-¡Viktor!- chilló Fleur al verlo y lo llevó a un gran abrazo, una vez que lo soltó llevó a Lukas a uno también. Ambos estaban vestidos para la ocasión, con sus mejores túnicas negras, tres miembros de su grupo, sus mejores amigos se graduaban hoy. Harry, Neville y, por supuesto, Luna, que se había esforzado al máximo los últimos meses para sacarse el N.E.W.T. un año antes. -Los dos estan muy guapos- agrego dando su asentimiento de aprobaciòn, la moda era algo de lo que se sentìa muy orgullosa y le habria encantado hacer algo asociado a ella. Se fijó en que se quitaban las pesadísimas capas, debía hacer más frío donde habían estado, no estaba segura de si habían estado en casa o en el camino.
Había sido idea de Harry que Luna tomara sus N.E.W.T. ya que Luna odiaba la idea de estar separada de Neville durante todo un año, quedándose en Hogwarts mientras Neville buscaba un aprendizaje como Herbólogo. Estaba atascado entre aceptar a alguien cercano a casa, Pomona Sprout o Tilden Toots, un Herbólogo muy famoso que tenía su propio programa de entrevistas en wizarding wireless, y por último, pero no menos importante, Winona Wilma una de las mejores Herbólogas que hay, estaba ubicada en Gales pero frecuentemente se quedaba en América por meses. Por supuesto, los mejores ingredientes venían de allí, además de que algunos no podían crecer en el Reino Unido porque necesitaban un calor intenso durante todo el año, algo que no estaba disponible aquí. No sabía qué hacer, pero tenía tiempo para decidir. Al fin y al cabo acababa de graduarse hoy; él, a diferencia de otras personas, no estaba completamente agitado y desesperado por elegir en ese momento por miedo a que se lo arrebataran.
-Gracias, al igual que tú, como siempre-, bromeó Viktor, relajándose como siempre lo hacía cuando estaba aquí. No tenía a la prensa acosándolo cuando estaba en Gran Bretaña. Por eso seguía viniendo, aunque sus amigos eran un gran incentivo, la paz también era parte de la razón. El vestido era similar al que llevaba durante el torneo, vaya que le traía buenos recuerdos, pero era de color púrpura claro en lugar del azul bebé. No llevaba un sombrero a juego, pero seguía teniendo un aspecto muy llamativo. -¿Los demás ya están en el podio?-.
-No, Harry se ha ido a un sitio; ha dicho que volverá en unos minutos. Luna y Neville acaban de empezar a subir, los has perdido por unos segundos-. Explicó Fleur, sonriendo disimuladamente. Ella sabía lo que tramaba, al igual que Luna, por eso se había apresurado a arrastrar a Neville hacia el escenario. El mayor deseo de Neville era tener a sus padres en su graduación, así que Harry lo estaba haciendo realidad, moviendo los hilos donde hiciera falta; para que pudieran asistir.
-¿Dónde?- Preguntó Lukas, ¿qué podía ser tan importante durante su Ceremonia de Graduación como para tener que irse? Fuera lo que fuera, tenía que ser imprescindible para Harry; era muy... puntual, de hecho Lukas nunca lo había visto llegar tarde a nada.
Fleur se inclinó hacia delante y susurró -¡Para ir a buscar a los padres de Neville, uno de los estúpidos alumnos sanadores le dijo a Neville que sus padres no estaban lo suficientemente bien como para venir y ni siquiera pidió una segunda opinión!- reveló exasperada. -Harry sólo se enteró cuando Luna se lo dijo, enseguida puso sus excusas-.
