ARUANIWEEK JUNIO 2021

Von Javiviara

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Día libre y fotografías

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Von Javiviara


-¿Por qué tenemos que hacer esto? -Preguntó Annie mientras estábamos sentados en la sala de reuniones en la empresa donde trabajaba Eren como fotógrafo.

-Ya te conté ayer...

-Vuelve a decírmelo porque ya estoy que tomo mis cosas, eso te incluye a ti, y nos vamos a casa. -Dijo Annie rápidamente cruzándose de brazos, nerviosa. Sí, esos solo eran nervios.

Eren nos había pedido ayuda con unas fotos para las promociones de la nueva línea de ropa de la empresa internacional para la cual trabajaba. Necesitaban muchas personas, pero dos de los modelos que habían contactados, había cancelado el día anterior. Mi mejor amigo me contó lo que pasaba si no encontraba a nadie para modelar; si las fotos nos se hacían al día siguiente, todo se retrasaba, y tal vez, podía perder el trabajo. Las empresas internacionales no podían recibir un no por respuesta, era responsabilidad de Eren contactar los modelos, escogerlos y hacer las fotografías, junto con editarlas y enviarlas al área de publicidad y marketing.

Pero... ¿Por qué nosotros si éramos simples mortales?

Eren estaba tan desesperado que me ofrecí enseguida, y en ese instante también ofrecí la compañía de Annie, ya que al otro día teníamos el día libre, una vez al mes nos poníamos de acuerdo para pasar todo el día juntos, ya que por nuestros trabajos era casi imposible. Yo trabajaba en unas investigaciones en el puerto por ser biólogo marino, estaba tres días en casa y los otros debía de irme a los centros nacionales de conservación de especies para realizar mi trabajo. Annie, por su parte, trabajaba en el departamento de policía de investigaciones. Ella se quedaba en casa toda la semana, pero ya me había advertido que lo nuestro debía de establecerse en algún lado, por lo que habíamos estado conversando sobre irnos a vivir a la ciudad del puerto. Ella podría pedir traslado y yo tendría mi trabajo asegurado también.

Sin embargo, acá estábamos, creyéndonos modelos de alta gama, ayudando a Eren.

Apenas me paso la dirección esa mañana, tuve que rogarle a Annie que se uniera a dar apoyo y a colaborar con la buena acción, pero me había puesto mala cara porque la desperté de sus horas de sueño reponedor y me dijo:

"¿Me viste cara de modelo? ¿Acaso tengo el cuerpo para modelar?"

Annie siempre había sido así. Desde la preparatoria, cuando la conocí, siempre se mostraba como una persona fría, con desinterés hasta para decidir que iba hacer el resto de su vida. Pero esa actitud estaba ocultando algo, era la desconfianza que se tenía como "mujer". Siempre me decía que había más mujeres mucho más sensuales y atractivas que ella, aquello me lo había dicho cuando le pedí que fuera mi novia, y ahora que vivíamos juntos, ya egresados y en nuestra plena juventud, solo a veces seguía pasando. Pero yo siempre le decía que ella era la única mujer para mí. La mujer más hermosa de todas.

-Annie...

-Era nuestro día libre, Armin... -Dijo entrecerrando los ojos mirándome con ganas de ahorcarme con sus pequeñas manos.

-Solo serán un par de horas, luego nos vamos al cine si quieres o a comer. Además, de seguro será divertido. -Comenté llevando mi mano hasta la mejilla de mi novia, acariciándola con delicadeza, provocando que se sonrojara y se relajara un poco.

-Mh... Bueno. -Dijo después de unos segundos antes de tomar mi mano al descruzar sus brazos, enlazando nuestros dedos.- ¿Te acuerdas cuando no nos dejaban en paz y nos sacaron fotos por todo el parque de Trost hace unos diez años atrás? -Annie me miró con una pequeña sonrisa al recordar ese día que creíamos que habíamos escapado de nuestros amigos para pasar el día solos. Disfrazados con la temática de Volver al Futuro, aún teníamos las fotos, incluso las habíamos bajado y mandado a revelar para enmarcarlas, eran una de las postales principales que estaban en la sala de nuestro departamento.

