Maratón de inicio 2/3
Jisung, el alocado y adorable Omega de tez pálida y mejillas regordetas correteaba por los pasillos tranquilos de la universidad en busca de su nuevo, único y mejor amigo.
-¡In! Gritó cuando lo vio sentado en su lugar de clase. El joven Omega de braquets se sonrojó ante las miradas que fueron dirigidas a ellos por el grito de Jisung.
-Han, no grites. -Pidió en susurros cuando el Pelinaranja llegó a su lado.
-No me interrumpas esto es importante. -Expuso haciendo apretar sus finos labios al contrario. -¡Tengo dos bodas a celebrar en mi familia!
-¡Enhorabuena! -Gritó feliz aplaudiendo el pelinegro. -¿Es tu Hyung? -Jisung arrugó sus labios y negó.
-HyunJin Hyung sigue soltero. -Murmuró, algo en él siempre dolía cuando veía a su adorado primo triste por ello. -Pero mis tíos y primas sí. -Un grito agudo de felicidad se escapó de su boca.
-Oh, eso es genial. -JeongIn nunca había ido a una boda, a una ceremonia de unión, sin embargo que Jisung tuviera dos se sentía bonito a la vez de provocarle celos.
-¿Quieres venir conmigo? -La pregunta repentina descolocó al menor por meses de los dos. -Mamá dice que puedo invitar a quien quiera.
JeongIn asintió, sintiéndose menos tonto y notando sus celos desaparecer. Sí había gente buena en este mundo, no todos eran malos y se aprovecharían de él como siempre le recordaban y recalcaban. No hacía más de dos semanas que conocía a Jisung y cada día ese hiperactivo Omega le hacía creer más y más en que él realmente podría gustarle a alguien y encajar en la vida de alguien más
JeongIn solo quería ser querido cómo veía en la televisión, leía en sus libros o presenciaba en la calle; daba igual que fuera de forma familiar, de amigos o romántica. Solo quería ser importante para alguien y Jisung estaba luchando por ser su alguien especial.
JeongIn fregaba las sartenes, ollas y, en sí, todos los utensilios que había gastado para hacer la cena dejando la cocina tan impoluta como debía estar. Tras él, en la mesa de la cocina, su padre cenaba con total tranquilidad viendo las noticias en televisión y, su propia cena, se enfriaba a un lado de la encimera.
Cuando su padre terminó su cena esperó a que el sonido de la televisión fuera apagado; ahí supo que ya podía hablar.
-Papá. -Habló girándose para verlo, nunca a los ojos, como mucho a la altura del pecho. -¿Puedo hablar un usted un momento? -El hombre asintió con un murmullo de garganta. -¿Recuerda que le comenté que tengo un amigo en clase de la universidad?
-Jisung. -Dijo el hombre, el Omega asintió, sabía que hablaban poco pero su padre siempre le escuchaba. -¿Qué pasa con él?
-Me ha invitado a una boda de unos de sus tíos para no tener que ir solo ya que es el único soltero Omega en la familia. -JeongIn lamió sus labios ansioso, diciéndose mentalmente que no temblara ni físicamente ni su voz. -Me gustaría ir.
-¿Cuándo es esa boda? -Preguntó en hombre aún sentado en la mesa.
-Mañana sábado no, el próximo. -JeongIn inclinó más su cabeza cuando su padre se puso en pie ante él en señal de sumisión. -Jisung me ha dicho que no será una gran fiesta, sino algo pequeño y familiar.
-¿Estarías con él todo el tiempo? -Intervino el hombre.
-Voy para estar con él como su acompañante. -Aseguró jugando con sus dedos.
-Eso está bien, que los Omegas solteros os apoyeis los unos a los otros. -JeongIn asintió de acuerdo con su padre. -Igualmente no me hace mucha gracias, no conozco al chico o su familia. -El Omega buscó en sus bolsillos y mostró un papel con un número de teléfono escrito en él.
-Jisung me dio el número de su padre para que hable con él y así esté seguro de que son buenas personas y de confianza.
El hombre tomó el papel, viendo el número y marchándose de la cocina dando la conversación por terminada.
JeongIn suspiró y supo que, ahora que estaba solo, sí podía sentarse a cenar en la mesa.
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Nota: Sí, aviso desde ya, por el padre de JeongIn sentiremos oun gran amor odio. Clásico machista llevado al Omegaverse 🙃