33. ❛ shrieking shack. ❜

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—No te vi en Hogsmeade —Diana anunció su llegada al dormitorio unas horas más tarde. Ara se encontraba acostada en la cama con un libro a su lado, casi dormida.

—Ay, pues, ¿qué hiciste para que estés tan cansada? —añadió con una sonrisa pícara.

—Nada —murmuró.

—¿Dónde estabas?

Su ceño se frunció un poco al ver la expresión desanimada de Ara.

—Aquí.

Diana se sentó en la cama, y le tocó la frente a su amiga, su actitud era tan extraña.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien?

—Sí —volvió a murmurar, pero esta vez se sentó en la cama, alejándose del tacto de Diana.

—Ara, me puedes decir lo que quieras, ¿lo sabes?

—Sí.

—¿Qué pasó? —insistió, con una mueca.

—Nada, déjame, por favor.

Haciéndole caso a su amiga, Diana no insistió más, ni dijo nada cuando salió del dormitorio, tampoco cuando llegó horas más tarde después de la cena. Pero ya ella le contaría que estaba sucediendo, por mientras Diana solo se tenía que ocupar de estar ahí cuando lo necesitara.

Al día siguiente cuando se despertó, sus dos compañeras no estaban. Apenas se vislumbraba la luz matutina a través de las cortinas de dosel, pero por alguna extraña razón, ni Ara Malfoy ni Abbie Clinton se encontraban ahí.

Diana bajó a comer tranquilamente, el ambiente del domingo recaía sobre su cuerpo. Tenía que hacer tareas para el día siguiente y ni siquiera las había empezado.

¡Por dejar todo a última hora! se regañó a sí misma.

La mesa de Slytherin estaba llena, pero de nuevo, cuando buscó no estaba ninguna de las dos. Arqueando una ceja se sentó a lado Adrian Pucey, quien comía pudín felizmente.

—¿Sabes dónde está Ara? —le preguntó, sirviéndose jugo de calabaza.

—No, ¿debería?

—Supongo que no.

Hizo una mueca, Ara y ella se solían contar todo, se quedaban hablando hasta altas horas de la madrugada, se enviaban papelitos en clase y hasta tenían su propio lenguaje de señas.

—Adrian —la castaña volvió a llamar su atención y él giró la cabeza mirándola, con escaso interés.

—¿Si?

—¿Ayer fuiste a Hogsmeade? —preguntó. Se tapó la boca con las manos después de probar el jugo de granada. Se sentía espeso y exageradamente agrío.

—Es horrible, ¿no? —le dijo, con una sonrisa algo vacía—. Sí, ayer fui a Hogsmeade como todos los sábados a surtirme de jugo de granada. Es mi favorito y es claramente una ofensa que los elfos aquí lo preparen así.

Adrian siguió hablando sobre el agravio del jugo, pero Diana no le estaba prestando mucha atención. En su lugar, su vista se dirigió descaradamente a la mesa de Hufflepuff donde Cedric Diggory se encontraba erguido junto a aquella bonita chica rubia.

—Ajá y, ¿viste a Cedric con Ara?

—¿Diggory? ¿Con Ara? —él soltó una risa—. No, creo. Me contó que saldrían, pero creí que ella le había cancelado.

—¿Por qué?

—Porque Cedric estaba con sus amigos, como, ¿triste? En realidad, no sé. Ah y también con la chica rubia —señaló a Erica a lo lejos—. Por cierto, ¿crees que me aceptaría una cita?

𝐒𝐓𝐀𝐑 ━━ cedric diggoryWhere stories live. Discover now