-¿Severus fue con él?- Preguntó Viktor, ya sabiendo su respuesta. Ambos eran prácticamente inseparables; siempre había sabido que Harry acabaría con alguien mayor que él. Podía parecer ferozmente independiente pero necesitaba apoyarse en alguien que no le pisoteara el corazón y alguien que fuera fuerte cuando tuviera sus dudas sobre todo. Cuando a Harry se le metía una idea en la cabeza, se mantenía, pero había momentos en los que vacilaba, sólo necesitaba ayuda para seguir con los pies en la tierra. Al igual que durante el torneo, Harry siempre tendría un lugar en su corazón, lo quería pero no estaba enamorado de él. Ambos habían encontrado consuelo el uno en el otro, sabiendo que nunca sería a largo plazo y siguieron siendo muy buenos amigos después.
-Sí-, asintió Fleur, sonriendo dulcemente al pensar en ellos. Severus no era el más afectuoso de los hombres, pero no podía negar lo que sentía. Apenas le había quitado los ojos a Harry en toda la hora que llevaban allí, a pesar de que estaban en distintos lados del campo de quidditch conversando con otras personas. Estaba mejor que hace un año, se estaba esforzando y ella sabía que era puramente por el bien de Harry y estaba muy agradecida al mago por ello. Harry se merecía lo mejor y al parecer lo había encontrado.
-¿Dónde está Gary?- Preguntó Lukas, no era frecuente ver a uno sin el otro.
-Está allí-, señaló Fleur, -Trayéndonos algo de beber, hoy hace un poco de calor-, nada que ver con Francia por supuesto, pero se estaba acostumbrando al clima británico, lo que significaba que el calor era un poco más de lo que estaba acostumbrada en estos días.
Lukas y Viktor asintieron con la cabeza, acababan de utilizar un Traslador para llegar aquí, sin embargo, habían sentido el calor inmediatamente.
-Señoras y señores, niños, por favor, tomen asiento, la Ceremonia de Graduación de este año está a punto de comenzar-, retumbó la voz de Albus Dumbledore, magnificada en todo el recinto del castillo. Casi de inmediato, todo el mundo comenzó a sentarse en las sillas blancas que se habían repartido por todo el campo de quidditch para que la gente se sentara. Los profesores subieron junto a los alumnos, sentándose al otro lado de los que pronto se graduarían.
-Vamos-, suspiró Fleur, mirando hacia las puertas con preocupación antes de sentarse en la segunda fila junto a Viktor y Lukas, dejando un asiento para su novio, así como para Severus y los dos Longbottom y, por supuesto, para Cedric y Cho, que esperaban estar allí.
-No te preocupes, tardarán otros diez o quince minutos en instalarse- le dijo Lukas de forma tranquilizadora, observando como ella seguía mirando hacia atrás en busca de Harry supuso. -Por lo que parece aún no tienen las certificaciones de la graduación-, a no ser que estuvieran debajo del podio, que sería un lugar ideal para tenerlas.
-En realidad el Valedictorian da un discurso primero-, corrigió Gary a Lukas con voz divertida. Entregando una botella de Cerveza de Mantequilla a ambos hombres guiñando un ojo con una sonrisa taimada antes de entregarle una cerrada a su novia.
Lukas y Viktor le lanzaron miradas extrañas, no fue hasta que bebieron de sus botellas que lo entendieron. Les había puesto whisky de fuego. Asintiendo con un gesto de agradecimiento, suspiraron suavemente mientras esperaban a que empezara, por muy contentos que estuvieran de estar allí por sus amigos, eso no lo hacía emocionante. Todos se habían graduado ya; nunca habían pensado que volverían a estar en otra tan pronto. Notaron que Neville miraba a su alrededor, probablemente preguntándose también dónde estaba Harry.
-¿Le dijo Harry a Neville que iba a ir a alguna parte? Parece preocupado ahí arriba-. Señaló Lukas, mientras todos se giraban para verlo arqueando la espalda para ver por encima de la multitud de gente que se preguntaba dónde estaba Harry.
-No, pero estoy segura de que a Luna se le ocurrirá algo-, se burló Fleur antes de reírse; sin duda dejaría a Neville confundido. Se le daba bien confundir a la gente, ciertamente le había pasado eso alguna vez.
-¡Gracias a Merlín llegamos a tiempo!- exclamó Cedric.
