Sirius dejaba que me moviera con libertad sobre su polla, ayudando con pequeñas embestidas para enterrar su miembro hasta mi garganta.

Sentí que Remus se apartaba de mí dejándome un poco desconcertada. Sirius agarró la parte posterior de mi cabeza mientras aceraba el ritmo, su miembro se hizo más grande en mi boca, haciéndome saber que estaba cerca, así que moví mi boca más rápido contra sus caderas.

Él se deshizo en mi garganta, obligándome a tragarme todo.

Sirius se deslizó fuera de mi boca y desató mis manos para después darme la vuelta y atarlas de nuevo al cabecero de la cama.

— Sirius, por favor —gemí rogándole que me destapase los ojos, él simplemente depositó un suave beso en mis labios antes de hablar.

— No soy yo el que te está castigando esta vez, preciosa —dijo mientras se separaba de mí—. Sabes que yo prefiero que me mires mientras te hago correr.

— Yo, por otro lado, sé que tienes la necesidad de tocarnos por eso te ato —gruñó Remus a lo lejos—, pero debo confesar que adoro ver tu cara de perra necesitada mientras ruegas por tus orgasmos.

Unas manos se deslizaron a la parte posterior de mi cabeza deshaciendo el nudo. Pestañeé rápidamente para acostumbrarme a la luz, un gemido abandonó mis labios cuando distinguí a los dos hombres frente a mí.

Ambos estaban completamente desnudos, mirándome con hambre. Remus tenía los brazos cruzados y su rostro estaba rígido, cómo si estuviera intentando contenerse, mientras Sirius tenía el pelo despeinado, su mano apretaba con fuerza uno de los postes de la cama y en su rostro había una sonrisa divertida.

— ¿Has terminado de mirarnos? —preguntó Remus irónico.

— No, todavía no, dame unos segundos más —respondí medio en broma sin apartar la mirada de ellos.

Sirius soltó una carcajada haciendo que Remus le mirase mal.

— Venga ya, Moony, admite que tiene su gracia —se quejó sin apartar su mirada de mí.

— Lo que sea —murmuró acercándose a la cama para separar mis piernas.

Sus manos rodearon mis tobillos con facilidad antes de meterse entre ellas. Remus se arrodilló entre mis piernas, separándolas más antes de lamer con su lengua contra mis pliegues húmedos.

Mi cabeza cayó hacia atrás sobre la almohada mientras Remus sostenía son fuerza mis piernas. Intenté mover mis manos con desesperación, necesitaba tocarles, pero fue imposible.

Sirius caminó hacia mí para colocarse a mi lado y besarme hambriento, su lengua se fundió con la mía en un intento de acallar mis gemidos, pero fue imposible. Sus manos agarraron mis pechos antes de separase de nuestro beso y bajar hasta la zona para morder uno de mis pezones.

Remus introdujo dos dedos en mí de golpe, sin dejar de mover su lengua contra mi clítoris mientras Sirius dejaba marcas moradas en mis pechos. Los dedos de Remus se enroscaron hacia arriba y acarició mis paredes con las yemas de sus dedos.

— Yo... —gemí intentando encontrar las palabras—. Estoy cerca... ¡Joder!

Ambos se separaron de mí para mirarme atentos, me tensé al darme cuenta de que había dicho una mala palabra.

— No tendrías que haber dicho eso amor —gruñó Sirius antes de alejarse.

Me maldije internamente, acababa de enfadar a Sirius. Provocar a Remus era una cosa, pero a Sirius le molestaba demasiado que dijese malas palabras o maldijera.

El pelinegro se acercó a mí para desatar mis manos, inmediatamente acaricié mis muñecas tratando de calmar las quemaduras que la tela había provocado.

Remus se acercó a la cama para sentarse en ella y ponerme encima suya, tenía una ligera idea de lo que venía, pero me daba miedo tener razón. Levantó su cuerpo de la cama conmigo en brazos, levantándome como si no pesase un gramo. Sus brazos se colocaron en mis nalgas provocando que gimiera un poco de dolor, enredé mis piernas a su alrededor mientras nos levantaba.

Él pareció mirar a Sirius antes de hundirme dentro mía de un solo golpe, mi gemido salió casi como un grito al sentirlo de forma tan repentina en mi interior. Mi cabeza cayó hacia atrás apoyándome en el hombro de Sirius, que se había movido detrás de mí.

Remus apretó mis caderas con fuerza y se movió contra ellas haciendo que le mirase de nuevo. Él tomó mi rostro con una mano, atrayéndome en un suave beso y moviendo su boca contra mía tuya sin dejar de moverse contra min coño.

Gemí en su boca cuando sentí los dedos fríos de Sirius contra mi trasero, rodeando mi cintura con su brazo. Sirius insertó uno de sus dedos en mi estrecho agujero, bombeando sus dedos mi agujero lentamente para relajarme.

Separé mis labios de los de Remus, que había parado las embestidas, para hablar, pero la voz de Sirius en mi oído me interrumpió.

— Te prometo que iré despacio, amor —susurró mordiendo suavemente mi oreja—. Nunca haría nada que te hiciese mal.

Remus empezó a moverse de nuevo causándome suspiros mientras Sirius añadía otro dedo a mi apretado agujero, me sorprendí gimiendo ante la sensación.

Cuando los quitó, fruncí el ceño ante la pérdida de contacto. Pero fue rápidamente reemplazado por un gemido cuando sentí su longitud presionando contra mí y entrando lentamente en mi trasero.