-Si ¿Cómo no recordarlo? Estuviste poniéndoles mala cara a todos durante toda una semana cuando se ofrecían a hacernos compañía. -Dije entre una pequeña risa al recordar las caras de terror de Eren y Reiner.

-Y ahora estamos en el trabajo de Eren para ayudarlo a sacarnos más fotos... -Suspiró negando con gracia, sin dejar de mirar nuestras manos enlazadas.

Aunque estuviera algo irritada por la situación, sabía que Annie era de ayudar cada vez que podía, tenía la convicción que luego en el estudio se le iba a pasar.

Me acerqué a ella rápidamente haciendo que me mirar algo confundida, me apresuré y robé dos besos pequeños de sus suaves labios. Se quedo quieta, impresionada por mi acción.

-Oye, puede entrar alguien. -Dijo acercándose ahora ella a mí, mirando de reojo la puerta.

-¿Y? -Comenté con indiferencia, apoyando mi frente con la de ella sin dejar de mirarla. Podían haber pasado casi diez años desde que comenzamos a salir, pero jamás me cansaría de mirarla, de compartir mi vida con ella.

-Nos van a encontrar aquí, besándonos y pensarán que nos andamos comiendo la boca en todas partes sin moral aparente. Dejaremos mal a Eren. -Sonrió con gracia mirando mis labios y luego mis ojos.

-No me importa. -Susurré antes de ladear mi rostro para captar sus labios en un beso lento, el cual me correspondió inmediatamente. Nuestros labios encajaban a la perfección, nuestros labios se rozaban sin premura, solo estábamos los dos en esa sala.

-¡Chicos! Los estilistas los están esper-...-Eren entró de un momento a otro a la sala de reuniones donde nos había hecho esperar, abriendo la puerta de una.- Ya... ¿No se pueden aguantar un poco? Annie, deja tranquilo a Armin, muevan su humanidad. -Dijo rápidamente antes de volver a salir de la sala. Nosotros nos habíamos separado por el portazo de entrada con el que había llegado.

-Lo voy a patear, y me va a importar bien poco lo que me diga Mikasa. -Dijo Annie separándose de mí para levantarse de la silla, tomó su bolso y salió detrás de Eren.

La quede mirando salir de la sala y decir fuerte el nombre de mi amigo antes de escuchar un pequeño grito de Eren afuera. Ah... Iba hacer una tarde bien divertida. 


- o -


Eran fotos con distintos vestuarios, pero el principal era para la revista y la publicidad que se necesitaba para la temporada de primavera-verano.

Con Annie nos separaron, yo me fui con una estilista a una habitación donde estaba la ropa con etiqueta masculina y Annie se fue con un chico a la zona femenina.

Los pantalones eran demasiado cómodos, la camiseta a rayas y la camisa tipo abrigo encima combinaban de una manera bastante curiosa, ya que eran colores muy distintos. Luego de vestirme la estilista comenzó a arreglar mi cabello y a maquillarme con mucho cuidado. No era la primera vez que utilizaba maquillaje, ya que Annie a veces en sus momentos de ocio me pedía su opinión cuando le daba por maquillarse y terminaba colocándome productos también a mí, en especial cuando nos íbamos de fiesta, siempre terminaba con Annie encima mientras ella se entretenía maquillándome los ojos de una manera muy natural pero que resaltaba mis facciones.

-Tienes una piel muy bonita, es raro ver a hombres preocupados de ese tipo de cosas. -Comentó la estilista.

-Todo gracias a mi novia. -Dije algo avergonzado.

-¿Ah, sí? Ha hecho un excelente trabajo. -Dijo con una sonrisa mientras terminaba de perfilar mis marcadas cejas.

Lo iba a dejar ahí, no le iba a contar que mientras yo trabajaba en la computadora, llegaba Annie y sin previo a aviso me colocaba una de sus mascarillas de noche con la típica frase que me decía cuando me quejaba

"Carita de bebé, te ayudará, así no te pondrás viejo"

Luego de toda la preparación, estaba sorprendido del resultados, realmente me veía muy bien. La estilista me pasó unos lentes de color anarajados diciéndome que eran parte del outfit, además iban hacer un plus para las fotografías.