-Hola, lo hicieron, vamos-, dijo Fleur alegremente poniéndose de pie y dejando que se apretujaran, Cho dejó que Cedric fuera el primero no deseando que las dos viejas llamas se sentaran juntas, no le gustaba pero nunca se atrevió a sacar el tema. Nunca quiso hacer que Cedric eligiera entre ella y sus amigos, quizá en el fondo sabía a quién elegiría. Tenían un vínculo entre ellos; infundido a través de un año problemático y difícil (el último año de Cedric, en realidad). Especialmente el trauma del final del torneo, cuando creyeron que Harry había muerto, para luego descubrir que no era así. -¿Encontraste lo que buscabas entonces?-, preguntó ella.
-Sí, fue jodidamente difícil, pero lo conseguí-, reveló Cedric sonriendo de forma ladeada.
-¿Qué conseguiste?- preguntó Viktor, curioso.
-Un libro que Harry ha mencionado un millón de veces, lo busqué por todas partes pero finalmente lo encontré en una pequeña librería de Irlanda, me ha costado días encontrarlo-. Exclamó Cedric en voz baja, pero definitivamente había valido la pena. -También lo conseguí muy barato, no creo que el dueño de la tienda se diera cuenta de lo raro que era-, añadió pensativo.
-No sería la primera vez-, reflexionó Viktor, -he conseguido muchas ofertas enormes en mis viajes, a mi familia le encantan los libros y las baratijas que envío a casa-, sobre todo en los mercadillos de los fines de semana, pues tenía un buen ojo para las antigüedades y los libros.
Lukas asintió enérgicamente; a veces encontraban ofertas increíbles.
-¡Bienvenidos damas y caballeros, chicos y chicas a la promoción de Hogwarts de 1997!- dijo Albus Dumbledore, vestido con una brillante túnica púrpura. Sonriendo a todos como si nada le diera más placer que estar allí para entregar los diplomas a los estudiantes. Lo cual se acercaba mucho a la verdad, había estado muy cerca de la muerte durante aquella batalla, no es que nadie lo supiera, pero por suerte habían estado cerca de San Mungo y se había curado muy rápido. Esperó pacientemente a que los vítores y los silbidos de los hombres se extinguieran, sin dejar de sonreír. Agradeció que fuera el final del curso, la verdad es que necesitaba unas largas vacaciones. -Como la mayoría de ustedes saben ha sido extremadamente difícil estos últimos años, sin embargo, todos ustedes hicieron que todos, desde sus padres hasta sus profesores, se sintieran orgullosos: sus calificaciones han sido ejemplares a pesar de los tiempos oscuros que nos han tocado-.
Otra ronda de aplausos le pilló desprevenido: no había terminado.
-Ahora, por favor, ayúdenme a dar la bienvenida al Valedictorian de este año, ¡Harry Peverell!- Albus, miraba a los estudiantes detrás de él, expectante a que Harry se mostrara.
-¿Te lo ha dicho Harry?- Fleur se quedó con la boca abierta ante aquel anuncio. Hacía cuánto tiempo que no era alumno? Dos o tres años probablemente más.
-Mejor pregunta es si Harry lo sabía-, murmuró Viktor con inquietud. Harry no habría estado de acuerdo con esto, odiaba la publicidad, detestaba estar en público y mucho menos dar un maldito discurso. Lo sabía, era absolutamente imposible que Harry hiciera algo así, lo que significaba que Dumbledore se lo había soltado a Harry sin ni siquiera un momento de preparación. Todos los demás, que no conocían a Harry tan bien como ellos, aplaudían maniáticamente.
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Volver de Severus y Harry.
-¿Están listos para irse?- preguntó Harry al entrar en la habitación de Frank y Alice. Tenían las capas puestas y estaban sentados al borde de la cama. Harry les había preguntado si querían ir, por supuesto, no era como si pudiera obligarlos. Ellos sí querían ir, y mucho, pero Neville se había empeñado en que mejoraran que "su graduación no era tan importante" como la de ellos. No hace falta decir que cuando les contó a los sanadores principales lo que había dicho la estudiante de sanación, se pusieron furiosos. Le darían una reprimenda por haberse extralimitado en sus funciones.
