YoonGi se sentía tan cálido, una vez entraron al puesto de hacer cerámica, Jungkook se vio aún más nervioso que antes, YoonGi no podía dejar de parecerle tierno y se preguntó cómo es que alguna vez le pareció intimidante. Una señora de edad los recibió con una sonrisa, y los guío al puesto que ambos iban a compartir, debía de admitir que estaba muy emocionado, ambos se sentaron uno junto al otro y recibieron instrucciones de la amable señora que no dejaba de sonreír, YoonGi las acató sin problema ya que no le era de mucha dificultad considerando que ya lo había hecho antes, a diferencia de Jungkook que no paraba de preguntar hasta el más mínimo detalle.
-¿Entendiste algo? -Preguntó entonces el alto una vez que la señora los dejó con una buena cantidad de material y pinturas.
-Claro que entendí, es extraño que alguien tan sabiondo como tú no lo haya hecho -Puntualizó riendo, Jungkook se enfurruñó cual niño y se sonrojo.
-Yah, te dije que no soy bueno con estas cosas -Le recordó con vergüenza, YoonGi le sonrió enternecido.
-Vamos, no puedes ser tan malo -Alegó poniendo la arcilla ya mojada en los platos giratorios.
-Bueno, no digas que no te advertí -Exclamó Jungkook.
Resultó que el mayor si era bastante malo empleando la arcilla, no solo se había manchado todo el delantal y parte de su cabello, sino que también había gastado grandes cantidades de arcilla y siempre se le salía del plato giratorio, haciendo que la extraña forma que estaba haciendo se deshiciera. Lo bueno de esto es que YoonGi la estaba pasando fenomenal, burlándose del mayor.
-No es gracioso, no sirvo para esto -Dictaminó cansado de ser el centro de burla del más pequeño, dejó la arcilla en su lugar y se cruzó de brazos mirando hacia un lado.
-Oh vamos Jungkookie, no te pongas así, te dije que te ayudaría, ¿no es así? -Sonrió acercándose a éste, con un poco de valentía de sentó en su regazo, Jungkook se quedó perplejo-. Solo sigue el movimiento de mis manos.
Las manos de Jungkook se acoplaron a las suyas y accionó el plato giratorio teniendo la arcilla mojada entre sus manos, con destreza comenzó a darle forma a esta tratando de calmar las sensaciones de estar sentado en el regazo de Jungkook, con su respiración en su cuello y sus manos sobre las de él. Se sentía abrumado pero trabajó lo mejor que pudo para lograr hacer la forma de un lindo jarrón delgado, estuvo a punto de celebrar cuando sintió los labios de Jungkook impactarse contra su mejilla y perdió su batalla de no-te-distraigas.
Se besaron cual película romántica de los noventa, YoonGi amaba la forma en que los labios de Jungkook se movían contra los suyos, con lentitud y a la vez tan excitante, siempre era capaz de robar su aliento.
En cuanto YoonGi sintió que algo se le caía sobre las manos, se despegó beso y observó que la figura que antes había estructurado se había deshecho, Jungkook río en su oído y YoonGi le dió un codazo.
-Me distraes Jungkook, vete para allá -Demandó levantándose del regazo del mayor, éste no hizo ningún intento de moverse-. ¡Vamos! ¡Para allá!
Entre risas el más alto por fin se alejó de él para dejarlo trabajar, no le tomó mucho tiempo en volver a tener la forma de un delgado jarrón, Jungkook lo miraba impresionado como un niño pequeño, y es que lo era, solo que atrapado en el cuerpo de un hombre gigante.
-Listo, lo siguiente es pintarle algo, ¿crees que puedas hacerle algo? -Preguntó limpiando sus manos en un trapo.
-Tengo un máster grado en Biología analítica y me gradué con honores en la mejor universidad de Busan, siendo el mejor de mi clase -Destacó mientras subía las mangas de su suéter.
-¿Entonces? -YoonGi saco las pinturas y los pinceles.
-Entonces deberías hacerlo tú -Contestó de inmediato haciendo reír al más bajo.
-¿Que diseño? -Preguntó con las pinturas en la mano.
-Uno floreado estaría bien, gracias -Sonrió ampliamente.
YoonGi comenzó a pintar distintos tipos de flores bajo la mirada fija de Jungkook, en cuanto su arte terminó, orgullosamente admiró su precioso jarrón de cerámica, se sentía orgulloso, esperaba a que la madre de Jungkook también le gustase.
-Ahora hay que dejarlo aquí un día y podremos buscarlo mañana -Informó YoonGi quitándose el delantal, Jungkook asintió e imitó al más bajo.
Ambos dejaron la tienda no sin antes resguardar su jarrón y pagarle a la amable señora, ahora, con más confianza YoonGi tomó la mano de Jungkook y juntos se dirigieron a ese café que Jungkook había prometido, se sentaron en una de las mesas de aquel lugar tan pintoresco, y YoonGi dejo que Jungkook pidiera por él una malteada.
