INVISIBLE

jenifersiza

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En esa fiel noche de Halloween, Nick Potter fue aclamado como 'Niño que vivió', su gemelo Harry fue ignorado... Еще

Capítulo 1: Lord Voldemort's Attack And Nick Sirius Potter A Hero
Capítulo 2: Pissed Of Albus Dumbledore
Capítulo 3: Rescued, Informed, and Mistakes
Capítulo 4: Growing Up and Their Hogwarts Letters
Capítulo 5: Getting A Wand
Capítulo 6: Going To Hogwarts: Year One
Capítulo 7: Year Two
Capítulo 8: Third year
Capítulo 9: Year Four Part 1 - Tri-wizard Tournament Comes To Hogwarts!
Capítulo 10: Triwizard Champions and making friends
Capítulo 11: The Games Begin, A Yule Ball and Figuring Out The Clue
Capítulo 12: The second and third task - Voldemort comes...
Capítulo 13: Lord Voldemort will they survive?
Capitulo 14: things go from bad to worse - Nick lies and Harry's taken
Capítulo 15: Harry get's better
Capítulo 16: Summer Trials
Capítulo 17: Meetings Arrests and Dreams
Capítulo 18: Harry's Summer and Eileen Thinks on Things
Capítulo 19: The Trials of Avery, Macnair, and Malfoy
Capitulo 20: Information and Quizzing
Capítulo 21: Writing Viktor, Eileen Visits and the Potter's Reactions
Capítulo 22: Dumbledore Slughorn and Conferences
Capítulo 23: Potter Humiliation and Patronus
Capítulo 24: Letters, apologies and contemplation
Capítulo 25: Animagus Potion, Training and Surprises
Capítulo 26: Learning and Hogwarts
Capítulo 27: Presents and Conversations
Capítulo 28: Starting Back Up At Hogwarts
Capítulo 29: Nick feels guilty for the first time
Capítulo 30: Christmas, Happiness and Pain
Capítulo 31: A solution To The Problem
Capitulo 32: Wakening Up, Sirius and Nick Repair Their Relationship
Capítulo 33: Conferences and visiting Pyramids
Capítulo 34: Apparation, Fighting and Anger
Capítulo 35: Reaction and Consequences
Capítulo 36: Trials and Sentencing
Capítulo 37: The Situation As It Is
Capítulo 38: Having A Party And A Revelation
Capítulo 39: Turning Points
Capítulo 40: Nick's Epiphany
Capítulo 41: Nick Gives Some Advice To Roxy - Will She Take It?
Capítulo 42: I Was Invisible To Everyone
Capítulo 43: A New Year And Loosing The Plot
Capítulo 44: What To Do
Capítulo 45: Dealing With The Consequences
Capítulo 46: The Consequences
Capítulo 47: The Trial Of Lily Potter
Capítulo 48: Order of Merlin
Capítulo 49: Award Ceremony and Heartache
Capítulo 50: Sadness and exhaustion
Capítulo 51: The After Affects
Capítulo 52: The Aftermath
Capítulo 53: Recovering
Capítulo 54: Musing
Capítulo 55: One Potion Down
Capítulo 56: Times Changing
Capítulo 57: Harry's Second Potion
Capítulo 58: Information Moste Evile
Capítulo 59: The Committee and Conference
Capítulo 60: Conference
Capítulo 61: Partying, Slughorn and Going Home
Capítulo 62: Investigation
Capitulo 63: Not-So-Happy Birthday
Capítulo 64: Reactions and Consequences
Capítulo 65: Healing
Capítulo 66: Daunting News
Capítulo 67: Near Misses
Capítulo 68: Tense Conversations And Revelations
Capítulo 69: The Icing On The Cake
Capítulo 70: Releases, Holiday's & Searches
Capítulo 71: Holiday
Capítulo 72: A Peculiar happenstance
Capítulo 73: Hogsmeade, Horcruxes and Holidays
Capítulo 74: Horcruxes and Holidays
Capítulo 75: Holiday Fun
Capitulo 76: Joining The Dots
Capítulo 77: Back Home
Capítulo 78: Newts, Conversations and Surprises
Capítulo 79: Busier Than Ever & The Best Tip Off A Guy Could Get
Capítulo 80: Distractions And Successes
Capítulo 81: Operation Striker - Rescue mission
Capítulo 82: Conversations
Capítulo 83: Ministry and Helpful Information
Capítulo 84: Potions and Wills
Capítulo 85: Late Night Worries
Capítulo 86: Potter's decision
Capítulo 87: Uncertain Futures
Capítulo 88: The Truth
Capítulo 89: Unending Heartbreak
Capítulo 90: Concerns
Capítulo 91: Six Days
Capítulo 92: Father helps
Capítulo 93: It worked!
Capítulo 94: San Mungos
Capítulo 95: Pregnancy
Capítulo 96: Debriefed
Capítulo 97: Between dreams
Capítulo 99: Sirius visiting
Capítulo 100: Unicorn blood
Capítulo 101: Graduation
Capítulo 102: Quote with Dumbledore
Capítulo 103: Leaky Cauldron
Capítulo 104: Sanctuary
Capítulo 105: Surprise in childbirth
Capítulo 106: Grandfather? Potter
Capítulo 107: Baby Shower
Capítulo 108: Potion Hunter-Hector
Capítulo 109: Two Months Later - Neville and Luna's Wedding Day
Capítulo 110: Order of Merlin, first class
Capítulo 111: The Wedding
Capítulo 112: THE END