-Sí-, proclamó Alice, sonriendo cálidamente a Harry, que sabía que era uno de los mejores amigos de Neville. Neville había sido bastante solitario, nunca había hablado de tener muchos amigos antes de ser... herido. Ahora ella y su marido estaban siendo bombardeados con cálidos relatos de los amigos que había hecho y de lo feliz que estaba comprometido con su prometida Luna. Era una chica muy dulce, perfecta para su Neville aunque su abuela no estaba muy de acuerdo pero no tenía nada que ver con ella. Había crecido tanto que le entristecía no haber estado allí para verlo. Sin embargo, sabía que le debía a Harry el hecho de estar aquí incluso para ver a su primogénito graduarse en Hogwarts y para ver a su hijo menor graduarse dentro de unos años.
-Vamos, entonces-. Dijo Harry, ayudando a la mujer a levantarse de la cama, y manteniéndola agarrada mientras empezaba a caminar temblorosamente. Tenía que reconstruir sus músculos, y una vez que pudiera realizar las tareas básicas estaría bien para volver a casa. -Neville va a estar encantado de verte. Quería que estuvieras allí desesperadamente; era su mayor deseo cuando te maldijeron-.
-En efecto, lo hizo-, afirmó Severus en voz baja, deslizándose en la habitación ayudó a Frank a levantarse de la cama a regañadientes; no estaba tan mal como su esposa, afortunadamente, y podía caminar prácticamente sin ayuda, sólo necesitaba algo de apoyo. Las cosas que hizo por Harry. No iba a dejar que lo hiciera solo, estaba embarazado y no quería que le pasara nada a su hijo no nacido. El bebé según la sanadora Walsh era prefecto, del tamaño adecuado para lo avanzado que estaba y los signos vitales de Harry eran normales. A Daniel y Alex les habían ofrecido acompañarles, pero aún no habían vuelto de Estados Unidos. Tenían cosas que Alex tenía que resolver en casa antes de que volvieran, lo que según ellos podría llevar desde quince días hasta un mes.
-Esperen-, les dijo Severus, mientras sacaba el Traslador que los llevaría directamente a las puertas de Hogwarts, no podían ir más allá. Los pabellones habían sido cambiados después de que Harry fuera llevado por un Traslador; nada atravesaba los pabellones a menos que fuera aprobado por Albus y él no había obtenido el Traslador de ellos sino que lo había creado él mismo. Una vez que estuvo seguro de que lo tenían bien agarrado, dijo la palabra de activación y desaparecieron de San Mungo y aparecieron justo fuera de los pabellones de Hogwarts.
-¿Están bien?- les preguntó Harry, preocupado porque el viaje les había quitado muchas fuerzas, puede que solo sea un Traslador pero te da ganas de vomitar y te desorienta.
-Estoy bien, no hay que preocuparse- le dijo Alice de forma reconfortante, dándole unas palmaditas en el brazo como para demostrarle que era más fuerte de lo que parecía. Si acaso estaba emocionada, era enloquecedor estar en esa habitación de hospital para ella. Era una Auror; estaba en constante movimiento, nunca se quedaba mucho tiempo en un mismo lugar (con la obvia excepción del Ministerio), especialmente cuando estaba de guardia, lo cual había sido un total de dos veces cuando estaba embarazada de sus hijos.
Severus miró cuando escuchó a Harry hablar; asintiendo en su dirección la pareja comenzó a guiar a los dos aurores hacia la multitud sentada. Estaban callados, Albus estaba de pie en el podio así que o bien había hecho una pausa en su discurso o había terminado y se habían perdido los aplausos. Dejó que el silencio lo rodeara sabiendo que no duraría; las ceremonias de graduación eran ruidosas y molestas. No es algo que haya echado de menos en sus seis años desde que lo dejó, decidiendo centrarse en su carrera, una de las mejores decisiones que había tomado.