Salí al encuentro con Eren quién me miró de pies a cabeza.

-¿Estás seguro que no quieres que me contacte con la empresa de modelos y te contrate? Te ves genial. -Dijo con una amplia sonrisa antes de llevarse la botella de agua a la boca. Eren ya había hecho las fotografías a los otros modelos, solo faltábamos nosotros.

-No gracias, prefiero mi trabajo en la reserva nacional al lado del mar. -Comenté con gracia jugando con los lentes.

-Jaeger... ¿Me puedo quedar con la chaqueta como pago? -La voz de Annie llegó detrás de nosotros.

Se veía hermosa y a la vez demasiado atractiva, es como si de verdad fuera una modelo.

Venía con unos pantalones claro y una chaqueta extremadamente grande pero las zapatillas blancas altas la hacían ver totalmente estilizada. Su cabello rubio liso y acomodado de tal forma que se veía muy elegante, pero con su toque urbano. Esos labios color naranja... Ah. 

No podía dejar de mirarla.

Estaba bellísima.

-Si quieres, no hay problema. -Dijo Eren tapando la botella de agua.

-Genial. -Se colocó unos lentes trasparentes de color celeste y camino hasta a mi lado metiendo sus manos en los bolsillos de la chaqueta. Me miró de pies a cabeza con una pequeña sonrisa.- Te ves muy guapo, modelo.

-An... Te ves muy guapa. -Dije llevando mi mano hasta su cabello por mero gusto, deslice mis dedos entre esas hermosas hebras rubias.

-Ya, no se besuqueen ahora o se arruinarán el maquillaje. -Comentó Eren al tiempo que configuraba la cámara profesional.- Vayan a sus puestos.

-Oye, Eren... Pero ¿Y las poses? -Dije algo confundido y nervioso, era algo totalmente desconocido para nosotros.

-Rubio, dejemos en ridículo a Eren, se lo merece, vamos. -Dijo Annie tomándome de la mano para guiarme hasta el frente de las cámaras, donde las luces ya estaban listas, el fondo blanco y una silla nos esperaban.

-Un encanto como siempre Leonhart. -Dijo entre risas Eren antes de dar la señal para empezar.


- o -


Las fotos comenzaron con poses normales, de pie, solos, extendiendo los brazos, yo sentado en la silla, los lentes sirvieron un montón para darle el toque diferente a nuestras poses, y aprovechando la diferencia de estatura que nos daba la silla al yo sentarme y Annie quedándose detrás, ella pasaba los brazos por mis hombros y jugaba con sus lentes.

Las fotos estuvieron en menos de media hora. Eren nos dijo que nos iba a enviar cada una de ellas, pero cuando se publicaran.

Todo el equipo nos felicitó, para no ser profesionales, habías servido para la ocasión, además resaltaban que hacíamos una bonita pareja y que el contraste de las fotos era perfecto al tener el mismo color de cabello.

Nos cambiamos cada uno en su salón para encontrarnos fuera una vez listos.

Annie se llevaba la chaqueta en una bolsa que el estilista se entregó, e incluso se intercambiaron las redes sociales, el chico le había gustado mucho poder trabajar con Annie, ya que decía que tenía unas facciones muy bellas. Y también se llevaba los lentes transparentes.

-Y eso que te querías ir apenas llegamos.

-A caballo regalado no se le miran los dientes, rubio. -Dijo con simpleza al tiempo que íbamos saliendo del edificio. 


- o -


Fuimos a comer y luego paseamos por el parque central disfrutando del buen clima que hacía.

Pero todo ese clima de paz y tranquilidad se acabo cuando llegamos a casa.

Apenas cerré la puerta detrás de mí, Annie tiró la bolsa en medio del pasillo de entrada para darse vuelta y tomarme de la nuca, acorralándome y juntar nuestros labios. El beso fue imprevisto, intenso y rápido. El labial anaranjado apenas se movió de los labios de la rubia al ser fijo pero por la humedad poco a poco mis labios también se tiñeron del mismo tono.

