๐’๐“๐€๐‘ โ”โ” cedric diggory

Galing kay -teardropsonmyguitar

445K 35.3K 14.5K

๐’๐“๐€๐‘ | โ› La vida no es un cuento de hadas, y nadie mรกs que yo, lo sabe. โœ ๐€๐‘๐€ ๐Œ๐€๐‹๐…๐Ž๐˜ se esconde... Higit pa

๐’๐“๐€๐‘
01. โ› quidditch world cup. โœ
02. โ› back to home. โœ
03. โ› that tree. โœ
04. โ› date. โœ
05. โ› champions. โœ
06. โ› i like him. โœ
07. โ› dragons. โœ
08. โ› girls problems. โœ
09. โ› the girl. โœ
10. โ› astronomy tower. โœ
11. โ› i love you so. โœ
12. โ› they both die at the end. โœ
13. โ› girls supporting girls? โœ
14. โ› bad joke. โœ
15. โ› starry sky in bed. โœ
16. โ› soulmate. โœ
17. โ› enchanted. โœ
18. โ› yuleball. โœ
19. โ› untouchable. โœ
20. โ› malfoy manor. โœ
21. โ› away from home. โœ
22. โ› prefects' bathroom. โœ
23. โ› the second task. โœ
24. โ› kiss. โœ
25. โ› amortentia. โœ
26. โ› brokenhearted. โœ
27. โ› are u ok? โœ
28. โ› last hug. โœ
29. โ› letters. โœ
30. โ› can we be friends? โœ
31. โ› made of stars. โœ
33. โ› shrieking shack. โœ
34. โ› dancing queen. โœ
35. โ› truth or dare? โœ
36. โ› what a shame, ara. โœ
37. โ› a reason to shine. โœ
38. โ› alone, again. โœ
39. โ› this is me trying. โœ
๐„๐๐ƒ
๐„๐๐ˆ๐‹๐Ž๐†๐”๐„
๐€๐‚๐Š๐๐Ž๐–๐‹๐„๐ƒ๐†๐Œ๐„๐๐“๐’
AE. โ› long story short. โœ

32. โ› idiotic fool. โœ

5.9K 486 351
Galing kay -teardropsonmyguitar

Mordía sus uñas arrancándose el esmalte transparente. Con su mano libre cambió la página del libro.

Llevaba leyendo seis veces la misma línea porque no se podía concentrar, y mucho menos con la penetrante mirada de Adrian Pucey en su espalda.

—¿Necesitas algo? —le preguntó finalmente.

Algunos alumnos de primer año que se encontraban en la sala común la miraron. Adrian negó con la cabeza, aunque igualmente se fue a sentar a su lado.

—Pensé que estarías —vaciló, rascándose la nuca—. Peor, quizá.

—¿Por qué piensas que mis sentimientos se basan en mi apariencia?

Él abrió la boca como si quisiera hablar, pero instantáneamente la cerró.

—No te emociones —ella continuó—. No me quiero casar contigo, pero tampoco es como que te desprecie. Al final de cuentas nuestras familias son iguales.

Adrian asintió con la cabeza y soltó un gran suspiro. —Se siente bien tener alguien que te entienda.

No lo negaba, los dos estaban en la misma situación, igualmente Ara le tenía cierto rencor que mientras más analizaba la situación iba desapareciendo.

—Tu vestido será bonito —le aseguró, como si eso la pudiera hacer sentir mejor.

—No tengo duda del estilo de mi madre, me querrá poner el vestido de mi bisabuela.

Adrian se echó a reír, aligerando considerablemente el ambiente, por primera vez, Ara casi se sintió cómoda con él en mucho tiempo.

Draco bajó las escaleras de caracol que daban del dormitorio de los chicos como un rayo. Ara aventó el libro que estaba leyendo al regazo de Adrian y se levantó rápidamente.

—Eh, Ara, no creo que sea un buena idea —intercedió, tomándola del antebrazo.

—Cállate y suéltame —él la soltó sin poner alguna otra excusa y salió tan rápido como pudo de la sala común.

Caminó hasta el salón de encantamientos sin ninguna señal de Draco, les preguntó a varios estudiantes y todos negaron haberlo visto, hasta que oyó su melodiosa voz discutiendo con el profesor Flitwick.

—Mi padre se enterará de esto —advirtió, pero el profesor no se inmutó.

—Señor Malfoy, son las reglas —volvió a decir con una sorprendente paciencia.

Ara entró al salón completamente, y dejó de estar asomada como una cobarde. —Le aseguro que Draco podrá resolverlo sin necesidad de quebrantar las reglas, profesor.