Capitulo 98: American Visitors

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jenifersiza

-Visitas en las salas para el maestro Severus y Harry-, dijo Dobby, dirigiéndose a Harry, que estaba ocupado con el resto de la correspondencia, Severus estaba en el laboratorio de pociones, para consternación y envidia de Harry. No poder elaborar pociones había sido el mayor golpe hasta ahora, sinceramente lo odiaba. Era como perder una extremidad o algo así, era difícil de explicar pero odiaba, no detestaba, no poder elaborar pociones. Antes había empezado a ponerse de pie, dispuesto a bajar con él y a elaborar pociones, cuando la mirada punzante de Sev hizo que volviera a sentarse muy disgustado. Por suerte, a Sev no le hizo ninguna gracia, de hecho se compadecía, pero era por su propio bien... y por el de su bebé, claro. No por ello era menos molesto, estaba aburridísimo, por eso estaba revisando de mala gana otra caja de cartas de completos desconocidos. Por suerte, no le enviaban tantos contratos de matrimonio, no podía creer que la gente estuviera tan dispuesta a casarse con un desconocido o a casar a sus hijas con un completo desconocido. Era realmente diabólico, y menos mal que él no era un auténtico psicópata o alguna mujer desprevenida podría haber acabado recibiendo la noticia de que se iba a casar. Algunas de ellas ni siquiera tenían diecisiete años, no podían casarse legalmente.

-¿Quién?- frunció el ceño Harry, saliendo de su carta para mirar a Dobby con curiosidad.

-¡Alec Selwyn-Warren y Daniel Fawley, señor!- explicó el elfo doméstico. -¿Les pedirá Dobby que se vayan?-.

-¿Ya es esa hora?- se quedó boquiabierto Harry, mirando su reloj sorprendido, maldita sea llevaba más de tres horas leyendo estas cosas? Bueno, la caja estaba casi vacía pero aun así, le sorprendía lo rápido que había pasado el tiempo. -Dobby ve y avísale a Sev, luego deja pasar a nuestros invitados por las salas-. No sólo era un signo de riqueza y poder que los elfos domésticos invitaran a los invitados a entrar, sino que también era más rápido que ir hasta el final de los pabellones e invitarlos a entrar. Los pabellones habían sido cambiados y triplicados desde el final de la guerra; no querían ser molestados por la prensa, así que ésta era la única manera de asegurar una completa privacidad. Nadie podía pasar sin ser invitado primero.

-¿Rose?- llamó Harry, una vez que Dobby hubo desaparecido.

