Asustin.
Liam.
Cubrí el cuerpo de Ainhoa con la manta que traía en mi bolso y la tape. Era irónico que aun siguiera durmiendo, fue la primera de los dos en dormirse anoche y la primera en levantarse esta mañana, sin embargo, a penas Adair había venido por nosotros se había quedado dormida en el asiento del copiloto de una forma que podría lesionarse el cuello.
Habíamos quedado de juntarnos a las seis de la mañana y aunque el sol estaba en su mayor punto en lo alto, la princesita no dejaba de tener escalofríos.
Zac tendría que salir de la fraternidad en tres segundos o si no entrare y lo despertare con el sartén como despertador.
Cierro los ojos cuando por fin lo veo salir por esa puerta cargando su bolso y dos almohada en cada axila. Tiraba de la rubia quien por cierto, venia igual de cargada que él, joder que parecidos.
—Lo siento —se disculpa.
—Es culpa mía, necesitaba un mañanero —agrega.
Intento que no se note mi sorpresa por ser una chica tan sin filtro. Exactamente como otro parasito.
—Que sutil —dicen Adair y Logan a la ves con una sonrisa.
—¿Acaso eres mi hermano de otra vagina?
—Hermano me estás dando un poquito de miedo.
—Si me insultas Logan en todo el viaje sacare mis habilidades sobrenaturales para ahorcarte y no me va a importar el departamento de defensa. —le advierte.
Ruedo los ojos. Adair está convencido de que cada uno puede desarrollar una habilidad sobre natural, así como súper poderes o algo. Normalmente es Ainhoa quien lo escucha cuando comienza con sus payasadas.
—Par de tarados —dice mi hermana golpeando la cabeza de ambos. Le giño un ojo en agradecimiento, me sonríe.
Desde ahí desconecto de la conversación por qué no interesa escuchar estupideces a esta hora, necesito una buena dosis de café antes de sumarme y dar mi aporte.
Ayudo a Abby con su bolso y lo meto en el maletero, lo mismo hace Zac con sus cosas. Nuestro coche es el que va más vacío ya que llevamos la parrilla para la comida.
Termino de acomodar todo y cierro, entonces me llama la atención de la risa de mi hermana. Se ríe de algo que le dice Logan al odio, aprieto las manos a mis costados cuando veo lo cerca que están, la complicidad y sobre todo el rostro de mi hermana. ¿Acaso ellos se traen algo? Joder más le vale a Logan que no.
La primera hora Adair es el conductor asignado y solo lo permito por qué princesa aún sigue dormida. Zac y Abby miran una serie de zombis en la Tablet de la rubia y yo aprovecho para enviar revisar mi correo con la nota de mi trabajo. He querido saber de mi nota desde que Ainhoa dijo que me daría una sorpresa por aprobar. Pero tenía que ser diez o nada.
Me puse los cascos mientras aproveche de organizar mi planilla de clases para el siguiente semestre. Justo cuando estaba por cerrar mi correo electrónico llega uno.
De: Andrew Pride.
Para: Liam Anderson.
Asunto: Felicidades.
Un gusto saludarlo Anderson, es de mi grata apreciación enviarle su nota personalmente ya que usted es mi alumno estrella y el mejor de mi clase. Le adjunto su calificación, también quería recordarle que reconsiderara la propuesta de la Universidad de Boston, ya que esperan su respuesta...
Y el correo sigue unas par de líneas más donde me recita los pros de cambiarme de Universidad por la Beca que me está ofreciendo Boston. Pero esa propuesta está más que rechazada, no quiero estudiar en ningún otro lugar que no sea Weist.
Pero al menos saque diez en el caso que Ainhoa y yo hicimos, lo que por cierto me hace ganar esa sorpresa por parte de ella.
Mis ojos viajan hacia donde ella descansa su cabeza, sus ojos verdes se encuentran con los míos y eso hace que mi corazón se acelere al descubrirla espiándome en silencio.
Enarco una ceja diciéndole en silencio que la he descubierto, eso hace que se encoja más en el asiento ocultando sus mejillas sonrosadas. Le giño un ojo volteando la computadora en su dirección para que vea ella misma el correo.