Su hermano pequeño la miró lleno de furia. Ella tomó su antebrazo con la suficiente fuerza para que sus uñas se clavaran en su piel, él hizo una mueca.

—Ahora si nos disculpa —sonrió falsamente—, nos tenemos que ir.

Draco podría pasar como mayor, sin importar los dos años de diferencia, él ya le ganaba en altura por más de media cabeza, seguramente era más fuerte, pero el ímpetu con el que Ara caminaba hacia que él quedara arrastrándose tras ella.

—¿Cómo osas a traicionarme? —le preguntó una vez que llegaron a una esquina del castillo poco transitada—. Somos un equipo, ¿recuerdas? ¿Draquis y Aris?

La melancolía no tardó en llegar al cuerpo de la joven. Los recuerdos de las tardes en el jardín, volando y divirtiéndose antes de que Lucius llegara y la bajara de la escoba porque no eran cosas de niñas. Todavía podía recordar como aquel día Draco se plantó enfrente de su padre y le exigió que nunca le volviera a decir eso.

También las veces que jugaba con los elfos a escondidas de su madre y subían hasta el tejado para ver las estrellas. Ara le enseñó su constelación, e investigó por días en la biblioteca de la mansión los datos más interesantes que pudiera encontrar.

—Ya no somos niños, Ara.

—Tampoco somos adultos, Draco.

Él la miró por un largo rato y ella le contribuyó la mirada. El miró sus pies, como si no se atreviera a decir algo.

—Yo solo no entiendo —comenzó—. No entiendo que nos oprime. ¿Lucius Malfoy? No sé que es lo que te dice para que de repente te comportes así.

Frunció el ceño, había algo que lo atormentaba y lo necesitaba decir.

—Dime, lo que sea, Draco.

—Hay algo que me ha estado diciendo —comentó, su voz queda, preocupó a Ara, sin embargo, se quedó en silencio esperando a que continuara. Rendido, Draco dijo—. Esto tiene que quedar entre nosotros.

Ella esbozó una sonrisa cómplice y lo obligó a entrelazar sus meñiques.

—Él me ha estado diciendo que su... —se acercó a su hermana y susurró— marca tenebrosa, le ha estado doliendo. Levemente —aclaró—, como si fuera una alergia, pero cada vez más continua.

Ara comprendió lo que estaba pasando. —Ara, él tiene esperanzas que el señor tenebroso regrese, y más por lo que pasó en los mundiales.

Su garganta quedó seca y cada extremo de su cuerpo se llenó de preocupación, no obstante, se las arregló para decir: —Pero han pasado muchos años, y eso puede ser cualquier cosa, Draco. No te preocupes.

—Lo de los mundiales pasó hace apenas unos meses. De todos modos, eso no es lo peor —ella apenas podía creer lo que su hermanito estaba diciendo, y ahora había algo peor, pero claro, tenía qué, es Lucius Malfoy—. Añora que regrese, y si lo hace, añora que nos volvamos de su bando, ya sabes —Draco señaló su antebrazo, donde aún se podían observar la marca de sus uñas.

—Que ni lo sueñe —negó con la cabeza—. Yo no, antes muerta

—Pues sí, idiota. Muerta vas a estar si no haces lo que te dice.

—Por eso —titubeó, Ara alzó una ceja, expectante a lo que estaba por decir—. Por eso apresuré los planes, lo de —tosió falsamente—, la boda.

—¿Qué?

—Espero que te cases y te vayas, muy lejos de aquí, con Pucey. Que puedas estar lejos de esta mierda.

—Bueno, tampoco creo fue una buena idea esa manera de protegerme —le reprochó con una mirada seca, haciendo énfasis en la última palabra.

—¡Cásate Ara! ¡Di que sí! ¡Sé feliz con Adrian Pucey! —exclamó con voz desesperada, pero inmediatamente se calló al escuchar unos pasos a la vuelta del pasillo.

—No te pienso dejar solo, no me pienso ir sabiendo que estás tú aquí con... ellos —ignoró completamente los ruidos externos y se concentró en que su susurro haya sido lo suficiente entendible para su hermano.

—Ara —gruñó en señal de advertencia. Dos chicas con corbata azul dieron la vuelta en el pasillo, platicaban animadamente con una sonrisa, pero las dos cambiaron su rostro cuando notaron la mirada perspicaz de los herederos Malfoy.

Apresuraron su paso cuchicheando bajo.

—Serán las cinco —se tragó como pudo el nudo inminente que se había formado—. Me tengo que ir.