-Ahora, por favor, ayúdenme a dar la bienvenida al valedictorio de este año, ¡Harry Peverell!-.
-¿Qué?- siseó Harry indignado, sacudiendo a Alice con demasiada brusquedad por su sorpresa. ¿Qué carajo? Él no había pedido ser el maldito Valedictorian. -¿Por qué yo? ¿No debería ser Granger?-.
-No-, respondió Severus de inmediato, -Tienes las mejores notas de tu curso, no sólo por tus O.W.L. sino también por tus N.E.W.T.-.
-¡Yo no estaba de acuerdo con esto, Severus!- dijo Harry, maldiciendo para sus adentros. -No tiene derecho a lanzarme esto-. Odiaba esto, ni siquiera quería ir a conferencias en las que estuviera en su elemento hablando de pociones, por el amor de Dios.
-No-, dijo Severus sombríamente, -Que no-, pero a Dumbledore eso no le importaba, sin duda era su intento de compensarle por haber favorecido a Nick durante años, claro que no se daba cuenta de que iba por el camino equivocado. A Albus le gustaba pensar que conocía a Harry, o probablemente se engañaba a sí mismo diciéndolo, pero estaba tan lejos de la verdad que era casi hilarante si no se desesperaba en silencio.
-La pregunta es: ¿vas a subir?- Preguntó Frank hablando en voz alta, con el sudor brotando de él, jadeaba cada pocos minutos, esto le estaba costando mucho. No era de extrañar ya que hoy habían tenido su fisioterapia.
Harry frunció el ceño mirando a Dumbledore, -Supongo-, respondió, con desgana en su voz.
-Adelante entonces-, dijo Alice alegremente, sin prestar atención a la mirada sosa de Harry. Se giró hacia los graduados buscando a su hijo pero no lo encontró.
-¿Harry?- Llamó Albus una vez más, con el ceño fruncido en su viejo rostro, mientras todos empezaban a mirar a su alrededor preguntándose si estaría allí.
-Vamos a sentarte-, dijo Harry, encontrando el pelo blanco de Fleur, usándolo como faro para guiarlos hacia ella. Harry la sentó con suavidad; Fleur le hizo un gesto con la cabeza para indicarle que se ocuparía de ella.
-No te preocupes, sólo habla desde tu corazón-, le dijo Severus en voz baja, dándole un suave apretón en el hombro antes de guiar a Frank a un asiento y sentarse él mismo mientras Harry se dirigía hacia el podio con todo el cuerpo rígido, demostrando lo mucho que odiaba esta situación a la que acababa de ser empujado. Sólo podía imaginar la expresión de su cara, reprimiendo una sonrisa sabiendo que Harry siempre estaba a la altura de los desafíos de la manera más divertida. Le había enseñado bien, al parecer, aunque no podía atribuirse todo el mérito.
Harry maldijo mentalmente a Dumbledore durante todo el trayecto, sus insultos se volvían más despectivos a medida que lo hacía, algunos los había aprendido también de Severus. Manteniendo el rostro impasible, subió suavemente los pocos escalones para subir a la tarima y se dirigió hacia el podio ignorando los vítores que se alzaban. Sabía que no lo hacían sólo por cortesía, sino porque era la primera vez que salía en público desde que había derrotado a Voldemort. Había ido de compras, por supuesto, pero a escondidas para que nadie supiera quién era; no le gustaba que esto sucediera, no era Nick, nunca había aspirado a ser famoso, rico sí, pero eso es sólo porque sabía lo que era ser pobre... más o menos, y no quería volver a eso. No tener las cosas que quería o necesitaba, no era una vida que quisiera.
Volviéndose a mirar a la multitud, aplacando la sensación de malestar en su estómago, comenzó a hablar. -Muchas gracias por este inesperado honor, director Dumbledore-, era evidente por su tono que no creía que fuera un honor, notó que todos lo miraban sonriendo evidentemente creyendo las palabras que salían de su boca. Sin embargo, a juzgar por la mirada de Dumbledore, supo al menos que no estaba contento.