-¿Sí, señor?- preguntó la elfa doméstica, respondiendo a la llamada de su amo.

-Trae unos refrescos, estamos a punto de tener dos invitados- pidió Harry poniéndose de pie, mirando a su alrededor asegurándose de que no estaba desordenado. Normalmente no le importaría, pero estos dos hombres eran los purasangres de todos los purasangres. No tenía ni idea de cómo serían sus personalidades. Aunque la mansión era absolutamente impresionante... técnicamente ni él ni Sev eran sangre pura, y la gente como ellos se criaba sabiendo que su sangre era supuestamente superior. No, pensó Harry para sí mismo con severidad, no podía pensar así. No era justo para ellos que los juzgara antes de conocerlos. Miraba a Viktor, sangre pura, famosa estrella de Quidditch, y el tipo con más pies en la tierra que había conocido. Fleur también se había criado con mucha riqueza y con unos padres influyentes que estaban muy metidos en el mundo de la política en Francia y tenían muchas conexiones. Frunce el ceño, profundamente perturbado por su pensamiento irracional. No le importaba lo que la gente pensara, así que ¿por qué de repente pensaba así?.

-¿Estás bien?- preguntó Severus, acercándose a Harry, preocupado tanto por él como por el niño y por la conversación que se avecinaba. Su mano acercó el rostro de Harry para que se encontrara con el suyo, con ojos negros que indagaban y se preocupaban.

-Estoy bien, es sólo... nada-, dijo Harry negando con la cabeza haciendo que Severus bajara la mano.

-¿Estás seguro?- inquirió Severus, Harry se lo diría cuando estuviera preparado, como siempre. A veces le costaba entender lo que sentía, y peor aún tratar de explicarlo. Lo que haría que este embarazo fuera peor, sobre todo teniendo en cuenta que Harry no estaba acostumbrado a las emociones que vendrían con él. Las mujeres a veces no eran capaces de sobrellevarlas, pero como decía su madre -tuvo muchos años para acostumbrarse a montar el dragón- ella estaba más acostumbrada a las emociones, sobre todo más acostumbrada a algo así de lo que estaría Harry. Había descartado la conversación que tuvieron hace dos noches, mientras Harry estaba con sus amigos, pero tal vez ella tenía razón.

-Estoy bien-, repitió Harry, y lo estaba... ahora. Aunque estaba un poco cansado, no había estado durmiendo bien, incluso con Sev con él las pesadillas no lo dejaban dormir. Por suerte se las arregló para no despertar a Severus, bueno anoche al menos, la noche anterior lo había despertado dos veces.

-Ya están aquí-, dijo Severus, levantando la cabeza cuando escuchó la voz de Dobby guiando a los dos hombres hacia la mansión, justo cuando sintió un brillo que indicaba que habían atravesado la puerta principal.

Rose apareció y chasqueó los dedos; dos grandes fuentes de plata aparecieron sobre la mesa, pulidas a la perfección. Severus se dio cuenta de que eran los regalos de boda de sus abuelos; el escudo de armas estaba estampado elegantemente en las asas. Nunca las había usado; de hecho, todo lo de sus abuelos había sido colocado en cajas y puesto en el sótano cuando se mudó. Detestaba a sus abuelos; habían repudiado a su madre y le habían dejado luchar en la escuela sin un céntimo. Tenían tanto dinero que podrían haber ahorrado un poco para hacerle la vida más fácil... Después de todo, él era mágico y eso tenía que servir para algo, más poderoso que cualquiera de los Prínce desde su tatarabuelo, según su madre. Su odio era profundo, quizás incluso más que el de su madre, ya que los odiaba tanto como los amaba.

-Gracias, Rose, puedes irte-. Le dijo Severus, notando distraídamente que Dobby le había hecho a la elfa otra falda afortunadamente de un color más bien sedoso. Dobby, por alguna razón, disfrutaba tejiendo y confeccionando ropa para los demás elfos domésticos y para él mismo. Harry se había asegurado de que el elfo doméstico recibiera el material o el dinero para comprarlo; Harry insistía en que Dobby le había ayudado a inventar la poción de Eileen y, como no podía ponerlo como participante en la creación de la misma, le daría otras cosas en su lugar. Los elfos domésticos eran sirvientes, pertenencias según el mundo mágico así que no podía ponerlo como co-creador o ayudante.