Ahora ni siquiera se molestaba en ocultar la nula atención que le prestaba al libro, ahora estaba con el ceño fruncido en una mesa en la biblioteca esperando a Cedric mientras la inquietud la carcomía por dentro.

—No te muerdas las uñas —alertó Cedric, con una sonrisa ladeada.

—Hola —murmuró, sin seguir prestando mucha atención.

—¿Estás bien? —preguntó con un poco de recelo.

—Sí —Ara le regaló una sonrisa forzada que solo desató más preocupación en el castaño—. Continuemos para acabar pronto.

Él dejó de insistir y se concentró en la redacción de supernovas. La siguiente hora no intercambiaron ni una palabra, tal vez ni una mirada.

—Mira, tal vez estás incómoda trabajando conmigo —comenzó, claramente nervioso—. Ya sabes, ahora que te casarás.

La expresión de Ara cambió al instante. Sus cejas se arquearon buscando alguna explicación mientras el corazón se le estrujaba por dentro.

—Yo... lo oí —balbuceó—. Escuché cuando hablabas con Draco, perdón por ser tan entrometido. Ay que imprudente soy.

Ara mordió su labio inferior y fingió concentración, pero en realidad estaba tratando de controlar el inquietante deseo de aclararle.

—Perdóname.

—Está bien —ladeó su cabeza, aún nerviosa sin saber muy bien porqué—. Yo pienso decir que no.

—¿Por qué? —preguntó y Ara puede jurar que vio una diminuta sonrisa.

—No me quiero casar... no con él.

—¿Si te propongo matrimonio me dirías que sí?

Cedric estaba bastante seguro que lo que escuchó, fue por ese estúpido matrimonio arreglado.

Las comisuras de sus labios se alzaron y negó levemente con la cabeza. —Te conozco demasiado para saber que no me propondrías matrimonio ahorita.

—¡Ey! Tal vez he cambiado de idea.

Ara lo miró incrédula y Cedric soltó una risa. —Estoy bastante segura que quieres terminar Hogwarts sin un anillo en tu anular.

—Quiero nuestro anillo en mi anular.

Se heló. La conversación era mucho más fluida y cómoda, pero aún así, Ara se tuvo que tomar un tiempo para recomponerse de esas palabras. Él rio, y Madame Pince lo calló con un shhh.

—Yo que tú lo pensaría dos veces —siguió su broma, sintiéndose automáticamente mucho mejor—. Ser mi esposo, te aseguro, que no sería nada fácil.

—Me gustan las cosas difíciles —sonrió, sus ojos centelleantes la miraron con una fuerza atrapante—. Pues me gustas tú.

—¿Piensas que soy una cosa difícil? —cuestionó, tratando de ignorar el sonrojo que trepaba desde su cuello.

Cedric encogió los hombros. —¿Por qué mejor no lo discutimos en una salida a Hogsmeade?

—¿Me estás invitando a salir?

—No te estoy invitando a salir, a menos que tú quieras, si tú quieres no tendría problema—dijo, Ara sonrió. Le recordó mucho a la vez del tren, cuando apenas se conocían.

—¿Qué es lo qué tú deseas?

—¿Qué es lo qué tú deseas, Ara?

—¿Podrías dejar de responder con una pregunta a todo lo que te pregunto?

—¿Podría? —ella bufó mientras golpeaba levemente su hombro—. Entonces, ¿qué dices?

—Claro —sonrió, de una manera fluida y natural.

Ara se fue dejando a Cedric con una estúpida sonrisa en su rostro y con el corazón latiendo lleno de alegría. Tal vez sí. Tal vez habría otra oportunidad, y sin duda, eso hacia que las mariposas volaran libremente por todo su cuerpo.

Recogió sus cosas de la mesa y las guardó en su mochila. Tendría que encontrarse con Erica para las tutorías.

—Mierda —murmuró recordando—. Erica.

—¿Han visto a Erica? —preguntó. Cuando llegó a la sala común de los tejones lo primero que pensó fue en buscar a la chica y comentarle lo sucedido, seguro que lo entendería, pero cuando vio las expresiones de sus amigos se calló—. ¿Qué pasa?

—Mi padre se irá a Azkaban —Connor tragó saliva y se masajeó la cien.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Porque al parecer, Lucius Malfoy escuchó cuando decía algo que no le agradó —se congeló, supuso que no sería una buena idea comentarles sobre su cita.

—Pero él no tiene el poder de hacer eso. ¿Mandarlo a Azkaban solo porque no le agradó lo que dijo? ¡Es una tontería! —exclamó su otro amigo, Joshua.