-Bueno, los últimos siete años de Hogwarts han tenido ciertamente su cuota de altibajos, diferentes para todos y cada uno de nosotros, incluidos los profesores. Desde alumnos petrificados hasta torneos, en lugar de huir nos mantuvimos firmes y deberían darse una palmadita en la espalda por eso ya que no debió ser fácil-. les dijo Harry, preguntándose qué demonios decir. Se suponía que debía ser optimista, ¿no? ¿Algo divertido y alentador? ¿Qué podía decir que fuera? -Para mí el momento más feliz en Hogwarts fue sin duda el baile de Yule, y el torneo que nos permitió relacionarnos con otras escuelas, ganar nuevos amigos, algunos de ellos para toda la vida, y darnos a conocer lo que hacían otras escuelas y sus cursos. Aunque sé que mucha gente se sintió decepcionada por la falta de Quidditch ese año-, rió suavemente, sintiéndose realizado cuando los estudiantes detrás de él rieron y aplaudieron su acuerdo, obviamente no lo estaba haciendo tan mal.
-Ahora es el momento de dejar atrás Hogwarts, y sé que la gente temerá perder el contacto con los amigos cuando sigan su camino hacia su propia carrera. Todo lo que puedo decirles es que no dejen que eso suceda, seguro que no tendrán una gran cantidad de tiempo juntos, pero cuando lo hacen siempre es interesante. Los amigos y la familia son para siempre, y deberían serlo siempre... no importa dónde te lleve la vida. Si ya has elegido tu carrera, yo y todos los presentes te deseamos la mejor de las suertes y que no te arrepientas, ya que la vida está llena de ellas. Si no has elegido una, no dejes que eso te disuada, si no sabes qué hacer aprovecha este tiempo para decidirte, porque es mucho mejor saber decididamente lo que quieres hacer que adivinar y ser desgraciado. La vida es una aventura, debe ser emocionante, divertida y animada... hagan que todos y cada uno de ustedes sean dueños de su propio destino así que salgan a perseguirlo recordando que esta es su vida y la de nadie más-.
Todos se pusieron de pie y vitorearon, por lo que el suspiro de alivio de Harry se perdió entre los estruendosos aplausos.
-Muy bien hecho-, dijo Albus, con los ojos centelleantes, -Quizás uno de los mejores discursos que he escuchado desde que soy profesor-.
-Bueno, me pusieron en un aprieto, literalmente-. Afirmó Harry su tono cortante.
-¡ABBOTT, HANNAH!- Llamó Dumbledore, señalando la cesta de diplomas a Harry haciendo que el adolescente hiciera una mueca antes de hacer lo que le decían y sacar el correcto.
Hannah se levantó y se acercó a los dos, estrechándoles la mano antes de aceptar su diploma y enfrentarse a la multitud sonriendo a sus padres, que vitorearon con fuerza por encima de los educados aplausos que se habían iniciado. Se estaban tomando fotos y Harry se colocó detrás de Dumbledore para no salir en la foto.
-¡BROWN, LAVENDER!- Dumbledore llamó a la siguiente persona al frente.
La chica hiperactiva se puso de pie simulando a Harry mientras aceptaba su diploma, lo que hizo que los ojos de Albus centellearan ante la ignorancia de la juventud. La simulación no era atractiva, especialmente cuando la chica estaba demasiado maquillada y tenía un mohín que la hacía parecer estreñida. Un aplauso cortés comenzó cuando Lavender sonrió a su madre, la única que estaba allí para ella en su día especial, su padre ya no estaba con ellos. Incapaz de ver a su madre llorando, se puso a su lado para calmarla a pesar de sus lágrimas. Desde allí observó el resto de la graduación. Terry Boot, Mandy Brocklehurst, Millicent Bullstrode, Susan Bones, Michael Corner, Vincent Crabbe, Morag MacDougal, Seamus Finnegan, Justin Finch-Fletchley, Hermione Granger, que por alguna razón parecía decididamente desanimada. Oh, ella sabía por qué, Hermione había estado despierta toda la noche trabajando en un discurso de graduación, pensando que sería elegida, y todos pensaban que lo sería. Ella, aparte de Harry, era la estudiante con mejores notas. No tenía que ser así, y Harry había dado un buen discurso, pero ¿qué otra cosa se podía esperar del héroe del mundo mágico y además un Ravenclaw? pensó Lavender divertida.