Agarré a los hombros de Remus con fuerza, clavando las uñas en su piel. Me tensé al sentir algo de dolor, pero los besos de los dos chicos en mi cuello me relajaron de inmediato. Se mentí extrañamente bien cuando Sirius me llenó por completó, gemí levemente intentando moverme, pero su brazo me lo impidió.

Mis ojos se llenaron de nuevo de lágrimas, no por el dolor, sino por el placer acumulado.

— Por favor, necesito que os mováis —gemí desesperada.

Sentí como ambos gruñían contra mi cuello.

— ¿Estás segura, amor? —preguntó Sirius algo preocupado—. Podemos esperar.

Rápidamente negué con la cabeza.

— Por favor —murmuré sintiendo como las lágrimas caían por mis mejillas.

Remus fue el primero en moverse, entrando y saliendo lentamente de mi coño, como si tuviera miedo a hacerme daño, Sirius le siguió unos segundo más tarde, sincronizando sus embestidas con las suyas.

Gemí, sintiendo cómo ambos entraban en mi interior sin dejar de besar mi cuello mientras gruñían causándome escalofríos.

Sirius comenzó a jadear contra mi cuello mientras sus caderas chocaban contra mis nalgas, comenzando a empujar más fuerte, provocando que yo moviera mis caderas también para enterrar sus pollas más profundo.

— Joder, nos tomas como toda una perra —gruñó Remus acelerando sus movimientos— ¿Se siente bien tenernos a Pads y a mí dentro tuya, pequeña?

Dejé caer un gemido agudo, sintiendo cómo Remus rozaba mi punto dulce.

— Si, se siente tan bien —gemí sintiendo que ambos aceleraban—. Oh, Merlín.

Sirius rio antes de besar mi cuello de nuevo.

— Merlín no puede ayudarte en este momento, amor, y menos después de saber que Snivellus miró lo que nos pertenece—gruñó antes de golpear mi nalga con fuerza haciendo que gimiera con fuerza.

Remus cochó sus labios contra los míos, dejando un beso descuidado antes de que yo me separase para girar mi cuello hacia Sirius, colocando sus labios sobre los míos acallando ligeramente mis gemidos mientras ambos seguían embistiéndome.

Mis paredes se tensaron haciendo que Sirius se alejara del beso para murmurar contra mis labios: —¿Estás cerca, amor?

Yo simplemente asentí volviendo a mirar a Remus, él agarró mi pelo en su puño echando mi cabeza hacia atrás y volver a besarme el cuello. La mano de Sirius bajó a mi clítoris, frotando alrededor con movimientos rápidos.

Sus movimientos se volvieron más duros y descuidados, ellos también estaban cerca así que apreté mis paredes a su alrededor.

Mis piernas empezaron a temblar alrededor de la cadera de Remus mientras ellos seguían follándome.

— Mírate, gimiendo por nosotros —gruñó apretando su agarre en mi cabello y mi muslo—. Venga, perra, córrete para nosotros.

Gemí descontroladamente sintiendo cómo sus pollas se hundían en mi interior profundamente. Mis uñas se clavaron en los hombros de Remus, moviendo mis caderas de arriba abajo sintiendo mi cuerpo tensarse.

Grité apoyando la cabeza en el hombro de Sirius, mi orgasmo en envolvió dejándome completamente agotada. Sirius se tensó en mi interior y, gruñendo pequeñas maldiciones, se corrió en mi interior, sentí cómo su semen llenaba mi apretado agujero mientras decía mi nombre.

Remus no tardó en seguirnos, embistiéndome con fuerza mientras tiraba más de mi cabello y mordía mi hombro dejándome marcas. Sentí como sus restos golpeaban mi interior, dejándome echa un completo desastre.

Los dos salieron de mi interior soltando un pequeño gruñido, Remus solo me soltó cuando supo con certeza que Sirius me tenía sujeta por las caderas. Me cogió a estilo nupcial para caminar conmigo a una de sus camas y acostarme cobre la manta escarlata.

Hice una pequeña mueca de dolor cuando mi cuerpo cayó sobre la cama.

— ¿Estás bien, amor? —preguntó algo preocupado.

Yo solo asentí cansada, mis ojos empezaban a cerrarse, pero la voz de Remus me despertó de inmediato.

— Vamos a limpiarte, pequeña.

Mis ojos se abrieron perezosamente para mirarlos.

— Eres demasiado modesto o estúpido si crees que puedo levantarme después de eso —protesté moviéndome contra las sábanas—. Simplemente lánzame un hechizo o algo, Remus.

Oí la risa ronca de Remus mezclada con un ligero siseo de Sirius, una sonrisa perezosa se posó en mis labios. Remus murmuró un pequeño hechizo de limpieza sobre mí antes de taparme con una manta.

— ¿No deberías estar en el entrenamiento, Pads? —preguntó Remus, pero yo ya lo oía como un lejano murmuro.

— Estaba por salir cuando os vi entrar. Pero que se joda Prongs, he hecho más ejercicio aquí que golpeando estúpidas bludgers.

Eso fue lo último que escuché antes de caer en un profundo sueño.

~*~

Okumaya devam et

Bunları da Beğeneceksin

98K 2.7K 28
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
291K 22.9K 51
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
837K 88.5K 136
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
1.7M 85.4K 110
Como el título indica, veremos como reaccionan los héroes y heroínas de Marvel a este entretenido fic y las desventuras tanto de Peter como Logan La...