Mis manos llegaron hasta su pequeña cintura para apegarla a mí, y ella pasaba sus manos por mi cuello y cabello con posesión. Nuestras respiraciones se mezclaron rápidamente, nuestras lenguas se encontraron como muchas veces entre nuestras bocas. El cuerpo de Annie se amoldaba al mío, y siempre que teníamos este juego previo, era un disfrute rozarnos entre nosotros. Metía una de mis piernas entre las suyas haciendo que mi muslo hiciera fricción con los suyos muy sutilmente.

Corté el beso para bajar mis besos por su mentón, mordisqueando ligeramente su quijada y llegar a su blanco cuello donde los besos, los ligeros chupones se hicieron presente por la intensidad del momento. Todo esto es el resultado de días sin poder pasar tiempo juntos y a la vez lo atractivos que nos encontramos mutuamente luego de la sesión de fotos, era un conjunto de cosas. Ansiedad de poder tocarnos, ganas de compartir tiempo solos, disfrutar de nuestro día libre y por qué no decirlo, por la calentura del momento.

Desde que vi a Annie en el estudio vestida de esa manera, maquillada con esos colores que le quedaban espectacular, como me tocaba para las fotografías, como se comportaba con la gente en el estudio, el bello sonido de su risa a los comentarios del estilista, su estatura, sus movimientos, su forma de ser, como me miraba, como sus ojos brillaban, todo, estaba totalmente encantado y enamorado de esta mujer.

Estaba tan concentrado en devorarle el cuello a mi rubia, que cuando empezó frotar nuestras pelvis por la posición en la que estábamos, sus suspiros me sacaron de mi marea de pensamientos sobre ella. Sin pensarlo dos veces, cambie las posiciones y ahora ella era la que estaba acorralada contra la pared del pasillo. Mis manos bajaron hasta sus glúteos, los cuales apreté con ganas antes de ir hasta la pretina de su pantalón, quité el botón y le bajé el cierre rápidamente, mientras que ella se entretenía en debajo de mi camiseta, deslizando sus uñas por mi espalda. Mi mano se metió entre su ropa interior y cuerpo para alcanzar su intimidad.

-Armin... -Jadeó suave contra mi oído cuando comencé a frotar suavemente su punto sensible unos segundos antes de bajar más mi mano y deslizar dos de mis dedos en su interior, penetrándola con cuidado. Las primeras veces que hacía aquello, lo hacía con total vergüenza, me sentía un pervertido, era algo malo para mí, pero todo era por el prejuicio de la vida de los adultos, pero cuando nuestra vida sexual se inicio Annie fue la primera que me hizo ver las cosas de manera distinta. No había nada de malo querer hacer ese tipo de acciones con la persona con la que tienes una confianza única, con esa persona que la confianza era tal que le contabas hasta el más oscuro pensamiento de tu inconsciente. Además a ambos nos gustaba, ambos nos respetábamos y cuando se daba la ocasión, conversábamos ampliamente de nuestra vida sexual. 

Estuve un par de minutos ahí moviendo mis dedos, había subido mi rostro hasta alcanzar nuevamente los labios de Annie antes de que ella bajara sus manos hasta mi pantalón e hiciera lo mismo que yo hice con ella hasta que alcanzó mi miembro y comenzó a frotarlo de arriba a bajo, aunque no era muy necesario, estaba ya muy despierto.

Saqué mi mano de su húmeda entrepierna para ayudarla a sacarse los zapatos, el jeans y la ropa interior rápidamente. La alcé desde los muslos tomándola entre mis brazos y así con su ayuda en guiarme hasta su intimidad, la penetré con lentitud, apoyándola en la pared al tiempo que ella me rodeaba la cintura con sus fuertes piernas.

Sin esperar, comencé a moverme contra ella con insistencia. Escondí mi rostro contra su cuello mordisqueándolo de vez en cuando, mientras ella se abrazaba a mi cuerpo con posesión gimiendo a gusto, repitiendo mi nombre y tirando levemente de mis cortos cabellos.

El ritmo de mis penetraciones fue rápido por la desesperación y ganas de liberarnos de la tensión que teníamos encima. Eran de esos momentos que la satisfacción era más importante que tomarse el tiempo de alargar el juego. Mis labios subieron para encontrarse con esos anaranjados labios y esos ojos celestes embriagados de placer al igual que los míos.