Los nombres continuaron... Anthony Goldstein, Gregory Goyle y Neville Longbottom, la mirada de orgullo, de emoción en su rostro al ver a sus padres allí... no tenía parangón. Parecía haber sabido que era Harry, ya que le dio las gracias y le abrazó más fuerte de lo normal. Harry había hecho tanto por él, que deseaba con todas sus fuerzas poder hacer algo a cambio, pero no había nada. Harry tenía todo lo que quería, todo lo que le importaba; aunque esperaba que le gustara su regalo de graduación.
Luna Lovegood, Ernie Macmillan, Lily Moon, Draco Malfoy, que en su opinión era el que más había cambiado desde que tenían once años. Seguía siendo guapísimo, seguía siendo melancólico, pero la arrogancia engreída le había desaparecido. Hacía años que no escuchaba de él (espera a que mi padre se entere de esto). En realidad, al principio lo compadeció, era duro perder a tu padre, y ella lo sabía. También había sido duro perder su fortuna, pero no lo había perdido todo y seguía teniendo una vida cómoda. Había perdido muchos amigos un año después de aquello, cuando se declaró ni de la luz ni de la oscuridad, permaneciendo neutral. Ahora era buen amigo de Theodore Nott (que se había unido a Draco y se había declarado neutral) y de Blaise Zabini.
Theodore Nott, Pansy Parkinson, Sally-Anne Perks, Padma Patil, Parvati Patil. Los Slytherin no se habían visto obligados a elegir un bando; la guerra había terminado antes de que tuvieran la oportunidad de arruinar sus vidas para siempre. Por eso, cierto mago llamado Severus Snape estaría eternamente agradecido. El hecho de que hubiera abandonado Hogwarts no significaba que hubiera dejado de preocuparse por sus serpientes o por su futuro.
-¡NICK POTTER!- llamó Albus, colocándose entre Harry y el inevitable acercamiento de Nick, no quería otra trifulca como la de su cuarto año. Aunque no podía llamarse pelea, a Nick le habían ganado de mano con unos cuantos puñetazos. Nunca había visto una muestra tan repugnante de peleas muggles en su colegio y más bien esperaba que no volviera a ocurrir.
Nick avanzó nervioso, apenas pudo encontrarse con los ojos de su hermano, pero al estar frente a él, con Dumbledore molesto cerca, le tendió la mano y su respiración se detuvo preguntándose si querría hacerlo. Los ojos verdes se encontraron con los suyos con nada más que paz mientras estrechaban la mano con firmeza.
-Harry yo...- Nick comenzó sin estar seguro de qué decir, ¿cómo podría decir algo realmente después de todo lo que le había hecho a su hermano?.
-Aquí no, ahora no-, dijo Harry negando con la cabeza.
-Está bien-, respondió Nick, suspirando suavemente antes de aceptar su diploma y dar un pulgar hacia arriba a su padre y su hermana que estaban sentados en el frente animándolo. No era así como había visto su graduación todos esos años atrás, pero él había sido una persona muy superficial en ese entonces. Ahora tenía una relación más fuerte con su padre que imponía la ley, más respeto también. Su hermana y él también hablaban más, o más bien se escribían mucho desde que él no estaba en Hogwarts. Ella le había pedido consejo varias veces, y él por fin se sentía como un hermano mayor... un hijo mejor. Había hecho las paces con el último encarcelamiento de su madre, se había permitido reconocer que sí la quería, pero que no le gustaba en lo que se había convertido y reconocerlo le había facilitado la aceptación y la comprensión. Ahora, si pudiera tener una relación con su gemelo... si pudiera compensar sus acciones la resolución sería suya.