Mantuvieron una charla agradable donde rieron y recibieron un muy buen servicio del mesero SeokJin que era tan entusiasta, YoonGi había tenido muchas citas extravagantes pero esta era la mejor, esos chicos no lo hacían sentir ni la mitad de lo que Jungkook lo hace sentir, era simple, simplemente extraordinario.
-Mi madre es una mujer muy amable, muy diferente al resto de mi familia -Confesó Jungkook después de un rato, YoonGi lo escuchó atentamente-. Ella... se deja influenciar por ellos, cuando era joven les fue muy obvio a todos porque su único hijo varón jamás traía chicas a casa -Sonrió con amargura mientras removía su malteada-. Los comentarios venenosos de ellos era más de lo que ella pudo soportar, y aunque ella no quería que me fuera lo hice, mi familia me repudia, no tengo a más nadie en el mundo que ella y que me haya invitado después de tanto tiempo, me pone muy nervioso.
YoonGi lo miró sonreír con los ojos cristalizados, nerviosamente colocó su mano sobre la de él y la acarició levemente, YoonGi sentía una batalla de sentimientos por el hombre sentado frente a él y entendía completamente porque éste solo se enfocaba en su trabajo, su pecho se apretujó con dolor al pensar en un Jungkook solo por tanto tiempo.
-Tu madre te ama, Jungkook -Expresó con dulzura inclinándose en su asiento para acercarse al mayor-. Tú solo ve y enséñales que no necesitas aceptación de nadie -Siseó para besar cortamente sus labios.
-Acompáñame -Pidió Jungkook entre titubeos, YoonGi lo miró perplejo-. S-solo si tú quieres, no es necesario, es decir, ¿Por qué lo harías? Mejor olvida lo que dije, lo lamento...
-Me encantaría ir contigo -Exclamó volviendo a besar sus labios, Jungkook sonrió sobre sus labios correspondiéndolo.
Se besaron sin vergüenza, porque allí nadie los conocía, nadie sabía que Jungkook era su profesor, allí YoonGi podía amarlo sin importar que ojos los miraban.
-¿Cuánto crees que SeokJin tarde en darse cuenta que la chica de aquella mesa está enamorado de él? -Le preguntó una vez acabadas sus malteadas, Jungkook sonrió divertido mirando al chico sentado en la mesa con un libro.
-Parece ser una cliente regular, SeokJin puede ser entusiasta y buen mesero pero es algo despistado cuando se trata de darse cuenta de lo obvio -Explicó Jungkook, YoonGi lo miró curioso.
-Wow, ¿Eres alguna clase chamán que lee mentes? -Preguntó el menor con burla, Jungkook río.
-No hay que ser un genio, la chica le hace ojitos y sonrisitas cada vez que lo atiende y Jin aún no capta -Obvió, su teléfono sonó-. Iré a contestar esta llamada, aquí tienes la tarjeta para pagar.
YoonGi sonrió sintiéndose como un sugar baby, SeokJin vino con su cuenta y se llevó la tarjeta, YoonGi se quedó tranquilamente esperando, mirando sus manos y pensando en que conocería a la madre de Jungkook. Cuando sintió la presencia de alguien pensó que tal vez sería Jin pero era el delgaducho cuerpo de la profesora Jung estaba sentada en la silla de Jungkook.
Nervioso, observó en dirección donde estaba Jungkook lejos de ellos hablando por su teléfono, la mujer frente él lo miraba con mucha seriedad y YoonGi moría de miedo, ¿Lo habrá visto con Jungkook?
-Diría que es una sorpresa encontrarlo aquí Min pero la realidad es que no lo es -Comentó con suavidad la mujer, YoonGi solo se quedó callado sin saber que hacer o decir-. Pero lo que si es una sorpresa es encontrarlo en compañía del profesor Jeon y tan, ¿cómo se diría? acaramelados.
YoonGi sintió su piel perder color, y los nervios atacar sus manos que comenzaron a temblar, Krystal disfrutaba de la reacción de sus palabras pues sonreía como si YoonGi estuviera haciendo de payaso.
-P-profesora Jung, y-yo n-no. No le d-diga a nadie y-yo...
-Oh, no le diré a nadie Min, porque tú te alejarás de él, ¿no es así? -Sonrió levantándose-. Si fuera tu, tomaría en serio mis palabras, no quiero que seamos enemigos, ¿de acuerdo? Te veo en clases.
La mujer se fue con una sonrisa de victoria, YoonGi se mantenía sentado aún con el terror en su cuerpo, su piel estaba fría y solo pudo asentir cuando Jin volvió con la cuenta preguntándole que le pasaba. Todo se había jodido, debía de alejarse de Jungkook, éste podría perder su trabajo, y él su puesto en la universidad, ya que no era ningún niño y la ley no se pondría de parte de ninguno, y YoonGi sabía que estaba estrictamente prohibido salir con profesores.
Aún así, cuando Jungkook terminó su llamada y fue hacia el, sonrió como si nada hubiera pasado, volvió a tomar su mano y hablar con él entre risa y suaves caricias, permitió que lo llevara a su casa y lo besó con urgencia y gran desesperación cuando se despidieron pensando en que extrañaría tanto sus besos.
Y rogando que le fuera bien en el cumpleaños de su madre.