-Maestro Severus, Maestro Harry, sus invitados han llegado- dijo Dobby apareciendo en la puerta con los dos. Una vez hecho esto, desapareció como todo buen Elfo Doméstico.

Harry los miró, ambos eran muy diferentes, la noche y el día, uno rubio y bajito el otro pelirrojo y extremadamente alto -Severus algo alto-, iban vestidos de forma similar e impecable. Destilaban confianza y riqueza, pero él podía ver en sus ojos que estaban aprensivos por este encuentro. Tenían la suficiente curiosidad como para venir, pero les preocupaba lo que se les iba a decir que apostaría.

-Su casa es magnífica-, comentó uno de los magos, con su acento americano. -Los arábigos son sencillamente impresionantes-.

-Daniel-, reprendió Alec, sonando con un acento muy similar. -Mis disculpas, soy Alec y este es mi marido Daniel-, presentó a ambos, con la mano extendida mientras estrechaba la de Harry.

-Severus Snape-, dijo Severus, asintiendo secamente con la cabeza, estrechando muy brevemente las manos de Daniel. No era una persona con don de gentes, y se sentía bastante aprensivo ante esta conversación que se avecinaba. De ahí que hubiera elegido tenerla en su casa, si las cosas se torcían, podría desalojarlos.

-Harry Peverell-, dijo Harry, mientras estrechaba la mano de Alec. -Siéntate, ¿quieres un té, un café?-.

-Un café sería estupendo-, respondieron ambos hombres, tomando asiento tras mirarse fijamente, no sabían qué esperar. Su saludo podría haber sido más cálido... y ninguno de los dos parecía inclinado a tocarlos mucho tiempo, lo que les dio la impresión de que tal vez tenían algo en contra de sus... preferencias sexuales. Por otra parte, ¿por qué iban a aceptar el proyecto si estaban tan en contra? No hace falta decir que ambos estaban bastante perplejos, pero como sangre pura que eran, no lo dejaron ver.

Severus sirvió suavemente los cafés en tres tazas y el té en la cuarta y se la pasó a Harry, que estaba sentado a su lado en el sofá frente a la pareja americana. Las otras tazas fueron recogidas rápidamente y el incómodo silencio continuó hasta que Harry lo rompió.

-¿Es tu primera visita al Reino Unido?-, preguntó Harry.

-Al mágico sí, pero visitamos la Inglaterra muggle hace cinco años-, dijo Daniel, -Londres es bastante bulliciosa ¿has estado alguna vez fuera del mundo mágico?-.

-No, no se me dio la oportunidad-, dijo Harry, -Aunque conozco bastante de ella, Eileen, la madre de Severus habla de ella con cariño-.

-Es fascinante-, coincidió Daniel.

-¿Piensan visitar el Callejón Diagon y Hogsmeade mientras están aquí?- inquirió Severus, relajándose un poco.

-Sí, tenemos-, declaró Alec hablando por primera vez. -Por mucho que me gusten las galanterías, por favor... no lo hagan por nosotros-.

Severus sonrió, descubriendo que admiraba bastante a Alec y su actitud sin tonterías, le recordaba a él mismo. -Es una situación bastante delicada para abordarla, desde luego no queremos que te lleves una impresión equivocada- le dijo con sinceridad y firmeza.

-Ya veo-, dijo Alec, -Bueno, preferimos la verdad tal y como es, y no endulzada, entendimos que era una posibilidad remota probablemente imposible cuando lo pedimos-, alcanzó la mano de Daniel y la apretó con firmeza. Si alguien iba a salir perjudicado era Daniel, que se había hecho ilusiones, sobre todo durante el Traslado aquí.

-Sí, no estaba avanzando mucho en la poción cuando descubrí algo, una parte de mí pensó que no estaba dando todo de sí debido a la guerra...- confesó Severus pensativo.