—Eh, bueno, mi padre estaba metido en varios asuntos, digamos —vaciló, con la mirada inquieta, pasando de un lado a otro—, sucios. Se aprovechó de eso.

—Ni que Lucius Malfoy sea un santito —opinó Joel.

—Aparte debe de haber un juicio y tu padre debería de decir lo que sabe.

—¡No, Cedric! El papá de tu noviecita es millonario y de alto rango en el ministerio —le reprochó—. No hay nada que se pueda hacer, es su palabra contra la nuestra.

Connor rodó los ojos y se echó a un sofá, seguido de Joel.

—Mira campeón, creo que deberías entender que ellos no son como nosotros —Joshua enfatizó la palabra nosotros—. Y aunque odies admitirlo, ella tampoco lo es.

Sin duda se sentía bastante mal por el padre de su amigo, pero él sabía que ella era diferente. Ara nunca podría hacer eso.

—Yo, sí... creo que tienes razón —asintió con la cabeza y miró sus pies, Joshua le dio unas palmaditas en el hombro.

No podía esperar para el sábado, cada vez que lo recordaba, sentía unas inmensas ganas de sonreír.

—¿Por qué estás tan feliz? —preguntó Adrian. El gran comedor estaba casi vacío, de nuevo era muy temprano y ella de nuevo estaba sonriendo.

—¿Si salgo con alguien más no es una infidelidad dentro de nuestro supuesto matrimonio?

—No. No creo —respondió jugueteando con su túnica distraídamente—. ¿Por qué? ¿Con quién saldrás?

—Me llamarás estúpida como lo hizo Diana —rio y volteó hacia la mesa roja donde su mejor amiga hablaba animadamente con los gemelos.

—No te llamaré así —prometió—. Tal vez lo piense, pero no lo diré en voz alta.

—Quizá Cedric me invitó a salir.

—Y... quizá le dijiste que sí, ¿cierto?

-Sí.

—¿Piensas que es una buena idea?

—Para nada —Ara negó. Lo había pensado y definitivamente no era una buena idea salir con él. Pero no pudo evitar decirle que sí a sus ojos brillantes o a su sonrisa levemente curveada.

Es como si se hubiese olvidado de todo lo que se había prometido con tan solo una plática, una mirada y una sonrisa.

Mierda.

Finalmente pudo comprender lo importante que Cedric Diggory era para ella.

Viernes por la tarde y por fin sentía que podía respirar tranquilamente. Los exámenes habían terminado y las buenas notas abundaban sus pergaminos.

—Un gran esfuerzo siempre tiene un buen resultado —terminó de leer la carta de su madre.

Un gran esfuerzo siempre tiene un buen resultado.

La semana más ajetreada que había tenido en mucho tiempo, no solo por los exámenes y las cosas académicas, sino porque sintió mucho.

Sentía alegría cada vez que Cedric le sonreía, nervios cada vez que se acercaba a hablarle, incluso si no habían sido muchas veces. Orgullo cuando veía la E de Extraordinario. Emoción cuando tuvo que ayudar a los gemelos a que le hicieran una broma a Snape. E incluso celos cuando miraba a aquella chica rubia a lado de el chico que la traía loca.

Ara se veía mucho más soñadora y eso despertó un genuino interés en Draco, quién podría haber jurado que el semblante preocupado no se movía de su rostro.

Guardó la carta, le respondería por la noche. Por lo pronto, iba tarde a pociones, la última clase.

Diana ya la estaba esperando en la sala común con una sonrisa, cuando la vio bajar, tomó sus cosas rápidamente y caminó hacía ella.

—¿Estás nerviosa por mañana?

—Tampoco es mi primera cita, Di.

—Bueno, pero... ¿sabes qué? Disfrútalo.

—¿Crees que le debería de cancelar? —pidió la opinión de su mejor amiga en medio a punto de entrar a pociones.

—¡No! -se aclaró la garganta—. Solamente si no te sientes cómoda.

—Ara.

Ella dejó de caminar, sintiendo automáticamente un nudo en el estómago al oír esa voz. No la escuchaba desde que se escapó de su casa en año nuevo.

—¿Padre? ¿Qué haces aquí?

Él esbozó una sonrisa enigmática. —Hablar contigo, ¿no es obvio?

Diana bajó la cabeza y murmuró algo que su amiga no alcanzó a escuchar. Después apresuró el paso para entrar al salón.

—Tengo clase —buscó la excusa más pobre que pudo encontrar, ansiando irse.