Observo como sus ojos se mueven lado a lado mientras lee, se abren con sorpresa y me mira. Le sonrió, se incorpora en el asiento abriendo la boca para hablar pero es interrumpida por Adair.
—Bajare a llenar el tanque ¿puedes seguir tú? Me duele el cuello —asiento cuando me tira las llaves.
Aprovecho nuestra parada para mear y cuando vuelvo al coche me encuentro con una infiltrada. Lexie está con la barbilla apoyada en el hombro de Zac, sus ojos atentos a la pantalla. Adair aún no ha llegado, lo que me permite hablar a solas con la princesa. Bueno, no tan a solas.
—¿Qué lees? —le pregunto a mi pelirroja favorita al verla concentrada leyendo algo en su móvil. Tengo que pincharle el hombro para que me preste atención.
—Uhm, un libro digital.
Frunzo el ceño.
—¿Eso se puede hacer?
—Claro que si —responde indignada.
—¿Y cuál usas? ¿Supongo que se necesita una aplicación o algo? —apunto con la barbilla.
—Bueno esta Sweek, descargar ilegalmente o... o Wattpad —enumera con sus dedos.
—¿O... o Wattpad?
Asiento musitando un ajá.
—¿Y cuál usas tú?
—Uhm —me mira desconfiada— no creo que deba decirte.
—¿Qué? ¿Por qué? —inquiero. ¿Cuál es el misterio?
Duda antes de responder.
—No me mirarías del mismo modo.
¿Pero qué mierda está diciendo? Que no me diga me hace enfadar.
—¿Qué? Si tu solo lees lecturas aburridas, como esa de la Jane Asustin o esa la Cumbres borrosas —contrataco medio enfadado.
Soy consciente de como aprieta los puños en la manta y como me quema con los ojos.
—Podría matarte ahora mismo por insultar unos de los mejores clásicos —dice entre dientes.
—Yo te ayudaría con el cuerpo —agrega la traidora de mi hermana. Eso termina de enfadarme.
—¡Eres mi hermana! Debes apoyarme a mí, no a una pelirroja que se cree superior por leer.
Vale creo que eso no debimos decirlo.
—Lo siento Liam, pero acabas de meter la pata con lo de Jane Austen.
Mi hermana me pone mala cara antes de que Adair tire de su tobillo fuera del coche.
—A tu coche morenita.
Ruedo los ojos cuando Lexie me dice por lo bajo que estoy perdido. No sé qué se refiere.
Cuando todos ya traen sus cinturones puestos enciendo el coche y me meto a la carretera.
—¿Ainhoa? —la llamo con la vista fija hacia adelante.
No contesta, vuelvo a llamarla estas ves desviando mis ojos hacia ella cuando me lanza lo que parece un arete a la cara.
—¡Con los ojos en el volante Anderson! Y estoy muy enfadada, no me hables.
Escucho el murmullo de un "uuu" desde el asiento de atrás.
Intento hablarle durante los cinco minutos siguientes, harto de no recibir respuesta alguna subo el volumen de la radio y así como ella me ignora, la ignoro.
Cuando finalmente llegamos me doy cuenta que en todo este tiempo los del asiento trasero se quedaron dormidos. Veo como Ainhoa les saca una foto con el móvil. Me rio por lo bajo, por quede verdad están dormidos en una posición divertida.
Abby está en medio de los chicos durmiendo con la cabeza apoyada en el hombro de su, ahora, novio mientras que en su regazo sostiene la cabeza de Adair, quien por cierto esta abrazado a sus piernas, la rubia tiene la mano enredada en su cabello.
Mi mirada se cruza con la de la pelirroja y de inmediato la aparto.
—¿Estas enfadado? —pregunta subiendo las piernas al asiento. Cuando no contesta se inclina por la consola y pincha con su dedo mi mejilla— Liam, ¿Por qué estas enfadado?
—¿Pir qii istis infididi? —la imito.
—¡Awww! Vamos no te enojes conmigo —por el rabillo del ojo veo como saca su labio inferior hacia afuera— Liaaaaam, no estés así conmigo ¿sí? —aprieto los labios cuando saca a relucir su lado tierno. Pocas veces deja salir ese lado de ella.