-Es comprensible-, coincidió Alec, -yo perdí a mi abuelo en la guerra con Grindelwald aunque no es lo mismo entiendo la preocupación y el miedo- su padre no había sido el mismo durante años después de aquello, ¿quién lo sería después de ver a su padre abatido? Y había sufrido terribles pesadillas que el mundo mágico identificaba ahora como trastorno de estrés postraumático. Mejoró, poco a poco, con la ayuda de un familiar y viendo a alguien.

-¿Qué has averiguado?-, preguntó Daniel, colocando su taza vacía de nuevo en la bandeja, el té Darjeeling había sido encantador, pero no impidió que su corazón latiera como un tambor. Jugueteó distraídamente con su larga melena rubia, incapaz de calmarse, lo que no era propio de él, pero esto podía cambiarle la vida. Desde que escribieron a los maestros de pociones, sabía que si alguien podía hacerlo, serían ellos. Le preocupaba mucho que Alec cediera a la presión de sus padres. Todavía no lo había hecho, una parte de él sabía que no sucedería, pero una parte mayor pensaba que podría hacerlo.

-Mi compañero está embarazado de dos meses-, dijo Severus, viendo cómo la confusión bañaba a ambos hombres.

-Felicidades-, dijo Alec, con un tono lleno de sinceridad. -Pero no estoy seguro de cómo esto... se relaciona con nuestra conversación actual-.

-Entiendes que esto fue antes de recibir tu misiva, ¿correcto?- declaró Severus, para que no se cruzaran los cables.

-Por supuesto...- Daniel se interrumpió dándole a su compañero una mirada que decía -¿Qué demonios está pasando?- pero los ojos de Alec mostraban que tampoco tenía idea.

-No quiero que el público se entere de esto, al menos no hasta que tengan que hacerlo o se enteren cuando se acabe- dijo Severus con firmeza, cuando Harry ya había tenido a su hijo para no acabar estresado o acosado cada vez que salía de la mansión. -Esperamos que la situación pueda reproducirse, pero puedo entender que no quieras arriesgarte a los posibles daños-.

-¿Averiguar qué? ¿La idea de la poción?- preguntó Alec, sentando hacia adelante su total concentración en Severus.

-Sí prometimos que nadie se enteraría, no es que hayamos enviado cartas a más de un maestro de Pociones- aseguró Daniel, mirando a Harry para encontrar al mago más joven dormido apoyado en Severus.

-Mi compañero es un mago-, les dijo Severus sin rodeos, viendo cómo la sorpresa florecía en sus rostros.

-¿Cómo?- Preguntó Alec asombrado, moviendo su roja cabeza en señal de asombro.

-Es Harry, ¿verdad?- preguntó Daniel, ¡apenas podía creer que el joven muchacho a su lado estuviera embarazado! Esto era... un cambio de vida; haría lo que fuera, sin importar los peligros, para darle a Alec lo que más deseaba en este mundo. Un hijo de la sangre de ambos, alguien que continuara sus líneas. No podía estar más sorprendido de que estuvieran juntos, ciertamente no daban ningún indicio de que lo estuvieran.

-Efectivamente-, declaró Severus con calma, -Tendrás que perdonarlo; no ha dormido bien últimamente-.

-No me sorprende si los rumores son ciertos-, dijo Alec, asintiendo con la cabeza.

-Sorprendentemente los rumores son muy acertados-. les dijo Severus secamente.

-¿Cómo ocurrió?- preguntó Daniel, -¿Una poción? Un hechizo?-.

-Hubo un accidente hace dos meses que provocó una explosión, Harry resultó herido a consecuencia de ello. No es algo en lo que le guste pensar a menudo, sobre todo teniendo en cuenta que acababa de aprobar su Maestría- explicó Severus, -El ingrediente que suponemos que hizo los cambios en Harry es la sangre de unicornio-.

