Café

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El desayuno se quedo en una ilusión al ver que el reloj nuevamente me fallaba para la alarma del despertador. Iba a tener que confiar en el móvil como me decía Mikasa, no podía volver a estar atrasado, menos si es tu primer año de trabajo y mucho menos si es en el ministerio de justicia. Como fiscal debía de revisar caso por caso, ir a terreno, asistir a juicios y más, pero mi problema era mi fantástico por el trabajo y llevarme más de lo que podía gestionar, así, me quedaba hasta las 2 o 3 de la madrugada y al otro día debía de estar a las 8 en punto en la oficina o el cuartel de investigaciones.

Miré mi reloj y eran las 7:30 AM.

Tenía tiempo para pasar a comprarme algo decente para el desayuno e irme corriendo al trabajo.

Entre lo más rápido a la cafetería que tenía a dos cuadras del edificio en cuestión. Me acerqué a la barra para señalar el sándwich y el tipo de café que quería, un cappuchino era lo que más podía soportar, y con bastante azúcar, era más de té, pero debía de despertar.

Esperé a que mi pedido estuviera listo hasta que mi teléfono sonó.

-¿Diga? -Comenté mientras miraba el reloj en la pantalla del local, 7:45, mierda, no podía seguir esperando. -

-Armin ¿Dónde están las llaves del archivo? -La voz de Jean se escuchaba bastante ronca, de seguro también se le quedo pegada a la cara la almohada.

-En el cajón del escritorio ¿Ya llegaron para el inventario? -Pregunté preocupado, jamás esos tipos del ministerio eran tan puntuales.

-El mundo conspiró contra nosotros, mueve esas piernas que tienes rápido, trataré de entretenerlos. -Dijo antes de cortarme la llamada. Justo en ese instante la cafetería estaba llena, el chico que me atendió dijo mi nombre dejando dos cafés y dos bolsas encima del mostrador. Tomé mi pedido y corrí por mi trabajo, y el sueldo a fin de mes que me dejaba tener un techo donde dormir.


- o -


-¡Insoportables! Por fin se fueron ¿Qué hora es? -Dijo Jean volviendo a la oficina mientras yo terminaba de guardar todas las carpetas de la letra "Z" en nuestro archivo de clasificación.

-Las diez... Mi café de seguro estará frío. -Comenté resignado acomodando las carpetas antes de cerrar la puerta de la bodega. Me dirigí hasta mi escritorio para tomar el café para llevar de la cafetería y probarlo.

No sé que cara puse pero el sabor definitivamente no era de un cappucchino.

-¿Qué te pasó? Esa cara Armin. -Dijo entre risas Jean mientras se sentaba en el escritorio frente al mío.

-Esto es un chocolate caliente, no un cappuchino, ah... De seguro se equivocaron. -Dejé el café encima de la mesa antes de tomar la bolsa, pero mi "sándwich" no estaba, había una dona de crema pastelera en el empaque.

-Claro que no ibas a tener nada... Arlert, tomaste el pedido de otra persona o te pasaron otro ¿Desde cuando te llamas Annie? -Dijo mirando el vaso del café.

Claramente.

No me llamaba Annie.


- o -


A la mañana siguiente probé con el despertador que venía en el móvil... Fue tanta la satisfacción que recibí al escucharlo sonar a las seis de la mañana que ahora iba a confiar un poco más en la tecnología para estos casos.

Aún así, volví a la cafetería pero con más tiempo, eran las 7:15 AM, tenía mucho tiempo para esperar y asegurarme que ahora si iba a venir el café que quería junto con mi desayuno procesado.

-¡Armin! -Dijo el chico dejando nuevamente dos vasos y dos bolsas encima del mostrador.

Me acerqué rápidamente pero ahora si iba a revisar cual era el mío.

-Así que tú eres la persona que me robó mi desayuno ayer, pensé que era una mujer por el nombre. -Una voz femenina se escuchó cerca, ladeé mi rostro mirando a mi lado para encontrarme con una rubia unos centímetros más baja que yo, rubia y con unos ojos tan frío e intimidantes.

-Ah... Tú debes ser...

-Annie, un gusto, créeme que un café y un sándwich en la mañana no viene mal, pero quería mi dulce matutino. -Dijo viendo el pedido encima del mostrador, tomando el que decía su nombre.- No te vuelvas a robar el desayuno de otros, Armin.

Y así como apareció de la nada, se marchó con sus zapatillas deportivas, su ropa sport y su bolso de gimnasio.

Vaya, por más que se vistiera así, tampoco es que su desayuno era muy nutritivo, hipócrita de su parte ser tan fitness y atragantarse con más de 1000 calorías en plena mañana. 

- o -


Entre al edificio de recuperación en el cual trabajaba, principalmente me enfocaba en ayudar a la gente con poca movilidad en sus clases de rehabilitación con natación y ejercicios motrices gruesos. La ropa sport era solo por comodidad, lo estuve pensando todo el camino al centro cuando la mirada del rubio me recorrió por completo, pero ¿Qué debía de darle explicaciones? Si al final, un tipo con camisa y corbata no era más que yo solo por vestir formal.

Aunque quién sabe, tal vez para la próxima yo le robaría el desayuno para volver a molestarlo.

Tal vez le pida una indemnización por el robo.

Una cita no estaría mal.

De seguro es genial en la cama.

Y de pareja, un encanto. 


ARUANIWEEK JUNIO 2021Where stories live. Discover now