Vuelve a pinchar mi mejilla, pero esta vez tomo su dedo y con la otra mano la atraigo hacia mí.
—¡Liam! ¡¿Qué haces?! —Chilla cuando abro la puerta de una patada y la cargo a mi hombro— ¡Liam, te exijo que me bajes ahora!
Paso por al lado de mi hermana.
—Vaya... míralos Logan —dice— deberías aprender de ellos.
¿Qué cojones? Empiezo a pensar que quizás no son paranoias mías de que esos dos se traigan algo. De ser así, Logan debería hablar conmigo.
Ainhoa
Observo divertida a Aleix completamente indignado por haber quedado sin habitación en el segundo piso.
—¡Bien! ¡Iré abajo, tampoco es como si quisiera escuchar los gemidos de todos por la noche! —nos grita a todos apuntándonos con el dedo índice.
Por decisión de Liam y por qué fuimos los primeros en entrar a la cabaña nos pillamos las habitaciones de arriba. Había cuatro, Lixi compartía una conmigo, Abby y Zac dormirían juntos y Logan y Liam tendrían habitaciones por su cuenta.
Al menos Lexie y yo teníamos la matrimonial, con balcón. ¿Lo malo? Es que el balcón se compartía con la ventana de Liam.
La cabaña es genial, había visto por primera vez una chimenea dentro de una casa y joder las vistas hacia la playa era increíbles. Aun no me cabía en la cabeza que solo esta cabaña sea la única allí. Era grande y espaciosa, el techo terminaba en punta y tenía casi la misma construcción que la casa de los hermanos.
Me emocione cuando al lado de la chimenea se notaban dos libreros a cada lado, prácticamente corrí hacia ellos pero cuando finalmente los tuve enfrente me lleve una decepción enorme. Era solo un tapis, no eran reales. ¡No había libros!
La decoración es hogareña y por un solo segundo cierro los ojos y me permito recordar cómo era mi casa. Pequeña por fuera pero espaciosa por dentro, con fotos de mi padre y los demás por cada pared. Dibujos de mi primo Brian colgados en la escalera y cada una de mis medallas colgadas junto a la televisión ordenada por año. No había mucha comparación con la de Liam, esta cabaña estaba repleta de fotos de los hermanos, de los chicos y sus padres. Tomo una fotografía enmarcada donde un Liam de más o menos diecisiete años me sonríe y también a su hermana que esta junto a él. Se ven jóvenes y felices, tras ellos están cuatro chicos más, tres de ellos no los conozco pero si logro reconocer al amigo de Joshua que también era algo de Lexie.
Joshua... no sabía si me sentía impresionada o ya me esperaba que no tratase de arreglarlo. Si soy honesta no quería que lo hiciera, ese capítulo de mi vida estaba en proceso de cerrarse. Pero algo dentro de mi esperaba que el volviera, se me disculpara y tratara de recuperarme, por los años que habíamos estado juntos.
Si sentía nostalgia al mirar hacia atrás y darme cuenta que una persona importante se había convertido en alguien completamente diferente, había crecido con él, experimentado, equivocado, y había sido feliz. Pero se había convertido en algo toxico y no quería algo así en mi vida. Sin darme cuenta me había vuelto dependiente de él, me preocupaba al extremo si algo le sucedía y me dejaba a mí misma de lado.
Mi final feliz no dependía de un hombre, yo era mi propio final feliz.
Es por eso que Liam me asustaba, ¿Cómo podía seguir siendo tan bueno conmigo cuando quizá yo no podría corresponderle? ¿Y si luego de esto no sería capaz de sentir? ¿Qué pasa si estoy rota y soy incapaz de valorarlo como se merece? Me gustaba si, hacía tiempo que venía creyendo que algo paraba entre nosotros y hasta ahora era capaz de asumirlo, lo deseaba y lo quería conmigo... pero al mismo tiempo lo quería lejos. Tenía miedo de que esto solo sea atracción sexual y luego de que las cosas pasen arruinarlo todo.
—Es la última foto que nos tomamos con la abuela –di un respingo cuando su voz me sobresalto— no era muy fanática de las selfies, así que es la única foto en la que le puedo ver el rostro. Teníamos quince, a veces me pregunto cómo nos veríamos ahora que voy a cumplir veinte.