-Espera ¿sangre de unicornio? Perdóname, ¿pero no es un ingrediente extremadamente raro?- cuestionó Alec, -Sólo tengo un conocimiento rudimentario de pociones comparado con el tuyo-.

-Muy raro, claro que hay quienes venden sangre en el mercado negro pero esa sangre no se da de forma voluntaria y se vuelve negra... la mayoría de la gente no concebiría comprarla ya que las pociones requieren sangre de unicornio de plata dada de forma voluntaria- respondió Severus educándolos.

-Si esta noticia sale a la luz entonces...- susurró Daniel preocupado.

-Se convertiría en algo grave-, dijo Severus con gravedad, los unicornios serían masacrados por idiotas que creían saber lo que estaban haciendo. Por no hablar de que los idiotas que accedieran al procedimiento acabarían con una vida a medias, una vida maldita. -Esto nunca podría publicarse, las consecuencias podrían ser nefastas-, sintió la necesidad de añadir.

-Por supuesto-, coincidió Alec, los unicornios eran una especie rara tal y como estaba sin que esto saliera a la luz.

-Por eso tengo este contrato para que lo firmen-, ordenó Severus, entregándoles un documento que sacó del bolsillo de su capa. No se molestó en decirles lo que era y esperar que lo firmaran. Cualquier sangre pura que se preciara de serlo siempre leería y revisaría un contrato antes de contemplar siquiera la posibilidad de poner su firma en el papel.

Cuando movió la cabeza de Harry se deslizó por su espalda, Severus se giró y movió a Harry, poniendo la cabeza en dirección contraria para que estuviera un poco más cómodo. Contempló la posibilidad de despertarlo, pero sabía que Harry necesitaba su sueño, así que se abstuvo: podía contarle cómo había ido. Parecía que no había dormido nada la noche anterior, por lo que había preparado un remedio de hierbas para ayudarle a conciliar el sueño, que no dañaría al bebé, por supuesto.

Daniel observó a Severus con atención, viendo por primera vez un indicio de amor entre ambos hombres. La mirada en sus ojos, era familiar... la forma en que Alec lo miraba. No sólo estaban saliendo, se dio cuenta, mientras observaba a Severus apartar un trozo de cabello de la cara de Harry, notando el anillo en su dedo... en los dedos de ambos. Era un diseño muy exquisito; habían contemplado algo más atrevido como esto, pero se decidieron por algo menos... una banda lisa con una inscripción cercana a sus propios corazones. Tuvieron mucha suerte, ¿había alguna posibilidad de que lo que les ocurrió a ellos les pasara a él y a Alec? Circe esperaba que sí. Sería un sueño hecho realidad.

-Hecho-, declaró Alec, firmando con una floritura, Dan tomó la pluma a continuación y firmó también su propia firma.

-Gracias-, contestó Severus, aceptándolo de nuevo, haciendo un gesto con su varita y el pergamino se enroscó y desapareció con un silencioso estallido.

-¿De verdad crees que se puede replicar?- preguntó Daniel, con un tono despreocupado. Sabía que no estaba engañando a este mago ni un poco; simplemente tenía esa sonrisa en la cara como si pudiera leer su propia alma.

-Sólo hay una forma de averiguarlo, pero te sugiero que te tomes un tiempo y lo pienses bien, simplemente no sabemos las consecuencias de esto...- dijo Severus con firmeza.

-Dijiste que ocurrió un accidente, un accidente de pociones, por favor, dime... ¿cómo diablos sobrevivió el ingrediente a eso?- preguntó Alec, él estaba al tanto del accidente; recibía el Diario del Profeta, obteniendo el domingo el valor de una semana de los quioscos que los tenían para él.

-Pura suerte y la precaución que tomamos con ellos- dijo Severus simplemente.

-¿Qué hizo exactamente Harry con la sangre de unicornio? ¿Ingerirla accidentalmente?- inquirió Daniel, manteniendo su tono tranquilo para no querer despertar a al mago embarazado.

-No, entró en su torrente sanguíneo- afirmó Severus.