Albus suspiró aliviado cuando ambos se separaron; no había sido tan volátil como había temido.
-¡HARRY PEVERELL!- Dijo Albus sonriendo ligeramente mientras se giraba para mirar al adolescente y recogiendo el diploma y pasándoselo. Poniendo la mano sobre sus hombros y mirando a la multitud.
Los focos de luz inmediatamente comenzaron a encenderse, casi cegando a Harry en el proceso. Arrancándose con violencia del agarre de Dumbledore, le miró con desprecio.
Albus se dirigió a la siguiente persona de la lista, imperturbable por la mirada de Harry, y llamó al último de los estudiantes. Zacharias Smith, Lisa Turpin, Dean Thomas, Ron Weasley y, por último, Blaise Zabini. Los Weasley eran, con diferencia, los más ruidosos de todos los padres y amigos que habían acudido a la ceremonia de graduación. Habían hecho suficiente ruido como para despertar a los muertos; algunos padres y estudiantes que estaban cerca de ellos se habían estremecido por el ruido.
Una vez que terminó, Harry, Neville y Luna se dirigieron hacia el grupo, Fleur acababa de sentar a Alice de nuevo en su asiento; Frank seguía de pie y trajo a su hijo en un abrazo de oso diciéndole lo orgulloso que estaba. Harry sonrió; de todos, Neville era el que más se merecía esto.
-Entonces, ¿vamos a comer algo a Madam Puddifoot's o nos dirigimos a la mansión?- Sugirió Harry, no podía tolerar seguir aquí, Dumbledore había arruinado decididamente cualquier buen humor que tuviera.
-¿No vas a dar el paseo en barco?- Preguntó Alice frunciendo el ceño, era la mejor parte de la graduación, profundizaba la sensación de nostalgia.
-No, no puedo aguantar mucho más de esto- admitió Harry negando con la cabeza. -Aunque si quieren ir podemos esperar-, añadió Harry sin querer amargar el día de la graduación de su amigo.
-En realidad ir a la mansión a comer algo suena bien-, intervino Viktor.
-¿Nos vemos allí, digamos, en media hora?- Neville sugirió que tenía que llevar a sus padres de vuelta a San Mungo.
-Aquí está el Traslador los devolverá a su habitación-, le dijo Severus, entendiendo de dónde venía el adolescente.
-¡Tonterías, volverá enseguida, no vas a pasar el día de tu graduación sentado a nuestro lado! Tienes que salir a celebrarlo con todos tus amigos y tu prometida-. Regañó Alice a su hijo con firmeza.
Viendo que Neville estaba a punto de discutir un poco más, -Creo que tu padre y yo necesitamos descansar, seguramente dormiremos cuando volvamos- y la resistencia de Neville se rompió mientras asentía.
-De acuerdo-, aceptó Neville, parecían agotados, y obviamente venir les había costado mucho. Los sanadores sugirieron que podrían estar en casa en tres semanas si la fisioterapia seguía yendo tan bien. No es que le sorprendiera, sus padres eran extremadamente testarudos y cuando se lo proponían podían hacer cualquier cosa. -Nos vemos en la mansión, adelántate-.
-Nos vemos pronto, ha sido un placer conocerlos-, les dijo Lukas a los Longbottom, y después de que todos se despidieran empezaron a abrirse paso rápidamente entre la multitud y hacia las puertas, no fue fácil ya que empezaron a moverse hacia Hogwarts listos para ir a los barcos para un último paseo.
Luna y Neville esperaron a que la multitud se dispersara antes de acompañar a Frank y a Alice hacia los pabellones para que no terminaran empujados por la multitud. James se detuvo brevemente para hablar con ellos, haciéndoles saber que pasaría a verlos mañana.