Seguí sus ojos hacia la fotografía que sin darme cuenta había tomado, en ella había una mujer mayor con el pelo corto hasta los hombros de color blanco, usaba un vestido de flores largo que ocultaba sus rodillas, fruncía el ceño hacia la cámara mientras que sus costados estaban Lexie y Liam.
Fue entonces cuando me di cuenta el nivel de amor que le tenían los hermanos a ella. Se le notaba en los ojos.
Trague duro dejando la fotografía encima de la chimenea donde la había encontrado e ignorando a Liam pase por su lado sin decir nada y me fui hacia el sillón donde descansaba Adair. Este notándome al instante abrió su brazo izquierdo invitándome a sentarme junto a él. Me concentre en lo que sea que miraba en el móvil y escuche como Liam bufaba y se iba.
Suspire.
Adair apoyo la cabeza en la mía aun sin mirarme.
—A veces —hizo una pausa ganándose toda mi atención— hay que dejar de pensar tanto y que las cosas pasen por si sola —conecto sus ojos con los míos, su mirada era intensa— así que cagala, luego tendrás tiempo de pedir perdón. No le debes luto a alguien que no lo tendrá por ti —me mordí el labio quitando la piel seca de allí. Adair me sonrió con amabilidad antes de pegar su frente con la mía.
Luego lo que me dijo aquello me permití pensarlo y quizás, solo quizás tenía razón. Joshua no había tenido compasión por mí cuando se había metido en la cama con Kamila, tampoco lo culpo, es hermosa y demasiado sexy para la salud, la tentación estaba, pero era su decisión si caía o no por qué las tentaciones siempre iban a estar, hasta para mí.
Sus palabras también me habían recordado a lo que Lexie siempre decía, más bien su lema. Tenía que tener una vida que quisiera recordar. Pero yo no soy tan segura como ella, no lo suficiente.
Sacudí mi cabeza buscando entre mi bolso el traje de baño que Lexie me había acompañado a comprar, aun no lo probaba pero según mi amiga me iba a quedar como un guante. No estaba muy de acuerdo con la parte trasera, por qué era en tanga y nunca nadie me ha visto en tanga, solo mis novios. Sin embargo aun así lo compre, era de una sola pieza y era verde, en el estómago tenía una abertura casi como el vestido que Lex me había regalado.
Ella llevaba un bikini de dos piezas rosa junto con un short de jeans desabotonado. Era preciosa y más le gustaba presumir su vientre plano.
Una hora más tarde de estar bajo el sol bronceándome con las chicas me encontraba contemplando a los chicos jugar. Tantos abdominales juntos era digno de espectadoras, sin embargo la rubia solo tenía ojos para Zac y la de ojos diferentes solo para Logan. Yo los mire a todos, me di cuenta que Liam era el menos marcado de todos pero no por eso menos sexy, Logan el que le seguía, luego de Zac y joder... ya entendía por qué a Adair nunca la faltaba chica.
Comente con Abby su sexy tatuaje en la espalda de una espada en vuelta en sombras, antes de que la rubia sea raptada por su novio.
Logan vino hacia Lexie y fue entonces cuando Liam se me quedo mirando, estaba sudado y me miraba con salvajismo, no se me pasó desapercibido como recorrió mi cuerpo con los ojos y se relamió los labios.
Mi cuerpo se calentó al instante en que me miro con deseo, justo como yo lo miraba a él. Sus brazos fuertes, su pecho ancho y su cintura estrecha. Joder...
Las piernas se movieron por si solas levantándome y caminando hasta él. Dejo el balón de lado y espero a que llegara hasta él. Cuando estuve lo suficientemente cerca dije.
—¿Nos mojamos un poco?
Alzo una ceja sonriéndome de lado y casi podía leer su mente.
Eso había sonado mal.
—Mojarnos de la buena forma Liam —tome de su mano y lo guie hacia el agua.
—Ambas formas son buenas, si quieres mojarte no me importaría ser quien lo incentivara.
—Idiota —murmure por lo bajo.
Liam se pegó a mi espalda y susurro en mi oreja, para luego morder.
—Un idiota muy guapo y que te encanta.
Tiene algo de razón.