-¿Y no ha habido ningún otro efecto secundario?- preguntó Alec, mirando al mago dormido, parecía normal... no pudo evitar preguntarse qué más podría haber cambiado la sangre de unicornio.

-No, nuestro sanador hizo dos escaneos exhaustivos para asegurarse, nada ha cambiado excepto eso- aseguró Severus.

-¿Cómo ha llegado exactamente el... perdona la burrada de este esperma a donde tenía que llegar?-. Alec simplemente no podía concebirlo, le creía pero su mente no podía envolver la noción.

-Tu suposición sería tan buena como la mía-, respondió Severus con sorna. -Magia-.

-¿Has probado con algún sujeto de prueba?- ya sabiendo la respuesta.

-Por ahora no, y hacerlo pone en riesgo lo poco que queda- dijo Severus, había sido un milagro que Harry lograra conseguir sangre de unicornio la primera vez, nada menos que a los once años.

-¿Así que nos arriesgamos o la oportunidad pasará de largo?- resumió Daniel, asintiendo en señal de comprensión, por fin entendía por qué el maestro de Pociones les había pedido que vinieran. Ni siquiera pensó en la posibilidad de conseguir sangre de unicornio, el único ingrediente que se podía obtener de un unicornio cuando están muertos y sin querer era su cuerno. La sangre incluso después de haber muerto si se toma se volvería negra.

-Para decirlo sin rodeos, sí-, les dijo Severus con gravedad.

-¿Puedo ver una copia de los resultados del sanador?- preguntó Alec, nunca arriesgaría la salud de Daniel, ni siquiera por esto.

-Pensé que nunca lo pedirías- respondió Severus secamente, sacando cuatro hojas de pergamino y entregándolas. Una era un escáner hecho antes del accidente de pociones, otra después, otra con sangre y, por supuesto, una foto de su hijo como prueba de que Harry estaba efectivamente embarazado y que no estaban tratando de estafar a la pareja. -Entiendo que necesiten tiempo para decidirse, no es una decisión a la ligera ni fácil de tomar-.

-Lo siento, ¡no dejes que te interrumpa!-, dijo Eileen, entrando en el salón con un gran jarrón lleno de flores cuyo olor impregnó inmediatamente el aire. Rápidamente las colocó en el lugar de la chimenea a la izquierda, había otro lleno a la derecha.

-Alec Selwyn-Warren, Daniel Fawley, mi madre Eileen Prince-Snape, madre Alec y Daniel- dijo Severus dando una rápida presentación.

-Estoy encantada de conocerlos- dijo ella estrechando las manos de ambos sonriendo como si nada le hubiera gustado más que conocerlos.

-A ti también-, dijo Daniel sonriendo amablemente a su vez.

-Por favor, discúlpenme-, dijo ella, saliendo de la habitación y dejándoles continuar su reunión. Había decidido ayudar a Harry con todo el correo que estaba recibiendo. Había estado tentada de quemar cinco cartas bastante lascivas, pero decidió guardarlas en una carpeta, por si acaso Harry seguía recibiendo las cartas y así poder presentar cargos si ocurría algo o si las cartas se volvían... amenazantes. Hizo una nota mental para avisar a Severus, aunque le preocupaba su reacción. A él no le habían importado ni un ápice los contratos matrimoniales, así que esperaba que estas cartas no provocaran la reacción contraria.

-Creo que tal vez lo mejor sea suspender esta reunión por el momento. Quizás mañana por la tarde podamos continuar si no tienen nada que hacer- sugirió Alec, tenía que tener una conversación privada con su marido al respecto.

-Estamos ocupados mañana por la tarde, me temo que sólo estaremos disponibles de diez a doce...- sugirió Severus. Dom el joven hombre lobo venía de visita. Puede que Harry no pueda elaborar la poción, pero aún puede averiguar qué hacer con su nueva poción. Dom tendría la respuesta a si la poción de Eileen ayudaba durante más de un mes. No tenía mucho sentido juntar las pociones si la poción de Eileen servía una vez. Remus también iba a venir; se había llevado la nueva poción de Harry, la que no tenía la poción de Eileen. Ambos iban a ser revisados y se les harían algunas preguntas relacionadas con la noche de luna llena. No tenía ni idea de cuánto tiempo estarían ocupados. Al día siguiente irían de compras, sobre todo de túnicas nuevas y algunas cosas para el bebé. Harry quería túnicas nuevas para la graduación, ya que había decidido que quería obtener su certificado y estar allí para ese día. Así que necesitaría túnicas de graduación y un birrete, se preguntó cómo se vería Harry con la túnica azul real.