-An... Annie... -Suspiré contra su boca mientras las manos de mi rubia me tomaban de las mejillas, tratando de seguir con el beso a pesar de sus gemidos que apenas reprimía. A ella le daba igual si los vecinos escucharan. Mis manos se aferraron en sus muslos apretándolos con fuerza al tiempo que mis estocadas contra ella aumentaron; el interior de An comenzó a tensarse con más frecuencia y podía sentir como ella se aferraba a mí cuando su cuerpo se contraía.

-Mierda, Armin, Armh... ¡Ah! -Gimió contra mi oído al rodearme el cuello de un momento a otro cuando el orgasmo llego a su cuerpo. Los temblores de su cuerpo y como me apretaba con sus paredes internas fueron la exquisita forma en la que me apuré en follarmela rápido, golpeando ligeramente su cuerpo contra la pared para alcanzar mi límite y correrme dentro de ella.

Disfruté las corrientes de placer tan efímeras tanto como pude, nuestras respiraciones estaban calmándose poco a poco mientras aún estábamos en el pasillo, yo aún cargando y acorralando a Annie contra la pared. Ella me acariciaba el cabello al tiempo que yo disfrutaba de la calidez y mimos que me daba.

Amaba esa parte.

Éramos un poco melosos de vez en cuando, pero luego de tener relaciones, siempre nos mimábamos uno al otro, aunque hubiera sido por mero placer, siempre pasaba.

-Rubio. -Dijo contra mi oído, antes de apoyar su mejilla contra mi cabeza.- Te amo, te lo recuerdo. -Dijo entre una pequeña risa. An tenía esa manía de decirme en el momento menos esperado "Te amo, recuérdalo" o "Te adoro".

-Annie~ -Canturreé antes de sacar mi rostro de su cuello para llenarla de besos en su rostro, provocando que aquella pequeña risa volviera a mi rubia.

-Oye, imagínate como te ves con los pantalones a la mitad de las piernas y dándome besos así. -Bromeó entre beso y beso en su rostro. Me detuve un segundo para reafirmar su agarre en mis brazos y comenzar a moverme a la sala.- ¡No! Armin, nos vamos a caer, bájame y súbete los pantalones. -Dijo moviendo las piernas, yo me detuve en medio del camino.

-Novedad, ya nos hemos caído más de tres veces haciendo lo mismo, shh, que terminamos de sacarnos la ropa en el sofá. -Seguí caminando con cuidado, tratando de mantener el equilibrio paso a paso.

-Arlert ya... ¡Ah! -El pequeño chillido de la boca de Annie se escuchó por la sala al momento que me apresuraba a llegar al sofá, dejándonos caer entre los cojines.- ¡Armin!

Comencé a reír ya recostado en el sofá con ella encima, sin soltarla.

-Ya, mujer, ¿Ahora quién es la preocupona? -Dije con burla mirándola desde abajo. Aun con el maquillaje algo corrido, la ropa desalineada y con el ceño fruncido, se veía realmente hermosa.- Te amo, te amo tanto. -Dije rápidamente, viendo como sus mejillas ya encendidas por la acción de hace unos minutos atrás se volvían más rojizas.

Aunque tuviéramos poco tiempo para ambos, este día libre había sido muy divertido y placentero.

Esperaba que, en un par de semanas, nuestro próximo día libre fuera en la playa, en nuestra nueva casa, nuestra nueva vida en la costa, junto con nuevos "te amo" y "te adoro".



_________

¡Terminamos la aruaniweek! 

Me entretuve muchísimo escribiendo esta "línea temporal" entre los días, las temáticas fueron muy geniales, y sus comentarios juntos con sus ánimos de verdad, chiquillos, son los mejores. Gracias por tanto, perdón por lo poco. 

Junto con el fanfic, hice un pequeño dibujo de la temática de hoy, no es profesional como los ilustradores maravillosos que tenemos en el fandom de nuestros rubios, pero quería presentar algo y también ocuparlo como portada para este librito de la week.

¡Nos vemos pronto!

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