Lucius miró el salón de pociones con absoluto recelo. —Apuesto a que el profesor Snape no tendrá problema en esperarte unos minutos.

Ella asintió y fue tras su padre sin mucha confianza.

Ara se puso el brillo labial y se miró a los ojos.

—Te ves increíble —aduló su mejor amiga con una sonrisa en el rostro.

—No te ves nada mal, Malfoy —reconoció Abbie.

Se sentía bien, es cierto que se veía linda como nunca, el cabello arreglado, tan solo una pizca del maquillaje muggle de Diana y su su ropa casual —dentro de lo que cabe para los Malfoy—, pero tenía los nervios a flor de piel.

A fuerza quería borrar la espeluznante conversación de su padre de su memoria, pero era casi imposible. Cada vez que cerraba los ojos se imaginaba al señor tenebroso marcando su antebrazo con esa horrible marca. Y esa amenaza no era solo para ella, sino también para Draco.

Incluso, Ara no podía creer que su padre fuera tan cínico para hablarle de eso en Hogwarts, donde está Dumbledore.

Caminó dudosa a la salida de Hogsmeade, donde unos los alumnos de tercer año salían muy felizmente.

—¡Suerte! —le susurró Diana, antes de echarse a caminar como Fred camino al pueblo.

Se frotó las manos cuando una brisa fría le golpeó el rostro.

—Hola —sonrió al escuchar su voz, pero aquella sonrisa se desvaneció cuando vio su semblante serio.

—Cedric, ¿todo bien? —preguntó, un poco preocupada.

—Lo siento muchísimo, Ara.

Su ánimo decayó. —Por qué?

—Pasó algo y... no puedo ir contigo.

—Oh —trató de sonreír, pero fue una mueca—. Está bien. No te preocupes, creo que haré tarea y, no sé.

—Lo lamento, en serio —la miró triste. Después giró disimuladamente la cabeza para ver a su grupo de amigos, aunque Ara estaba demasiado ocupada tragándose el nudo en su garganta para darse cuenta.

—Está bien —recuperó la compostura y se giró, trató de caminar rápido aun sintiendo la mirada de Cedric en su espalda.

Exhaló una vez que llegó a la sala común de Slytherin. Sintiéndose idiota por arreglarse. Idiota por ilusionarse.

Sintiéndose idiota, de nuevo.

Tonta idiota.

Hola :)

No tienen idea de lo agradecida que estoy con tods. Muchísimas gracias por las 50k de lecturas <3 Esto, bueno empezó porque soñé con Cedric y wow nunca pensé que a tanta gente le podría gustar, no sé si me lo merezco, pero muchas gracias. Les amo.

25/02/22
editado

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

213K 11.9K 54
||๐”Š๐”ฆ๐”ฏ๐”ฉ ๐”‡๐”ž๐”ซ๐”ค๐”ข๐”ฏ -๊œฑษช ษขษชส€สŸ แด…แด€ษดษขแด‡ส€ แด‡๊œฑ แด แดœสŸษดแด‡ส€แด€ส™สŸแด‡, ษดแด แด‡๊œฑ ษขษชส€สŸ แด…แด€ษดษขแด‡ส€ ||โ„ญ๐”ฒ๐”ž๐”ซ๐”ก๐”ฌ ๐”ฉ๐”ž ๐” ๐”ฌ๐”ซ๐”ฃ๐”ฆ๐”ž๐”ซ๐”ท๐”ž ๐”ฐ๐”ข ๐”ฏ๐”ฌ๐”ช๐”ญ๐”ข ๐”ซ๐”ฌ ๐”ญ๐”ฒ๐”ข๐”ก๐”ข ๐”ฏ๐”ข๏ฟฝ...
468K 47.8K 120
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves mรกs a fondo en vastante tierno mรกs que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
165K 11.3K 33
"๐Œ๐ˆ๐„๐๐“๐‘๐€๐’ ๐„๐’๐“๐„๐’ ๐‚๐Ž๐๐Œ๐ˆ๐†๐Ž ๐๐€๐ƒ๐ˆ๐„ ๐๐”๐„๐ƒ๐„ ๐‡๐„๐‘๐ˆ๐‘๐“๐„" en el que una joven chica con un pasado indecible se muda con su...
852K 73.4K 46
DEATH ASSURED 1 | En donde Jade Potter odia a su hermano mellizo pero encuentra consuelo en Rรฉgulus Black. โ”โ”โ”โ” โ—Era merodeadora; Rรฉgulus Black x oc...