-Estoy seguro de que será factible-, dijo Alec; podrían encajar sus viajes planeados alrededor de esa fecha. Hoy no tenían nada planeado, así que podría tener una conversación seria con Daniel en la intimidad de su habitación de hotel. Si es que podía llamarse así, estaba muy tentado de ir al mundo muggle y encontrar un alojamiento más adecuado. El Caldero Chorreante estaba absolutamente asqueroso; por supuesto, había puesto en marcha su mente de trabajo, pensando en poner un hotel con estándares más altos cerca, para que cualquiera que lo visitara no tuviera que lidiar con semejante mugre. Estaba seguro de que habría mansiones que podrían convertirse, como la Mansión Prince; podía imaginar que la gente acudiría en masa a verla. Ni siquiera tenían un televisor en la habitación, era bárbaro y muy simple, algo a lo que no estaba acostumbrado. Así que, sí, estaba muy tentado de invertir en la zona y darle un poco más de vida.

-Fantástico, entonces los veré a ambos- dijo Severus, -Siéntanse libres de usar el Floo si lo desean- dando un gesto hacia la chimenea.

-Gracias- dijo Daniel, estrechando de nuevo la mano de Severus, esta vez no le preocupaba que estuviera secretamente disgustado por sus preferencias sexuales ya que él también iba por su propio género. -Dale mis mejores deseos a Harry y felicidades-.

-Efectivamente-, dijo Alec, dándole la razón.

-Lo haré-, dijo con firmeza, viendo como ambos entraban en el Floo después de agarrar los polvos Floo y desaparecían en la red. Sólo entonces dio un suspiro de alivio, había salido mucho mejor de lo esperado, ahora se preguntaba por qué se había puesto ansioso, las fechas demostraron sin lugar a dudas cuando sucedió, demostrando que efectivamente había sido antes de recibir su carta.

En el momento en que se fueron, Dobby volvió a entrar, chasqueando los dedos, y las bandejas desaparecieron, al mismo tiempo que la comida apareció en la mesa. Junto con su correo (de gente conocida) y los periódicos. El desayuno se había retrasado, pero ya sabían que lo haría, de ahí que les hubiera dicho a los elfos domésticos que lo retrasaran.

-Gracias, Dobby-, dijo Severus, -hazle saber a mi madre que el desayuno está listo-, que probablemente estaba de nuevo en la cocina o en la parte trasera de la casa con las plantas.

-Dobby lo hará ahora mismo-, dijo el elfo doméstico desapareciendo.

Sentado a la mesa, abrió la primera página del Diario del Profeta y se quedó mirando con incredulidad.

Lily Potter - ¡Una squib!.

Al leer el periódico descubrió que la pérdida de su magia debido a la Ley de Merlín era sólo la guinda del pastel, también había sido internada en San Mungo. Tras no superar una evaluación psiquiátrica, algo que había iniciado James Potter. Potter no habría querido que esto se publicara, o bien uno de los pacientes había escuchado algo o, peor aún, un sanador había revelado la información; si ese era el caso, sin duda alguien perdería su trabajo muy pronto. Eso si Potter presentaba cargos, ya no tenía el poder que solía tener así que podría ni siquiera intentarlo. Al menos no tendría que preocuparse de que ella lanzara algún hechizo contra Harry. Se había enfurecido cuando se enteró de lo que ella había hecho frente a la sala de urgencias del hospital.

El Floo se activó repentinamente, haciendo que Severus levantara la vista de su periódico para encontrar el rostro de Sirius Black flotando en la chimenea.

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